lunes, 22 de abril de 2013

Krugman precisa ecuanimidad


Krugman precisa ecuanimidad


 

En “El País” del 21 de Abril, bajo el título de “La depresión del Excel” hay un artículo de Paul Krugman. Critica un artículo, Growth in a time of debt (Crecimiento en una época de endeudamiento) de Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff que pretendía identificar un umbral crítico, un punto de inflexión, para la deuda pública (que ya los propios autores han reconocido su inexactitud). Es un tema recurrente estos últimos días. Mi incompetencia en estos temas me impide emitir un juicio fundamentado.


Pero en el artículo de Krugman hay unas frases que me dejan perplejo. Son estas: “debemos situar el fiasco de Reinhart y Rogoff en el contexto más amplio de la obsesión por la austeridad: el evidentemente intenso deseo de los legisladores, políticos y expertos de todo el mundo occidental de dar la espalda a los parados y, en cambio, usar la crisis económica como excusa para reducir drásticamente los programas sociales” (el subrayado es mío).

Esa afirmación es muy grave. Así como, en el citado artículo, Krugman critica un editorial de The Washington Post que afirmaba que estamos “peligrosamente cerca de la marca del 90% que los economistas consideran una amenaza para el crecimiento económico sostenible”, remarcando que el editorial utiliza la expresión: “los economistas”, no “algunos economistas”, personalmente me pregunto si Krugman se refiere a “los legisladores y expertos de todo el mundo occidental” o más bien a “algunos”. Obviamente tienen que ser algunos, no sea más que porque él mismo se excluye. Luego la pregunta se impone: de qué legisladores y expertos habla (como los que dan la espalda a los parados) y cuales los que excluye.

Como de expertos en estos temas nada sé, me gustaría me aclarara, al menos, quienes son los legisladores que están en un lado y en otro de la raya que establece Krugman, raya que comparto, obviamente. Más concretamente cuando Krugman escribe más adelante que “los responsables políticos (de nuevo, no “algunos”, sino “los”) abandonaron a los parados y tomaron el camino de la austeridad porque quisieron, no porque tuviesen que hacerlo”, quisiera que pusiera nombre y apellidos de tales responsables políticos. O, ¿es que son todos y, como en Sodoma y Gomorra, no habrá en el mundo occidental, un solo responsable político que se preocupe por la suerte de los parados?.

Tenemos derecho a pedir a un profesor en Princeton y Premio Nobel, con la relevancia de Paul Krugman, algo más de ecuanimidad y precisión en sus juicios públicos.

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