jueves, 22 de diciembre de 2011

Notas por la reconciliación de los vascos



Notas por la reconciliación de los vascos

(Publicado en la Revista Internacional de Estudios Vascos- RIEV-, numero 55-2, en Diciembre de 2010, paginas 395-416)
 Con un añadido de diciembre de 2011. En parte recoge mi intervención en la entrega del premio de Eusko Ikaskuntza- Caja Laboral de 2009


La novela de Bernardo Atxaga, “El hijo del acordeonista”[1] tiene la desagradable virtud de hacernos revivir, a los que tenemos la edad del autor, historias que la memoria, aunque quiera, no puede olvidar. Los años de plomo de la dictadura franquista, en el corazón de la Guipúzcoa rural o semiurbana, con escapadas a la capital, afloran en los personajes de Atxaga. La  lectura de su novela llega un momento en que se hace insoportable pues resulta difícil mantenerse en la posición del lector espectador y no sucumbir en la del lector que se identifica, si no con el personaje, ¿con qué personaje además?, sí con el paisanaje.

Uno recuerda, siendo niño, debía ser en los finales de los cuarenta o comienzos de los cincuenta, que en Urbasa además de jugar a pelota, hacer caminatas y comer tortilla de chorizo, nos tumbábamos al suelo para, sujetándonos por atrás los pies, asomarse al Balcón de Pilatos. Todavía hoy el vértigo me puede no sea mas que viendo un documental de esos que nos muestran a gentes escalando montañas verticales. Debió ser en alguna de aquellas visitas al Balcón de Pilatos cuando mi padre me dijo que en la guerra arrojaron no sé quienes a quienes a punta de bayoneta por el Balcón. Alguien, antes del despeñamiento, debió decir que, como cristiano que era, debía reconciliarse con sus ejecutores antes de morir, de tal suerte que dándole un último abrazo…mortal consiguió que ambos cayeran al precipicio. Nunca he sabido si esto es cierto o no. Tampoco lo he investigado pero, ha sido cierto para mi, tanto que tantos años después se me aparece como uno de los recuerdos que más han marcada mi infancia, mi juventud y mi vida entera.

Fueron años de plomo. Pocos después, durante varios años viví una experiencia que todavía sigue viva en mi memoria. Fue en Segura, pequeña localidad guipuzcoana, perdida a la sombra del Aitzgorri, donde dicen que una cacicada de un jauntxo del siglo XIX impidió que el tren de Madrid pasara por allí, lo que apartó a Segura de las rutas comerciales. El 2 de abril de 1956, un cura fuera de serie, Cesareo Elgarresta creó Radio Segura, todavía emitiendo. Allí íbamos a rezar el rosario, allí escuché por primera vez las rapsodias húngaras de Listz, hice pinitos en la radio. Al bajar la pendiente escalera de la emisora, nos dábamos de  bruces, en la calle del medio, Erdiko kalea, con el cuartelillo de la Guardia Civil. Entre mis amigos había uno que vivía en la casa del cura, en realidad recogido en la casa del cura pues sus padres, adineraros nacionalistas fueron expoliados tras la guerra civil. Solía ir a San Juan de Luz a estar con sus padres. En forma velada me fui enterando, como nos enterábamos entonces de las cosas, por briznas de frases escuchadas en las comidas familiares, en los silencios de mi amigo, en sus furtivas mirabas al bajar de la emisora y toparnos con el Guardia Civil….Hoy mi amigo no guarda rencor. Hace poco, también me decía, que no veía inconveniente alguno, bien al contrario, en que se erigiera un monolito en recuerdo de las víctimas de ETA. 

En la escuela nos obligaban a cantar el “cara al sol” al terminar el día y aunque yo no guardo mal recuerdo de mi maestro no puedo olvidar las lágrimas silenciosas de algunos de mis compañeros. Tampoco guardo mal recuerdo del Jefe local de Falange, creo que se decía así, que nos organizaba encuentros juveniles en un local que, después supe, había sido requisado al PNV y, hoy, es el batzoki de Beasain. Hace unos cuatro o cinco años aquel Jefe local, excelente persona, me abordó en San Sebastián para decirme que tenía unos documentos “de juventudes”, de “entonces” que quizás me pudieran servir. “Hicimos lo que pudimos, no todo lo hicimos mal” me medio susurro. Creo que no le presté la atención debida y nada más he vuelto a saber de él.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Los valores religiosos en la sociedad europea:

