martes, 28 de junio de 2016

¿Por qué se han equivocado estrepitosamente las encuestas?


El fracaso de las encuestas el 26J


Las encuestas han fracasado estrepitosamente en las elecciones del 26 de junio pasado. Me voy a limitar a recordar la última encuesta realizada y publicada. Según " El Periódico de Cataluña del mismo día de las elecciones, la última encuesta diaria del Gabinete de Estudios Sociales y Opinión Pública (GESOP) para El Periódico de Andorra efectuada durante el sábado anterior, día 25, situaba a la suma de Unidos Podemos y el PSOE en una horquilla de 166 a 174 escaños (han obtenido 156) , Mientras que el bloque conservador, PP y Ciudadanos , se quedaba en la horquilla de 153 a 161 diputados ( pero han obtenido 169). Pero sobretodo adjudicaba al PP entre 116-120 escaños cuando de hecho ha obtenido 137. ¿Qué ha pasado?.

Voy a comenzar trasladando algunas respuestas dadas por dos responsables de encuestas en España, antes de proponer mis propias reflexiones en las que añadiré la explicación dada por un experto en Gran Bretaña, donde, al final, tampoco acertaron las encuestas con el Brexit.

Algunos responsables de encuestas reconocen paladinamente que se equivocaron. Así mi buen amigo y colega, José Juan Toharia, responsable de Metroscopia y que, actualmente, publica los resultados de sus encuestas en “El País”. En las columnas de ese diario escribe esto: Lo cierto es que no lo vimos venir. Me refiero al hecho de que los sondeos de opinión, en general, y en todo caso los de Metroscopia (que son por los que me corresponde responder), no lograran estimar con mayor tino el resultado final de estas elecciones. Pocas veces tantos datos han sido escrutados tan detallada y minuciosamente como en estas semanas pasadas y hasta la antevíspera misma electoral. (…) Todo invitaba a pensar en un estancamiento del PP, en un fulgurante ascenso de Podemos de la mano de IU y a costa, fundamentalmente, del PSOE, y en una básica estabilidad de Ciudadanos: en conjunto, una situación no muy distinta de la existente. Pero no ha ocurrido así. ¿Por qué?” (El País, 28/06/16)

Manuel Mostaza Barrios, Director de Operaciones de “Sigma Dos”, afirma que “en resumen la fragmentación del electorado, el gran número de indecisos y la volatilidad de las preferencias han sido las razones de la falta de acierto” (Vanity Fair, subido a Internet a las 11,20 h. del 27/06/16). Concede menor importancia al hecho de que los encuestados puedan mentir pues estima que en general la gente no miente en las encuestas. En general es evidente que no mienten, me permito apostillar, pero muchos, los suficientes como para dar al traste con toda previsión, incluso el mismo día de las elecciones, obviamente sí. Basta ver cómo se equivocaron estrepitosamente los pronósticos de las 20.00 de la noche electoral en las encuestas a pie de urna. Cuestión que requiere tratamiento propio.

Toharia por su parte concede una gran importancia a la toma de conciencia del electorado de las consecuencias del Brexit. Escribe esto en el artículo arriba reseñado: “El Brexit, que al principio pareció un factor de escasa relevancia electoral, puede haber acabado resultando decisivo. En la tarde noche del viernes, y según un sondeo de Metroscopia concluido entonces, apenas el 1% de los votantes potenciales (el 1,4% exactamente: unas 350.000 personas) señalaba que el Brexit le haría, con total seguridad, cambiar el sentido de su voto. Un 3% adicional (es decir, unas 750.000) consideraba poco probable que eso ocurriera, pero tampoco lo descartaba. Pero algo pasó, sin duda, en un sábado de reflexión, pero que, informativamente, supuso un aluvión sobre las múltiples y graves posibles consecuencias que el Brexit podría suponer para Reino Unido, para la UE… y para España. La atención pública se abrió abruptamente a un nuevo contexto referencial, en el que el atractivo de apoyar lo nuevo y de infligir un castigo a lo viejo cedió el paso a la prudencia que parecía imponer la, hasta ese momento inadvertida, gravedad de los hechos al otro lado del Canal de la Mancha”. Es muy posible, incluso probable que José Juan Toharia tenga razón, en todo caso gran parte de la razón o motivo que expliquen tan gigantesco vuelco en 24 horas. Lo veremos los próximos días y semanas cuando se escudriñen bien los resultados electorales. Pero, al día de hoy, creo que ya podemos ofrecer también otros motivos.

No puedo competir con estos dos profesionales que trabajan (y viven) de las encuestas y que obviamente quieren acertar en sus análisis. Yo avanzaría, también, estos motivos y razones para explicar los resultados electorales de las encuetas.

1. Es sabido que el PP tiene, históricamente, un voto oculto. Más ahora que ha sido bombardeado por todos los medios de comunicación, excepto 13TV, La Razón y ABC, como el responsable de todos los males del país. Además había que echar a Rajoy, prácticamente el único punto de encuentro de Podemos, C´s y PSOE. ¡Como para decir a un entrevistador anónimo (en directo o tras el teléfono) que le vas a votar!.

2. Creo que mucha gente, de hecho, oculta su voto, cuando no miente descaradamente al manifestar el tenor del mismo. Me parece evidente en las encuestas a pie de urna, las menos validas de todas pues no hay control científico del trabajo de campo. Sostengo, desde mis largos años de profesor en Métodos y Técnicas de Investigación Social, que la calidad del trabajo de campo es mucho más importante que el tamaño de la muestra. Y la calidad es más difícil de obtener que la cantidad de muestra que depende, prácticamente, del dinero disponible para la encuesta.

