jueves, 31 de diciembre de 2015

Lo indecible de la música


Lo indecible de la música

 

(31 de diciembre de 2015)

 

Esta tarde de fin de año he escuchado, en casa, dos joyas de la música de todos los tiempos: los últimos cuarenta minutos (aproximadamente) del primer acto de Parsifal (la primera exposición del Grial) de Wagner en la versión dirigida por Knapperbutch en Bayreuth el año 1951y las Variaciones Goldberg de Bach con Celine Frisch al clave, en grabación de hace pocos años. Dos obras bien distintas de dos compositores bien diferentes. Y, cada vez que vengo al teclado queriendo trasladar mis sensaciones al término de alguna audición o escucha de una obra, me quedo sin términos para hacerlo con un resultado mínimamente convincente. Es lo indecible de una experiencia que siempre embargo es bien real. Me digo que, si fuera un escritor y no un mero redactor, quizás encontraría las palabras para describir la experiencia musical pero, constato leyendo lo que otros, algunos grandes escritores, han reflejado sobre el papel comentando determinadas obras musicales, que no son capaces de trasladarme y, menos aún hacerme partícipe, de sus emociones y sensaciones. Con lo que poco puedo añadir sino reiterarme en lo indecible, aunque bien real y trascendente, de la experiencia musical.

Correos cerrado la mañana del 31 de diciembre


Correos cerrado la mañana del 31 de diciembre

 

Tengo un “Aviso de Llegada” de Correos que me indican que proviene de “Eusko J.”. No sé qué pueda ser pues no espero ningún paquete del Gobierno Vasco. Me indican de Correos solamente que debo pasar a recogerlo antes del 6 de Enero o llamar a un teléfono por si deseo que me lo traigan a casa, obviamente con el coste correspondiente. Esta mañana, a las 11,00 me acerco a Correos. Y, ante mi sorpresa, está cerrado a cal y canto, sin ninguna indicación de nada. (En la librería de enfrente me dicen que esos avisos los ponen en el interior…). Algunos dirían que, siendo 31 de diciembre, como buen servicio público que se precie, está cerrado. Por cierto, ¿al servicio de quienes?, pues los servicios privados de este 31 de diciembre están repletos de gente haciendo colas.

domingo, 27 de diciembre de 2015

La locura de la Navidad


La locura de la Navidad

 

 

En la vida de las personas hay momentos fuertes, momentos intensos que se mantienen a lo largo de su existencia: la fecha de nacimiento, el aniversario de bodas por ejemplo... cuando ha ido bien.  Lo mismo sucede con las sociedades: las fiestas del pueblo, la tamborrada en Donosti, las Semanas Grandes aquí y allá, la Mare de Déu de la Mercè en Barcelona, San Isidro en Madrid, etc., etc. Pero algunas fechas van más allá de las personas, de las sociedades locales, y hasta de los estados. En el mundo occidental una de esas fechas es la Navidad. Todo ese mundo celebra la Navidad. Las fechas de Semana Santa no alcanzan tanta extensión, salvo en Andalucía. Quizás quepa equipar el Carnaval a la Navidad aunque tampoco creo que llega a tanta gente. Pero, ¿qué celebramos en Navidad? ¿Es simplemente una rutina, una costumbre o es algo más?. Porque hay rutinas y costumbres que desaparecen y otras, como la Navidad, que se mantienen a lo largo de los siglos y en todo el mundo occidental.

 

Navidad y Carnaval. La primera explicación que me viene a la cabeza tiene que ver con algo que me parece elemental: la Navidad es una fiesta amable. Es un periodo en el que todos hemos interiorizado que hay que manifestarse amables, que hay que procurar aparcar nuestras diferencias, nuestros cabreos, nuestros problemas y ofrecer nuestra mejor cara. Es como un alto en nuestra vida en el que parece que decimos: ahora vamos a ser buenos, vamos a hacer eso que sabemos que le va a gustar a mi pareja, a mis hijos, a mis padres, a mis amigos, al vecino, al compañero de trabajo. Y nos juntamos a comer, nos hacemos regalos, nos deseamos felices fiestas y próspero año.

 

Pero también hay quienes piensan que la Navidad es un periodo de hipocresía en el que olvidamos nuestras desavenencias y, si es posible, escamoteamos hasta nuestros odios. Hay quienes piensan que la Navidad es el periodo de la falsedad por excelencia. No niego que algo de eso pueda haber pero ¿no es acaso la manifestación, como el Carnaval, de que queremos ser de otra manera, de que deseamos que nuestra sociedad sea de otra manera, que nuestras relaciones sean de otra manera? Aunque la diferencia con el Carnaval es capital: en la Navidad actuamos a cara descubierta, sin más fachada que la cara que sepamos poner. No nos enmascaramos, como en Carnaval. Queremos ser de otra manera, sin caretas.

 

En la Navidad gastamos en manjares que sabemos que estarán más baratos pocos días después, penaremos para subir la cuesta de enero, los obsesos de la línea se la saltarán por unos días haciendo, en enero, el agosto de los gimnasios, de los médicos expertos en desengordamientos.

 

Navidad y Familia. Pero la navidad es más que comilonas, caras bonitas, fiestas y regalos. La Navidad es, todavía, una fiesta familiar. El anuncio televisivo de “vuelve a casa por Navidad” nos lo muestra. Los vascos, si podemos desanudar la garganta, cantamos en Navidad el entrañable “Hator, hator mutil etxera gaztaina ximelak jatera, Gabon gaua ospatutzeko aitaren eta amaren ondoan. Ikusiko duk aita barrezka amaren poz ta atseginez”[1].

 

Yo creo que mientras haya familia habrá Navidad. Se habla mucho de la crisis de la familia. Pero si crisis hay es crisis de éxito, de exigencia. Porque somos seres sociables y queremos compartir nuestra vida con otra persona. No queremos vivir solos. Queremos vivir con otra persona. Y queremos vivir felices con otra persona. Y queremos que nuestro amor, no sólo perdure sino que se traslade a nuestros hijos. Lo que sucede es que, en una sociedad que cada día es más agresiva, donde la intemperie, fuera del hogar familiar, se hace a menudo hostil, pedimos más y más a la familia. De ahí su éxito, de ahí su fragilidad. De ahí que muchas veces no logremos lo que nos hemos propuesto. El amor se marchita, se rompe y lo que se pensó como un espacio de cariño y ternura se convierte en flor mustia, cuando no en corona de espinas. La separación se hace inevitable. Se ponen tantas esperanzas en la familia, que no podemos soportar que nos hayamos equivocado. La familia se rompe a nuestro pesar, hasta con alivio cuando la situación se hace insoportable.

