jueves, 29 de diciembre de 2016

Una gracia presidencial bienvenida

Una gracia presidencial bienvenida

El Presidente de la República francesa, François Hollande, ha decidido y decretado, el 28 de diciembre, día de los santos inocentes, un indulto total a Jacqueline Sauvage, una mujer de cerca de 70 años, quién tras matar, por la espalda, a su marido que la había maltratado durante 47 años, había sido condenada a 10 años de cárcel. En dos ocasiones los Tribunales habían confirmado la sentencia pues, argüían, Jacqueline Sauvage no había mostrado señales de arrepentimiento.

Parece, por lo que leo y veo en la prensa francesa, que el caso Sauvage se había convertido en un símbolo en la lucha de la violencia contra las mujeres.

Parece que la población publicada en Francia y la clase política aplaude la decisión de Hollande, mientras que hay jueces que la critican, porque, dicen, que el ejecutivo se inmiscuye en lo judicial, argumento de peso, ciertamente.


Mis tripas, mi corazón y mi razón dan la razón a Hollande y me confirman en la idea de que “el derecho de gracia” puede ser una ocasión para remediar auténticas barbaridades de sesudos magistrados. El caso de Jacqueline Sauvage me parece un ejemplo paradigmático de ello.  

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