martes, 31 de marzo de 2015

Mi sueño de universidad


Mi sueño de universidad

Un texto similar, pero mas reducido lo publicó DEIA y Noticias de Gipuzkoa el sábado 21 pasado
 

Es posible, incluso probable, que idealice, hoy, más de cuarenta años después, la universidad en la que me formé: la UCL, Université Catholique de Louvain, la Universidad de Lovaina. La viví, antes de su escisión, en la ciudad de Leuven, el nombre flamenco/neerlandés de Lovaina. Allí estudié Sociología y Ciencias Morales y Religiosas.

Estos últimos tiempos la universidad vuelve a estar en las noticias. La discusión de si la carrera universitaria debe consistir en cuatro años de grado más uno de master, o si de tres de grado y dos de master, ha ocupado muchas páginas de la prensa y muchas horas de radio y televisión. He seguido el tema desde la distancia. Me ha tocado, en mi vida profesional, estudiar y cambiar planes de estudios, tanto en Trabajo Social como en Sociología; que si tantas horas para esta materia, que si tantas para esta otra. He vivido varios planes de estudio. Es el cuento de nunca acabar. Pasa lo mismo en la enseñanza secundaria. Siempre pesé que era algo muy, muy secundario. Horas y horas de reuniones para nada.

Más recientemente, el 16 de marzo actual, nos enteramos, gracias a un Informe de la Fundación BBVA elaborado por el excelente Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), de un nuevo ranking de “productividad” de un elevado número de universidades españolas: 11 de las 30 universidades privadas de España y 48 de los 52 campus públicos españoles. Luego un total de 59 Universidades. Para el trabajo emplea 25 indicadores y solo ha puntuado a aquellos centros que disponen de datos de al menos 18 de ellos.

Subrayo, de entrada, que se trata de medir la “productividad”, no el conocimiento, ni el aprendizaje, indicador evidente del mundo en el que vivimos. Pero no quiero detenerme en este el aspecto, pero tampoco pasarlo por alto. Según ese Informe, las universidades públicas son más productivas que las privadas en investigación y transferencia tecnológica frente a las privadas, que lo hacen en docencia. Las universidades de Deusto y de Navarra, encabezan el ranking de las mejores universidades en docencia. Habiendo estado treinta años en Deusto, como docente e investigador, me permitirán un par de comentarios al respecto.

No me extraña que Deusto se sitúe a la cabeza en el ranking de docencia, mientras se posicione en el puesto 7º en innovación y en el 14º en investigación, lo que tampoco está nada mal para ser una universidad que vive de las matrículas de los alumnos. Siempre he pensado que del profesorado de Deusto no saldrá nunca un Premio Nobel, o un candidato a serlo, lo que sí podría salir, por ejemplo, de la UPV (me atrevería a dar algún nombre), si no estuviera localizada en Euskadi (luego fuera de los lobbies de influencia para estos premios). Pero del alumnado de Deusto ya han salido figuras revelantes, particularmente, en el campo del empresariado y de la gobernanza. En Deusto el alumno conforma el centro de su actividad. El alumno es rey en Deusto. Deusto mima al alumno (hay organismos de orientación y seguimiento personalizados) y le exige (por ejemplo, jamás concede un crédito a un alumno por la mera asistencia a unos cursos, sin que haya una evaluación de su aprovechamiento). La verdad es que soy bastante reticente ante la utilidad de estos rankings de universidades (hospitales, paqrues naturales, hoteles, restaurantes etc.) así como de los controles de calidad, ISO, Q´s, y otro que pueda haber, Informes PISA, etc., etc., que pululan por doquier en nuestra sociedad. Aunque obviamente me alegro cuando leo que “mi” universidad de Deusto sale bien parada en una de esas clasificaciones.

Pero volvamos a mi “otra” universidad, la que me formó, la de Lovaina. De todas las que conozco es la más se acerca a mi ideal de universidad. Señalaría estas notas para mostrar mi ideal universitario.

La primera y fundamental es que Lovaina no era un centro de estudios superiores, lo que a mi juicio es, básicamente, la universidad española (y la vasca no es excepción), sino una universidad. Entre nosotros las clases son, digamos, de 8 a 14 horas, de 15 a 21 horas etc. Una tras otra, estando los alumnos normalmente todo el año en el mismo aula, por donde pasábamos los profesores. Durante tres años fui Decano en Deusto lo que de verdad se me exigía era que organizara bien el horario de clase de los profesores y el de los alumnos y los exámenes de estos.

Durante más de 25 años he explicado, en Deusto, Técnicas de Investigación Social, los jueves y los viernes a las 11,30. No es mala hora. Los jueves con clase llena, o bastante llena (era muy raro que pasara lista, una de mis herencias de Lovaina) y los viernes, poco más de media clase, especialmente los últimos años.

Nada de eso en Lovaina. Para empezar la carga de horas de clase era notoriamente inferior a la española. En segundo lugar el horario lectivo empezaba a las 8 de la mañana y terminaba a las 8 de la tarde y las clases tenían lugar en edificios diferentes. Lo que hacía que un día podía tener tres clases, por ejemplo, una a las 9 de la mañana, otra a las 12,00 y la tercera a las 5 de la tarde. El resto del tiempo en casa, en la biblioteca, reunido con compañeros haciendo un trabajo en común, o en consulta con algún profesor. La diferencia es brutal. Más trabajo personal, más contacto con profesores, más trabajo en común en lugar de la universidad española donde, el horario de los autobuses que llevan alumnos que no residan en la propia ciudad (por ejemplo autobuses de Vitoria a Bilbao, o incluso de Bilbao a San Sebastián) y la concentración horario impedía un intercambio, ya entre alumnos, y no digamos entre alumnos y profesores.

Los profesores teníamos horas de presencia obligatoria para atender alumnos. Pero era rarísimo que los alumnos pasaran por nuestros despachos. O bien estaban en alguna clase o bien entrando o saliendo del edificio universitario. Si, esa es una nota que diferencia un Centro de Estudios Superiores de una Universidad.