 

Pero esta situación no supone en absoluto la muerte de la familia. Lo que puede acabar con la Navidad (o dejarla exclusivamente en manos de los publicistas, y habría que ver cuanto duraría, entonces) es la muerte de la familia y la familia puede morir cuando ésta se agote en la pareja. Entonces no habría nadie a quien desear ver en casa por Navidad. La cosa será inevitable cuando, de forma mayoritaria -pues siempre habrá circunstancias y casos particulares- la pareja no se constituya como un proyecto de vida en común, abierta a la educación de hijos, propios o adoptados, sino como una mera unión de dos personas que deciden vivir juntos, a veces sin convivir, y ello mientras el otro o la otra me ayude a seguir viviendo. En el fondo, “mi” pareja solo me interesa en función de que me sirva a “mí”. Es una pareja instrumental. Es como una prótesis psicológica que, si falla, o ya no es necesaria, se tira.

 

Tras una lectura de Karl Rahner. Hace unas semanas, tomándome un café en la peatonalizada plaza del Callao madrileño, en este invierno veraniego que nos acompaña, devoré un librillo del inmenso Karl Rahner, a decir de muchos el mejor teólogo católico del siglo XX, sobre “El significado de la Navidad”. (Herder 2015). ¡Qué delicia de libro!. Eso sí, hay que leerlo dos veces. Contiene dos brevísimos textos. Del segundo, titulado “La respuesta del sosiego. Carta a un amigo” con motivo de la Navidad (publicado en un diario vienés en 1962), traslado estas líneas: “Jesús es un hombre verdadero, es decir, un hombre como tú y como yo; un hombre que asume obedientemente el insondable misterio de su existencia. (…) Así fue también aquel cuyo comienzo quieres celebrar y festejar. Lo que él aceptó como hombre, también tú puedes atreverte a hacerlo: decir sosegada y creyentemente “Padre” a lo insondable y aceptarlo no como una lejanía matadora sino como una proximidad sin medida y perdonadora. (….). Por tanto, convendría conjurar la experiencia de nuestro corazón para vislumbrar venturosamente lo que se quiere decir con la encarnación del Dios eterno. Convendría que esto ocurriera en medio del sosiego en el que el hombre se halla consigo mismo, buscando el conocimiento de sí mismo. Este sosiego bien entendido en la fe del mensaje de Navidad es una experiencia existencial del hombre infinito, una experiencia que nos dice algo que solo es así porque el propio Dios se ha vuelto hombre. Si nos experimentáramos de otra manera, Dios no habría nacido como hombre”. Sí. Si nos experimentáramos de otra manera, Dios no habría nacido como hombre. Insondable misterio. Un Dios humano.

 

El Dios cristiano es el único Dios que se hace hombre divinizando así, de alguna manera, los hombres y mujeres, todos unidos en una fraternidad que va más allá de nuestras diferencias. Eso es la Navidad desde la perspectiva cristiana. En nuestras categorías le decimos Hijo de un Dios, Padre de todos y, para los que le llamemos padre, anhelante demanda de sosiego de nuestra finitud. Ese niño es Hijo de Dios, es la manifestación de un Dios nacido hombre. De tanto oírlo no nos damos cuenta de ello, resbala en nuestra cotidianidad. Pues, ¿hay insensatez mayor que esa?.¿Hay locura mayor que esa?. ¡Bendita locura!

 

Feliz Navidad. Mis mejores deseos para 2016

 

(Una redacción reducida de este texto se publicó el 26 de diciembre en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa)



 (1) Texto en castellano del “Hator, hator” que muchos escriben “Ator, Ator”.“Ven, muchacho, ven a casa, a comer castañas pilongas, a celebrar la Nochebuena, junto al padre y la madre...Verás al padre reír, verás la alegría y dicha de la madre.//Muchacho, empuja ese tamboril mientras se tuestan las castañas, mientras se tuestan las castañas...¡txipli txapla... pum!//¡¡Que pasemos una feliz Nochebuena!!”
 

viernes, 25 de diciembre de 2015

España como problema para el futuro de España


España como problema para el futuro de España

 

(25 de diciembre de 2015)

 

Acabo de leer el discurso del rey Felipe de esta noche. Me ha sorprendido particularmente el uso reiterado, a veces cacofónico, de los términos España y españoles. Aplicando la oportunidad que las actuales tecnologías nos ofrecen de contabilizar el uso de determinadas palabras he constatado que en su discurso, relativamente breve (1761 palabras), el rey ha utilizado en 17 ocasiones el termino España, en 12 el de españoles a los que cabe añadir la referencia inequívoca a España en las palabras nación y país, tres veces cada uno de estos dos términos en su discurso. En total 35 apelaciones a España y los españoles en un discurso de 35 párrafos.

 

Es evidente, a mi juicio, que el Rey ha querido subrayar, sin citarlo, el riesgo-peligro-alarma etc., que le suscita el contencioso catalán. Y lo hace insistiendo machaconamente en la realidad de una España que, pese a la referencia al artículo 2 de la Constitución la considera uni-nacional con una soberanía única y que reside en “las Cortes Generales, como depositarias de la soberanía nacional, (que) son las titulares del poder de decisión sobre las cuestiones que conciernen y afectan al conjunto de los españoles”.

 

Este planteamiento, me parece esclavo del concepto de soberanía española como indivisa y única cuando tal soberanía ya está, de facto, compartida con otras entidades diferentes a las de las Cortes españolas. Concretamente con el Parlamento Europeo. La obcecada reiteración de esta esclavitud semántica, con toda su connotación política, me parece que imposibilita que muchos catalanes y vascos se sientan españoles. De tal suerte que la invocación continuada de España y de la unicidad de su soberanía en las Cortes Generales (falsa en la realidad), conlleva a la desmembración emocional de España en los sentimientos de pertenencia de muchos ciudadanos.

 

¿Por qué tanto miedo a la soberanía compartida intra-estatal cuando se acepta la soberanía compartida  inter-estatal a favor de la Unión Europea?. Así se explica la resiliencia de las naciones sin Estado abocadas a constituirse como estados para gozar de la soberanía de la que gozan los estados, incluso plurinacionales, como España.

viernes, 18 de diciembre de 2015

La conciencia de un juez, treinta años después


La conciencia de un juez, treinta años después


Javier Ibarrategui habría nacido en Zestoa el año 1940 y participado en el asesinato del torturador Melitón Manzanas en 1968. Después, huido a Francia, donde se habría insertado socialmente, se aleja de ETA y llega a condenar el atentado que acabó con la vida de Carrero Blanco, lo que le supuso problemas con la organización terrorista. Giscard d´Estaing, al alcanzar la presidencia, decreta que España es ya un país democrático y que no cabe hablar de refugiados políticos en el caso vasco. Convocado Ibarrategui. habría declarado a la Comisión que debe decidir de su suerte, que sabe que será “ejecutado” si vuelve a España, a donde irá, si no obtiene el estatus de refugiado, pues no quiere vivir escapado en Francia. La Comisión el año 1982 revisa su caso y decide no concederle el estatus de refugiado. Pocos meses después Ibarrategi es asesinado en Pamplona por un militante del GAL. Uno de los que participaron, como ponente, en la decisión de no concederle tal estatus, tiene problemas con su conciencia por la decisión adoptada y treinta años después relata el suceso en un pequeño libro que, ya llamó la atención cuando se editó en Francia en 2013. Acaba de publicarse en castellano. El libro: “El camino de los muertos”, (Periférica 2015). El autor, el jurista François Sureau. (“El Camino de los muertos” como señala el autor en su libro era una realidad en los enterramientos en nuestros caseríos, al menos hace un par de generaciones. De ahí el titulo de su libro)

