Alcohol y ruidos nocturnos en la ciudad
El sábado 26 de
noviembre pasado publiqué, con un título similar, “Ruidos nocturnos en la
ciudad” un artículo en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa y que después he comprobado que el sábado
siguiente también lo publicaron en Noticias de Álava . Llevé el tema a una
conferencia que pronuncié en Madrid sobre temas relacionados con la ciudad el jueves
1 de diciembre, conferencia que, en breve, subiré a este blog. (Pero la
grabación está subida a la WEB https://www.youtube.com/watch?v=7poNlDOYHHM. Aunque yo, prefiero el texto
escrito, siempre más matizado que la intervención oral) El dramático episodio de la
niña de 12 años, que falleció de un coma etílico en una noche de botellón en
Madrid hace cuatro semanas, me llevaron a introducirlo en mi conferencia. No es
un caso aislado. Desde el Plan Nacional de drogas nos señalan que al menos 5.000 menores fueron atendidos por abuso de alcohol en urgencias
en 2015 y que es “solo la punta del iceberg de un problema que se agrava”.
Ahora en el Parlamento español quieren volver a lo de siempre: resolver
cuestiones sociales mediante endurecimiento de las leyes. No han aprendida
nada. Nada de nada. Sencillamente se acuerdan de Santa Bárbara cuando truena.
Uno
de las cuestiones que abordé en mi conferencia de Madrid es el de la
desregulación social, y los percances de todo tipo que se origina, en algunos
espacios públicos de las ciudades, por el ruido nocturno habitual en los fines
de semana. Que se lo pregunten a los sufridos ciudadanos que viven en las zonas
de ocio nocturno.
Una carta desde Badajoz,
quejándose de los ruidos continuos en su domicilio al residir en zona de ocio
En
efecto, una persona que reside en Badajoz me envió un correo que reproduzco
aquí abajo. No doy su nombre, francamente hablando, pues no quiero que además
de los ruidos que tiene que soportar, si por mala ventura, algún desalmado badajocense
leyera este blog, cargue sus iras sobre esta señora y su marido.
Este
es su correo:
“Buenos días, leí ayer su artículo
titulado "Ruidos nocturnos en la ciudad" y me emocioné. Vivo con mi
familia en el Casco Antiguo de Badajoz, lugar, como muchos otros cascos
antiguos, que se despobló y se convirtió en un barrio marginal. Hace unos años
le fué concedido al barrio un Plan Urban que animó a muchos ciudadanos a
adquirir una vivienda en el mismo, como fue nuestro caso. Con lo que no
contamos fue con la inutilidad de nuestros políticos. Para
"revitalizar" la zona no se les ocurrió otra forma que convertirlo en
un parque temático del ocio nocturno, diurno y ferias y fiestas varias. Tanto
fue así que lo declararon zona saturada de ruidos (ZAS), pero el ayuntamiento
siguió organizando o autorizando eventos ruidosos, a pesar de la declaración.
Algo incomprensible, pues es su deber y obligación revertir los niveles de
ruidos. Mi edificio está protegido pero en su bajos tenemos dos locales de
copas. Le adjunto una carta que me publicaron en el periodico local sobre este
tema.
Actualmente sigue declarado ZAS, vamos
por la segunda declaración. Y no parece que esto tenga solución. Mi marido y yo
llevamos desde el 2009 denunciando. Hemos creado una Asociación contra el
ruido, se le ha escrito a la fiscal de menores, a la defensora del pueblo, a la
Junta de Extremadura... Sobra decir que esto ha afectado a nuestra salud y
nuestro ánimo. Los afectados por el ruido somos víctimas incomprendidas, mal
miradas por la sociedad, bichos raros. A nosotros nos han llegado a decir que
nos marchásemos al monte, que teniamos un problema, etc. etc. Por este motivo
cuando acabé de leer su artículo lloré. Es la prueba de que no estoy loca. Es
el mejor artículos que he leído sobre este tema y he leído unos cuantos."