3. Añádase a ello la dificultad de medir el voto de los que “No saben/No contestan” en las encuestas. También la creciente volatilidad del voto, particularmente en los partidos emergentes y en los jóvenes. Luego una parte del fallo de las encuestas estriba en la inseguridad de las intenciones de voto manifestadas u ocultadas por una parte menor, pero no despreciable en absoluto, del votante.

4. La mayoría de los votantes al PP no están, ni se les espera, en las redes sociales. Y, en la actualidad, las redes sociales están de moda. Todos los expertos e intelectuales no dejan de hablar de ellos. Yo tampoco, por cierto. Pero no toda la vida se juega en las redes sociales. ¿Y si el “Hola” tuviera mayor influencia en el voto, aun sin pedirlo, que las redes sociales que no paran de solicitarlo?. Y, ¿quiénes leen el Hola y quiénes se destacan por su mayor presencia en las redes sociales?. Cuestión importante donde las haya.

5. Un responsable de encuestas en Gran Bretaña dijo (lo oí en un programa de TV haciendo zaping, sin retenerlo) que el error en las encuestas ante el Brexit había sido consecuencia de que los institutos de opinión están en Londres y se creó como una “burbuja previsora”, sospecho que en lo que se denomina “la cocina de las encuestas” muy influenciada por el peso de Londres en general y de la City en particular (partidarios del “remain”) la semana anterior a la elección.

6. Creo que algo similar puede ocurrir en España. Los hacedores de encuestas, antes de publicarlas, se miran unos a otros de reojo. Y no quieren equivocarse demasiado. Me duele tener que añadir (porque la mayoría son sociólogos y algunos amigos) que el color de las encuestas, a menudo, favorece los intereses del color político del medio que las encarga y publica. No es difícil comprobarlo. Basta tiempo y paciencia pero estoy falto de ambos. Pero en este caso, todas las encuestas se equivocaron. En España se creó una burbuja según la cual el hartazgo de lo viejo era tal que lo nuevo, imparablemente iba a vencer. Y esta burbuja, no detectada suficientemente, exploto el día de las elecciones. Pero, y aquí coincido plenamente con Toharia cuando afirma que “el atractivo de apoyar lo nuevo y de infligir un castigo a lo viejo cedió el paso a la prudencia”.

7. Sin olvidar que el voto adulto es más fiel y acude en mayor proporción a las urnas que el voto joven. En las recientes elecciones de Gran Bretaña como en las de España los mayores vencieron a los jóvenes y fueron ellos, los mayores, los que decantaron el sentido del voto. Por temor a lo desconocido, muy probablemente. Pero yo no descartaría otro motivo: la necesidad de reconocimiento en una sociedad donde lo nuevo es valorado y lo viejo despreciado. Y los mayores (olvidándome voluntariamente de los políticamente correcto) son viejos.

7. El análisis de Catalunya y Euskadi exige tratamiento propio. Han sido las excepciones de los resultados en España. Y seguirán siéndolo pero hoy no toca hablar de esto.

Donostia San Sebastián 28 de junio de 2016

Javier Elzo


lunes, 27 de junio de 2016

Brevísimas notas a botepronto tras la noche electoral del 26 J


Brevísimas notas a botepronto tras la noche electoral del 26 J


-        Guste o no, el PP ha ganado las elecciones. Aunque todas las comparaciones son odiosas y, a menudo demagógicas, no puedo no pensar que, como en Gran Bretaña, los mayores han vencido a los jóvenes. Preocupantes los gritos en Génova ante un (no) discurso de Rajoy.

-        Modesto en su prestación Pedro Sánchez ya los resultados decantados. Bien. Modesto y aliviado (temía el sorpasso) aunque ha vuelto a dejar al PSOE, por segunda vez, en el peor resultado de su historia. Como la izquierda en Europa, temo que han perdido el norte. Añado que norte de cierta derecha (bien clara esta vez) es todavía más preocupante.

-        ¡Qué caras las de Podemos en Madrid (de funeral) y en Euskadi (en una boda, tras las copas)!. Pero Pablo Iglesias, ya recompuesto gracias al fervor de las gentes en la explanada del Reina Sofía, ha dicho que “esto no es más que el comienzo”. Me vienen a la cabeza nombres de personajes siniestros que no quiero mencionar, que dijeron lo mismo al perder elecciones y acabaron gobernando. Personajes tan tribunos como él .

-        Catastrófica prestación de Albert Rivera. No saben perder. Echando la culpa a la ley d´Hont. ¿Es que no la conocía cuando se presentó a las elecciones? Y Villegas (siento no haber retenido ni su cargo en C´s ni su nombre) no respondiendo a las concretas preguntas de un periodista de Radio Nacional.

-        En Euskadi sigo sin dar la clave del éxito de Podemos. Aunque tengo algunas ideas, siento que algo me falta, y me falla. El mundo de Batasuna se estanca a la baja, como el del PP y PSOE, aunque estos dos últimos temían peores resultados. El PNV se mantiene, como el bono alemán pues, según el principio ignaciano, “en tiempos de tribulación no hacer mudanza”. Es un voto histórico y de refugio.

-        ¡Ah!. Y ninguna encuesta se ha acercado a los resultados. Para un sociólogo es algo inquietante. En la metodología y, cosa más grave, en la veracidad de las respuestas de los encuestados.

 
Donostia 01,30 del 27 de junio de 2016

sábado, 25 de junio de 2016

¿Por qué tantos votan a “Podemos”?