En España, y en parte se entiende, muchos críticos han puesto el acento en la inexactitud de la historia que se narra en el libro. Digo que se entiende pues el “relato” que se describe (Sureau define su libro no, como “roman”, novela, sino como “recit”, relato), es históricamente hablando, inexacto. Baste decir que no hay ningún Ibarrategui nacido en Zestoa. Tampoco ningún miembro de ETA que el año 1982 el gobierno francés haya transferido a España tras un juicio en Francia. Tampoco un miembro de ETA asesinado por los GAL en Pamplona. Pero constatado que la historia del relato del libro no es verídica, hay que añadir que tampoco es esa la intención del autor. En varias de las entrevistas orales que he tenido ocasión de visionar a propósito de este libro (por ejemplo http://www.blog-laprocure.com/tag/francois-sureau/) el autor confiesa que su libro tiene un perfil autobiográfico pero no en el sentido de que relate una historia verídica en sus detalles. De hecho Sureau, al comienzo de su carrera profesional, fue ponente de la Comisión Nacional de Derecho al Asilo a la que recurrían los refugiados solicitando el asilo político que habría sido denegado en primera instancia. Luego pudo estatuir sobre algún caso de un miembro de ETA pero el detalle de su relato no pretende ser real. Lo que quiere significar el autor es que, en su vida profesional, adoptó una decisión que, con el paso del tiempo, se le ha aparecido, quizás, como injusta. El libro es fruto de esa descarga de su conciencia. Lo hace relatando un caso en el que incluso el juez que preside la Comisión, George Dreyfus, es un nombre ficticio, aunque su perfil corresponde con el que él conoció y con el que decidió bastantes casos de refugiados.

 

Su intención, explícitamente señalada en las entrevistas arriba mentadas, es poner de manifiesto el riesgo de “inatención e indiferencia en el mundo del derecho” como a él le sucedió al inicio de los años 80. Sureau plantea el problema de la relación entre “la obediencia a la ley y sus consecuencias en la vida de las personas” y lo plantea como “un problema de conciencia”. Esto, y no el relato de lo sucedido al supuesto etarra del libro, conforman el meollo del texto.

 

Meollo que se vislumbra ya en las primeras páginas cuando insiste el autor en las reflexiones del juez principal de la Comisión Nacional de Derecho al Asilo de los riesgos que tienen en su profesión de caer en la rutina, de la inatención debida a cada caso, de la indiferencia de lo que resulte de los refugiados a tenor de sus decisiones. Meollo que aparece en todo su crudeza en la forma como Sureau relata, tras la defensa que hace Ibarrategui de su causa, el impacto que sus palabras produjeron en el jurado. Inmediatamente después continua Sureau su relato con estas palabras (que yo traduzco del francés, idioma en el que he leído el texto) “Georges Dreyfus se quedó en silencio, como para dejar que toda esta emoción se disipara. Luego, en un par de frases breves, nos dijo que no nos veía a nosotros cuatro condenando al nuevo gobierno democrático de España. (La Comisión la formaban cuatro personas, aclaro). En esta ironía, que no era su costumbre, tuve la fugaz impresión de que no había llegado tan fácilmente a adoptar esta decisión. Yo estuve a punto de preguntarle si estaba seguro de la elección que íbamos a adoptar. Me había tranquilizaba al constatar que él había tomado la misma posición que yo, pero me sentía interpelado por esa duda que creía haber adivinado. Esa vacilación, en cuya explicación creía ver la causa de la forma de actuar del juez (obsesionado por la posible indiferencia hacia las personas que juzgaban), hacía que apreciara y respetara a George Dreyfus. Pero él me pidió que leyera la resolución que yo había preparado”, rechazando la demanda de acordar el estatus de refugiado a Ibarrategui y que, con algún cambio de detalle, fue adoptada.

 

Habrá comprendido el lector que realmente el fondo del tema está en la afirmación del juez de que “no nos veía a nosotros cuatro condenando al nuevo gobierno democrático de España”. Es la razón de Estado. Pero además, y en toda su crudeza, el dilema entre la ley y la conciencia del juez en su aplicación. No entro en el campo del derecho. No es el mío. Menos todavía en la conciencia de los jueces. No tengo derecho a hacerlo. Pero sí puedo entrar en mi conciencia, como persona y como sociólogo. Me pregunto, ¿cómo determino yo que este Estado sí, y aquel otro no, tiene un gobierno democrático?. Pongo un ejemplo para que se me entienda: yo tendría muchas dudas en firmar una extradición a Estados Unidos (y añadiría una larga lista de otros países, por supuesto), digamos, de un traficante de droga, sin delitos de sangre. Sencillamente porque estoy en contra de la cadena perpetua. Y si tuviera delitos de sangre también, pues estoy en contra de la pena de muerte.

 

¿Es esto caer en el “buenismo” que algunos están aduciendo en los últimos tiempos cuando se critican algunas de las medidas que gobiernos de países democráticos, Francia y Bélgica en particular, y después toda Europa, están adoptando tras la masacre de Paris del 13 de noviembre pasado en la, por otra parte, más que justa y necesaria, lucha contra el terrorismo yihadista?. En absoluto. Simple, pero fundamentalmente, defiendo, como siempre he sostenido, que toda persona, incluido el terrorista más deleznable (por seguir en este registro), es sujeto de unos derechos inalienables que no pueden ser conculcados mediante la cadena perpetua o la pena de muerte. El lugar natural de un terrorista es la cárcel. Siempre lo he dicho. Particularmente cuando ETA campaba a sus anchas. No debe quedar duda de ello. Como tampoco de que todo movimiento terrorista ha sido siempre derrotado. Pero la cárcel, en un país democrático, debe tener, también, la misión de buscar la resocialización del condenado. Lo que es imposible, a decir de criminólogos eminentes, con penas de prisión muy elevadas. Y no digamos con cadenas perpetuas, aún revisables, pasados 20 o 30 años en prisión como es el caso en España, actualmente.

 

El libro de Francois Sureau obliga a pensar. Y se lee en una corta sentada. Pero olvídense de Ibarrategui, si pueden, y les invito a reflexionar sobre el dilema que plantea el libro.

 

Una redacción algo más reducida de este texto se publicó en Noticias de Gipuzkoa y en DEIA el 15 de diciembre de 2015

martes, 15 de diciembre de 2015

¿Quién ha ganado, según la prensa, el debate - pugilato Rajoy-Sánchez?


¿Quién ha ganado, según la prensa, el debate-pugilato Rajoy-Sánchez
según once periódicos?

 

He definido la campaña electoral para el 20 de diciembre próximo con tres notas:

-        la campaña del pensamiento débil, el reino de twitter (144 caracteres) y de los titulares de prensa.

