domingo, 7 de abril de 2013

En EEUU (3): Manhattan Sur y Rhode Island


Impresiones de seis días en EEUU: (3)

 Sur de Manhattan  y Rhode Island


Tras Harlem y el centro de Manhatan decidimos bajar en metro a Battery Park. Aqui no me importaría tener un apartamento, aunque el parque está lleno de turistas para coger el barco que les lleve a la Estatua de la Libertad. Impacta ver la nueva torre que están construyendo en la “zona zero”, donde estaban las gemelas. (Impacta más ver la torre desde el crucero saliendo de NY. Volveré a ello).

Subimos andando hasta Chinatown que, como Harlem, se me antoja, más aburguesado que hace 25 años, aunque mas extenso. Invade parte de Little Italy. Comemos un excelente y baratísimo pato lacado en el 102 de Mott st., lo señalo por si alguien lee estas líneas. Auténtico chino, rápido y eficaz servicio. No hay - ni falta hace- tarjetas de crédito. Entramos en un “super” chino. Si no fuera por algunas especialidades culinarias diríamos que estamos en uno americano. Veo a la población china perfectamente integrada en NY. Como a la mayor parte de la población de las tres zonas que visitamos. Los “homeless” apenas existen y los pocos que vimos  no nos dieron la impresión de harapientos sino especie de clochards parisinos de los cincuenta y sesenta del siglo pasado que habían adoptado esa forma de vida. La mendicidad es prácticamente inexistente a diferencia de lo que veo en España.

Una chica joven (menos de 30 años), empleada en el restaurante del hotel donde nos alojamos, montenegrina, en un español fluido, nos dijo que en Nueva York había trabajo para todos y que el problema eran los vagos (la expresión fue de ella) que viven del “welfare”. Algo similar nos dijo el guía uruguayo (un tipo con muchas conchas) a nuestra cuestión sobre la pobreza en Harlem. “Son los que viven instalados desde generaciones en el “welfare” cobrando del Estado y haciendo pequeños trabajos, nos dijo.

En el viaje que hicimos con Betsy por Rodhe Island, un tanto sorprendidos por la multiplicidad de viviendas unifamiliares, nos mostró los apartamentos para las personas con menos recursos, y los que vivían del Welfare State. Casi vino a decir que la mayor parte de la gente tenía su casa particular, a veces de pequeñas dimensiones sin que faltaran, en la zona de Newport, autenticas mansiones. Claro que en esa zona veranean grandes fortunas, como los Kennedy. Pasamos en su coche por la iglesia donde se casaron John Kennedy y Jacky. Me vino a la cabeza Punta del Este en Uruguay pero menos ostentoso.

En esta zona de EEUU, a tres horas de tren de N.Y, la vida es muy individualista. Cada familia reside en su casa, que en España se llamaría “chalet” en los años 50 y 60. El eslogan frances de hace 40 años, “dodo, metro, boulot, metro, dodo”, cabría trasladarlo a esta zona de EEUU diciendo, “home, job, home” y uno o dos días a la semana, “big shopping”. De hecho están bien organizados, con grandes superficies relativamente cerca (lo que supone en EEUU algunos minutos de coche), donde se aprovisionan de lo necesario (alimentación y utensilios para la vida cotidiana): Sus horarios de trabajo son muy distintos a los españoles. Comienzan relativamente pronto (para las ocho de la mañana) almorzando algo que llevan de casa o en una cantina, cenando a las seis o siete de la tarde.

“En este país nadie camina” comentaba Adam, el marido de Betsy. Providence, el núcleo urbano donde trabajan Betsy y Adam (ellos viven en una casa particular en medio del bosque a veinte minutos en coche del centro de la ciudad) tiene aproximadamente el mismo número de habitantes que Donosti pero está mucho mas extendido. De ahí que en cada domicilio haya más de dos coches. Casi un coche por persona adulta. Mucha gente mayor vive sola (o en pareja) con escasa vida social.

El día que Betsy nos llevó por Rhode Island, atravesamos preciosas localidades. Anoté Greenwich, Wickfort, Jamestown, Newport y Middeltown. La calle principal, como en las películas de vaqueros, solo que bien pavimentadas y con todo lujo se señales y prohibiciones para la circulación, es relativamente corta, con algunas tiendas e, inevitablemente al comienzo o al término con algún templo. Poca gente en la calle. No hay vida social salvo en los pubs o restaurantes a la hora de almorzar. Muchas banderas americanas en las casas particulares. Betsy nos dice que han aumentado desde el 11 de Septiembre.

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