Los curricula escolares que ya viví en España entre asignaturas troncales, optativas y de libre elección eran inaplicables por el corsé horario y, de hecho, apenas se llevó a la práctica. No así en Lovaina donde la carga lectiva, ya lo he dicho, era menor. También la troncal, lo que permitía, de verdad, una libre elección. En mi licenciatura en sociología, escogí materias de psicología, historia, antropología y hasta teología. Eso si, lo repito: el horario de 8 de la mañana a 8 de la tarde y, obviamente en edificios distintos. Yo tenía un tutor con quien al comienzo de curso organizaba mi carga lectura y con que debía ponerme de acuerdo por si a lo largo del mismo deseaba cambiar alguna materia. De hecho durante el primer mes teníamos prácticamente opción para modificar nuestro plan de estudios, siempre de acuerdo con el tutor. ¡Ah!, y no había informática y todo se hacia a mano, por el estudiante, y en una maquina de escribir la administración. Era todo mucho más sencillo y eficiente que ahora que estamos atiborrados de papeles que vomitan, sin cesar, los artilugios informáticos que, en nombre del progreso y a favor de la despersonalización de la enseñanza, nos hemos impuesto. Mis colegas se dedican a rellenar papeles, como me dicen unánimemente, cuando me encuentro con ellos. Eso si, ranking de mejores universidades, controles de ISO y Q´s de calidad, Informes PISA, etc., etc., por doquier. Papel mojado, zarandajas de una sociedad decadente, que solo sirve para llenar hojas de periódicos y controles y más controles. Ya lo dijo Foucault: “Surveiller et punir”.

Las clases en Lovaina, especialmente a partir del tercer año, eran ya de especialización. Recuerdo que en una asignatura, titulada “El cambio social”, más de la mitad del tiempo lo consagramos a la revolución de Mao. (Y no se olvide que estaba en una universidad católica). No se trataba de explicarnos, una detrás de otra, todas las teorías de cambio social, sino tras un sucinto repaso de las más importantes (con bibliografía incluida pues en Lovaina se leía), trabajar en la de Mao, mediante una corta introducción del profesor y después en grupos de trabajo, con asistencia del profesor varias veces durante el periodo lectivo. Es el sistema que después utilicé en Deusto cuando explicaba Sociología de los Valores (aunque ya mis alumnos no leían libros). El examen consistía, en una defensa individual, oral, del trabajo realizado en correlación con la información más teórica impartida. En muchos casos, ni hacía falta examen, pues había visto trabajar a mis alumnos.

 
La calificación final, en la primera semana de julio, era global. No había septiembre salvo caso excepcional de una materia realmente muy desconocida por el alumno. Se llamaba el “examen de paso”, que habitualmente se superaba. Pues era el Claustro de profesores, reunido, quien decidía si tal alumno, visto su aprovechamiento total, podía o no podía pasar de curso, y en la primera de las hipótesis la calificación que se le otorgaba, que aún recuerdo: “Suficiente”; “Suficiente con distinción”, “Gran distinción” y “La más grande distinción”. Recibíamos un papel donde cada materia cursada era puntuada pero con una calificación global. Un estudiante podía suspender una materia (fue mi caso en Demografía, en Sociología, y en Derecho Canónico, en Ciencias Morales y Religiosas) y sin embargo recibir un “Suficiente con Distinción” en una de ellas  y “Gran Distinción” en otra, no recuerdo en cual de ellas, habida cuenta la totalidad de mis prestaciones académicas. Era un Cuerpo Profesoral, en su conjunto, quien juzgaba la totalidad de nuestro trabajo durante el curso académico y quien se comprometía, como tal Claustro de profesores, ante la sociedad, que tal estudiante podía o no podía pasar de curso. No veíamos el caso de alumnos que dejaba un año tal universidad para cursar tal asignatura, en la que era particularmente exigente un profesor que hacía una escabechina entre los alumnos aunque hubiera pasado bien el resto de materias, y se iba a otra universidad para superar esa asignatura y, después, volver a la universidad de origen. O incluso llegaba al último año de carrera teniendo pendiente una materia, la hueso, de 2º de carrera. O, cosa aún más estúpida, un alumno que había aprobado, digamos, Estadística II (y el profesor le guardaba la nota) hasta que aprobara Estadística I que se le había atragantado. En fin podría multiplicar los ejemplos. Esa forma de organizar la enseñanza ha hecho que la carrera universitaria sea una carrera de obstáculos donde las vallas son las materias a superar. Y esto depende de cada profesor y de determinadas especialidades. Así, por ejemplo, algún día, alguien que sea de esas especialidades, explicará qué necesidad tienen las ciencias físicas y matemáticas, de torturar a sus alumnos en los primeros cursos, para considerarse superiores. 

 
Una universidad es un espacio de estudio, investigación, (de ahí mi preferencia por las ciudades universitarias, Lovaina, Salamanca, Santiago, Coimbra, Oxford, etc.) donde hay un intercambio continuo entre docentes y alumnos, haciendo estos, dentro de un amplio marco, y con la asesoría de un tutor, su propio plan de estudios. Y un equipo profesoral que, en los cursos superiores, tenía a gala modificar la materia que iba a impartir, si no cada año, sí cada dos o tres años. ¿Cómo olvidar el curso de Jean Marie Aubert sobre la crisis modernista del comienzo del siglo XX?. O a Paul M. G. Levy su curso de “Sociología de la paz y de la guerra” centrado en la polemógena pretensión de buscar la única verdad en situaciones conflictivas que aun, hoy en día, tanto me sirve para entender el contencioso vasco?. ¿Cómo olvidar a Jean Giblet en un curso magistral sobre el movimiento zelotista en tiempos de Jesús y su incidencia en los textos lucanos?. O Julien Freund, profesor invitado a mostrarnos en profundidad la figura y sociología de Max Weber?. Sí, aquello era una Universidad

domingo, 8 de marzo de 2015

Simon Rattle comenta y alaba la 9ª de Furtwängler de 1942 en Berlín


Simon Rattle comenta y alaba la 9ª de Furtwängler de 1942 en Berlín

08/03/15

El texto de aquí abajo (que yo he traducido) está en la página 74 de la revista francesa de crítica de discos, “Diapason” del presente mes de marzo.