La última bofetada nos la ha dado la
Junta de Extremadura. Durante años, en el periodo comprendido entre mitad de
diciembre hasta el 6 de enero, han autorizado la ampliación de horarios de los
establecimientos públicos de Extremadura en dos horas más. Esta ampliación
tamibén se concede toda la Semana Santa, desde el viernes de Dolores¡? hasta el
domingo de Resurreción (9 días) y en los Carnavales (4 días), excepto en
Badajoz que durante los Carnavales puden estar abiertos 24 horas¡¡¡¡¡. A esto
se le añade las ampliaciones de horarios que pide el Ayuntamiento de Badajoz
cada vez que hay un eventos festivo (San Juan, Almossassa, Los Palomos,
Contempopranea..). Nuestra reivindicación ha sido que en las zonas saturadas de
ruidos NO se amplien los horarios pues para nosotros supone una ampliación de
nuestro sufrimiento. Y así se lo hemos hecho saber a la Junta de Extremadura. Pues
bién, este año, los empresarios han solicitado que esta ampliación empiece el 1
de diciembre y se lo han concedido, a pesar de nuestra oposición. Con
argumentos tan pobre y mediocres como:
"Esta ampliación también va a ser experimental para la propia
Junta de Extremadura, en un momento en el que se está trabajando en el borrador
de la Ley de Espectáculos Públicos. «Es bueno probar si esta ampliación de
horarios de los establecimientos públicos facilita la convivencia y el ocio a
la hora de regularlo en dicho borrador buscando de esta manera una seguridad
jurídica para los responsables municipales y que no incomode a los vecinos»,
explican desde el Ejecutivo regional"«La administración tiene que velar porque no haya más ruido en el casco antiguo no autorizando la ampliación de horarios en esta área», añade Pérez, quien dice que los vecinos «somos la parte débil frente al lobby de los hosteleros». La Junta argumenta, en cambio, que «si el ruido está dentro de los establecimientos evitaremos que salga a la calle lo que reduciría los problemas de convivencia».
"Pérez" es mi marido y la argumentación de la junta es patética. Según ellos es el Ayuntamiento el que tiene que velar por el cumplimiento de las ordenanzas. No ven (o no quieren verlo) la relación entre horarios de establecimientos públicos y ruidos en la calle, cuando aquí la gente que está a las 3 de la mañana en la calle no ha venido a ver escaparates¡¡
En todas las fiestas que se organizan en Badajoz la Cruz Roja tiene que asistir a personas por haber consumido más alcohol de la cuenta. Y parece que a los políticos les preocupa mucho que los jóvenes asocien alcohol-ocio. ¿Pero qué esperan? Están educando a la sociedad, jóvenes incluidos, en ese sentido. ¡Como querrán que yo eduque a mis hijas si, sobre todo en estas fechas con las comidas de Navidad que acaban en las puertas de mi casa, cuando entramos y salimos de casa siempre hay alguien con la copita en la mano o beodo¡¡ Tengo que confesar que siento mucho miedo a que lleguen esas comidas, sobre todo por mi hija de 8 años. Los fines de semanas mas o menos los controlamos pero durante estas fechas ya a las 6 de la tarde hay gente en la puerta.
Si usted tuviese algún estudio donde se demostrase la relación horarios de establecimientos públicos y ruido en la calle y pudiera enviármelo para usarlo como argumento ante la Junta de Extremadura le estaría muy agradecida”.
Le
contesté, claro está, con alguna sugerencia de lectura y decidimos seguir en
contacto.
Residiendo
yo en Donostia San Sebastián, traigo aquí un Informe de mayo de 2015, sobre los
ruidos en la Parte Vieja, encargado por el Ayuntamiento a una empresa alavesa.
Este el enlace http://www.donostia.eus/info/ciudadano/ma_areas.nsf/voWebContenidosId/223B1EC2B0EACC07C1257E91003B95C2/$file/Nocturnoberria.pdf . Concluye
el Informe afirmando que “el principal problema de ocio nocturno es el ruido
generado por la acumulación de gente en la calle”, y que “el inadecuado
comportamiento humano es el principal causante de los altos niveles de ruido
que se alcanzan en las viviendas de la Parte Vieja”. Pero, ¿quién, si no las
personas, van a ocasionar ruidos a las tantas de la madrugada? La pregunta, que
ni se plantea, es otra: ¿por qué están en la calle, precisamente en la calle,
charlando, fumando y bebiendo a las dos, tres o cuatro de la madrugada, incluso
cuando hace frio o llueve?