-        La gobernanza como espectáculo televisivo

-        La competitividad – ¿quien gana en los debates- frente a la competencia de quien es más capaz para liderar un país durante los próximos 4 años.

 

Presencié gran parte del debate-pugilato entre Rajoy y Sánchez del lunes 14 de diciembre. Me perdí lo que todos los medios resaltan: los insultos de Sánchez a Rajoy y la réplica, también con insultos, de Rajoy. (Déjenme añadir, como muestra de que yo también tengo mala leche, que estuve más de media hora peleándome, primero con las cintas telefónicas de American Express y después con dos “técnicos” de Amex que estaban… en Argentina. Tengan mucho cuidado con Amex).

 

Esta tarde, con los restos de la mala leche del día de ayer, de Amex y, sobretodo, del pugilato Sánchez-Rajoy, he consultado quién, según los medios de comunicación, ganó la contienda. He consultado once medios. Aquí abajo tienen los resultados:

  

Quien venció en el debate-pugilato entre Rajoy y Sánchez del 14 de diciembre de 2015

 

Tabla 1.

Venció:
La Razón
El Correo
Público
Eldiario.es
El Confidencial
Rajoy
67
41
25
22
43
Sánchez
33
41
75
78
33
Ninguno de los dos
-
18
-
-
24 *
Total
100 %

* Hemos perdido todos.

Fuente: Consultados en su web a las 21.00 horas del día 15 de diciembre.

 

Tabla 2.

Venció:
El Periódico
El Mundo
La Vanguardia
El País
ABC
Huffington Post
Rajoy
34 %
62
43
46
78
19
Sánchez
66 %
38
38
49
17
44
Ninguno de los dos
-
-
19
¿?
6
37
Total
100 %

 

Fuente: El Periódico de Catalunya, martes 15 diciembre a las 17.11. Consultado a las 20.00.

 

Cuatro comentarios y una sugerencia- recordatorio.

 

  1. Premio Nobel para quien, tras leer los resultados de los once medios de comunicación consultados, sea capaz de saber quién ganó el debate-pugilato.
  2. Es sabido que estas encuestas no tienen nada de científicas. Responden a ellas quienes quieren aunque, normalmente, son más los habituales que leen cada medio de comunicación los que lo hacen en ese medio. Sin olvidar, a) que los afines a cada opción política no se privan de pedir a sus suyos que voten por el candidato de su elección en esas encuestas y b) que los más jóvenes, siendo más duchos en estos artilugios electrónicos, están sobrerepresentados en estas encuestas. Factor clave para el éxito, en esas encuestas, de Pablo Iglesias.
  3. Ganar un debate- en la televisión y en las encuestas- nada tiene que ver con que el vencedor vaya a ser el mejor gobernante.
  4. En fin, ¿no les llama la atención que los medios de comunicación más proclives a Sánchez le den vencedor en el debate-pugilato y quienes más cercanos a Rajoy, den vencedor a Rajoy?. Comparen, por ejemplo, los resultados de las encuestas de “Público” y “Eldiario.es” con los de ABC y “La Razón”.

 

La sugerencia, que será un recordatorio para quienes tienen la amabilidad de leerme es obvia: si quieren tener criterio propio, ¡por favor!, ¡por favor!, no se limiten a leer un solo medio de comunicación. Lean, como poco, dos pero, eso si, de ideologías diferentes. Y si son tres y cuatro, - pero de ideologías diferentes insisto- mejor. Es el precio a pagar si quieren ser dueños de su pensamiento.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Un Dossier de VIda Nueva sobre la reconciliacion en la sociedad vasca



 

La revista de signo cristiano Vida Nueva en su último número (12 al 18 de diciembre de 2015) ha consagrado un Dossier al tema de la reconciliación. Aparecen varios relatos de victimas así como los planteamientos de la Iglesia Católica en la sociedad vasca al respecto. También una entrevista al obispo Uriarte y un artículo mío. Este es el enlace.

Si no lo podéis abrir en su totalidad (hay partes que son de pago) se puede encontrar todo el texto y sus fotos en la revista de prensa del 11 de diciembre en la Web de la diócesis de Bilbao (http://www.bizkeliza.org/revista-de-prensa/). Pinchar en el calendario en el día 11 de diciembre. 

 


¿A quién votaría el 20D, si tuviera que votar fuera de Euskadi?


¿A quién votaría el 20D, si tuviera que votar fuera de Euskadi?

 

Será porque estoy mucho tiempo en casa, el hecho es que recibo bastantes llamadas de empresas que llevan a cabo encuestas para esto y aquello. Aunque también es cierto que por mi ya avanzada edad, a menudo no entro en los perfiles que necesitan. Pero no hace mucho tiempo, en una encuesta electoral, obviamente entraba en sus perfiles. En un momento de la encuesta me preguntaron a quien votaría como presidente del gobierno español. Sin pensarlo mucho respondí que Pedro Sánchez. Me quedé un tanto sorprendido por mi rápida respuesta y, durante varios días y semanas, me preguntaba, aunque sin mayor preocupación, porqué habría dado esa respuesta cuando mi opinión sobre el actual candidato socialista no era precisamente muy buena. Claro que, a continuación, me preguntaban que, si no a él, a quién de los otros principales contendientes, Rajoy, Rivera o Iglesias, daría mi voto. Y mi funesta manía de pensar demasiado, que diría una fugaz novia de mi adolescencia (lo que supuso, me temo, que me quedara a cuatro velas), me ha llevado a darle vueltas a la cuestión: si tuviera que votar, digamos, en Madrid, a qué partido o formación política daría mi voto. Lo que me obliga a diseccionar mi lectura del PP de Rajoy, del PSOE de Sánchez, del Ciudadanos de Rivera y del Podemos de Iglesias. Que me perdonen los demás partidos de ámbito estatal pero ya tengo bastante con los cuatro que, a todas luces, van a obtener el mayor número de sufragios.

 

Rajoy y el PP, tienen una ventaja indudable: experiencia de gobierno. Pero poco más pues algunos juzgarán que esa experiencia ha sido mala, incluso pésima, juicio con el que, en gran medida comulgaría desde mi personal posición de vasco nacionalista (moderado) y defensor (radical) de los derechos humanos de todos, presos incluidos. Además mi decidida apuesta por la convivencia y la reconciliación tras la losa de ETA y de otras violencias colaterales, se da de bruces con la acción política del PP en esta legislatura, y con mayoría absoluta en el Parlamento. El rodillo que han utilizado, particularmente en este tema, no me ha gustado nada. Nada de nada. Añádase el desinterés mostrado ante las reiteradas llamadas del lehendakari para abordar, desde el pacto y la negociación, el contencioso vasco, y sus afirmaciones, aquí y allá, de que el Concierto Económico es un privilegio injusto de los vascos que debe ser abolido (planteamiento no aceptado por el PP vasco hasta el descabalgamiento de Arantza Quiroga), luego me enfrento a una enorme dificultad para otorgarles mi voto.

