jueves, 31 de mayo de 2012

Una tipología ante la crisis


Una tipología ante la crisis

Un viejo amigo, con quien coincidí hace muchos años en la universidad de Lovaina, me envía un correo con un link sobre “Bankia y el nepotismo” que circula por la Web. Con un comentario del que transcribo estas líneas.

“Nepotismo, según Wikipedia es: "la preferencia que tienen algunos gobernantes o funcionarios públicos para dar empleos públicos a familiares sin tomar en cuenta la competencia de los mismos para la labor, sino su lealtad o alianza”. Según Manuel Ossorio es la "desmedida preferencia que algunos dan a sus parientes para las gracias o empleos públicos". En países donde se practica la meritocracia (en su concepción de darwinismo social) su uso es generalmente negativo y se considera corrupción".

Añade mi amigo lovaniense que “ojalá propiciemos una reacción que a la tesis dominante de ahorro en prestaciones sociales y en costes laborales enfrente la antítesis del ahorro en zánganos e incompetentes directivos empresariales, políticos, sociales (y sus clientelas) que conducen la vida económica y política al desastre y mantienen unas estructuras sociales ineficientes (además de injustas)”.

Sintetiza todo con esta especie de tipología ante la crisis que aplaudo con fuerza, “1) rigor y exigencia para todos sin excepción, 2) comprensión y ayuda para los que quieren pero no pueden, 3) ostracismo o aparcamiento para los que no quieren y 4) tolerancia cero para abusos y prepotencia”. ¡Chapeau!.

Es que Lovaina dio para mucho.

domingo, 20 de mayo de 2012

Un terrorista habla con su hijo



(Publicado en “El Correo” el 20 de mayo de 2012)
 

Hace muchos años, no recuerdo cuando, donde, ni a propósito de qué, escribí algo sobre cómo los terroristas contarían a sus hijos y nietos, cuando ETA fuera historia, las acciones en las que habían participado, particularmente en asesinatos. Es una cuestión escasamente abordada que, sin embargo, va más allá de lo que suponga para la relación paterno filial en el caso de un padre terrorista. Cómo se aborde este tema es también importante para la perpetuación de la justificación del terrorismo y de la convivencia, no digamos reconciliación, en una sociedad como la vasca que ha coexistido, tantas décadas, con la violencia, particularmente con la violencia terrorista.

El año pasado publiqué unas líneas sobre este tema en una de mis columnas de los sábados en “El Diario Vasco” (04/06/2011). Lo hice en base a una novela de Bernhard Schlink, (“El fin de semana”, Anagrama 2011), donde relata la figura de un terrorista de la Banda Baader Meinhof con cuatro asesinatos en su espalda que sale de la cárcel, después de veintitantos años, indultado por el Presidente de la República. Le espera su hermana mayor, un viernes por la mañana, y le notifica que van a un caserón a pasar el fin de semana, a donde ha invitado antiguos colegas del terrorista que, entre tanto, han hecho su vida, perfectamente integrados en la sociedad alemana.

miércoles, 16 de mayo de 2012

Ni olvido, ni precipitación


Ni olvido, ni precipitación

(El Periodico de Catalunya 8 Abril 2012)

 
Temí, en un primer momento, que los sucesos violentos de Barcelona, al término de la manifestación del día de huelga general del pasado jueves 29 de marzo, pasaran a un segundo plano, tras el conjunto de medidas de ajuste económico y amnistía fiscal, anunciadas por el gobierno el viernes 30, con el lógico impacto entre los ciudadanos y en los medios de comunicación, a lo que seguirá la presentación de presupuestos en el Parlamento español el martes 3 y el paréntesis propiciado por la Semana Santa. Añádase a ello los sobresaltos de la Bolsa, las declaraciones de los próceres financieros europeos, americanos y autóctonos (generalmente alarmistas) y se corre el riesgo (especialmente si el partido contra el Milan se desarrolla sin incidentes) que el vandalismo organizado en guerrilla urbana del día de la huelga prácticamente quedara en la recámara de la memoria que no se activara hasta que otro suceso similar ocupe las primeras páginas de los medios de comunicación. Ya el 15 de mayo, al decir de algunos.