“Ustedes (de la revista francesa “Diapason”) me piden una elección absolutamente subjetiva. De acuerdo. Si hay una grabación que me dé una idea de lo que Beethoven resentía en lo más profundo de su alma, es la 9ª por Furtwängler en Berlín en 1942. Lo que resuena allí, en lo más duro de la guerra, no se puede reducir a una interpretación en el sentido habitual del término; es una experiencia, es el grito en el desierto de un músico en el corazón de la barbarie. Es una forma de recordarnos hoy el poder de la música, y era una forma para Furtwängler, esos días 22 - 24 de marzo de 1942, de mostrarlo frente a los principales dignatarios nazis. Ese concierto nos recuerda también que Beethoven creó con la 9ª una obra absolutamente fuera de todas las normas. Corremos el riesgo de olvidarlo, pues ha entrado en nuestras costumbres…algunas orquestas quieren, incluso, interpretarla cada año el 1º de enero. ¡Qué drama!. Pero volvamos a Furtwängler.

La gran transición es más negra que en sus peores pesadillas. El movimiento lento es como un milagro por la manera de unir los contrarios en un gesto misterioso donde todo flota: la música parece construirse en ese instante, como en el momento en el que Beethoven inventaba la obra en su mesa de trabajo. ¿El final?. Una sola palabra puede vagamente expresarlo: histeria. Nos sería imposible ir tan lejos en nuestros días, el sentido de esta interpretación se sitúa en su momento. ¿Tenemos necesidad de conocer sus circunstancias para comprenderla?. Saber quién está en la sala nos perturba profundamente, pero la música basta para resentir el malestar que Furtwängler instala en ella. Todo oyente sentirá el grado de paroxismo, de violencia, de grandeza y de terror al que conduce a sus músicos. ¡Qué orquesta, por otra parte, en la que cada músico reacciona instantáneamente a sus increíbles rubatos sin jamás perder el norte!. Todos los melómanos deben escuchar este documento que solamente los discófilos poseen, y yo me siente muy contento contribuyendo a ello por medio de este álbum”.

Rattle se refiere a un álbum de 11 discos con las nueve sinfonías de Beethoven, en dos versiones diferentes cada una, excepto la 1º y la 9ª de la que ofrecen tres versiones, en la citada revista Diapason. Por 24,90 € mas 3,90 € por gastos de correo. Oferta solamente válida en Francia, dicen. Pero yo lo acabo de comprar por Amazon, libre de gastos y depositado en mi domicilio, en dos o tres días por 21,48 €. (Sí, ya sé que el tema se presta a debate. Otro día quizás.)

La referencia, por si están interesados, es esta “La discothèque idéale de Diapason, vol. 3 / Beethoven : Les 9 Symphonies”.. Obviamente en el álbum está la 9ª de Marzo del 42. Esta 9ª se encuentra en CD (yo la tengo en una “edición” de Music & Arts de 1990, y alguna otra, mejor reproducida, más reciente, que no encuentro) y en vinilo (no creo que en DVD). También, completa en Youtube. Es una joya…terrorífica.

miércoles, 4 de marzo de 2015

Cristianos perseguidos en el mundo de hoy


Cristianos perseguidos en el mundo de hoy

04/03/15

Índice del texto

Introducción: una carta de un amigo

1. Cristianos quemados vivos en Nigeria

2. Un libro de ámbito mundial y una entrevista al papa Francisco en “La Vanguardia

3. Un filósofo ateo comenta la persecución de los cristianos

4. ¿Cuantos son los cristianos perseguidos en el mundo?

5. ¿Por qué, precisamente, los cristianos?.

6. ¿Por qué este silencio en Occidente?

7. Cerrando con dos referencias que nos son más próximas

Un grupo de antiguos compañeros, hoy ya amigos, estudiantes a finales de los años sesenta y comienzos de los setenta del siglo pasado, en la Universidad de Lovaina, se reúnen, desde hace años, los primeros miércoles de mes, en una cafetería restaurante de Madrid a almorzar con larga sobremesa. Cuando viajo a Madrid y, si puedo, me junto a la comida-sobremesa. Tenemos opciones políticas y religiosas divergentes, que ya vienen desde los tiempos lovanienses, pero nos gusta estar juntos, escucharnos, debatir, discutir, contarnos nuestras vidas, ya muchos jubilados, con achaques, propios o de la familia próxima. Hablamos de lo divino y lo humano en largas sobremesas. También nos intercambiamos información, vía Internet, sobre temas de actualidad, de política económica, o de política a secas, o de cuestiones que a alguno le ha llamado la atención, y nos lo transmite. Últimamente el tema Podemos, pues uno de los lovanienses es profesor en la Facultad de Políticas de la Complutente, luego riguroso colega de los mentores de Podemos.

En uno de los correos, uno de los amigos lovanienses nos envía un texto, con foto espectacular incluida, texto firmado por Juan Carlos Martos (misionero claretiano), con este titular: Cristianos quemados vivos en Nigeria: un holocausto monstruoso, ante la indiferencia internacional”. La cosa no me cae de sorpresa pues la prensa, aunque de forma muy mitigada y como sin darle mayor importancia, refiere, de vez en cuando, noticias de cristianos, asesinados por ser cristianos, en diferentes partes de mundo. Sin ir mas lejos, leo el pasado 24 de febrero en la prensa francesa (La Croix) y en la española (El País), en la vasca (grupo Noticias)  que Yihadistas del Estado Islámico (EI) han secuestrado en la tarde de ayer a al menos 90 cristianos asirios en la provincia de Hasaka, en el noreste de Siria, según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Londres. Otros medios, días después subían a cifra a 200.

Pero, habida cuenta de la proliferación de bulos e informaciones erróneas o falsas en Internet, escribo un correo al Superior de los Claretianos en Euskal Herria, a quien conozco bien, pidiéndole si me puedes asegurar que Juan Carlos Martos es, en realidad, un misionero claretiano y, si le conociera, si le considera fiable, y puedo validar su testimonio. Me contesta con estas palabras: Sí, conozco a Juan Carlos Martos. Es misionero claretiano y sacerdote. En este momento, es responsable de toda la Pastoral Vocacional de nuestra Congregación, trabaja en Roma y, en razón de su trabajo, conoce muchas partes del mundo. Sí, es una persona cabal y de fiar”. Hecha esta comprobación traslado aquí la información que me suministra el colega lovaniense de Juan Carlos Martos.