¿Por qué tantos votan a “Podemos”?


El Euskobarómetro de Noviembre de 2014 estimaba que “Podemos” obtendría 21 o 22 escaños en el Parlamento de Vitoria-Gasteiz. En un artículo que publiqué en estas mismas páginas el 30/12/14 escribí que “me atrevo a afirmar que Podemos no obtendrá, ni de lejos, los escaños que hoy le atribuye el Euskobarómetro en las elecciones autonómicas vascas de 2016”. En las encuestas del presente año 2016, el Euskobarómetro de enero estima que obtendría entre 19 y 21, el Sociómetro Vasco de mayo-junio, 17, y la encuesta de Focus para EITB (campo 8-9 junio) 14. Veremos lo que sucede en otoño en el Parlamento Vasco. Verlas venir. En todo caso, a tenor de los resultados que ha obtenido “Podemos” en las elecciones españoles y navarras del año 2015, y de las estimaciones que le conceden las encuestas para las elecciones al Parlamento español del próximo día 26, he de confesar que me equivoqué. En mi fuero interno nunca pensé que obtendrían tantos votos.

Desde las elecciones al Parlamento Español del 20 de diciembre de 2015 no dejo de dar vueltas en mi cabeza al porqué de este meteórico encantamiento de “Podemos”, tanto en la sociedad española como en la vasca. Muchas razones he leído en un sinfín de artículos sobre el tema. Normalmente acertados, a mi juicio obviamente como todo lo que escribo. Hoy, brevemente, quiero subrayar cinco. No sé si son las más importantes, pero sí muy importantes y alguna no suficientemente subrayada, ni mencionada.

Un Partido “contra”. Sigo pensando que, además de la cambiante definición de Podemos, sigue siendo un partido “contra”, a veces un partido “por”, rara vez un partido “cómo”. Esta indefinición tiene su traslado en la amplia gama ideológica de sus votantes, como mostré en un artículo aquí mismo (21/05/16), y le abre el campo a los que, por una u otra razón, a menudo, pero no siempre, con razón, están descontentos de la situación actual y de los partidos dominantes.

Sin mochila. “Podemos”, y será el segundo motivo que aduzco, es un partido sin mochila. Puede proponer lo que quiera sin que nadie le pida cuentas de nada pues aun nada han hecho más allá de decir lo mal que han hecho todos los demás. Hablar de Barcelona y Madrid no vale. Allí el efecto Colau y Carmena es más poderoso que “Podemos” que, medio se esconde. (En Madrid tengo amigos universitarios, algunos de la misma Facultad de Iglesias que han votado el 20 de diciembre a Carmena y Ángel Gabilondo pero nunca lo harán a Iglesias). Por cierto, vean lo que está pasando en Euskadi con EHBildu tras una legislatura en el poder como nunca lo habían tenido. Entre ellos, los que viven “en”, “por”, “para” la protesta, sin ideología claramente nacionalista, se han pasado a Podemos. Me dicen que, en Navarra, también. Por el voto útil, dicen.

Aupado por los medios. Podemos es, también, fruto del tratamiento que le conceden los medios de comunicación. La Sexta apoyándole desde siempre, 13 TV, ABC y La Razón no paran de darle caña. Y, con peso social todavía, aunque decreciendo en influencia, el diario “El País” que está haciendo una campaña despiadada contra “Podemos”. Así me consta de amigos madrileños, que siempre lo han comprado, y que han dejado de hacerlo. Se sienten huérfanos de periódico en papel. Conjuntamente con lo anterior hay que decir que, sin lugar a dudas, en las redes sociales, la presencia de Podemos es muy superior a la de otros partidos políticos. Las redes sociales están copadas, en gran medida por los jóvenes y los jóvenes votan en gran medida, pero no exclusivamente como mostré en el texto ya señalado del 21/05/16, a “Podemos”. Pero no se olvide que el voto joven es el más volátil y, obviamente el menos enraizado, lo que dificulta toda previsión de futuro para Podemos. Máxime si no toca poder tras el domingo próximo.

Surgido en la sociedad de la queja, no siempre justa. Un aspecto capital para entender los votos a Podemos, estriba en que, desde la crisis de 2008, vivimos en la sociedad de la queja, de la protesta, del insulto, de la denigración del adversario. Es el “¡y, tú más!”, repetido hasta la saciedad en los medios de comunicación. Sobretodo en la radio y la televisión y, en gran medida también en la prensa escrita, salvo en algunos artículos e informaciones elaboradas. Los medios apuestan por reproducir las frases más hirientes y los rifirrafes de los políticos. Es significativo del momento en el que vivimos constatar, por ejemplo, cómo alguno de los periodistas que “moderaron” el reciente debate a cuatro, antes del mismo, opinara y deseara que en las réplicas se diera lo mejor del debate. Y en este ambiente, “Podemos”, partido de la protesta por excelencia, se lleva la palma. Por eso hay que subrayar, con fuerza, que Podemos es, también, fruto de la sociedad y de los medios de comunicación que privilegian la protesta (y razones hay para ello) sobre el debate riguroso para remediar las, insisto, buenas razones para la protesta.

