sábado, 29 de agosto de 2015

La prensa entra en la campaña del 27-S en Catalunya


La prensa entra en la campaña del 27-S en Catalunya

 

Traslado aquí abajo los titulares de la prensa escrita madrileña y catalana (en lengua española), acerca del registro de ayer a la sede de CDC y a diferentes ayuntamientos.

 

Comprobarán que mientras la prensa española da por hecho la comisión del 3% de CDC, la prensa catalana, particularmente “La Vanguardia” es mucho más circunspecta. Sugiero que lean los editoriales, particularmente los de “El País” (http://elpais.com/elpais/2015/08/28/opinion/1440785074_335041.html)  y “La Vanguardia (http://www.lavanguardia.com/opinion/20150829/54436090094/fantasma-3-entra-campana-maria-dolores-garcia.html).   

 
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ABC: “Cerco a la corrupción”. “Se destapa la trama de CDC a través de sus alcaldes”. “Los casos de corrupción que cercan a CDC”.

 

La RAZÓN: “El Juez encuentra pruebas del pago de comisiones a Convergencia”. “El tesorero de las “mordidas” ocultaba su ordenador en el despacho de Trías”



El PAÍS: “El juez halla pruebas del pago de comisiones del 3% a Convergència”. Editorial: “El victimismo de Mas”. Babelia: “Mitos de la independencia: una serie de libros cuestiona desde disciplinas como la historia o la economía, los mitos a partir de los cuales el secesionismo catalán ha construido su propia narrativa”.

 

La VANGUARDIA: “El registro en la sede de CDC crispa la campaña”. “El juez investiga si una empresa de los Sumarroca pagó comisiones”. “Convergència denuncia maniobras del Estado para frenar al soberanismo”. Editorial: “El fantasma del 3% entra en campaña”.

 

El PERIODICO DE CATALUNYA: “La justicia registra CDC en busca del 3%”. Editorial: “CDC y las comisiones ilegales”

domingo, 23 de agosto de 2015

La dimensión política del perdón


La dimensión política del perdón

 

El lunes próximo, día 24, participo en un Curso de Verano de la UPV/EHU en Donostia, bajo el tema genérico de “El Perdón y el Olvido”. Dirige el curso mi buen amigo Javier Urra que me ha invitado a dar una conferencia y a participar en una Mesa Redonda. Cuando tuve que poner un título a mi intervención me decidí por este: “El perdón en Euskadi: reflexiones ético-sociológicas”. Era una solución de comodidad personal pues es un tema que ya lo tengo trabajado y del que he publicado hasta un libro. Lógicamente hablaré de ese tema el lunes pues así está anunciado en el Programa pero, abordaré, también, otra cuestión, siempre sobre el tema del perdón, pero situado esta vez en Ruanda. Estos últimos meses me hice con un libro, tan interesante como desgarrador (Benoît Gillou, “Le pardon est-il durable?” Paris 2014), sobre el genocidio en Ruanda, veinte años después. Son las reflexiones que me ha procurado este libro las que quiero trasladar hoy aquí, a los lectores de Noticias de Gipuzkoa y de DEIA como primicia de parte de lo que diré el lunes en el Palacio Miramar de Donostia.


El genocidio de Ruanda de 1994.


Recuerden, de entrada, lo que pasó en Ruanda. El genocidio ruandés, fue un crimen de masas cometido, físicamente, por una masa de asesinos. Del 7 de abril de 1994 hasta finales de junio de ese mismo año, en cien días, del orden de 800.000 personas, la mayor parte de la etnia tutsi, fueron masacrados, muchos a golpe de machete, por centenares de miles de personas, de la etnia hutu. Se calcula que, entre 200.000 y 300.000 personas, participaron directamente en el genocidio. No puedo entrar aquí en el análisis de los motivos o circunstancias previas al genocidio. Pero parece haber un acuerdo en señalar que no es básicamente un conflicto étnico, sino un proyecto racista de eliminar a los tutsis. De ahí que quepa hablar de genocidio. Aunque, a diferencia del nazi, o de los gulags comunistas, en Ruanda los ejecutores materiales eran masas de hutus. Incluso en los campos de exterminio nazis, Auswicht por ejemplo, el número de alemanes era muy escaso, lo que no aminora en absoluto su responsabilidad en el genocidio.


Vayamos ya al libro de Benoît Gillou. Voy a responder en este artículo a dos de sus cuestiones. Si el perdón se limita a relaciones personales o si tiene también implicaciones políticas, por un lado y, a su vera, presentaré cuatro modalidades de perdón en el contexto del genocidio ruandés. Que también pueden aplicarse a Euskadi, como verán.


El perdón ¿puede tener implicaciones sociales y políticas?.