Cristianos quemados vivos en Nigeria

“Al publicar este impresionante documento gráfico en Facebook, he pretendido denunciar ante la opinión pública internacional unos hechos monstruosos, absolutamente silenciados por los medios de comunicación de masas; un auténtico genocidio tan monstruoso y bestial como los episodios más abyectos de los campos de exterminio nazis.

Para mi sorpresa, facebook me ha recriminado por publicar este documento gráfico, como denuncia del holocausto que sufren los cristianos en Nigeria desde hace más de 10 años. Conforme a la política de seguridad de esta red "social", la fotografía se ha clasificado como material "pornográfico", "violento" o "inapropiado" y, por ello, me castiga prohibiéndome subir durante una semana cualquier otra fotografía. Y me amenaza con actuaciones "drásticas" si prosigo en mi intento de denunciar documentalmente la terrorífica conculcación de los derechos humanos en Nigeria.

Este proceder de los responsables, (facebook-España) supongo, es un atentado a la libertad de expresión y un insulto desvergonzado a las 500 víctimas (sólo en este episodio brutal) masacradas por el terror islámico por el simple hecho de ser cristianos.

Yo creía que esta red social, nacida en USA, no hincaba la rodilla ante el terror. Sobre todo tras sufrir en sus propias carnes el espeluznante atentado del 11-S, como nosotros el 11-M, víctimas de la furia enloquecida y salvaje del terror islámico.

Me parece increíble que en España, un estado democrático y de derecho -donde constitucionalmente se garantiza la libertad de culto, expresión y pensamiento (Art.16 y 20 CE)- se intente amordazar a los ciudadanos mediante amenazas y coacciones, vulnerando su libertad de expresión, por considerar "inapropiado" un documento gráfico (no un montaje fotográfico) que refleja en toda su crudeza una realidad bestial.

Por el contrario, los directivos de facebook España, deberían felicitarse de esta denuncia pública -hecha con el ánimo de que esta barbarie jamás se repita, y que se castigue a los culpables- pues es un derecho y un deber ciudadano: un servicio a la sociedad, último objetivo, supongo, de toda red "social" que se precie.

De hecho, si las matanzas continúan, es en buena medida porque se sigue ocultando la verdad al pueblo soberano, no vaya a ser que la sepa y "se indigne": el silencio cómplice de la mayoría de los medios de comunicación propicia la indiferencia de la comunidad política internacional ante este holocausto monstruoso.

Eso sin olvidar la cobardía instalada en el mundo occidental frente al terrorismo islamista. Entre nosotros, una consecuencia más de la estúpida "Alianza de civilizaciones". ¿Se imaginan la reacción del terrorismo islámico en el caso de una matanza de musulmanes a manos de cristianos en una mezquita? ¿Cómo -y cuánto- de beligerantes serían las portadas de nuestros medios de comunicación condenando los hechos?

Por todo ello, desde este humilde blog, pido a quienes me lean un favor: que difundan por todos los medios a su alcance esta fotografía. Al menos para que sirva de homenaje a estos mártires, ya que, desgraciadamente, facebook parece que ha tomado partido por los verdugos, queriendo ocultar la difusión de tan trágicos acontecimientos”. (Hasta aquí Juan Carlos Martos. El documento es del 17 de marzo de 2014 y la foto es de 23 días anterior. Confirmación en https://www.facebook.com/notes/p-juan-pablo-esquivel/el-misionero-padre-claretiano-juan-carlos-martos-al-que-se-debe-la-publicidad-de/10152077455653337 )

Un libro de referencia mundial y una entrevista al papa Francisco en “La Vanguardia” en su introducción.

Personalmente este correo me ha impactado y, de alguna manera avergonzado. Había vivido, in situ prácticamente, la salvajada del asesinato de los redactores de Charlie Hebdo en Paris y unido al coro de los que han repudiado semejante acto. Solamente después, el 1º de febrero, por el correo de mi colega lovaniense, recibo el texto y fotos de Marcos, que no son en realidad novedad pero me dan de bruces pues, he de confesar que hasta esa fecha leía y oía esas noticias como quien oye llover. Entré en Internet y encontré este libro: “Le livre noir de la condition des chrétiens dans le monde” (Sous la direction de Jean-Michel di Falco, Timothy Radcliffe et Andrea Ricardi”. Con la colaboración de 70 contribuyentes Obra coordinada por Samuel Lieven. Editions XO, Paris 2014, 811 páginas). Si se ha hablado de este libro en España, se me ha pasado desapercibido. Lo compré y estoy en su lectura. A quien lea francés, sea o no cristiano, sea o no creyente, si los Derechos Humanos conforman parte importante de su cosmovisión vital debe leer este libro.

En la introducción al mismo de uno de sus tres directores Jean-Michel di Falco referencia una entrevista al papa Francisco el 13 de junio de 2014 en la primera pagina (y cinco más en el interior) de “La Vanguardia”. Como suscriptor online de LV he accedido a ella y traslado aquí, en su original en castellano, algunas afirmaciones de Francisco. “Los cristianos perseguidos son una preocupación que me toca de cerca como pastor. Sé muchas cosas de persecuciones que no me parece prudente contarlas aquí para no ofender a nadie. Pero en algún sitio está prohibido tener una Biblia o enseñar catecismo o llevar una cruz... Lo que sí quiero dejar claro es una cosa: estoy convencido de que la persecución contra los cristianos hoy es más fuerte que en los primeros siglos de la Iglesia. Hoy hay más cristianos mártires que en aquella época. Y no es por fantasía, es por números”.

