domingo, 21 de abril de 2013

"El misterio francés": un libro fascinante


"El misterio francés": un libro fascinante

Hervé Le Bras, demógrafo y ­Emmanuel Todd, antropólogo acaban de publicar un libro Le Mystère français (Seuil). Paris 2013, que ha creado un buen revuelo en los medios intelectuales y periodísticos de Francia. Las grandes revistas francesas, Le Point, l´Express, Le Nouvel Observateur (con un impactante Dossier, lleno de cifras y tablas del Francia, que lo he comprado en Internet 2,95 €) la Vie etc., le consagran muchas páginas. Sigo, en estas líneas, el esquema de Jean-Pierre Denis (director de “La Vie”, semanario religioso muy abierto, aunque también he leído le Nouvel Obs., de tendencia de izquierda como es bien sabido, L´Express y Le Point),  pues aun no tengo el libro (me cuesta casi tanto el envío postal que el precio del libro que lo compraré en Paris a final de mayo)
Además de señalar, con datos, que Francia, en su conjunto, está mejor de lo que se piensa, sostienen la tesis de que hay dos “Francias”: Una Francia que llora (que va mal) y otra que ríe (que va razonablemente bien). “La línea que separa la Francia que sufre de la que ríe no pasa por la derecha y la izquierda, ni siquiera entre los pobres y los ricos. No, geográficamente hablando, la línea divisoria hunde sus raíces en las dos Francias resultantes tras la revolución de 1989. Por un lado, la Francia que pena es la de la Revolución, esa parte del país hace tiempo descristianizada, que después ha sido marcada por el comunismo y por un espíritu igualitario que habría desaparecido sin dejar trazas.  Le Bras et Todd constatan, y aquí Denis les cita expresamente, “la depresión ideológica y cultural de las poblaciones anteriormente laicizadas”, confirmada (si no aumentada) por “el hundimiento de la creencia comunista”. Para más Inri, es la Francia donde obtuvo muchos adeptos el movimiento de extrema derecha de Jean-Marie Le Pen.
La otra Francia, la que está mejor, “es la que sigue marcada por la huella del cristianismo, a pesar de la caída espectacular de la práctica religiosa. Es la parte del país menos castigada por la crisis, donde se hacen estudios más prolongados, donde hay menos dificultades para situarse en el nuevo paisaje europeo y mundializado, donde el paro golpea en menor intensidad a los jóvenes y donde, en cierta medida, la relación familiar resiste mejor. Llamativamente esta Francia es la que la historia cultural y política ha despreciado y arrojado a la periferia de su espacio mental: la Bretaña, la región de Nantes, los Pirineos Vascos, la Alsacia, la parte meridional del Macizo Central, el Franco-Condado, Saboya… La persistencia de esta cartografía religiosa en un país, casi enteramente secularizado, tiene algo de absolutamente fascinante” concluye Denis, director de La Vie, recuerdo.
Pero, Le Bras et Todd, hablando del cristianismo, utilizan la expresión de un “catolicismo zombi”. En el dossier de Nouvel Obs, lo dicen así (cito a los autores): “Los valores organizadores del catolicismo siguen activos en los lugares donde fueron preponderantes. Una de las paradojas más llamativas de nuestro tiempo es el incremento del poder social de una religión que se desvanece como creencia metafísica. El catolicismo parece haber logrado, para sí mismo, el objetivo de una vida después de la muerte. Como se trata de una vida terrestre, hablamos de catolicismo zombi”
En otra entrevista en Le Express (edición electrónica del 29/03/2013) Todd se expresa así: “la tradición religiosa continúa, como en un subterráneo, como una especie de zombi, muerto – vivo, influenciando las relaciones entre los hombres y las mujeres, la educación de los niños, la fecundidad, la relación al trabajo, las tasas de paro, el éxito escolar, el voto etc. Parece que las regiones que han perdido recientemente el cristianismo tienen claramente una ventaja, mientras que las de tradición laica, anteriormente revolucionaria, tienen más dificultades”.

Al preguntarles que profundicen más Le Bras señala, como elemento capital, los diferentes modelos de familia de una y otra Francia con sus valores correspondientes. “Grosso modo, en el norte, y de forma eminente en la zona parisina, familia nuclear, individualista, con un núcleo autónomo: padre, madre y sus hijos quienes, a su vez, al dejar el hogar crean otra entidad autónoma (….) con los viejos valores franceses de libertad, igualdad, individualismo y reglas de reparto familiar, estrictamente igualitarias. Allí la industria se desarrolló, pues los individuos podía liberarse del círculo familiar”

En el Sur es la familia extensa, y generalmente funciona el derecho de mayorazgo. Ahí dominan “los valores de autoridad, desigualdad. Y el artesanado. El catolicismo y la familia extensa conllevan valores de entreayuda, de cooperación, que representan en la actualidad un ventaja cierta en tiempos de crisis, cundo el Estado, poco a poco, se inhibe en sus compromisos sociales.
Líneas más abajo, Todd afirma que la Iglesia católica tiene dos mil años de experiencia. El partido comunista, medio siglo. De ahí los diferentes resultados”

En fin. Aquí lo dejo. El libro me parece muy francés. Quiero decir que busca la gran teoría explicativa de fenómenos complejos. Pero tiene el gran atractivo de ir contra corriente. Así cuando afirman que Francia no está tan mal como dicen y la dimensión religiosa sigue teniendo un papel explicativo central. Aunque al director de “La Vie” eso de que los católicos franceses sean zombis no le agrade en absoluto.

Otro libro a situar en la (larga) lista de los de lectura obligada.

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