Los valores religiosos en la sociedad europea:
diagnóstico y visión de futuro



(Publicado en Javier Elzo, Francesc Torralba, Josep Maria Margenat "Cristianos en el mundo. Una presencia activa" Proemio de Joan-Enric Vives. (Pag. 17-61), Pagès editors, Lleida 2011, 132 páginas)
 

 

Introducción

En julio de 2006, merced a una huelga, esta vez de los pilotos de la Sepla y con el consabido retraso de Iberia, tuve una demora de tres horas en Barajas. Me acerqué a un expositor de libros en el aeropuerto y anoté la lista de títulos de libros que, en la estantería de "los más vendidos", tuvieran como tema alguna cuestión religiosa o para- religiosa. Estos eran los títulos: "La Biblia de barro", "La Sombra de Dios", "La conspiración de Asís", "Los pecados de la Biblia", "El Código da Vinci", "La Rosa de David", "El Himno de los demonios", "La Cena secreta", "Al Sur de la resurrección", "El último ritual", "A la sombra del Templo", "El Evangelio de Judas", "Caballeros de la Vera-Cruz", "Las Puertas del Paraíso", "Vaticano 2.035", "La sombra de la catedral" y "Las chicas del rosario". Diecisiete libros de temática religiosa o pseudo religiosa, en una estantería de los libros más vendidos de un aeropuerto, en una sociedad que se tiene por laica y secularizada es, como poco, algo sorprendente y llamativo. Dos años después, aun sin anotar de nuevo los títulos de los libros, me encontré con una realidad similar: gran profusión de libros pseudo-religiosos en las estanterías de la T4 madrileña, donde los expositores deben alquilarse a precio de oro. Cada día me pregunto con más fuerza si no tendremos que hablar de un entorno social post secular y resacralizado de lo religioso en la vieja Europa.

domingo, 30 de octubre de 2011

Alivio e irritación (tras el cese armado de ETA)


Alivio e irritación, de Javier Elzo en La Vanguardia


La sociedad vasca, en su inmensa mayoría, nunca ha justificado la violencia etarra. Incluso en los tiempos de Franco, la cifra porcentual no llegaba a los dos dígitos. Lo que quiere decir, entre otras cosas, que nunca la totalidad ni, en la mayor parte de los casos, la mayoría de los votantes a Batasuna, en cualquiera de las denominaciones con las que se presentó a las diferentes elecciones, defendía la violencia de ETA. De ahí que la denominación “ETA-Batasuna”, para designar a un colectivo determinado, denominación tantas veces utilizada en estos los últimos años, sea falsa. Pero, además de falsa, explica uno de los ingredientes que tanto han irritado, a mí también, en esta semana en la que hemos vivido la conferencia de Aiete, su aquiescencia posterior por la izquierda abertzale y el comunicado de ETA declarando el “cese definitivo de su actividad armada”, observando cómo los miembros de esa izquierda abertzale aparecían en sus ruedas de prensa como los más felices del final de ETA, incluso dando a entender que este final hubiera llegado gracias a ellos. Parecería que gracias a la izquierda abertzale hubiéramos alcanzado la paz, en realidad el final de la violencia terrorista.

domingo, 4 de septiembre de 2011

¿Qué ofrece “Camino de Perfección” a la juventud y a la sociedad de hoy?


¿Qué ofrece  “Camino de Perfección” a la juventud y a la sociedad de hoy?

(Texto para el IIº Congreso Teresiano en Ávila 29 Agosto- 4 Septiembre 2011)

Publicado en  Fco. Javier Sancho y Rómulo Cuartas, dir. “El libro del Camino de Perfección de Santa Teresa de Jesús”. Actas del Congreso Internacional Teresiano. Edit. Monte Carmelo, Universidad de la Mística. Ávila 2012, (Paginas 591- 607)

 Muchos de ustedes se preguntarán, seguro, qué hace un sociólogo en este IIº Congreso Teresiano dedicado a la obra “Camino de Perfección”. Yo fue el primer sorprendido por la invitación y, al aceptarla, manifesté que lo hacía “con un sentimiento de temor no exento de osadía, al aventurarme en huertos (Santa Teresa y sus textos) que no conforman mi día a día, ni en mi trabajo intelectual ni, desgraciadamente, tampoco en mi vida espiritual”.

martes, 23 de agosto de 2011

¿Qué buscaban los jóvenes en la JMJ de Madrid?