La violencia en nombre de Dios domina Oriente Medio, le apunta el entrevistador Henrique Cymerman. Responde Francisco “Es una contradicción. La violencia en nombre de Dios no se corresponde con nuestro tiempo. Es algo antiguo. Con perspectiva histórica hay que decir que los cristianos, a veces, la hemos practicado. Cuando pienso en la guerra de los Treinta Años, era violencia en nombre de Dios. Hoy es inimaginable, ¿verdad? Llegamos, a veces, por la religión a contradicciones muy serias, muy graves. El fundamentalismo, por ejemplo. Las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas, pequeños en relación con todo el resto.(….) Un grupo fundamentalista, aunque no mate a nadie, aunque no le pegue a nadie, es violento. La estructura mental del fundamentalismo es violencia en nombre de Dios”.

Un gran filósofo ateo comenta la persecución de los cristianos

Permítanme que cite aquí, para creyentes y no creyentes, un par de reflexiones de André Comte-Sponville, conocido, brillante y profundo filosofo ateo, quien en su contribución al libro arriba señalado escribe esto: “que la Iglesia, durante mucho tiempo haya formado parte de los perseguidores nadie lo ignora (tampoco los directores del libro y lo señalan infinidad de veces). Pero no es una razón, continúa Comte-Sponville, para hacer caer sobre los cristianos de hoy las faltas o los crímenes de sus predecesores. Nadie es culpable de los pecados de sus padres. Los derechos de los hombres se transmiten por el nacimiento; la culpabilidad non. Los cristianos son, en primer lugar seres humanos. Lo que es suficiente para otorgarles derechos, luego a a obligarnos a deberes a su respecto” (página 120 de “Le livre noir de la condition des chrétiens dans le monde”.

Páginas más adelante, en la 123, Comte-Sponville, escribirá que “la línea del frente no pasa, muy afortunadamente, hoy en día, entre los creyentes y los increyentes. Pasa entre los amigos y los enemigos de la libertad: entre los espíritus abiertos y tolerantes, tanto si creen en Dios como si no, y los espíritus fanáticos y sectarios, tanto si que se reclaman de una religión (así el islamismo) o de una ideología pretendidamente laica (así China o Corea del Norte)”   

¿Cuantos son los cristianos perseguidos en el mundo?

Es difícil dar cifran seguras y concluyentes. He aquí algunas encontradas en el “Livre noir…”. El cardenal francés Jean-Louis Tauran, presidente del consejo pontificio para el diálogo interreligioso cifraba en octubre de 2013 que “el número de cristianos perseguidos en el mundo oscila entre los 100 y los 150 millones de personas. Esta cifra, en constante aumento, hace del cristianismo, la religión más perseguida del mundo” (P.13 del “Livre noir…”). Aunque añade páginas adelante que, “el cristianismo no ha sido a lo largo de su historia la religión más perseguida. Incluso ha estado del lado de los perseguidores” (p. 16. “Livre noir…”) 

El Pew Forum on Religión and Public Life de Washinton D.C (una referencia mundial para los estudiosos de los fenómenos religiosos) señalaba en 2012 que “los cristianos eran víctimas de una u otra forma de acosamiento, con o sin apoyo de las leyes, en 139 países, esto es cerca de tres cuartas partes de las sociedades humanas. Es el grupo religioso más acosado, aunque fieles de otras religiones sufren también amenazas en numerosos lugares del mundo. En Septiembre de 2009, el presidente de la Sociedad internacional para los derechos humanos, estimó que el 80 % de los actos de persecución religiosa perpetrados en el mundo atañía a los cristianos. En un estudio realizado en 2011 por el National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorisme, mostró que el número de actos terroristas perpetrados contra los cristianos en el mundo había conocido una progresión de 309% entre 2003 y 2010. En su Informe de 2012, la comisión americana sobre las libertades religiosas en el mundo ha identificado 16 países en los que se dan actos odiosos y sistemáticos (….) particularmente la tortura, la detención y el asesinato. Si numerosas comunidades religiosas son afectadas por esta violencia, una sola lo es en el conjunto de los 18 países: la comunidad cristiana” (Le livre noir…, página 33)  

¿Por qué, precisamente, los cristianos?

El Islam radical es, en la actualidad, el principal causante del odio hacia los cristianos, aunque no hay que olvidar que los primeros que sufren el odio de estos islamistas son otros musulmanes, en nada fundamentalistas. Pero si, al comienzo de la segunda década del siglo XXI, el radicalismo islamista desapareciera del planeta, los cristianos no estarían en seguridad. Así en el estado vietnamita, en China, en Corea del Norte o en las zonas latinoamericanas controladas por los narcotraficantes, viven amenazados cuando no perseguidos, encarcelados o asesinados.

Según los expertos en la discriminación y acoso a los cristianos en el planeta cabe señalar, al menos, estas cinco razones o motivos.

En primer lugar simplemente que los cristianos conforman la religión mas extendida en el planeta: 2.300 millones de las que algo más de la mitad, 1.200 millones, son católicos. Los otros son ortodoxos, protestantes o miembros de iglesias independientes que se reclaman de Jesús. Los cristianos conforman del orden de un tercio de la humanidad. Le siguen los musulmanes con 1.700 millones de adeptos.

En segundo lugar no hay que olvidar que, a lo largo de un siglo, desde 1910 a 2010, la distribución de los cristianos en el mundo se ha trasformado radicalmente. La tabla adjunta lo muestra claramente.

Evolución, en %, de la distribución mundial de los cristianos en los últimos cien años


 
1910
2010
2010 (-) 1910
Europa
66,3
25,9
(-) 40,4
Américas
22,1
36,8
(+) 14,7
Oriente Medio + Norte de África
0,7
0,6
(-) 0,1
Asia – Pacífico
4,5
13,1
(+) 8,6
África Subsahariana
1,4
23,6
(+) 22,2
 
100 %
100 %
 


Fuente: Global Christianity. A Report on the Size and Distribution of the World’s Christian Population. Pew Research Center. Diciembre 2011. Elaboración de Javier Elzo.