El miedo a Bildu


El miedo a Bildu

Ya antes de los resultados del domingo pasado, varios amigos, nacionalistas la mayoría, pero también no nacionalistas, me confesaban su temor a Bildu en las instituciones. No esperábamos, yo al menos, que la irrupción de Bildu fuera tan potente. Me atrevo a decir que mucha gente que ha votado a Bildu lo ha hecho más como rechazo a tantas tropelías anteriores que por acuerdo con su Programa. Programa que dudo mucho que lo tengan elaborado con cierto detalle. Menos aún discutido seriamente entre ellos. Pero mucha gente estaba harta y cabreada por muchas cosas de la política anterior. Me limito a tres aspectos.

sábado, 12 de mayo de 2012

Cómo son los jóvenes de hoy (Mayo de 2012)

Cómo son los jóvenes a quienes orientamos

 (Texto para la intervención de Javier Elzo en el VI Encuentro Estatal de Orientación, en la Universidad de Deusto, el 12 de Mayo de 2012)



Dada la amplitud del tema, y la imposibilidad de estudiarla en sus detalles, de entrada, y para este Encuentro de Orientadores, presentaré a modo de proemio un breve resumen telegráfico, como si de un índice de un libro se tratara, de cuales serían las cuestiones que habría que abordar para responder, con rigor, a la cuestión que se me ha solicitado tal y como encabeza el título del texto que aquí inicio. Considerando a la juventud como la parte de un todo, la sociedad española de 2012, y sin diferenciar en su seno, las posibles tipologías de jóvenes que cabría realizar (y que en los límites de este texto es imposible realizar), distinguiríamos tres aspectos de la misma. En primer y fundamental lugar cuales son los retos a los que se enfrenta la juventud en los inicios de la segunda década del siglo XXI. En segundo lugar y respondiendo directamente al titulo de esta conferencia, apuntaré a los valores y contravalores que, a nuestro juicio, obviamente, caracterizan a la juventud actual y, en tercer lugar, mirando al futuro, cuales son, de nuevo a nuestro juicio, los valores esenciales a propugnar en la educación de la actual juventud. Por razones de espacio me detendré con más detalle en tres aspectos, que consideramos clave, para entender y actuar con la actual generación montante.


A: A MODO DE PROEMIO


1. Seis retos mayores para los jóvenes, hoy

“15 M”: con un año de perspectiva


15 M”: con un año de perspectiva

(El Periódico de Catalunya. 12 de mayo de 2012)

Un año después del surgimiento del movimiento “15 M”, mantengo mis dudas a la hora de hacer un balance del mismo. Junto a determinados aspectos, sumamente positivos, veo también limitaciones evidentes. Una de ellas consiste en que su visibilidad parece cantonarse a manifestaciones y acampadas. Es lo que leo estos días en los medios de comunicación ante el aniversario programada para el 12 de mayo. Y en este punto soy formal y rotundo desde el primer día: no es con manifestaciones y acampadas como se cambia un país. Se puede tumbar un gobierno, si se tumba. A Sarkosy lo han vencido las urnas no las grandes manifestaciones por la prolongación de la edad de jubilación que veremos si, ya en el poder, modifica Hollande. Y los poderes de verdad, los de los mercados, siguen incólumes, por muchas manifestaciones que se hagan en Wall Street.

El Movimiento 15 M, aunque muchos de sus participantes no lo vean así, es un movimiento más de protesta que de construcción. La protesta agrupa con relativa facilidad. Siempre es más fácil unirse y movilizarse contra algo o contra alguien. Es más complicado y difícil ponerse de acuerdo en objetivos a corto y medio plazo, concitar voluntades para trabajar en los mismos, determinar los mecanismos de debate y deliberación de los que en ellos participan y, después, tener la humildad de reconocer que sus decisiones solamente tienen el valor y el límite de los que han participado en las mismas. Que han sido muy pocos si los comparamos con el conjunto poblacional español.

Los que vivimos en Euskadi tenemos un gran prevención ante los movimientos asamblearios. Ahora mismo Bildu y sus mentores abogan por los movimientos asamblearios y no quieren ni oír hablar que se realicen consultas, con garantías de representatividad. Por ejemplo, ante la pretensión de imponer, allá donde puedan, algo aparentemente tan banal como un determinado método de recogida de basuras. En este punto hay que ser muy claro. No hay asambleas más representativas de la voluntad de los ciudadanos que las conformadas por las instituciones salidas de las urnas. Se podrá consultar a la asamblea de vecinos, a las asociaciones de esto y aquello pues sería deseable que hubiera mayor participación ciudadana.  Pero, añado, que habría que cuidar al máximo su representatividad. No basta la opinión de los que deciden acudir a una asamblea a la plaza del pueblo para hablar de la democracia real, del feminismo, de la implantación de un centro de tratamiento a drogadictos o de lo que sea. Muy bien está que se debatan públicamente estas y otras cuestiones. Pero los que participan en una asamblea no se representan más que a sí mismos. En consecuencia, esas asambleas no tienen capacidad decisoria sobre el conjunto poblacional.