¿Qué buscaban los jóvenes en la JMJ de Madrid?

He seguido los eventos de la JMJ de Madrid, sin Internet, lejos de casa, a través de los programas de TVE internacional, con una señal que, a veces, se perdía. Solamente, ya en casa, pude seguir la Misa de Cuatro Vientos del domingo 21 y escuchar en directo la homilía de Papa. También leer, en primera lectura, sus discursos. La visión que la televisión nos ha ofrecido era extraordinaria. Espectacular. No veo a nadie en el mundo occidental, capaz de congregar a tanta gente joven, tantos días y sus noches correspondientes, bajo un calor tórrido (y tormenta incluida) con un comportamiento que todos los comentaristas (4.900 periodistas acreditados) reconocen ejemplar. Algunos hablan de la juventud católica, otros de la juventud blanca, quizás pensando en otros jóvenes como los que han protagonizado los recientes saqueos británicos, o las borracheras violentas en la Costa Brava. ¿Qué decir de esta juventud que ha aclamado a un Papa, en nada mediático como su predecesor, y que les ha hablado, sin rodeos, de la esencia del cristianismo, del catolicismo más precisamente, a tenor del mismo lema de la Jornada: “enraizados y edificados en Cristo, firmes en la fe”?.

Llama la atención el gran número de jóvenes en Madrid dada la sangría (no solamente de jóvenes, por cierto) que está sufriendo la Iglesia en los países occidentales, de donde provenían la mayoría por obvias razones geográficas. No tengo datos pero apostaría que, además de españoles, destacarían los italianos, polacos, irlandeses y latinoamericanos, estos últimos, unos por el idioma y, otros, los brasileños, sabedores de que ellos organizaban en 2013. ¿Qué buscan estos jóvenes?. ¿Dar un sentido a sus vidas?. ¿Si no la verdad, sí referentes en un mundo convulso? O, más sencillamente, ¿estar juntos entre quienes, y con quienes, sospechan que tienen en común inquietudes como las que acabo de señalar, con motivo de ver y escuchar (más ver que escuchar) al que, indiscutiblemente, es el más importante líder religioso del mundo?. Me parece que algo de esto es cierto.

Los datos sociológicos indican claramente que son poco asiduos a prácticas religiosas como ir a misa, confesarse, incluso cada día son menos los que se casan por la iglesia (y menos que habrá). Pero esos mismos estudios también dicen que la mayoría, en España, se siguen diciendo católicos, cerca del 40 % dicen tener momentos de oración, meditación o contemplación fuera de las celebraciones religiosas y pasa claramente del 60 % los que dicen plantearse a menudo los grandes problemas (cuestiones) de la vida: el fracaso, la felicidad, el dolor, la violencia, el sentido de la vida, el mal..., cuestiones que comparten básicamente con su pareja (en primerísimo lugar) con sus amigos (el 70%) y con su familia (el 36%). (En Euskadi en el excelente “Retratos de Juventud” del Gobierno Vasco de febrero de 2011, podemos leer que el 8% se dicen católicos practicantes, el 39 % católicos no practicantes, luego roza el 50 % los que se dicen católicos, algo menos que en España, el 5% creyentes de otra religión y el 45 % ateos o agnósticos)

La pregunta pre-religiosa (que para mi es ya pregunta religiosa) está mas extendida de lo que se piensa en la juventud. Pero de ahí a decir que los jóvenes van a ver al Papa en búsqueda de una respuesta a esas interrogantes es un paso que, sin más, yo no doy. Hay que hilar más fino. Arriba ya lo he apuntado: muchos, quizás las mayoría, (no tengo datos) van básicamente a estar juntos, varios días, entre amigos y amigas con quien les une, en su amistad, por lo menos un atisbo o un esbozo de una inquietud, de una búsqueda de una pregunta que yo diría religiosa. Ven, entonces, en la venida del Papa, animados por toda suerte de agentes de pastoral, redes sociales incluidas (aquí ya tengo datos desde mayo de 2010), una ocasión para vivir, -¿cómo decirlo?-, una experiencia fusional extraordinaria, fuera de sus circuitos habituales, donde cantar sin altavoces que les impiden conversar, donde compartir sus vidas, ellos solos, sin necesidad de estímulos alcohólicos, un espacio, largo en el tiempo, donde hacer nuevos amigos de otros lugares, incluso parejas. Un periodista, creo que holandés, me preguntó si esto era una especie de happening religioso. Creo que le contesté que algo de eso había en no pocos jóvenes pero que no olvidara que otros jóvenes, cuantos no sé, iban a la JMJ muy preparados, tras meses de reflexión y que su desplazamiento no consistía solamente en coger un bus o un avión, hacer turismo, asistir a los encuentros con el Papa y volverse a casa. Pensaba, y así se lo dije, en “Magis”, una experiencia liderada por los jesuitas desde la JMJ de Paris de 1997 para jóvenes de todo el mundo con motivo de las Jornadas Mundiales de la juventud. Entren en Internet en “Magis 2011” y verán que aquí hay más que happening, turismo y estar juntos. Y “Magis” no es más que un ejemplo.