Pero hay mas, y más importante. Este aumento de los cristianos, fuera de Occidente, es percibido en algunos países como una amenaza. Así en China el crecimiento explosivo de la Iglesia Pentecostal se considera peligroso para un país laico de partido único. En Arabia Saudita, donde impera el wahhabismo, - fuente de Al Qaeda, no se olvide -, el millón de inmigrantes trabajadores de origen cristiano (Filipinas, Corea del Sur, Líbano etc.) es considerado perturbador de su fundamentalismo. El trato servil de los poderes occidentales a Arabia Saudita, Vaticano incluido, merecería un texto aparte.

En tercer lugar, en algunas partes del mundo, los cristianos constituyen no solamente una minoría religiosa sino también étnica, social y cultural donde son vistos como adversarios en el ascenso social. Es lo que sucede, por ejemplo en Birmania o en la India.

Hay una cuarta razón, que en parte ya ha sido señalada: los cristianos aunque, ya lo hemos visto, viven cada vez más en Oriente y en África, sin embargo son asimilados a Occidente y sufren el anti europeismo y, sobretodo, el antiamericanismo imperante (no siempre, sin razones históricas) en determinadas regiones del mundo. En Irak, como en Siria, por ejemplo, los islamistas radicales etiquetan a las iglesias cristianas como avanzadillas de Occidente cuando, en realidad, los cristianos estaban allí asentados mucho antes que el surgimiento del Islam.

Nos hacemos eco, en quinto lugar, last but not least, de un argumento esgrimido por Andrea Riccardi, historiador y fundador de la Comunidad de San Egidio en Roma, y uno de los directores del libro referenciado, cuando escribe que “entre humanidad y compromiso, los cristianos (algunos cristianos, me permito añadir) representan otra forma de vivir y de interactuar con los otros lo que resulta inaceptable para el fanatismo todo poderoso como para los interese que tratan de controlar la sociedad de forma oculta” (“Le livre noir…” o. c. p. 152). Es lo que sucede, claramente, en determinados enclaves del fundamentalismo islámico, por dar un ejemplo muy en boga. Les resulta insoportable la presencia de cristianos que adopten como ley moral el amor gratuito y universal, no solamente hacia los suyos, y que prefieran el martirio a abjurar de su dios, el Dios que, sostienen, se ha revelado en Jesucristo.

No deja de ser llamativo que este ultimo argumento, a la postre, coincida con el que sostenían algunos emperadores y pensadores romanos durante las persecuciones a los cristianos en los tres primeros siglos de nuestra era: no aceptar el dios romano, máxime si era representado en la figura del emperador y como tal, hace aparecer como perturbadores del orden social a los cristianos. Hay que releer el texto de Celso “Contra los cristianos” escrito el año 178 de nuestra era para ver la similitud de argumentos. Valga este botón de muestra cuando, casi al final del texto, escribe esto: “suponed (se refiere a los cristianos) que se os ordena jurar por el Jefe del Imperio. Nada hay de malo en hacerlo pues las cosas de la tierra han quedado entre sus manos (….) Pero si buscáis socavar este principio, el príncipe os castigará con razón…” (Celse, “Contre les chretiens” Ed. Sillage. Paris 2014, página 104. La traducción es mía).

Evidentemente este razonamiento resulta difícil de aceptar en gran parte del mundo occidental. Incluso por parte de algunos cristianos. Es lo que nos lleva a abordar la última cuestión de estas páginas: las razones del silencio de Occidente ante la masacre y persecución de los cristianos en otras partes del planeta.

¿Por qué este silencio en Occidente?

El historiador Andrea Riccardi, fundador de la comunidad San Egidio y uno de los directores del libro, explica, en gran medida, el silencio de Occidente ante el actual masacre de los cristianos, en su aportación al libro (ver pagina 143) escribiendo que “…en realidad, la cultura occidental ha alimentado un auténtico sentimiento de culpa alimentado por las responsabilidades de los cristianos y las violencia que ellos han perpetrado a lo largo de su larga historia. Pensemos, por ejemplo en los tristes episodios de la conquista de America, o del colonialismo” o de las cruzadas, o de la Inquisición, me permito añadir. Cierto, de toda certeza. Pero esto no borra el hecho de la masacre de los cristianos de nuestros días.

Sigo, a continuación en este punto, las paginas 37 - 42 del texto de John Allen con un título, -¿ excesivo?- , “Une guerre mondiale contre les chretiens”, del libro arriba referenciado “Le livre noir…)

John Allen trae a su texto la pregunta de Fouad Twal, jordano de nacimiento, Patriarca católico de Jerusalem en una conferencia que pronunció el año 2011 en Londres: “¿Es que nadie escucha nuestro grito?. ¿Cuántas atrocidades debemos sufrir todavía antes de que alguien, en alguna parte, nos ayude?”

Allen ofrece estos elementos de respuesta que resumo, con algunos añadidos propios:

1.- La mayor parte de los laicos occidentales están poco instruidos en cuestiones religiosas y estos temas les resbalan. Además las persecuciones no tienen lugar en sus casas, en sus países, sino en países muy lejanos que muchos, la mayoría, no sabrían situar exactamente en un mapa. Por otra parte decir, como alguna vez he oído o leído, que en España hay una persecución religiosa en la actualidad es un sin sentido total. Ni al laicismo más recalcitrante (que lo hay en España) cabe denominar persecutor de lo religioso. 

2. Cuando se habla de persecución religiosa lo que viene a cabeza son las cruzadas, la Inquisición, la colonización  con la esclavitud aceptada por los cristianos, Giordano Bruno, Savinarola, Miguel Servet, Galileo Galilei. En España, algunos recuerdan el clerocidio en los primeros años de la guerra, mientras que otros procuran pasar de largo o poner acento en otros asesinatos.

3. Regís Debray que, recuérdese, fue un antiguo comunista que combatió con el Che Guevara y que, en la actualidad, está muy interesado en la cuestión religiosa, escribe que, en nuestros días, la persecución de los cristianos se encuentra en un punto muerto: las víctimas serían “demasiado cristianas” para interesar a la izquierda y “demasiado extranjeras” para interesar a la derecha. Los conservadores, las personas de derechas, miran para otro lado ante la política de seguridad de Israel y sus efectos nocivos para los árabes cristianos, pero se precipitan ante el menor acto de violencia perpetrado por el islamismo radical y aunque, últimamente, con el asalto a la revista Charlie Hebdo y los salvajes degollamientos de rehenes por miembros del Estado Islámico, se ha irritado a la población occidental en su conjunto, es más fácil encontrar, entre las personas de izquierda, explicaciones, que no justificaciones, de un estado de cosas que señalan, justamente a mi juicio, provenientes de la historia. Pero es, también, entre estas personas de izquierdas donde encontramos más dificultad para aceptar el odio contra los cristianos en el interior de la banda de Gaza, controlada por Hamas, donde los cristianos son objetivos de violencias y exacciones.