Por otra parte los partidos políticos, ni siquiera los más próximos a los pensamientos dominantes de 15 M, les han tenido en cuenta en las últimas confrontaciones electorales. De hecho, ¿ha cambiado en algo el discurso y la práctica política por la existencia del 15 M, más allá de algunas referenciales triviales al movimiento como tal?.

Creo que el Movimiento 15 M ha de superar dos escollos importantes. El primero, que en gran medida lo han conseguido, es impedir que los antisistema violentos, sin sistema alternativo que proponer con la fuerza de la razón, copen la movilización. Sería su final. Afortunadamente, a trancas y barrancas, lo han conseguido. No es éxito menor en absoluto, lo subrayo con fuerza, pues han lograda que, en España, el riesgo de la derecha extrema sea menor que en otros países de nuestro entorno. El movimiento 15 M está siendo un portentoso canal por el que la ciudadanía concienciada y, al menos verbalmente comprometida, puede manifestar, compartir y discutir sus críticas, hartazgos y propuestas. Sin violencia. Más aún cerrando el paso a la violencia al cerrar el paso a la derecha extrema. ¡Chapeau!

El segundo escollo lo veo más complicado y complejo. Fomentar la reflexión ciudadana en torno a muchas de las buenas cuestiones que han salido en las acampadas y en Internet para, mediante encuentros de reflexión, hacerlas operativas. Al final, pienso que necesitarán la complicidad de órganos de representación.

En fin, sigo pensando que una virtud clave en el 15 M es el aldabonazo a una sociedad dormida, resignada, individualista y placentera, una sociedad que pide a la Administración, además de seguridad, que le proteja del paro y de la enfermedad y le asegure las pensiones y mejores salarios… pero sin mayores compromiso personales. Son muchos más los que están de acuerdo con lo que sale de las asambleas del 15-M que los que están dispuestos a comprometerse para llevarlas a buen término. De ahí que tras el libro “Indignaos” de Hessel haya salido otro titulado “Indignarse y comprometerse”. Creo que muchos componentes del 15 M no solamente son muy conscientes de ello, sino que, en la práctica cotidiana lo llevan a cabo. Sea dicho, con toda justicia, en su favor. Desde ese punto de vista son los adalides de una nueva sociedad. Su éxito en el futuro confortaría nuestra esperanza.

Donostia San Sebastián 8 de mayo de 2012

Javier Elzo

Catedrático Emérito de la Universidad de Deusto

miércoles, 2 de mayo de 2012

El paso del Gobierno con los presos de ETA es positivo


JAVIER ELZO | Catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto

“El paso del Gobierno con los presos de ETA es positivo”


“Son muy pocos los etarras que se arrepienten de su actividad terrorista”

Luis R. Aizpeolea Madrid EL PAÍS 2 MAY 2012 - 19:27 CET2 (en el formato papel del 3 de mayo)

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Son excepcionales los casos de etarras cuyos hijos han seguido su estela. El vástago de Josu Urrutikoetxea, Josu Ternera, y poco más. Javier Elzo (Beasain, 1942), prestigioso catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto, que ha realizado numerosos informes sobre la juventud vasca y la violencia, afirma que no hay ningún estudio específico sobre cómo explica un exetarra a su hijo su participación en actos violentos. Una película vasca, de próximo estreno, El cazador de dragones, escrita y producida por Ángel Amigo, se aproxima, por vez primera, al tema.

Lo que Elzo sí está en condiciones de asegurar, tras numerosos estudios, es que son la familia y el grupo de amigos los agentes claves de transmisión de la ideología de la izquierda abertzale a los jóvenes vascos, sobre todo si sus padres han estado encarcelados. No así las ikastolas, como se ha venido diciendo interesadamente desde algunos sectores.

Lo que ha sucedido estos años es que la mayoría de los exetarras no han transmitido a sus hijos el germen de la violencia, pero sí la ideología de la izquierda abertzale. “Son muy pocos los que se arrepienten de su actividad terrorista. Otros optan por ocultar su pasado, sobre todo en el caso de militantes que han tenido actividades discretas”, señala Elzo. Por eso considera un “paso positivo” la reciente propuesta del Gobierno de no exigir a los presos de ETA el arrepentimiento para su acercamiento a las cárceles vascas.

