viernes, 25 de diciembre de 2015

España como problema para el futuro de España


España como problema para el futuro de España

 

(25 de diciembre de 2015)

 

Acabo de leer el discurso del rey Felipe de esta noche. Me ha sorprendido particularmente el uso reiterado, a veces cacofónico, de los términos España y españoles. Aplicando la oportunidad que las actuales tecnologías nos ofrecen de contabilizar el uso de determinadas palabras he constatado que en su discurso, relativamente breve (1761 palabras), el rey ha utilizado en 17 ocasiones el termino España, en 12 el de españoles a los que cabe añadir la referencia inequívoca a España en las palabras nación y país, tres veces cada uno de estos dos términos en su discurso. En total 35 apelaciones a España y los españoles en un discurso de 35 párrafos.

 

Es evidente, a mi juicio, que el Rey ha querido subrayar, sin citarlo, el riesgo-peligro-alarma etc., que le suscita el contencioso catalán. Y lo hace insistiendo machaconamente en la realidad de una España que, pese a la referencia al artículo 2 de la Constitución la considera uni-nacional con una soberanía única y que reside en “las Cortes Generales, como depositarias de la soberanía nacional, (que) son las titulares del poder de decisión sobre las cuestiones que conciernen y afectan al conjunto de los españoles”.

 

Este planteamiento, me parece esclavo del concepto de soberanía española como indivisa y única cuando tal soberanía ya está, de facto, compartida con otras entidades diferentes a las de las Cortes españolas. Concretamente con el Parlamento Europeo. La obcecada reiteración de esta esclavitud semántica, con toda su connotación política, me parece que imposibilita que muchos catalanes y vascos se sientan españoles. De tal suerte que la invocación continuada de España y de la unicidad de su soberanía en las Cortes Generales (falsa en la realidad), conlleva a la desmembración emocional de España en los sentimientos de pertenencia de muchos ciudadanos.

 

¿Por qué tanto miedo a la soberanía compartida intra-estatal cuando se acepta la soberanía compartida  inter-estatal a favor de la Unión Europea?. Así se explica la resiliencia de las naciones sin Estado abocadas a constituirse como estados para gozar de la soberanía de la que gozan los estados, incluso plurinacionales, como España.

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