 

Del PSOE me separa mi ideología nacionalista pero no siendo esta radical, y convencido de que, al menos hasta ahora, el nacionalismo del PNV junto al PSE conforman el nicho central del río por el que discurre la sociedad vasca, (quedando en los extremos, en las orillas, el PP y la izquierda abertzale), tendría tendencia a dar mi voto, fuera de Euskadi, al PSOE. Quizás por eso, en la encuesta que arriba he referido, respondí que votaría a Pedro Sánchez como presidente del gobierno español. ¡Ay!, pero es, precisamente, el candidato Sánchez el que me causa problemas. No le veo, ni de lejos, madera de presidente. Algunos hablan de Zapatero-bis. Es quizás un pelín injusto, pero no por ello se me antoja del todo descarriado. No le recuerdo una idea digna de ese nombre. Su España federal es un “café con leche para todos”, en envoltorio post-moderno. Sus discursos no pasan de mitineros. Claro que, se puede objetar, que no se espera de un presidente que haga buenos discursos sino que sea, como poco, un buen gestor y, si da la talla, un líder. Pero, si no le cae encima una especie de gracia presidencial que haga de él un líder, por lo hasta aquí ha mostrado nada hace pensar que algo así hubiera de ocurrir. Además, por lo que llevamos visto, Sánchez tampoco es un buen gestor. Basta ver algunos nombres que ha fichado para las candidaturas al 20 de diciembre. Particularmente la de Madrid, creando el enfado de sus propios militantes.

 

De Albert Rivera comenzaré diciendo que es un chico listo. Recuerdo que, en tiempos del tripartito con Maragall como President, presenté, en el propio Parlament catalán, un estudio sobre la convivencia en los centros docentes de Catalunya. La sesión duró mucho más de lo previsto y el que me formuló las preguntas más inteligentes y más complicadas fue Albert Rivera. La presidenta de la sesión nos pidió que acortáramos la discusión. Hoy le definiría como un tecnócrata español de Barcelona, que ha logrado algunos buenos fichajes (Garicano en economía y alguno más que conozco personalmente en Andalucía) y que ha presentado un programa detallado (que ya he valorado en mi blog) con el que comparto algunas cosas, pero disiento frontalmente de otras. Comparto su rechazo al clientelismo, su propósito de separar el ejecutivo de los órganos que lo controlen. No solamente el sistema judicial que también, sino los mecanismos de control financiero como desarrolla Garicano en su libro “El dilema de España”. Me separa de él, básicamente, su centralismo a ultranza. No solamente se quiere cargar el Concierto Económico sino que quiere suprimir la posibilidad de que los navarros, libre y democráticamente, puedan decidir conformar otra entidad política con los ciudadanos de la Comunidad Autónoma Vasca. Y el idioma vasco, como el catalán le trae sin cuidado. Más aún, en el Parlament tiene a gala usar el castellano.

 

Para votar a Pablo Iglesias tendría que nacer otra vez, en otra familia y tener otra educación bien distinta a la que he tenido. Todos somos hijos de nuestra infancia y juventud. Hasta cuando renegamos de ella. Yo no acepto el centralismo democrático de matriz marxista-leninista que está en la base del programa de Podemos, por mucho que ahora intenten descafeinarlo. Centralismo en su Programa (el de las elecciones europeas analicé en mi blog y en un artículo en este medio) y en su organización como Partido que, obviamente, ha dado lugar a no pocos desgarros internos. Sin embargo veo con simpatía, desde que lo detectamos en un estudio sobre los valores de los jóvenes españoles en 2006, el surgimiento de una corriente alternativa al actual sistema entre una parte importante de la juventud, que después tendría su expresión ciudadana en el movimiento 15 M, y que se ha traducido, parcialmente, en Podemos. También creo que son los únicos, a nivel estatal, que aceptan la única solución posible al contencioso catalán: que decidan sus ciudadanos qué quieren para su país. En fin, un profesor universitario que solamente se ha movido en las arenas de la discusión en las aulas y foros, cuya experiencia política se limita a la revolución bolivariana, y que, entre nosotros, se acerque a Sortu, francamente no me anima, en absoluto, a darle mi voto para verlo en la Moncloa.

 

Luego ¿a quien votar si lo hiciera fuera de Euskadi?. Mi mujer me dice que me falta una opción: votar en blanco. Porque votar, hay que votar siempre, si se es demócrata. Incluso si se piensa que nuestra democracia es imperfecta. ¡Ay!, ¡qué sabia es mi mujer!.

 

(Publicado el 5 de diciembre de 2015 en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa)

domingo, 6 de diciembre de 2015

Navid Kermani: Una conferencia excepcional sobre la cultura occidental y el Islam


Navid Kermani: Una conferencia excepcional sobre la cultura occidental y el Islam

 

Presento a continuación un texto largo de doce páginas que es de lo mejor que he leído estos últimos años acerca del conflicto con (parte) del Islam de (parte) del mundo occidental. Sugiero una lectura, y relectura, sin prisas.

El primer texto, de dos páginas, es la presentación del personaje, el historiador germano-iraní, Navid Kermani y su obra, por la agencia EFE el día en el que le entregaron el Premio de la Paz de los libreros en la Feria de Frankfurt el 18 de Octubre de 2015.

El segundo texto, es el extraordinario discurso que pronunció ese día al recibir el Premio.

(1). (Texto de EFE cuando le dieron el Premio de la Paz en Frankfurt el 18 de Octubre de 2015)

La biografía y la obra polifacética de Navid Kermani, Premio de la Paz de los libreros alemanes 2015, hacen que este escritor germanoiraní parezca hecho a la medida de una Feria de Fráncfort, siempre marcadamente política.

Su condición de hijo de inmigrantes iraníes y de musulmán ilustrado hacen de Kermani -que se define como un "niño de la República Federal de Alemania"- un símbolo de la integración y de la posibilidad de un islam europeo.

En cierto modo, como él mismo dijo hoy en conferencia de prensa, el que le hayan dado por primera vez el Premio de la Paz a alguien que tiene pasaporte alemán e iraní, justo en el año en que Irán ha boicoteado la muestra por la presencia de Salman Rushdie, es una gran paradoja.

Un periodista insiste en el tema y le pregunta si, como musulmán, no se siente ofendido por "Los versos satánicos" de Rushdhie.

"Los que me ofenden son aquellos que asesinan, decapitan y lapidan en nombre del islam", fue su respuesta.

El diálogo entre el islam y la cultura alemana, entre el islam y el cristianismo, el rechazo al fundamentalismo desde una visión musulmana, la crisis de los refugiados y la defensa de la libertad de expresión son elementos presentes en la obra de este escritor casi imposible de definir por los diversos registros que usa.

"Cuando mi hija tenía dos o tres años y la preguntaron por la profesión de su padre dijo que yo era un 'leseschreiber'", dijo hoy Kermani en la feria usando un neologismo que se podría traducir por algo así como "leescritor".

"Acertó. Para mí leer y escribir son igualmente importantes y las dos cosas son parte de mi oficio", añadió.