Pero la mayoría de los exmilitantes de ETA optan por la excusa o la justificación e, incluso, por el orgullo militante, cuya expresión llevada al paroxismo reflejan muchos de ellos en sus intervenciones durante sus juicios en la Audiencia Nacional. Fernando Reinares, en su libro Patriotas de la muerte, de la sesentena de exetarras que entrevistó no encontró ninguno que se arrepintiera.

“Algunos etarras que han abandonado la organización no han sido bien acogidos en su entorno personal, que tiende a magnificar su papel, sobre todo si han sido encarcelados”, señala el catedrático vasco. Esta no es una singularidad del terrorismo vasco, también sucede en el IRA —aún permanecen en la cárcel 39 presos irreductibles— e incluso en las Brigadas Rojas, que tuvieron aún menos apoyo popular. En el caso de Euskadi, los etarras han cesado su actividad terrorista sin haber logrado sus metas de una Euskal Herria unida, independiente, euskaldún y socialista. Han fracasado en esos objetivos, pero, precisa Elzo, no creen en su fracaso absoluto porque han conseguido crear “un potente movimiento social independentista y de izquierdas”, cuyos recientes resultados electorales —en municipales y generales— están a la vista. La clave de esta situación radica en la permanencia del apoyo a ETA del llamado “segundo círculo alrededor del núcleo central”. El núcleo central es la banda, que hoy en día, y ya desde antes del cese definitivo de la violencia, no pasa de las 50 personas; el primer círculo lo componían las personas que le servían de apoyo logístico, fuera para la comisión de actos terroristas o para mantener su infraestructura, que ha oscilado entre 3.000 y 5.000 personas.

Pero la singularidad de ETA, la que la ha diferenciado de las Brigadas Rojas o de los GRAPO, es el soporte social, el llamado “segundo círculo”, que explica, en gran medida, su persistencia durante tantos años. Elzo calcula en unas 50.000 las personas que mantienen ese soporte social de los terroristas, y no cree que variara sustancialmente después de la reanudación de la violencia por parte de ETA tras la amnistía de 1977. “Son quienes han legitimado el terrorismo de ETA”, señala Elzo. Y, por último, está el tercer círculo, el de los votantes, que ha variado entre 25.000 y 175.000 personas, en el que muchos de ellos cuestionan la violencia. “En la periferia de ETA hay un espacio, electoralmente indefinido, que a tenor de las circunstancias (treguas) suscita adhesiones, que se traducen en votos con la variabilidad que hemos visto”. Pero, subraya Elzo, lo máximo que ha logrado la izquierda abertzale es el 25% de los votos frente a un rechazo mayoritario y expreso del 75% de la población.

Para fortalecer ese clima de legitimación del terrorismo, la izquierda abertzale ha jugado con habilidad varias cartas que, a juicio de Elzo, explican su permanencia. Algunas, de impacto en la juventud, como la ecología o la lucha contra las drogas. Otras, que le han funcionado durante demasiado tiempo, como lanzar las sospechas sobre las víctimas de ETA, con el “algo habrá hecho”, así como la red de apoyo que ha logrado organizar en torno a los presos, con las visitas a organizadas de los familiares a las cárceles. Elzo considera que, en definitiva, la izquierda abertzale ha logrado crear una “sociedad paralela”.

Asimismo, ha sabido explotar los casos en los que el Estado no ha controlado la tortura y las condenas a etarras sin pruebas suficientes. Ha habido, también, errores políticos por parte de los partidos democráticos, como la ruptura del Pacto de Ajuria Enea, avanzados los años noventa, lo que implicó el enfrentamiento entre nacionalistas y no nacionalistas en vez de centrar los bloques entre violentos y no violentos.

La conclusión de Elzo es que “sin Batasuna, ETA no hubiera permanecido tanto tiempo” e, incluso, es la izquierda abertzale la que recoge la herencia política de los etarras a sus hijos o a otros que no lo son. Y es, por tanto, “la izquierda abertzale la que debe pedir perdón a la sociedad vasca en su conjunto y, más en particular, a las víctimas, por el inmenso daño que les ha causado en estos años pasados”.
Elzo cree, también, que como los presos de ETA no se van a arrepentir —“No van a admitir que su sacrificio de tantos años de cárcel no ha servido para nada”—, lo que debe hacerse es exigirles dos condiciones: el reconocimiento del daño causado y el compromiso de no volver a hacer uso de la violencia