Gillou se refiere, en una entrevista, que investigó, entre otras cosas, lo sucedido en una parroquia rural que se encuentra a una hora de la capital. En abril de 1994, cerca de 6.000 tutsis fueron asesinados en la iglesia, unos días después del Domingo de Pascua. Sin la participación de la población civil, los campesinos hutus, la masacre no habría sido tan masiva ni tan rápida. En este contexto, Guillou trató de ver quién habla de perdón, y con qué objetivos. Así constató que el perdón no se limita a la esfera estrictamente privada y religiosa, bien al contrario, es eminentemente político. En su investigación, distingue cuatro ámbitos donde situar el perdón. En primer lugar, el perdón puede ser considerado por las víctimas. En segundo lugar, por los asesinos. Tercer ámbito: la comunidad de pertenencia. O ella apoya un proceso de perdón o se opone: los lazos de filiación y de solidaridad son esenciales. Por último, el cuarto polo se refiere a las disposiciones establecidas por las autoridades civiles, religiosas o las ONG y sus posicionamientos ante la dinámica del perdón. Obviamente los dos últimos ámbitos van más allá del privado-personal.


Cuatro tipos de perdón.


A lo largo del libro, el autor describe diferentes escenas de perdón y en conclusión propone cuatro figuras principales de perdón. 1º: un perdón- coerción: es una perdón instrumentalizado por actores religiosos o políticos para extorsionar la verdad y lograr, o avanzar, en la producción de la "reconciliación" a toda costa. Es un modelo que también conocemos aquí: la exigencia de petición de perdón a los victimarios como condición para establecer un espacio posible de reconciliación. 2º, y primo hermano del anterior, será el perdón - transacción. Un culpable aceptará su culpa y pedirá perdón a cambio de una sentencia reducida. Siempre quedará la duda de la sinceridad del arrepentimiento del victimario, luego la validez de su demanda de perdón. Este tipo de perdón también puede ser considerado por una víctima, dispuesta a perdonar, a condición de que el asesino dé el primer paso. 3º: en tercer lugar, señala Benoît Guillou  lo que denomina con el término de perdón-revolución, cuando la víctima perdona sin poner o exigir condición alguna. Yo denomino a esta modalidad “perdón gratuito”, un perdón no solamente que no pone condiciones para perdonar sino que tampoco espera contrapartida alguna por parte del victimario, ni por parte de la administración. 4º. Aquí entramos en el tipo clave de perdón, el perdón-reciprocidad. “Lo he observado, señala Guillou, en pequeñas comunidades eclesiales de base. A veces las familias, enfrentadas en el genocidio, establecen vínculos de confianza, de estima, de solidaridad y, actuando en nombre del perdón, entre ellos emerge una narrativa compartida. No idéntica, pues las vivencias no lo son. Pero si compartida, en el sentido de haber escuchado la vivencia del “otro”, de los “otros”. Se trata de aprender a vivir juntos. Ruanda es un pequeño país de 26 000 km2. Es fácil codearse con la familia de su asesino todos los días, en los mercados, en el templo o iglesia. Este perdón recíproco rehabilita el compromiso común. En cierta medida, es similar a lo que se ha implantado en Sudáfrica. En este caso, la práctica del perdón permite el aprendizaje del ejercicio democrático”. Aquí el perdón adquiere una absoluta relevancia política que va mucho más lejos de la dimensión personal o interpersonal. Aunque la presupone.


No nos damos cuenta. Pero esto no solamente sucede en la comunidad de base de Ruanda que relata Gillou, sino en diferentes lugares de Euskadi, religiosos y, la mayoría, laicos, como tuve ocasión de mostrar en mi libro sobre la sociedad vasca tras la losa de ETA. Se realiza de forma discreta, pero real. Al modo vasco de hacer las cosas serias.


¿Qué añadir que no se haya dicho, que no haya dicho?. Pienso que quien perdona de verdad sale de la situación de duelo y lleva mejor la del sufrimiento. Aunque el daño no se olvide y, en el fondo de uno mismo, tenga que luchar contra el rencor, imposible de borrar del incontrolado inconsciente con el que todos tenemos que apechugar. Rencor que, si se transforma en odio, le impedirá, por siempre jamás, liberarse del duelo y vivirá ahogado en el sufrimiento. ¡Dichoso el que logre perdonar!. ¡Dichosa la sociedad que, asumiendo todo su pasado, busque la concordia, mirando al futuro! Sí, el perdón es revolucionario.


(Articulo publicado en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa el sábado 22 de Agosto de 2015)

martes, 18 de agosto de 2015

Elgar - Nimrod (de "Enigma Variations")


Elgar - Nimrod (de "Enigma Variations")

17/08/15

 

¿Cómo puede ser una música tan bella?. Esta tarde hemos escuchado a la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo, bajo la batuta del inmenso Yuri Termikanov en un programa Ravel y Elgar, en la Quincena Musical de Donostia-San Sebastián. En el Kursaal. Hacia muchos años que no escuchaba las Variaciones Enigma de Elgar. Lo que ha hecho Termikanov ha sido portentoso de sensibilidad y musicalidad.

 

Ya en casa, he entrado en Youtube. Hay una magnífica grabación de Termikanov. 14.147 personas han visionado esta grabación. Buceando he encontrado otra grabación (también excelente) de Barenboim con la orquesta de Chicago del año 1997 en la variación mas conocida, Nimrod. 2.843.034 personas ya la habían visionado. ¿Cómo puede ser la música tan conmovedora?