Con ese término tal vez pueda definirse al Kermani novelista, autor de obras como "Tu nombre" en la que se desdobla en todas sus identidades, y al Kermani académico, con libros como "Dios es bello", en el que ofrece una lectura estética del Corán o ensayos sobre temas islámicos, arte cristiano o literatura alemana.

Sin embargo, queda fuera el Kermani reportero y periodista que, cuando recibió la noticia del Premio de la Paz, en lugar de dedicarse a dar entrevistas, decidió hacer la ruta de los Balcanes que hacen los refugiados, con libreta de apuntes en mano, de lo que ha salido una serie de reportajes para la revista Der Spiegel.

Ante ello, las preguntas por el reto de la integración de los refugiados surgen de todas las esquinas.

Kermani dice que será una tarea difícil, no solo por el número de refugiados, sino porque muchos llegan con un nivel de educación bajo, lo que hace la integración más difícil.

Sin embargo, pese a ello, la actitud de la gente en Alemania le genera al escritor cierto optimismo.

"Hay una ola de solidaridad que hace diez años no me hubiera imaginado. En todas partes hay iniciativas ciudadanas a favor de los refugiados. Eso no quiere decir que no haya otras actitudes que me preocupen", dijo.

Los padres de Kermani llegaron a Alemania en 1959, procedentes de Irán, y se establecieron en Siegen (oeste de Alemania) donde el escritor nació en 1967.

"Mi padre era estudiante de medicina y las razones no fueron directamente políticas, pero en ese momento casi todos los estudiantes estaban de una u otra manera contra el sha y hubo una gran emigración de académicos", dice el escritor.

En el colegio, en su clase, Kermani era el único niño de origen extranjero lo que muestra como ha cambiado la sociedad alemana.

"A la mayoría de los extranjeros (sobre todo hijos de "Gastarbeiter" -trabajadores invitados-) los ponían en clases separadas porque creían que algún día iban a marcharse", recordó.

Preguntado sobre a quién le han dado realmente el premio los libreros, si al joven persa o al muchacho de Siegen, Kermani responde: "Para mi esa no es una dicotomía. Vivo a gusto en ese país, pertenezco a él y asumo toda su historia. Sus crímenes son también mis crímenes".

"Pero la cultura persa es también parte de mi cultura", agrega.

Y aunque su idioma literario sea el alemán ("En persa solo puedo escribir e-mails", dice), la lengua de sus antepasados sigue siendo para él "el idioma de las grandes palabras".

"Fue el idioma en que me habló mi madre cuando era bebé y también se lo transmito a mis hijas", concluyó.

Rodrigo Zuleta

Navid Kermani

(2) Texto del discurso pronunciado por Kermani al recibir el Premio

“Más allá de las fronteras”


JACQUES MOURAD Y EL AMOR EN SIRIA


navid kermani

(Trasladado de) La Vanguardia 28/11/2015 - 01:04h Lea la versión en catalán

 
“El mismo día en que supe que se me había concedido el Premio de la Paz de los Libreros Alemanes, ese mismo día, Jacques Mourad fue secuestrado en Siria. Dos hombres armados preguntaron por él en el monasterio de Mar Elian, en las afueras de la pequeña ciudad de Qariatain. Lo encontraron en el modesto despacho que hacía también las veces de sala de estar y dormitorio, lo agarraron y se lo llevaron. El 21 de mayo del 2015 Jacques Mourad se convirtió en rehén de la organización llamada Estado Islámico.

Conocí al padre Jacques en el otoño del 2012, con ocasión de un viaje realizado por una Siria ya en guerra para escribir un reportaje sobre la situación en el país. Era el responsable de la comunidad católica de Qariatain y también pertenecía a la Orden de Mar Musa, fundada a principios de la década de 1980 en un antiguo monasterio paleocristiano. Se trata de una comunidad especial e incluso única puesto que está igualmente comprometida con el islam y el amor a los musulmanes. Si bien los monjes y monjas que la componen siguen escrupulosamente los mandamientos y los ritos de la Iglesia católica, también están igual de comprometidos con el islam y participan en las tradiciones musulmanas, incluido el ramadán. Puede parecer disparatado, e incluso ridículo: unos cristianos que, según sus propias palabras, se han enamorado del islam. Y, sin embargo, ese amor cristiano-musulmán ha sido hasta hace muy poco una realidad en Siria, y todavía lo es en el corazón de muchos sirios. Con la fuerza de sus brazos, la bondad de sus corazones y las plegarias de sus almas, los miembros de Mar Musa crearon un lugar que me pareció una utopía y que para ellos apuntaba a la reconciliación escatológica; un lugar del que no decían que anticipaba la reconciliación, pero en el que esta se dejaba sentir y cuya existencia era una condición para ella: un monasterio de piedra del siglo VII en medio de la imponente soledad del montañoso desierto sirio visitado por cristianos de todo el mundo y a cuya puerta llamaban muchos más musulmanes árabes (decenas, incluso centenares) para encontrarse con sus hermanos cristianos, hablar, cantar, estar en silencio con ellos y también rezar siguiendo el rito islámico en un
rincón de la iglesia desprovisto de imágenes.

Cuando visité al padre Jacques en el 2012, el fundador de la comunidad, el jesuita italiano Paolo Dall’Oglio, acababa de ser expulsado del país. El padre Paolo se había mostrado demasiado abierto en sus críticas al gobierno de El Asad, que, tras nueve meses de llamamientos populares pacíficos en favor de la libertad y la democracia, había respondido con detenciones y torturas, porras y rifles de asalto, y al final con horribles matanzas e incluso ataques con gas venenoso hasta que el país se vio sumido en una guerra civil. Además, el padre Paolo también se había opuesto a la jerarquía de las iglesias oficiales sirias, que no alzaron su voz ante la violencia gubernamental. En vano intentó convencer a Europa para que apoyara el movimiento democrático sirio y que las Naciones Unidas impusieran una zona de exclusión aérea o como mínimo enviaran observadores. En vano advirtió del peligro de una guerra confesional si los grupos laicos y moderados eran abandonados y sólo recibían ayuda exterior los yihadistas. En vano intentó romper el muro de la apatía. En el verano del 2013, el fundador de la comunidad regresó en secreto a Siria para ayudar a liberar a unos amigos musulmanes en manos del Estado Islámico y fue él mismo secuestrado. No hay rastro alguno del padre Paolo Dall’Oglio desde el 28 de julio del 2013.

El padre Jacques, sobre quien recaía cuando lo visité toda la responsabilidad del monasterio de Mar Elian, tenía un carácter muy diferente: no era un orador dotado ni un italiano carismático y temperamental; como muchos de los sirios que conocí, era un hombre orgulloso, reflexivo y extremadamente cortés, bastante alto, ancho de cara, con el pelo corto y todavía sin canas. No llegué a conocerlo en profundidad, por supuesto; asistí a la misa, que como en todas las iglesias orientales incluyó hermosos cantos, y vi cómo conversaba afectuosamente con los fieles y los dignatarios locales durante el posterior almuerzo. Cuando se despidió de todos los invitados, me llevó a su pequeña celda y colocó para mí una silla junto a la estrecha cama en la que permaneció sentado durante la media hora que duró nuestra entrevista.

sábado, 5 de diciembre de 2015

El “transhumanismo” más allá de la tecnología.