Donde solo lo (supuestamente) nuevo es bueno. En fin, en toda Europa occidental, que es donde están Euskadi y España, lo nuevo es valorado siendo lo viejo menospreciado. De ahí la pérdida de influencia de los “viejos” partidos y el auge de los “nuevos”, aunque el color político de unos y otros no sea el mismo en una u otra parte de Europa. La condición humana se mueve entre el enraizamiento y la emancipación. El enraizamiento es la apuesta por la historia, la herencia y su transmisión, la naturaleza, lo dado etc. La emancipación es lo nuevo, lo creado, incluso haciendo “tabla rasa” de lo antiguo, buscando la nueva sociedad. Confrontación a la que he de volver, próximamente, pues la considera capital. Es obvio que “Podemos” es visto por mucha gente como protagonista de la nueva sociedad. Poco importa que su modelo sea el de otras sociedades fracasadas y creadoras de mil y una muertes e injusticias. Hoy se presenta como la esperanza ante tanta corrupción y tanto desgaste de la política en ejercicio. Algo similar sucede con los nuevos movimientos de la derecha extrema (en el Centro y Norte de Europa) que, con motivos distintos, propugnan, y dan su voto, a agrupaciones cuyas políticas ya fracasaron en el pasado y, ellos también, inundaron de sangre y terror, cuando estuvieron en el poder.

Perdonen mis amigos, que los tengo, en Podemos, por mencionarlos en el contexto del extremismo europeo, y hacerlo solamente a ellos. Pero hoy, solamente de ellos escribo. Creo fundamental en los tiempos que corren escribir, una y otra vez, sobre los riesgos del fascismo, del neo leninismo, neo nazismo, del neo liberalismo esclavo del dinero que nos invade. Del totalitarismo en suma. ¡Ojalá esté equivocado!

Donostia 20 de junio de 2016


(Publicado en DEIA y en el Grupo Noticias el viernes 24 de junio de 2016)

viernes, 24 de junio de 2016

El Brexit visto por lovanienses


El Brexit visto por lovanienses

24/06/16

Un amigo mío que trabaja en Bruselas en la UE nos envía a un grupo de lovanienses (que estudiamos en Lovaina), a las seis de la mañana, un correo en el que entre otras cosas me dice esto:

“1). Está bien que la UNION EUROPEA no sea una dictadura y que los pueblos puedan decidir sobre su pertenencia.

2). Siento la salida del Reino Unido y siento que el peso de poco más de un millón de votos haya conseguido abrir una tal brecha. Pero el no es no. Antes, el REINO UNIDO estaba dentro sacando el pie cuando quería o le interesaba. Ahora, el RU estará fuera y sería muy bueno que, incluso cuando le apetezca, no meta el pie donde no debe.

3). Sigo pensando que los nacionalismos y los populismos son muy peligrosos.

Los nacionalistas ingleses (vuelven a ser isla) hacen valer su idiosincrasia (léase egoísmo, exclusivismo o superioridad).

La derecha francesa de Le Pen abunda en los mismos planteamientos.

La derecha holandesa trata de seguir los mismos caminos.

No consigo comprender que la izquierda española e incluso europea llegue a adoptar las mismas actitudes negacionistas con respecto a la UE.

4). Una vez más, la campaña esquivó lo esencial de un debate: no se habló sobre la UE, se rechazó a los emigrantes y refugiados y se privilegiaron los sentimientos nacionalistas.

5). Los analistas sensacionalizan el BREXIT, señalando que se trata de un fracaso de la Unión Europea. Rechazo frontalmente tales propósitos. Hoy, más que nunca, el ideal de la UE (que habrá que mejorar siempre) es indispensable. En este mundo globalizado la unión hace la fuerza y, frecuentemente, la desunión, la guerra”.

Hasta aquí mi amigo que termina su correo diciendo que se iba a desayunar.

Contesto a todo el grupo esto “Estoy plenamente de acuerdo con Lorenzo, solo que considerándome yo mismo un nacionalista moderado e incluyente del diferente, creo que su rechazo al nacionalismo requiere algunos matices. A poco que penséis todo “ismo” (comunismo, laicismo, cristianismo, liberalismo etc., etc.) es rechazado por la triste realidad de sus extremismos históricos”. (…).
Me acaba de entrar el correo de Alfonso, continuo ya en P.D., comunicándonos su tristeza pues él es europeísta acérrimo. Continúo mi texto diciendo que “yo también soy un europeísta acérrimo. Ayer noche yo tampoco pensaba que el Brexit triunfara, lo que significa que los pronósticos fracasaron. Amin Maalouf ha escrito, no recuerdo donde, que “la UE es una utopía que se está realizando”.

Quiero añadir aquí cuatro cosas.

1.Por un lado, que Europa se hará si se admite la co-soberanía, o soberanía compartida. En realidad, multi-soberanía si vamos más allá de actuales Estados miembros de la Unión (pues puede haber futuros Estados)  y unidades nacionales (en terminología de Kimlicka) en Estados multinacionales.
2. Quizás la salida de Gran Bretaña de la UE, pese a los problemas que conlleva, puede tener algunas ventajas. De entrada veo dos: 1ª, que se queden los que verdad quieran hacer Europa admitiendo de buen grado la limitación de su soberanía (y esto vale para otros países euroescépticos) y 2ª, que quizás ahora nos podremos cargar los paraísos fiscales pues era la CITY su principal defensor.
3.Tres de los países más ricos de Europa no han querido estar en la UE: Suiza, Noruega y ahora Gran Bretaña. Ocasión de oro para ir más allá de la Europa del dinero y construir una Europa de las personas y culturas, unidas en su diversidad.
4. Decían ayer noche que el Brexit perdería pues así lo vaticinaban las casas de apuestas y sobretodo los mercados, perdón, los MERCADOS. Me alegra infinito que se hayan equivocado. Sobretodo los MERCADOS a quienes el mundo del dinero que nos desgobierna ha cedido el monopolio de la verdad.