No tengo espacio para comentar lo que les ha dicho el Papa. Ha ido a lo esencial, ciertamente: seguir a Cristo en la Iglesia, no en solitario. Lo que es de agradecer de un líder religioso. Claro que esto era válido también hace cincuenta y hace quinientos años. Pese a algunas leves referencias al tiempo presente (por ejemplo a los seminaristas) he echado en falta una mayor imbricación positiva (no a la defensiva) de la fe con el tiempo actual. Claro que alguien podrá argüir, con razón, que para eso ya ha escrito “Caritas in veritate” o “Deus caritas est”. Pero, con la que está cayendo (por ejemplo 900.000 jóvenes en paro en España) hubiera agradecido más insistencia.

  

Donostia 21 de agosto de 2011

Javier Elzo

Catedrático Emérito de la Universidad de Deusto



(Publicado en “El Diario Vasco” el 23 de Agosto de 2011)

domingo, 14 de agosto de 2011

¿Por qué se rebelan los jóvenes?


Jóvenes en llamas ¿Por qué se rebelan los jóvenes?

(Publicado en El Periódico de Catalunya el 14 de agosto de 2011) 
Las violencias sacuden al Reino Unido desde el jueves de la semana pasada. Ese día  Mark Duggan, un hombre de 29 años de edad, padre de cuatro hijos murió a consecuencia de los disparos de la policía en Tottenham, un barrio pobre del Norte de Londres, en circunstancias todavía no completamente aclaradas.


sábado, 9 de julio de 2011

La Quinta


La Quinta
(Publicado en "El Diario Vasco" el 9 de Julio de 2011)
 

Me enfrento a la pantalla del ordenador en blanco. Solamente, en negrita, el titulo. “La Quinta”. La escucho, por azar, en el canal Mezzo. Era Claudio Abbado siendo titular de la Filarmónica de Berlín. Abbado debe salir, ya la orquesta en camerinos, él solo, a saludar al público enfervorizado. Yo corro al ordenador.

 

No era “mi” quinta, la quinta de Beethoven que llevo dentro, pero la escuché con la emoción que me suscita siempre una buena interpretación. Y la de Abbado con Berlín lo era, los músicos entregados al embrujo de Beethoven.

 

Yo creo que nací de verdad a la música con la Quinta. A esa música que te atrapa y te invade, a esa música que te obliga a parar tu coche escuchando la radio (era Hans Knappertsbusch, en una versión impensable hoy). Nunca he escuchado una Quinta en directo que haya satisfecho mis expectativas. Rattle con la Filarmónica de Viena, me sonaban a Mahler, Thielemans, también con Viena, a Bruckner; la masacraron con orquestas del siglo XVIII Bruggen y Gardiner; Paavo Jervi a quien escuché en dos días las siete primeras sinfonías con su orquesta de Bremen, me dejo frío; Maazel perfecto y vacío, y solamente Baremboim, de nuevo con Viena, me llevó a Beethoven. A “mi” Beethoven. El que viene de Furtwängler, el del año 1943 en plena guerra y el que dirigió, en el primer concierto tras su desnazificación, el año 1947. Es un problema escuchar algunas sinfonías de Beethoven (la 5ª en concreto), cuando se tiene en la memoria musical a Furtwängler.

No hace falta decir que todo esto es subjetividad pura de quien no tiene más galones que los del melómano compulsivo, en nada músico (que más quisiera yo), menos aun musicólogo. Sencillamente no podría vivir sin música y me gusta contarlo y escribirlo, en la esperanza de encontrar algún lector que, tan convulso como yo por la música, quiera compartir conmigo este par de minutos. Perdonen los demás.