El “transhumanismo” más allá de la tecnología.

(Este texto ha sido publicado de nuevo, adaptado a la web tendencia 21 el 13 de diciembre de 2016 en cl siguiente enlace: 
http://www.tendencias21.net/Amenaza-el-transhumanismo-el-futuro-de-la-humanidad_a43520.html)


En cada uno de nosotros hay un tecnófilo (agradecemos que la técnica nos ayude en nuestra vida cotidiana) y un tecnófobo (renegamos de la esclavitud de las “maquinitas” en la que, a menudo, nos caemos). Como tecnófilos pues no podemos no agradecer que, por ejemplo, una prótesis nos ayude a poder andar sin dolor, que comunicarnos por correo electrónico nos facilite el intercambio de mensajes, rápida, cómoda y casi gratuitamente. Pero somos tecnófobos cuando vemos padecer a nuestros mayores por un encarnizamiento terapéutico que les impide salir de esta vida con dignidad. Somos tecnófobos cuando constatamos que la gestión que antes no llevaba media hora, en la actualidad, con los protocolos que nos imponen las administraciones públicas o privadas, o los cambios que llevan a cabo las empresas informáticas para vender más, nos lleva medio día, si somos capaces de completarlas. (El libro de David Graeber “La Utopía de las normas”, Ariel, 2015, muestra la maraña en la que la burocracia y la tecnología informática nos han conducido). Seguro que el lector puede multiplicar los ejemplos.


El dilema de Nicholas Carr. Estamos en el dilema que hace pocos años nos planteaba la lectura del libro de Nicholas Carr “Superficiales. ¿Qué está haciendo Internet con nuestras mentes?”. Taurus, Madrid 2011. Propone dos grandes tesis en presencia: los “instrumentalistas” versus los “deterministas”. Por un lado “los intrumentalistas” que sostienen que las herramientas tecnológicas son, en si mismas consideradas, neutras. Son instrumentos, son medios, de los que nos servimos los humanos y están subordinados a nuestros deseos y prioridades, a nuestros fines en última instancia. Los fines, los objetivos, los ponemos los humanos y las tecnologías no serían sino medios para lograr más fácilmente esos fines.


Pero Carr se aproxima a la tesis determinista al escribir que “los medios no son solamente canales de información. Proporcionan la materia del pensamiento y también modelan el proceso de pensamiento” (Pág.18) llegando a afirmar más adelante que pueden llegar a modificar el funcionamiento del cerebro humano, cuestión a la que dedica todo un capítulo. Al final de su libro escribe que “programamos nuestros ordenadores y, posteriormente, ellos nos programan a nosotros”. Recibimos infinidad de informaciones, de forma casi instantánea, de fuentes que, a menudo no controlamos, informaciones que no sabemos (¿ni podemos?) priorizar de tal suerte que “más información puede significar menos conocimiento” (Pág. 257). Y va todavía más lejos cuando, citando el trabajo de Kandel “In search of memory”, escribe que “para algunos tipos de pensamientos, especialmente la toma de decisiones morales sobre las situaciones sociales y psicológicas de otras personas, es necesario dejar pasar el tiempo y la reflexión adecuadas. Si las cosas están sucediendo demasiado rápidamente, no siempre se pueden asimilar bien las emociones acerca de los estados psicológicos de otras personas” Sería temerario saltar a la conclusión de que Internet está minando nuestro sentido moral. Pero no sería aventurado sugerir que, a medida que la Red redibuja nuestro camino vital y disminuye nuestra capacidad para la contemplación, “está alterando la profundidad de nuestras emociones y nuestros pensamientos”. Carr (pp. 265-266). Pero, con el movimiento transhumanista, creo que le disputa ha dado un gran paso.


He de confesar, de entrada, que hasta el martes 3 de noviembre pasado, no sabía nada del movimiento “transhumanista”, que algunos denominan como lo humano “aumentado” y que, por lo que leí ese martes en el TGV que me llevaba a Paris, nace en 1998 como una Asociación transhumanista mundial fundada por un sueco, Nick Bostrom, que advino, en inglés, “Humanity +”­.


¿En qué consiste el movimiento transhumanista?. En el Dossier que leí en el diario “La Croix” ese día, - y que continuo en la lectura de los otros tres que publicó ese mismo mes de noviembre -, en palabras de Jean Michel Besnier, profesor de filosofía de la universidad Paris Sorbona (1), “se trata de un movimiento que pretende mejorar al hombre, “aumentarlo”, gracias al poder de las ciencias y de las técnicas. Los transhumanistas tienen la ambición de transcender los límites biológicos del ser humano, terminar con la enfermedad, el sufrimiento, el azar del nacimiento, y también el envejecimiento y la muerte. Diciendo esto, continúa Besnier, no estamos hablando de cosas fantasiosas, pues hay equipos que están trabajando en la actualidad en este sentido, y con considerables aportaciones financieras”. (En la Web de la universidad de la Sorbona, de donde copio la ilustración de este artículo, puede leerse la entrevista completa en este enlace, lo que no creo posible en el cotidiano: http://www.la-croix.com/Ethique/Sciences-humaines/Pour-les-transhumanistes-les-technologies-vont-sauver-l-humanite-2015-11-03-1375816). Cita Besnier en su entrevista el proyecto “Calico”, que busca prolongar los limites de la esperanza de vida, proyecto sostenido por Google. Entren en Internet en “Calico proyect Google” y leerán, en su entrada, que “Nos estamos enfrentando al envejecimiento, uno de los mayores misterios de la vida. CALICO es una empresa de investigación y desarrollo, cuya misión es aprovechar las tecnologías avanzadas para aumentar nuestra comprensión de la biología que controla la vida útil. La ejecución de esta misión requerirá un nivel sin precedentes de esfuerzo interdisciplinario y un enfoque a largo plazo para la que la financiación ya está en marcha”. (Consultado el 08/11/15). En efecto, en septiembre de 2014, Google anunciaba una inversión 1,5 billones (con “b”) de dólares para este proyecto. http://www.la-croix.com/Ethique/Sciences-humaines/Pour-les-transhumanistes-les-technologies-vont-sauver-l-humanite-2015-11-03-1375816





Portada del Suplemento de “La Croix” sobre el transhumanismo (03/11/15), copiado de la Web de la Universidad de Paris-Sorbona (21/11/15)


En el Dossier de La Croix nos ofrecen una bibliografía de veinte títulos, solamente en lengua francesa, de la que siete son del presente año 2015. Siendo un lego total en el tema, con la bibliografía en la mano me dirigí a una de mis librerías preferidas en Paris, “Compagnie”, rue des Ecoles 58, para pedir consejo y hacerme con algunos libros sobre el transhumanismo. La responsable de Ciencias Humanas, que ya me conoce, no solamente me atendió con suma amabilidad, lo que no siempre es el caso con nuestros vecinos del norte, sino que en un pispás me trajo ocho libros, algunos de los cuales no estaban en la lista de “La Croix”. Me dijo que, en fechas pasadas, habían consagrado una vitrina de la librería al tema. Sí, todavía quedan libreros, aunque lo tienen crudo con la competencia de Amazon que, por cierto, ejerce la censura, en los comentarios a los libros. Doy fe.