miércoles, 15 de junio de 2016

Autoritarismos de derechas y populismos de izquierdas


Autoritarismos de derechas y populismos de izquierdas

Muchos estudiosos parecen ponerse de acuerdo en señalar que vivimos un periodo de alta polarización política, con el surgimiento de partidos extremistas que 300 investigadores en Ciencias Sociales del planeta que preparan un “Manifiesto para el Progreso Social” (del que escribiré en futuros artículos), denominan autoritaristas (de derechas, así en el centro y norte de Europa) y populistas (de izquierdas, en el sur de Europa). El texto en francés en http://abonnes.lemonde.fr/idees/article/2016/05/31/trois-cents-chercheurs-vont-rediger-un-manifeste-pour-le-progres-social_4929834_3232.html

Como motivaciones para esta situación política se destacan estas tres: 1ª, la larga crisis financiera; 2ª, una globalización que, dicen, iría demasiado rápido y demasiado lejos (también en Europa donde muchos reivindican la identidad de sus estados miembros y critican la, a su juicio, excesiva transferencia de soberanía a la Unión Europea, véase el Brexit) y, 3ª, las condiciones de la  llegada de refugiados de Oriente Medio que todos los ciudadanos lamentan, así como casi todos critican la respuesta dada por los 28 líderes de la UE (ni uno solo se opuso lo que, a mí al menos, me impide hacer un juicio perentorio), aunque la gran mayoría de esos mismos ciudadanos (con muy honrosas excepciones), no los quieren como vecinos. Mucho cabría decir de estos tres puntos a los que añadiría, como poco, estos dos: por un lado, el peso del anonimato en las redes sociales, y en los comentarios en la prensa escrita, en demasiados casos vomitorio de resentimientos y, por el otro, la lógica de lo noticiable que dictaría que solamente la mala noticia es noticia, ambos caldo de cultivo de autoritarismos y populismos. Estos cinco motivos explicarían no poco del auge de los extremismos en la rica Europa. Quiero hoy mostrar y apuntar porqué en el centro y norte de Europa son, básicamente, de derechas, y de izquierdas en el sur.     

Extrema derecha en el Centro y Norte de Europa. Muchos relacionan la extrema derecha con una fuerte reivindicación de la propia nación. De ahí que correlacionen extrema derecha y nacionalismo en su versión etnicista, o xenófoba, si no racista. Algo de esto hay, por ejemplo, en Francia con la formación de Marine Le Pen, en Austria con Norbert Hofer, candidato del denominado Partido Liberal Austriaco (FPÖ). Añádanse los casos de Dinamarca (Partido Popular danés), Alemania (AfD, Alternativa para Alemania, sin olvidar al partido anti islámico Pegida), Gran Bretaña (UKIP, Partido de la independencia del Reino Unido), Italia (Liga del Norte), Holanda (Partido por la Libertad), Flandes (Vlaams Belang, ahora de capa caída por el auge del centro derecha independentista), Suiza (SVP, Partido del pueblo suizo), Suecia (Demócratas suecos), Noruega (Partido del progreso noruego), Finlandia (Verdaderos finlandeses) y no digamos en tantos países de la ex - Unión Soviética, como Hungría (con Viktor Orban), Polonia  (partido del Derecho y la Justicia), por citar solamente estos dos etc., etc. Obsérvese cómo en la mayoría, además de una apelación al estado o nación de pertenencia, aparecen los términos de libertad, liberal, progreso, democracia etc., como si sus estados los estuvieran perdiendo por una amenaza exterior. Señalemos también el más que inquietante papel de Trump en EEUU. En fin, hay analistas que comparan la situación actual con la de Europa entre las dos guerras del siglo XX con los ejemplos del nazismo alemán, del fascismo italiano y la dictadura franquista, por la derecha, y la revolución rusa, por la izquierda, aunque la historia nunca se repite.

Extremismos de prosperidad y de necesidad. La correlación inmigración populismo, extremismo, xenofobia etc., etc., es muy clara en Europa y, en muchos casos, va unida a lo que cabe denominar como populismo o autoritarismo de la prosperidad, propio de gentes adineradas que temen perder su situación de privilegio en un momento de crisis financiera y más que financiera. En el sur de Europa es distinto. Además de la historia (fascismo en Italia, franquismo en España, coroneles en Grecia) la crisis la ha empobrecido y a diferencia del centro y norte de Europa, en el sur no se teme perder los privilegios sino el trabajo.

¿Excepción española? En efecto, no habría extrema derecha en España por el (mal) recuerdo del franquismo. Así en diciembre de 2015 la Falange solamente obtuvo 7600 votos y el joven partido “Vox” 58.000. La historia del PP desde la transición es la de un tránsito desde la extrema derecha a la derecha y, en algunos de sus militantes y dirigentes, centro derecha, pero, y es su mérito (rechaza la violencia) y su debilidad (no acepta la plurinacionalidad del Estado y se escora mucho a una derecha rancia), acogiendo en su seno a la mayor parte de la derecha extrema española.

En la actualidad, algunos parecen echar en falta una implicación emocional de la ciudadanía hacia la marca España. De ahí la rabieta que les genera toda manifestación independentista o la exhibición de banderas que la reivindiquen, como la estelada. De hecho, es cierto que la fuerte reivindicación de España como nación y, más aún, como la única nación en el Estado, la defienda básicamente la derecha (tanto la “vieja”, PP, como la “nueva”, C´s): en las mesetas, Murcia, Andalucía y Extremadura (aunque gobierne el PSOE en ambas) y, también en Cantabria y Asturias. Mientras en Euskadi, Catalunya y, en menor medida Galicia, muchos de sus ciudadanos las reivindican como naciones.