4. Pero hay que preguntarse, fundamentalmente, por qué los cristianos instruidos, los agentes de pastoral, sacerdotes y obispos incluidos, parecen apenas interesarse por este tema. ¿Cuántas pastorales, cuantos encuentros, coloquios, sermones y hojas al fondo de los templos cabe encontrar, en lo que llevamos de siglo XXI, que tengan como objeto la persecución de los cristianos en el mundo?. Bien pocos. ¿Por qué? Cabe avanzar tres tipos causas o motivos de este silencio de los cristianos occidentales más instruidos y, en algunos casos más comprometidos también, con su religión?

4.1 En primer lugar, la idea de que en la violencia contra los cristianos se trata de casos excepcionales. Algunos casos particularmente llamativos y sostenidos por agencias internacionales defensoras de los derechos Humanos, como Amnesty Intertacional. Muchos han firmado llamamientos de este tipo. Pero esa violencia no se la percibe como una violencia generalizada, estructural de algunas partes del mundo, por el solo hecho de ser, en esos países, personas cristianos.

4.2. En segundo lugar, es el efecto perverso de una idea, de una opción muy positiva: la búsqueda del ecumenismo, la aceptación del pluralismo religioso y el deseo de encuentros interreligiosas, como los de Asís. En este contexto, muchos cristianos ven difícil poner el acento en una persecución hacia sus hermanos orientales por temor a herir a los miembros de otras confesiones religiosas. Algunos a reconocer y condenar las dificultades con las que viven los árabes de confesión cristiana en Israel por temor a ofender al pueblo judío, que tanto ha sufrido en la historia. Otros a enfrentarse a los musulmanes por la opresión en la que viven los judíos en las sociedades islamistas, máxime en tiempos actuales en los que la islamofobia es moneda corriente. También en Occidente

4.3 Pero la tercera causa de este negacionismo de la violencia contra los cristianos en muchas partes del mundo, está en el interior mismo de los cristianos occidentales, en lo que Allen denomina, justamente a mi juicio, como “tribalización” del cristianismo occidental en el interior de las iglesias cristianas occidentales. Determinados aspectos de la pluriforme cultura en la que vivimos, obviamente también se han introducido en el seno de las iglesias cristianos lo que, así dicho, no puede ser sino positivo pues indica que el cristiano forma parte de la cultura en la que vive y participa de ella. No hacerlo supondría encerrarse en el gueto de su religión y proyectarse como una “contracultura” entendiendo que el mundo circundante es perverso en tanto no adopte los valores de “su” religión. Estamos ante un planteamiento todavía arraigado entre demasiados cristianos en Occidente que, llevado al extremo, hace que la dimensión cultural a la que cada cristiano se adscribe, es más fuerte que la comunidad cristiana en su conjunto, cuya quintaesencia radica en el amor gratuito, en la fratría universal consecuencia de la fe en el Dios único, Padre de todos. Esto conlleva no solamente a la división histórica de los cristianos en católicos, protestantes y ortodoxos, sino que en el seno de cada una de estas confesiones abundan las “tribus”: los adversarios del aborto desde la concepción, los pacifistas, los tradicionalistas, los neo-conservadores, los defensores de la teología de la liberación, los progresistas, los espiritualistas, los que defienden, o proscriben, la ordenación de la mujer en la iglesia católica, etc., etc. Estas divisiones pueden ser más importantes, y de hecho lo son, que la conciencia de pertenencia a una iglesia y lo que, cabría entender como un ejercicio de la libertad en el seno de la iglesia, se convierte en terreno de caza y disputa que diaboliza a los disidentes. Una de las consecuencia de este estado de cosas reside en que los cristianos occidentales dedican más tiempo y energía a despedazarse entre si que a ocuparse y ayudar a sus hermanos orientales, masacrados y, en algunos sitios del planeta, a punto de desaparecer. En particular en tierras donde surgió el cristianismo.

4.4. En efecto así es. Lo ilustro con un ejemplo llamativo, y con ello terminaré estas páginas, nos los ofrece el sur-este de Turquía en una zona fronteriza con Siria, que se encuentra actualmente bajo dominio kurdo. Al comienzo del siglo XX se asentaba allí una comunidad floreciente de 500.000 cristianos arameos que mantenían viva la lengua que, presumiblemente, hablaba Jesús. Al final del siglo pasado era cifra se había reducido a 2.500 cristianos arameos y numerosos observadores estiman que “su erradicación total es inminente” (Le livre noir des chretiens …o. c. p. 34).

Cerrando con dos referencias que nos son más próximas

Un historiador nada sospechoso de ser pro-ecclesial, simplemente un historiador honesto (que cita con elogio, y de forma destacada, en la pagina de agradecimientos Paul Preston, en su libro “El Holocausto español: odio y exterminio en la guerra civil y después” Ed. Debate, Barcelona 2011. Ver pagina 15), me refiero a José Luis Ledesma, escribe que “durante la fase inicial de la revolución y la guerra (del 36), se desencadenó una auténtica caza del clero en toda la zona republicana.(…) El resultado fue de proporciones tan bíblicas, valga aquí la expresión, que convierte a la España de esos años en el escenario de la mayor matanza de eclesiásticos de la Europa contemporánea. Algo menos de 6.800 vidas fueros segadas por aquella violencia clerófoba, la mayor parte durante los tres primeros meses” (En el capítulo “Una retaguardia al rojo. Las violencia en la zona republicana” del colectivo editado por Francisco Espinosa Maestre, “Violencia Roja y Azul, España 1936-1950”, Ed. Critica, Barcelona 2010, página 182.