La Quinta de Beethoven. Pero, ¡será la edad!, ahora la Sexta me atrapa más. Escuchen los 21 minutos que le dura a Glenn Gould el segundo movimiento de la transcripción que hizo Liszt de la Pastoral. Prefiero ya los adagios (Bruckner) a los allegros. Me atrapa la plenitud del Clave Bien Temperado (todo está en Bach decía Chillida), la belleza del clarinete en el concierto de Mozart y la magia infinita de su Flauta Mágica; una melodía de Schubert; la impotencia de Wotan en El Oro de Rin; la caída a los infiernos de la indiferencia filial en la desolación más absoluta del final de Wozzeck, signo y símbolo del terrible siglo XX…

Nos queda la opera “San Francisco de Asís” de Messiaen, “un santo para el siglo XXI”, dixit Gerard Mortier, (El País 05/07/11), Director Artístico del Teatro Real que se ha atrevido a traerla a Madrid. Un tercio de las 4.200 butacas del Madrid Arena desertaron tras el segundo acto, el miércoles pasado, en su estreno en España. Droga dura de cuatro horas y media de música. Ayer noche, la habré experimentado.

domingo, 26 de junio de 2011

Lo que pasa en Gipuzkoa


Lo que pasa en Gipuzkoa

 (Publicado en “El Correo” y en “El Diario Vasco” en junio de 2011


No creo que se puede, ni se debe, hablar de “lo que pasa en Gipuzkoa” sin contextualizar con lo que está pasando en Euskadi y en España. Sostengo en estas líneas que vivimos una situación de desvertebración sentimental de España al par que de interinidad de gobernanza, tanto en Madrid como en Vitoria-Gasteiz y en Gipuzkoa.

Desvertebración emocional de España: cada día hay menos personas en el Estado Estados que se sienten emocional, vivencial, sentimentalmente, pertenecientes a España. Cada día hay mas personas a quienes les cuesta decir “soy español”,  lo que no es óbice para que, al mismo tiempo, también haya más personas, y con más ganas que nunca, que tengan a gala decir, “soy español”. El fútbol es un indicador tanto de la adhesión a España como de la ruptura sentimental e identitaria de España. Por ejemplo el abucheo al himno nacional español en la final de Copa Barsa- Athletic y la proliferación de banderas rojigualdas festejando el triunfo español en el campeonato del Mundo. Como indicador es que para que la Vuelta a España llegue a Euskadi se esté pensando en la Guardia Civil.

También vivimos una situación de interinidad. Comenzando en Madrid con un gobierno agónico que se salva con arreglos de última hora con el PNV y CIU lo que hace decir a Rajoy algo así como que España no puede depender de los nacionalismos. ¿En qué España estará pensando?

Interinidad en Vitoria. Mucha gente da ya por amortizada la actual legislatura. No se puede hacer un gobierno “contra”. “Mutatis mutandis” es en lo que puede acabar el movimiento 15 M. Que nace “contra” el sistema, respondiendo a una corriente auténtica de fondo, como la había en 2009 tras tres décadas de nacionalismo en no poca gente en Euskadi, pero que es incapaz de construir un proyecto propio por la heterogeneidad de sus defensores, el PSOE y el PP (ellos mismos también internamente agrietados).

Interinidad en Gipuzkoa. El mapa político de Gipuzkoa resultante del 22 de mayo no se corresponde con su mapa sociológico. En gran medida es producto de un rebote de la población, como ya indiqué en un artículo anterior en estas columnas (El Correo, DV, 27/05/11). De hecho a los pocos días era claro que mucha gente que había dado su voto a Bildu confesaba su error al saberse los resultados.

En Euskadi tenemos interinidad para rato. Creo que, salvo adelantos electorales, no lograremos cierta estabilidad política hasta las elecciones autonómicas de 2017, cuando, espero, la representación electoral y la gobernanza política se correspondan con la realidad sociopolítica vasca. En lo inmediato, y pensando más en Gipuzkoa (aun sin olvidar el contexto generalizado de la crisis que vivimos) creo que hay cuatro tareas o retos mayores a superar: el final de ETA, clarificar el papel de los movimientos asamblearios, no parar el progreso de Euskadi y avanzar en la convivencia ciudadana

El final de ETA depende básicamente de ETA. A lo que ayuda las detenciones selectivas de etarras, como parece ser el caso desde hace algún tiempo, la presión sobre los todavía defensores de la vía armada (y aquí el papel de Bildu y sus mentores es clave), y apoyar la mediación internacional, también desde el Gobierno español. Hasta Mayor Oreja se ha dado cuenta de su importancia aunque él lo vea con cariz negativo. Y abordar, con realismo, el tema de los presos de ETA.