A ello cabe añadir la distancia cultural y, también religiosa en determinados supuestos, que hace difícil la integración social de los inmigrantes. Cabe hablar, también en este caso, de la excepción española, particularmente en los inmigrantes latinoamericanos, por su cercanía cultural, religiosa (incluso en mayor porcentaje que los miembros del Estado, especialmente vascos y catalanes), y hablando el mismo idioma.

Extremismo vasco. Pero no siempre el extremismo está, o ha estado, en la derecha. No tenemos que mirar muy lejos pues lo tenemos en casa. Herri Batasuna, en todas sus marcas, es un partido que se ha dicho nacionalista y de izquierdas. La “izquierda abertzale”. Y de ahí no se han movido en 50 años, con un ala, mayoritaria, a la que calificaré de “posibilista” en Sortu, y otra, minoritaria, a la que calificaré de “nostálgica”, y que nos recuerda a los panfletos de los años 70, cual bunker del nacionalismo revolucionario. (Les sugiero que lean su Manifiesto en https://www.boltxe.eus/2016/05/21/askatasunaren-bidean/#ASKATASUNAREN-BIDEAN, que, al menos, tiene la virtualidad de existir, pues aún estoy por leer el Manifiesto Fundacional de Sortu). Hablando de la izquierda, ¿cómo olvidar los 72 años de totalitarismo comunista en la extinta URSS, y la increíble ceguera, silencio cómplice donde los haya, de gran parte de la intelectualidad? Sin olvidar el régimen de Mao y su influjo, también en Euskadi, en los finales de los 60 y comienzo de los 70 del siglo pasado.

En el sur de Europa, los extremismos son de signo izquierdista. Podemos en España (y con fuerte presencia en Euskadi, cuya última explicación todavía se me escapa, y a la que he de volver), la Grecia de Tsipras, la Italia de Beppe Grillo y en Portugal una coalición del Partido Socialista con varios partidos a su izquierda.

Ya escribiremos sobre Euskadi a medida que nos acerquemos a las autonómicas de otoño y tengamos encuestas frescas al respecto.

Este texto, algo recortado, se publicó en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa el sábado 11 de junio de 2016

martes, 14 de junio de 2016

La estúpida (no) seguridad francesa en la frontera de Biriatu, y en más sitios. Con un añadido


La estúpida (no) seguridad francesa en la frontera de Biriatou, y en más sitios
 

Comprendo y, en lo que puedo y cabe, comparto la preocupación de los franceses, y de su Gobierno, al ser una de las dianas preferidas del terrorismo yihadista. Pero algunas de las medidas que han adoptado rayan, siendo benévolos en la calificación, en lo estúpido. Es, simplemente “faire semblant de”, (“hacer como si ”)…Verán.

Ayer, lunes, me desplacé de mi domicilio en Donostia San Sebastián al aeropuerto de Biarritz a recoger a una persona. Ya sabía por la prensa que había retenciones en la frontera y consulté la Web “Trafikoa.eus”, antes de salir. Más aún, mi hijo, más ducho que yo en esto de las nuevas tecnologías me llamó, pasadas las 14,30 para decirme que en no sé qué webcam veía la frontera de Biriatou despejada, limpia de coches. Como sé por experiencia de años y haber vivido cerca de fronteras francesas (también en Bélgica cuando no estaba en Lovaina) que los gendarmes hacen un receso para almorzar (lo que bien saben todos los contrabandistas) pensé que eso era lo que había visto mi hijo. (En el Teleberri de ETB de hoy, martes 14, a las 15.30 veo como su corresponsal en Iparralde, señala que por la mañana ha habido colas de hasta 9 km pero que en esos momentos el tráfico era bastante fluido)

De hecho, ayer, a las 15.00 ya estaba en el coche saliendo del parking. El avión tenía prevista la llegada a las 16.40, como lo hizo pues era de ¡Hop!, y no de Air France cuyos pilotos habían decidido hacer huelga aprovechando la Copa de Europa. Ya en la autopista compruebo en los paneles indicadores de incidencias que hay una cola de cuatro km. en la frontera de Biriatou. Los gendarmes ya habían terminado su almuerzo. Decido salir de la autopista en el peaje de Irún y cruzar la frontera, sea por Hendaya, sea por Behobia. Lo hago por Hendaya y, como yo, una buena retahíla de coches. Incluso un enorme camión que justamente me precede. Ningún gendarme a la vista. Decido seguir camino hasta Behobia, ya en territorio francés y, aunque con dudas, me inclino por coger la N.10 y subir hasta San Juan de Luz Sur, donde, de nuevo cojo la autopista. Llego con mucho tiempo al aeropuerto de Biarritz.

La vuelta a casa la hacemos, mi acompañante y yo, por la autopista. En la frontera de Biriatou constato que los gendarmes, protegiendo el buen desarrollo de la Copa de Europa, han abierto solamente dos carriles creando así (dando lugar, originando, etc.) colas en las que se agolpan en, supongo que irritada espera, camiones y más camiones. Tantos que la cola no solamente ocupa todos los kilómetros que hay entre la frontera y el peaje de Irún (unos 7 Km, creo recordar), sino que la rebasa hasta más allá del área de servicio, dirección Irún, (kilómetro y medio, digo yo).

La estupidez e inutilidad de la medida es evidente. Lo que yo hice para zafarme del descontrol organizado por la gendarmería francesa en Biriatou lo hicieron muchos usuarios que ya saben de sus usos y costumbres y sospecho, ¡ay!, que también que todo terrorista que se precie.

