El cruzado
“Txiki” Muñoz en su
informe de gestión de secretario general de ELA, según el corresponsal de El
Diario Vasco (24/01/13), “no dejó títere con cabeza: tacho a la UE de perversa por su
política al servicio de grandes empresas y del poder financiero; arremetió
contra la corrupción política y la impunidad con que se desarrolla;
criticó decisiones del Tribunal Supremo, “designado políticamente, y
denunció los regalos del Gobierno vasco a la patronal, incluido el
recién formado por Iñigo Urkullu. También cargó contra los partidos políticos,
incluida la coalición Bildu, con la que pese a las críticas tuvo la
consideración de aplaudirle su decisión de abonar en Gipuzkoa la paga extra de
Navidad a los trabajadores del sector público”.
Con algunas de sus
valoraciones yo también estoy de acuerdo. Este blog es testigo de ello. Pero
cuando solo se abre la boca para criticar lo mal que hacen todos los demás (con
una única excepción parcial de Bildu) a mi me deja muy preocupado. Es la figura
del redentor, del salvapatrias, del cruzado.
Si además, como leo en la
misma crónica del DV, su gestión “fue aprobada, a mano alzada, con aclamación
de los asistentes, sin votos en contra”, mi preocupación sube más de un punto
pues me recuerda regímenes que así empezaron y acabaron en totalitarismos.
Conviene no olvidarlo en
tiempos como los actuales cuando mucha gente lo está pasando muy mal, donde la
corrupción es aireada (y en gran medida castigada, afortunadamente), y donde el
clima social es populista y pre-fascista. Basta leer los comentarios no
firmados en la prensa digital. Salvo que queramos ser ciegos.
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“Un de cada dos franceses considera que la decadencia de Francia es “ineluctable”. Una proporción que llega al 77% entre los partidarios del Frente Nacional. Son muy numerosos los que ven a la mundialización como “una amenaza”, los que juzgan que Francia “debe protegerse” y que necesita un “auténtico jefe” (un vrai chef). Los políticos, el Islam…y los periodistas son puestos en la picota. Las conclusiones de la gran encuesta de Ipsos para Le Monde muestran que, en los franceses, el resentimiento ha dado paso a la hostilidad, y el repliegue a la gran crispación identitaria. Un cuadro muy sombrío analizado por…” (y da siete firmas reconocidas en Francia, desde la extrema izquierda a la extrema derecha)
P. D 2. Me pone los pelos como escarpias
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P. D 1 Los miedos de los franceses
Ya había
pasado este texto al blog cuando, esta tarde, abro mi edición electrónica de “Le
Monde”. En la primera página una gran foto, que comento abajo. A su lado un
resumen del periódico de una encuesta con este titular: ¿de que tiene miedo
Francia?. Traduzco literalmente:
“Un de cada dos franceses considera que la decadencia de Francia es “ineluctable”. Una proporción que llega al 77% entre los partidarios del Frente Nacional. Son muy numerosos los que ven a la mundialización como “una amenaza”, los que juzgan que Francia “debe protegerse” y que necesita un “auténtico jefe” (un vrai chef). Los políticos, el Islam…y los periodistas son puestos en la picota. Las conclusiones de la gran encuesta de Ipsos para Le Monde muestran que, en los franceses, el resentimiento ha dado paso a la hostilidad, y el repliegue a la gran crispación identitaria. Un cuadro muy sombrío analizado por…” (y da siete firmas reconocidas en Francia, desde la extrema izquierda a la extrema derecha)
P. D 2. Me pone los pelos como escarpias
La gran
foto de Le Monde muestra a Florence Cassez, una francesa condenada a sesenta
años de cárcel en Méjico, subiendo a un avión que la traía a Paris. Llevaba ya
siete años en la cárcel (acusada, creo que de un secuestro que ella siempre negó)
y mil y un intentos de liberarla. Ayer un Tribunal decidió por tres votos a
dos, liberarla inmediatamente. Siempre me pone los pelos de punta que una sola
persona, por muy juez que sea, tenga en su mano la posibilidad de condenar a
alguien a sesenta años de cárcel o dejarla irse a casa.