Bildu y sus mentores quizás deban clarificar el papel de los movimientos asamblearios en las tareas de gobierno. No hay asambleas más representativas de la voluntad de los ciudadanos que las conformadas por las instituciones salidas de las urnas. Se podrá consultar a la asamblea de vecinos, a las asociaciones de esto y aquello. Más aún, sería deseable que hubiera mayor participación ciudadana.  Pero añado que habría que cuidar al máximo su representatividad. No basta la opinión de los que deciden acudir a una llamada asamblearia a la plaza del pueblo para hablar de la recogida de basuras, o de la implantación de un centro de tratamiento a drogadictos, por dar dos ejemplos. Ellos se representan solamente a sí mismos. Esas asambleas no tienen capacidad decisoria. Hay que ser claros y firmes en este punto.

Hay temor en muchos empresarios, y en Gipuzkoa la mayoría son pequeños empresarios, de que la llegada de Bildu a las instituciones suponga un freno en toda suerte de infraestructuras y apoyos a las empresas, así como un parón  a no pocos proyectos ya en marcha. Supongo que los responsables de Bildu entenderán que su éxito electoral es muy circunstancial y que, por su hacer en este punto en concreto, serán evaluados ya en las próximas elecciones autonómicas.

En fin, todos necesitaremos un enorme esfuerzo de humildad y humanidad para avanzar en la necesaria convivencia con la vista puesta en la reconciliación. Bajo le égida de un respeto absoluto a los Derechos Humanos. Quizás convenga recordar que estos derechos deben ser naturales (inherentes a los seres humanos), iguales (los mismos para todos) y universales (válidos en todas partes).

El Rector de la UCA de El Salvador, tras el asesinato de Ellacuria, de otros jesuitas y trabajadores de la universidad, hace más de 20 años, propuso la Verdad, la Justicia y el Perdón, como el camino para la reconciliación. Pensando en Euskadi, suelo añadir el reconociendo por parte de los victimarios del daño causado a sus víctimas. Sin excepción ni de victimas ni de victimarios.

Una anécdota para terminar. Con pocas horas de diferencia Garitano era elegido Diputado General de Gipuzkoa y Amin Maalouf, a quien no conseguí - pese a tres intentos -  traer al Forum Deusto, era elegido, en la primera votación, miembro de l´Academie Francaise, en el sillón de Levi Strauss. Quizá sería bueno que releyéramos dos de sus libros, “Identidades Asesinas” (particularmente) y “El desajuste del mundo”. No sea más que para coger perspectiva ética. La única que puede hacer que el mundo sea más justo. También nuestro pequeño mundo.

Donostia San Sebastián 24 de junio de 2011

Javier Elzo

Catedrático Emérito de la Universidad de Deusto


martes, 31 de mayo de 2011

Una reflexion sobre la laicidad, pensando en España

Una reflexión sobre la laicidad, pensando en España

Publicado en el Informe Ferrer i Guàrdia. Anuario de la laicidad en España 2011. Presentado en el Ateneo de Madrid el 31 de mayo de 2011)

Un día, un periodista preguntó a Einstein: “Profesor, ¿cree Usted en Dios?”. Einstein le contestó: “explíqueme lo que Usted entiende por Dios y, entonces, le diré si creo o no”. He encontrado esta anécdota en un libro que recoge una apasionante controversia pública entre André Comte-Sponville, un gran filósofo ateo, y Henri Cazelle Decano de Filosofía del Instituto Católico de Paris, titulado, en traducción del francés, “¿Existe Dios, todavía?”.

El libro tiene perlas como cuando el filósofo ateo Comte-Sponville dice que “preferiría que Dios existiera”, dando a entender que así viviría en la seguridad (ilusa) de tener respuestas a todo, a lo que responde el filósofo católico que “a veces él preferiría exactamente lo contrario: mi vida sería mucho más fácil, no tendría que defender, a veces muy penosamente, la credibilidad del Dios misterioso”.