Paro hay más. Los franceses, creo que en tiempos de Giscard idearon el plan Vigipirate. Lo entiendo, por supuesto. Pero con algunas medidas llegan al ridículo y, lo que es peor, a la inoperancia. Podría multiplicar los episodios que personalmente he vivido, pero me limitaré a dos y a una observación. Estuve visitando a mi hija en Grenoble hace un mes, más o menos. El día de mi vuelta, como llovía, mi hija me dio un paraguas ya muy deteriorado para echarlo a la basura cuando llegara a la estación de tren. Así intenté hacerlo delante de un gendarme quien me impidió diciendo que estaba prohibido. Literalmente me dijo que, en razón del plan Vigipirate, estaba prohibido. Me excusé y subí al tren, en cuyo portamaletas se quedó el paraguas cuando descendí en París.

El otro ejemplo lo tomo de los controles que realizan al entrar en las salas de conciertos que frecuento en Paris. Han colocado unos vigilantes quienes si llevas una bolsa te invitan a abrirla para que la miren, pues rara vez pasan de ahí y no meten su mano en el bolso para constatar qué hay dentro. Yo que estoy muy cabreado con estas cosas, como ya habrá comprobado el lector que hasta aquí haya llegado en su lectura, en alguna ocasión he colocado un periódico abierto en mi maletín de tal suerte que oculte un pequeño paraguas. ¿Hace falta añadir que no lo detectaron?  Por otra parte,  si vas vestido con una chaqueta te piden, muy cortésmente, que la abras para una mera inspección visual. Pero a nadie se le oculta que un terrorista puede llevar un arma pegado a la espalda.

Una observación. Nunca he visto control alguno para entrar al metro. Y rara vez para subir a un tren. Ni en Grenoble, ni en la Gare de Lyon y muy, muy rara vez en Paris Montparnasse. Podría también escribir sobre la estupidez de la T4 en Madrid, y en la práctica totalidad de aeropuertos, en los que no dejan pasar una mini-tijera y después, en un restaurante, ya pasados los controles policiales (a 50 metros en el restaurante “La Pausa” en Madrid), te dan de comer un filete con cuchillo y tenedor. O en el mismo avión.

¿Por qué lo hacen? No quiero alargarme más. Señalaré dos motivos. Por hacer como que se ocupan de la seguridad y acallar las críticas, que las habría, en esta sociedad de la queja por la queja, por un lado y, en los aeropuertos, para curarse en salud ante las compañías de seguros, quienes si hubiera un atentado se negarían a pagar un céntimo alegando que no se habían puesto los mecanismos de seguridad que los expertos (ellos también para curarse en salud) habrían diagnosticado.   

P.D. Leo en la prensa vasca de hoy (22/06/16) que, el día de ayer, las colas para atravesar Biriatu eran de 20 Km. En el Teleberri de hoy al medio día vuelven a hablar de colas kilométricas y que,el Gobierno Vasco ha pedido hablar con el SubPrefecto de Bayona. Será pena perdida. Si le recibe.

La actitud del Gobierno Francés permitiendo esta sin razón no tiene nombre. Es preciso decirlo alto y claro. NO GARANTIZA EN NADA LA SEGURIDAD. Mantener una cola de 20 km de camiones en pro de la seguridad de Eurocopa, toda persona mínimamente sensata  sabe que no garantiza en absoluto la seguridad. Es una medida inútil. Mañana, día 23 conozco a una persona que tiene que ir Biarritz a recoger a una persona. Obviamente hará algo similar a la que hice yo hace 10 días: pasará la frontera por otro sitio que por Biriatu. Con el cabreo de tener que dar un rodeo y perder el tiempo por la ingente estupidez de las autoridades francesas.

Pero hay más.. Sabiendo, como saben, las colas y retrasos que están generando, que solamente mantengan abiertos dos de las 5 o 6 carriles que creo que hay en Biriatu, dirección Francia, no sé como calificarlo: desprecio, burla, desfachatez, incompetencia radical, o quizás como me dice un amigo para estas formas de hacer daño innecesario "animus jodiendi". Por cierto la frontera francesa de Biriatu (no hay frontera en el lado española) ha sido arreglada hace un par de años, mas o menos. También la zona de peaje a escasos 100 metros de la frontera. Pero lo han hecho tan rematadamente mal que no es posible invertir el sentido del peaje a tenor de la densidad de trabajo en uno u otro sentido de la circulación, como es el caso en el peaje español. Con lo que durante el tránsito de marroquíes durante el verano, sea a la ida a su casa, sea a la vuelta, la estulticia francesa provoca gigantescas colas n el peaje de Biriatu.

¿Es que son tan tontos o hay que pensar en cosas peores?. ¡Ay!, ¿donde han quedado aquellos tiempos en los que cruzar la frontera de Irún era abrirse a un espacio de libertad?.

lunes, 13 de junio de 2016

La Quinta de Harnoncourt. A degustar con moderación


La Quinta de Harnoncourt.  A degustar con moderación

 
Acabo de escuchar la Quinta de Beethoven en la versión de Nikolaus Harnoncourt, en disco Sony que acaba de salir al mercado. Debo tener unas 20 Quintas de Beethoven en mi discoteca. Esta es a degustar con moderación. Como el mejor whisky muy iodado. Como una comida experimental en Mugaritz. No es la Quinta para todos los días. Ni semanas. Hay que esperar meses para volver a ella…aunque yo lo haré esta tarde.  