Por ultimo, me limito a citar, pues aun no lo he leído, el libro de Anxo Ferreiro Currás, “Consejos de guerra contra el clero vasco (1936-1944). La iglesia vasca vencida”. EDITA asociación Intxorta 1937 Kultur Elkartea, 525 paginas, 2013

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Una redacción más reducida de este texto se publicó en el blog sociólogos el 01/03/15 http://ssociologos.com/2015/03/01/la-masacre-de-cristianos-en-el-mundo-redes-sociales-y-mucho-mas/

Otra redacción mucho más condensada se publicará en DEIA y la prensa del Grupo Noticias el y/o 8 de marzo próximos

domingo, 1 de marzo de 2015

Una falsa información: los problemas de la gente, y el Debate sobre el estado de la Nación.


Una falsa información: los problemas de la gente, y el Debate sobre el estado de la Nación.
28/02/15

Esta semana pasada, el miércoles 25 y el jueves 26, tuvo lugar en el Parlamento Español el Debate sobre el estado de la Nación. Al día siguiente el CIS (estudio 3055) ya nos daba unos resultados sobre la opinión de los ciudadanos de determinados aspectos del Debate. Los medios de comunicación social titularon, muy significativamente, sobre quien había ganado el debate, como si de un pugilato se tratara. En realidad los resultados dicen que no ganó nadie (37%) y que hubo prácticamente empate entre los dijeron que ganó Sánchez (21,7%) y Rajoy (21%) pues las diferencias, entre ambos, están dentro del margen de error admitido en la encuesta (+- 2,4%).

Los medios de comunicación también subrayaron que, según los encuestados, en el debate predominaron “las críticas, reproches y acusaciones de unos a otros”, el 89,3 % de los encuestados, sobre “las propuestas para solucionar los problemas del país” que solamente parecían defender el 4,2%. La pregunta se formuló, exclusivamente “a quienes conocen que se ha celebrado el debate del estado de la nación, han seguido el desarrollo del debate por algún medio de comunicación, o han obtenido información por televisión, radio, periódicos, internet u otros medios”. Luego algo sabían del tema. Eran 1173 de los 1678 entrevistados, esto es el 70 %. De entrada comentaré dos cosas.

En primer lugar que no hay diferencias significativas en los resultados según las simpatías a uno u otro partido político de los encuestados (Consulten la encuesta en la web del CIS. Es la pregunta 9 del cuestionario cruzada con variables políticas). En segundo lugar que las respuestas obtenidas, en gran parte, vienen inducidas por la formulación de la pregunta, que presenta solamente dos posibilidades de respuesta. Obviamente, habida cuenta que, además de que el debate fue particularmente bronco, y la cultura de la descalificación del adversario, es dominante en la sociedad española y en los medios de comunicación social, era más que previsible que la inmensa mayoría de los ciudadanos, ante una pregunta cerrada (con respuestas predeterminadas) y dicotómica (solamente dos posibilidades de respuesta) respondieran lo que respondieron: el debate se caracterizó más por las descalificaciones mutuas que por discutir de los problemas que atañen a los ciudadanos. Pero, insisto, esta respuesta, en gran medida, es consecuencia de la formulación de la pregunta, mas allá, lo repito, del hecho de que el debate fue, en realidad, bronco, desabrido, faltón y de baja altura intelectual. Y me baso para afirmarlo en las respuestas que dieron los encuestados a la pregunta inmediatamente posterior, la pregunta 10.

Al mismo 70 % de entrevistados de la cuestión anterior se le formuló esta pregunta: “por lo que Ud. sabe, ¿cual diría que ha sido el tema principal que se ha tratado en este Debate sobre el estado de la Nación”?. Con dos posibilites de respuestas espontáneas: en primer lugar y en segundo lugar. Pues, esta vez, el CIS no presentaba a los entrevistados unas respuestas predeterminadas. Simplemente el entrevistador anotaba las respuestas que espontáneamente le daban los encuestados. He aquí los resultados adicionando las respuestas dadas en primer lugar y en segundo lugar: el 28,8 % dijeron que el principal problema tratado en el Debate fue la economía, la situación económica; el 25 % la corrupción; el 24,6 % el paro, el desempleo y en, cuarto lugar, con un 11,4% de menciones, las criticas, acusaciones y reproches entre los intervinientes en el debate. Luego es falso que para los entrevistados lo principal del debate hayan sido los reproches mutuos y las descalificaciones. Han formato parte del debate, sí, pero en cuarto lugar, después de la economía, el paro y la corrupción que, por otra parte, resultan ser las principales preocupaciones de los ciudadanos (Vean el barómetro del CIS de Enero del presente año, pregunta 7).

Dos preguntas. 1ª ¿Por qué los medios de comunicación no se leyeron las respuestas a las preguntas 9 y 10 del cuestionario y subrayaron las de la dicotómica pregunta 9, cuyas respuestas eran previsibles, ofreciendo así una información que no se correspondía con lo que verdaderamente piensa la ciudadanía?. 2ª: ¿Cómo pudieron cometer tal desliz los redactores del cuestionario del CIS en la formulación de la pregunta 9?. ¿No se dieron cuenta de que estaban forzando la respuesta del encuestado en un sentido perfectamente previsible?. No piense nadie en razones de oportunidad política pues, como he señalado mas arriba, las diferencias por opciones político-partidistas son muy pequeñas.
 
Una observación para cerrar. Me digo si todo lo anterior no será otro ejemplo más de una sociedad que se relame en lo negativo, que parece vivir en la queja, en la crítica desabrida, en que “todo va mal”, en el “y tu más”. Esta tarde he leído esta declaración del gran fichaje del PSOE para Madrid, Ángel Gabilondo: “No me voy a dedicar a esgrimir argumentos personales contra nadie" (“El País” 28/02/15). Nunca he votado al PSOE y ahora no lo voy a hacer porque Gabilondo acabe de decir algo que le honra y, si lo lleva a la práctica, que seguro que sí, honrará a la clase política. Ojala le escuchen y lo practiquen los políticos y los medios de comunicación. Para que no sintamos vergüenza ajena.