Todo esto se me vino a la cabeza escuchando recientemente el oratorio Elías de Mendelssohn, cuando reclama Elías desamparado “ver el rostro de Yavé” y el coro canta: “Un viento poderoso que rompía los montes y quebraba las piedras pasó, pero Yavé no estaba en el viento. La tierra tembló y el mar rugió, pero Yavé no estaba en el terremoto. Tras el terremoto vino un fuego, pero Yavé no estaba en el fuego. Y tras el fuego vino un ligero y suave susurro. Y en el susurro vino Yavé”. (De Reyes 1, 19/10-13).

¿Y si los creyentes aceptáramos que Dios se manifestara, no con truenos y relámpagos, terremotos y fuegos, esto es, no al modo de grandes tratados ni en fórmulas perentorias, menos aun impositivas, sino en la insinuación (“a Dios nadie le ha visto, jamás” dirá el teólogo y filósofo Bellet, recordando a Juan, el evangelista), al modo de susurro, “brisa tenue”, como traduce Schökel el texto de arriba?.

En estas disputas entre creyentes y no creyentes, personalmente me encuentro cómodo con Comte-Sponville cuando dice que “Cazelle y yo no estamos separados más que por lo que ignoramos: ni él ni yo sabemos si Dios existe…aunque él crea en Dios y yo no. Pero estaríamos locos si concediéramos más importancia a lo que ignoramos, y nos separa, que a lo que ya sabemos, tanto él como yo, y que nos reúne (…) a saber, la fidelidad común a lo mejor que la humanidad ha producido o recibido”.

En esta “fidelidad común” (común a creyentes y no creyentes) a lo mejor que la humanidad ha producido o recibido” releo yo, en el siglo XXI, el susurro de Yavé en el Elías de Mendelssohn. Creo que Einstein estaría cómodo ante este susurro. Invisible susurro. Donde muchos creyentes decimos que habita Dios, “a quien nadie ha visto jamás”.

En este contexto me gustaría que pudiera situarse en España la confrontación entre creyentes y ateos a la hora de hablar de adscripciones religiosas. Pero quizás, brevemente algunas precisiones desde donde leo la laicidad, pues todos somos hijos de nuestra historia y de nuestra formación. La mía, lovaniense, donde hice la universidad, y mas próxima a la cultura francófona que anglófona es tributaria de los Aubert (mi profesor en Lovaina), Poulat (un intelectual de primera fila prácticamente desconocido en España que releo siempre con provecho), Comte-Sponville, Bauberot etc. Siguiendo parcialmente a este ultimo en su reciente publicación con Milot, “Laicités sans frontieres” (Seuil. Paris 2011) considero que hay que clarificar el concepto básico de laicidad al par que es fundamental analizarlo, en su concreción, en sus implicaciones histórico- sociológicas concretas.

Del concepto de laicidad, siguiendo a Bauderot-Milot, apuntaría a cuatro principios básicos relacionados dos con sus fines y dos con sus medios. Respecto de los fines de la laicidad señalaría, por un lado, la garantía de la libertad de conciencia, y, por el otro, la igualdad y la no discriminación de las personas en razón de las opciones que, en mor de esa libertad de conciencia hayan adoptado. Respecto de los medios, señalaría por un lado la separación de lo político y lo religioso y, por el otro, la neutralidad del Estado respecto de las diferentes creencias.

La garantía de la libertad de conciencia solamente es posible en un estado de laicidad, esto es, en un estado laico, mientras que entiendo que ello no es posible ni en un estado confesionalmente religioso o teocrático como, tampoco, en otro que sea confesionalmente ateo o laicista en el sentido de que entienda que hay emanciparse de lo religioso para ser un buen ciudadano.

El Estado laico y la laicidad puede tener diferentes resultantes en diferentes contextos históricos y geográficos concretos. Tipos ideales siguiendo la clásica denominación de Max Weber que los autores Bauberot y Milot resumen en seis no necesariamente solapables pues son acentuaciones de esta o aquella dimensión, acentuaciones que pueden llegar a ser criticables y que yo traslado, con mis propios subrayados, de la siguiente manera. Laicidad separatista (cuando la separación entre lo religioso y lo político de medio se convierte en fin), laicidad autoritaria, laicidad anticlerical, laicidad de fe cívica (exigencia de unos valores universales exigibles a todos los ciudadanos), laicidad de reconocimiento (de la autonomía moral de la conciencia individual en un contexto de justicia social) laicidad de colaboración (con organismos religiosos, siempre en la independencia, separación y autonomía de sus decisiones). Personalmente comparto estas tres ultimas acentuaciones de laicidad.