Es la Quinta de un viejo (perdón, persona mayor, en el aburrido lenguaje políticamente correcto), sí, de un viejo anarco-católico, dervergonzado, prometéico y sospecho que abandonado al Espíritu, con el que me identifico plenamente, un viejo que, cual Beethoven en su Quinta, quiere dejar claro que es así, que solamente así debe sonar su Quinta, (su vida, sus opciones), con exageraciones mil, ritardandos dos mil, acentuaciones por doquier, particularmente en los metales del último movimiento, a veces, incluso brutalmente acompañados por los timbales. Así hasta llegar a los siete acordes finales del final, acongojonantes como nunca los he escuchado, que te dejan clavado a la butaca. Ya no hay palabras. Gracias Nikolaus. Volveré a mis Quintas de Furtwangler, las de 1943 y de 1947 sobretodo, con las que me hecho, yo también, viejo, pero tu Quinta de hace un rato es impagable. Experimental donde las haya. Danke Nikolaus.

miércoles, 8 de junio de 2016

El velo islámico, el Che Guevara y la Coca Cola



El velo islámico, el Che Guevara y la Coca Cola


En la portada, formato papel del diario “El País” del 1 de Junio de 2016 leo que “la abogada general de la UE, Julianne Kokott, concluyó ayer que las empresas europeas pueden prohibir a sus empleadas llevar velo (islámico) porque ese símbolo vulnera la neutralidad religiosa”. En la página 19 del mismo diario, del mismo día, veo una foto del Sr. Josep Garganté, edil de Barcelona, donde contemplo, indubitablemente, que lleva tatuada una foto del Che Guevara. Me entra una duda. Llegado el caso, ¿la abogada general de la UE, Julianne Kokott, aceptaría que su empresa expulsara al Sr. Ganganté porque su símbolo vulnera la neutralidad política?. Y si lo hiciera, ¿se imaginan el follón que se organizaría en España por vulneración, esta vez, de la libertad de expresión?.


En efecto cabe preguntarse porqué tantas reticencias a mostrar públicamente, de forma absolutamente pacífica, símbolos religiosos y no (determinados) símbolos políticos. Por ejemplo, no se pueden mostrar cruces gamadas, se retiran denominaciones de calles de militares o personas de signo franquista, pero no hay problemas para ir vestidos con camisetas con la efigio de Mao o del Che Guevara.

Pero creo que hay que ir más allá. Mucho más allá. En la televisión y en los medios de comunicación social podemos ver publicidad de grandes empresas cuyo único objetivo es vender lo más posible, fomentar, cuando no crear, el consumo por el consumo, importando a nuestro jueces y comentaristas un comino lo que pueda suponer de vulneración de “neutralidad” social o financiera. Señalemos a Coca Cola más como símbolo que como empresa concreta. Cuestión que casi nadie se plantea. Además, en el plano individual, una persona puede andar por la vida haciendo publicidad de esta o aquella marca (prenda de vestir, complementos, bebidas, bolígrafos, etc., etc.) a veces de empresas (capitalistas o no, poco importa) que no tienen reparo alguno en vulnerar los derechos fundamentales de las personas sin que ningún Tribunal de Justicia, ni medio de comunicación y casi ningún intelectual se pregunte la razón de ser de tamaña discriminación.

En efecto, ¿por qué una chica no puede llevar el velo islámico en su centro docente o en su lugar de trabajo, cuando un chico puede lucir una camisola del Che, poco importa quién y en qué condiciones la fabrique?. Pero más aún y más importante a mi juicio. Sentado lo anterior, ¿por qué todos puedan comprar Donuts, Coca Cola, larga y libremente publicitados y, los más ricos, los últimos modelos de smartphones, sin cortapisa alguna?

¿Qué supone mayor peligro para la ciudadanía (peligro, sí, pues se trata de prohibiciones), llevar el velo islámico, un tatuaje del Che o publicitar orgullosa (e impunemente) el logo de tal o cual empresa que solamente piense en ganar dinero, al precio que sea?. ¿Están Ustedes seguros de que es más peligrosa la vulneración de la neutralidad religiosa o política que la de la  financiero - económica - social?. ¿Qué incitación es, socialmente hablando, más peligrosa?. Por favor, pónganse en la piel de un chaval en una barriada depauperada de nuestras ciudades. O, digamos, del África subsahariana.
Creo que hemos perdido el Norte.

P.D. Revisando unas notas de mis lecturas recientes, encuentro esta reflexión de Tariq Ramadan en el libro en el que se nos transcribe su conversación con Edgar Morin, "Au péril des idées" Presses du Chatelet, 2014, que ya he comentado en este blog. Dice así Tariq Ramadad (p.168): "Se quiere hacer de la escuela un santuario donde ciertas influencias o representaciones no tengan cabida en la transmisión neutra del saber. En los hechos hay un problema: nada de signos religiosos en la escuela, pero bienvenidos los signos de la publicidad, las marcas, las etiquetas, etc. ¡Como si estas últimas fueran ideológicamente neutras!. Regis Debray, en esta lógica, propuso que se prohibieran todos los signos: Coca Cola, como el velo (islámico) o la kipa (judía). Por supuesto, no le hicieron caso. En ultima instancia, ¿cual es el sentido, la esencia e incluso la finalidad de un espacio neutro que permita la entrada de signos publicitarios como Nike o Coca Cola, pero que rechaza los signos religiosos como el velo o la kipa?. Estamos ante una elección ideológica que no es, en nada, neutra. Los signos del poder ideológico del dinero entran en el santuario de la escuela, pero los signos religioso están proscritos" (La traducción es mía). Verdades como puños que no serán tenidas en cuenta, claro está.