La ciertamente singular “Singularity University”. Me hice en mi librería parisina con dos libros y estoy en su lectura. Uno de ellos, “L´humain augmenté”, dirigido por Édouard Kleinpeter, físico de formación e ingeniero investigador en el Centre Nacional de Recherches Scientifiques (CNRS), editor del volumen el año 2015, es un elenco de 14 textos que abordan el movimientos desde diferentes disciplinas. El otro, “La tentation transhumaniste” de Frack Damour, Ed. Salvator 2015. Damour detalla, (página 46 y ss.) la importancia de la “Singularity University” en Silicon Valley, fundada por Ray Kurzweil, uno de los “gurus” del movimiento transhumanista, Universidad que se presenta con esta idea: “Nuestra misión es educar, inspirar y empoderar a los líderes de aplicar tecnologías exponenciales para hacer frente a los grandes retos de la humanidad” (Consultado en Internet el 08/11/15). Entienden por tecnologías exponenciales las que se insertan bajo el acrónimo “NBIC”: nanotecnologías, biotecnologías, informática (Big Data e Internet) y la ciencia cognitiva (inteligencia artificial y robótica). El transhumanismo considera ciertos aspectos de la condición humana, “como la minusvalía, el sufrimiento, la enfermedad, el envejecimiento o la muerte como inútiles e indeseables”, (en la Web. de Sing. Univ.) superables gracias a las sinergias que el movimiento está poniendo en marcha.


Así dicho, ¿quien no se apuntaría a esta quimera?. El deseo de vivir eternamente, no padecer enfermedades, no envejecer, controlar el color de los ojos de los niños, antes del nacimiento etc., etc., que sean altos, guapos e inteligentes tiene una gigantesca atracción. Luego, también, poder y financiación.


En efecto, los credos de este movimiento están en línea con los de los poderes económicos y políticos. Según estos, la prosperidad económica pasa por la innovación tecnológica (que no necesariamente científica) y debe alentarse al máximo. Además, cabe pensar en otra razón. Después de las barbaridades del siglo XX, el hombre de hoy ya no se ama a sí mismo. La humanidad parece atravesar una profunda depresión marcada por esa falta de auto-estima que origina, a su vez, el apego a las máquinas. Para decirlo de otra manera: puesto que el hombre es tan falible, ya que su voluntad condujo a lo peor, ¿por qué no confiar en las máquinas y trabajar para el surgimiento de una nueva humanidad?. Así el hombre de hoy, (básicamente en masculino), pone en las maquinas su futuro.


Un cardenal aborda el tema en su discurso de investidura Doctor Honoris Causa. Después he sabido que el Cardenal Gianfranco Ravasi en el discurso que pronunció, en su investidura como Doctor Honoris en la Universidad de Deusto, el 4 de marzo de 2014, bajo el título de “Los nuevos desafíos del diálogo entre la moral y la ciencia” ya se había referido al “transhumanismo, propuesto por Julien Huxley en clave social y transferido en los años ochenta del siglo pasado al ámbito científico” y citaba a Robin Hanson cuando afirmaba que “el transhumanismo es la idea según la cual las nuevas tecnologías probablemente cambiarán el mundo en el próximo siglo y en los siguientes, hasta tal punto que nuestros descendientes ya no serán, en muchos aspectos, humanos”. Serán “transhumanos” e incluso “posthumanos”, y en cualquier caso, “postdarwinianos”.


Ravasi aborda en su conferencia los desafíos que la ciencia plantea a la moral y a la religión. Y concluyó su conferencia con estas palabras. “No por casualidad Max Planck, el gran artífice de la teoría cuántica, en su Conocimiento del mundo físico, no dudaba en afirmar que «ciencia y religión no están en contraste, sino que tienen necesidad la una de la otra para completarse en la mente de un hombre que piensa seriamente». Se trata de un diálogo epistemológicamente riguroso y respetuoso, incluso necesario. Hasta tal punto que Einstein, en su autobiográfico Out of My Later Years llegaba a acuñar la famosa fórmula: «La ciencia sin la religión es coja. La religión sin la ciencia es ciega». Y al final de su existencia, en 1955, en una especie de testamento, dejaba en su Mensaje a la humanidad una llamada (…): «Nosotros, los científicos, dirigimos una llamada como seres humanos que se dirigen a seres humanos. Recordad vuestra humanidad y olvidad el resto»”.


Filósofos y científicos se inquietan. Nadie pone en duda la bondad de los progresos científicos en los campos de la sanidad, de la educación y de lo que se quiera. Pero aquí se pretende, incluso, cambiar la especie humana y del transhumanismo algunos ya piensan en el posthumanismo. Es lo que escribía Luc Ferry, renombrado filósofo francés, ministro de educación con Mitterand, en un artículo que publica en “Le Figaro” el jueves 5 de noviembre pasado bajo el titulo de “La revolución transhumaniste” que comienza así: “Sobretodo no crean que se trata de ciencia ficción. Recientemente un equipo chino ha logrado reparar el genoma de células humanas embrionarias. Esto es, ya las biotecnologías son capaces de modificar nuestra especie de manera potencialmente irreversible como desde hace años es una realidad en los OGM (organismos genéticamente modificados) vegetales”.


Yo no tengo las competencias para valorar en su justa medida el alcance de determinados aspectos del movimiento trashumanista. Pero cuando leo, en el Dossier de “La Croix”, en palabras de Jean Michel Besnier, que “el físico Stephen Hawking, el fundador de Microsoft, Bill Gates, y el ingeniero Elon Musk se han inquietado recientemente de las amenazas que la inteligencia artificial hace pensar sobre la especie humana”, yo también me inquieto. Preguntaré a amigos de esas ramas de la ciencia qué piensan de todo esto. Pero, como ya me hacen entrever mis todavía escasas lecturas sobre el tema, constato que estamos ante dos planteamientos: uno, el de los que, con seriedad y rigor, desean mejorar la especie humana pero sin perder su humanidad y el de los que, como Kurzweil y otros, abogan por la “tecnofabricación” de una posthumanidad de una especie radical y definitivamente diferente de la nuestra. Y en esto último no estamos solamente en cuestiones de tecnología, sino en una ideología que, más allá de toda ética, se pone de rodillas ante la tecnología.  


Texto publicado en http://ssociologos.com/2015/11/29/el-transhumanismo-mas-alla-de-la-tecnologia/

Redactado en Donostia San Sebastián, 23 de noviembre de 2015

Javier Elzo