La auto adscripción religiosa de los españoles ha sufrido una clara evolución hacia un descenso en los que se dicen, según unas u otras encuestas, religiosos o católicos, así como un incremento entre los que se inscriben como no creyentes o ateos (a no confundir). A tenor de las Encuestas Europeas de Valores en su aplicación a España (encuestas de 1981, 1990, 1999 y 2008) si, el año 1981, el 63% de las personas mayores de 18 años se consideraban personas religiosas y el 4% ateas (el resto adscribiéndose como “personas no religiosas”), el año 2008 estos porcentajes eran del 52% y 11 %, respectivamente. Según los datos del CIS, si el año 1980 el 91 % de los españoles se adscriben como católicos, la cifra desciende en el barómetro de Enero de 2011 al 74 %, en un descenso lento y constante, con escasos altibajos. La proporción de los que este ultimo Barómetro de 2011 se dicen “no creyentes” si sitúa en el 14 % y el de los ateos en el 8%.

Otros indicadores relevantes nos hablan de una práctica religiosa semanal del 34 % en 1980 y del 15% según el Barómetro de Enero pasado. La confianza (mucha + bastante) en la Iglesia Católica era del 49 % el año 1980 y desciende apenas al 43% el año 2006, incrementándose un poco al final de primera década del siglo actual mostrando la polarización de la sociedad española hacia la Iglesia Católica. Sin embargo la capacidad de la Iglesia Católica para responder a las demandas morales y espirituales apenas satisfacía al 19 % de los ciudadanos españoles el año 2006, cifra que era del 38 % el año 1980.

Salvo ignorancia por mi parte apenas tenemos suficiente base estadística para bien medir la presencia, peso e influencia de las adscripciones a las demás confesiones religiosas en España con la significativa excepción de Catalunya.

Mi conclusión es que en España la “marca” católico sigue teniendo vigencia en el universo cultural de una gran masa de ciudadanos. En mayor proporción y fuerza que la de los ciudadanos que manifiestan tener confianza en la Iglesia (donde la polarización sigue siendo excesivamente crispada, a mi juicio) y mucho más todavía de los que estiman que esa Iglesia responde “a sus necesidades morales y espirituales”.

A tenor de estos datos y de la sociología y de la historia reciente de España abogaría por avanzar hacia un Estado laico donde la imprescindible separación del Estado, (con soberanía legislativa en los diferentes Parlamentos de la España Autonómica) respecto de las normas y pronunciamientos de las Iglesias, especialmente, dado su peso, de la Católica, no conlleve una privatización de las manifestaciones religiosas, recluidas en sus templos, centros educativos, de ocio, trabajo o de lo que sea. Siempre en el respeto a las convicciones de los demás. Pero no me parece razonable que un chaval pueda llevar en el ojal de su chaqueta la insignia del Barça o del Athletic y no una cruz o una media luna, por ejemplo.

Nunca habrá normas perfectas. Menos aun definitivas. Las normas y los valores los vamos construyendo día y a día. Demasiadas veces con imposiciones. De signo diverso. La historia de España es fiel testigo de ello. Quizás vayamos aprendiendo la virtud de la tolerancia activa, la que ve en el otro más que un individuo, más que un ciudadano: una persona con una autonomía de conciencia inalienable. Que solamente puede expresarse (y debe ser defendida) en un Estado laico.


Donostia San Sebastián 12 de febrero de 2011
Javier Elzo
Catedrático Emérito de Sociología en la Universidad de Deusto

jueves, 7 de abril de 2011

Aprender a beber responsablemente


Aprender a beber responsablemente

(Publicado en “El Periódico de Catalunya” el 7 de abril de 2011)

El 61% de los adolescentes españoles de 12 a 18 años es consumidor habitual de bebidas alcohólicas. El 69% de los consumidores se inició entre los 13 y los 16 años. No tienen dificultad alguna en adquirir bebidas alcohólicas. Un 10% de los consumidores, busca “colocarse” directamente. El 72% de los adolescentes cuando salen el fin de semana, llegan a casa después de las 4 de la madrugada, la media horaria es a las 5.30 horas. Al 70% de los adolescentes nunca les han pedido el DNI, en relación a su consumo o adquisición de alcohol. La mitad de los adolescentes que beben se emborracha como mínimo una vez cada dos meses.