Entre
las soluciones que el Informe propone como primera medida: “incluir en las
campañas de educación ambiental que reciben colegios, ikastolas e institutos
este tipo de problemática (…); campañas específicas in situ, realizadas durante
las noches de fin de semana (…); campañas de publicidad en las que esté
involucrado el propio sector hostelero”. Toda mi vida he defendido la
importancia de la educación, pero, ¡pensemos un poco!: ¿qué campaña de
concienciación se puede hacer “in situ”, a las tres de la madrugada? ¿Sacar
hombres y mujeres anuncio, con chaquetas rojo fosforito, llevando un lema como
este: “Por favor hablen bajito. Hay
niños, ancianos y enfermos que necesitan descansar?”. Otros dos Informes,
europeos, del presente año 2016, me parecen más realistas y van más lejos. Los resumo brevemente
Hay
una red europea “Vivir la ciudad”, conformada por 61 organismos, de ciudades
o de barrios de ciudades, del Sur de
Europa. Entre ellos, una catalana y dos en Iparralde: en Bayona y en Biarritz.
En mayo de 2016, publicó un “Manifiesto europeo para la regulación de la vida
nocturna” Este es el enlace (en francés) http://www.vivre-la-ville.fr/wp-content/uploads/2016/09/ManifesteRVV-31-05-16_A4.pdf. Extraigo un par de frases
del Manifiesto. 1ª “El sector de la “industria nocturna” es incapaz de
auto-regulación, particularmente porque el diálogo es imposible con los
establecimientos que plantean problema”. 2ª. “Las autoridades públicas de las
ciudades golpeadas por la hiperalcoholización reniegan a la hora de cumplir su
papel frente a la multiplicación de problemas de salud pública que su inacción
favorece”.
Será
otro Informe, recién publicado por la Sección Europea de la Organización
Mundial de la Salud, titulado “Ruidos nocturnos. Directrices para
Europa”, que puede consultarse (en inglés) en el que aborde las
consecuencias para la salud. http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0017/43316/E92845.pdf?ua=1. , quien aborde las consecuencias para la salud
pública. En la evaluación
final del estudio podemos leer: “El Grupo Investigador del Informe convino en
que hay pruebas suficientes de que el ruido nocturno está relacionado con el
trastorno del sueño, con el uso de fármacos para descansar, con problemas de
salud auto relatados por los pacientes, y con los síntomas similares al
insomnio. Estos efectos pueden conducir a una carga considerable de
enfermedades en la población. Para otros efectos (hipertensión, infartos de miocardio,
depresión y otros), se encontró evidencia limitada. Pero, aunque los estudios son
escasos o no concluyentes, podría construirse una vía biológicamente plausible
de que hay evidencia”, entre los ruidos nocturnos y la salud.
No
es difícil de entender que señalen que los colectivos con mayor riesgo de
padecer trastornos con la salud a consecuencia del ruido nocturno son, en
primer y principal lugar, los niños, a continuación, las mujeres embarazadas,
las personas de edad avanzada y los trabajadores. Entre estos últimos,
sobretodo, los que debiendo madrugar para acudir a su trabajo, tengan un
trabajo en relación directa y de alta responsabilidad con los ciudadanos:
pienso, por dar un par de ejemplos, en los conductores de transporte público y,
en los cirujanos que comiencen a trabajar a las 8 de la mañana. No quisiera
viajar en ese bus, ni que ese cirujano trajinara con mi cuerpo.
El pasado 8 de Octubre, en el Grupo Noticias, se
publicó un texto, titulado “Apología del descanso”, firmado por el Ararteko y
el Defensor del Pueblo de Navarra en el que se podía leer que “no hay ni
siquiera que esperar a que vecinos y vecinas apesadumbrados por el ruido acudan
a las autoridades. Estas deben de actuar de oficio ejecutando planes de
inspección y controlando actividades (….) susceptibles de generar ruido”. Y lo
concluían así: “El ruido debe dejar de ser considerado como una simple molestia
inevitable, asociada a nuestro modo de ser y nuestra cultura del ocio, y ser
tratado como un grave problema que afecta a nuestra calidad de vida, a la
cohesión social y al respeto de los derechos fundamentales de cada persona”.
¿Les harán caso? Me permito dudarlo.
El pasado día 22, un periódico editado en Madrid, publicaba un editorial
con este titular, “Negligencia ante el alcohol” en el que escribía que “las
autoridades han de tomar conciencia y poner en marcha medidas eficaces para
combatir un problema de salud pública”. Pero, ese mismo medio, hace
años, rechazo un artículo que le enviamos el Director Técnico de la FAD y yo
mismo sobre el tema. Luego no es solamente cosa de autoridades. Ha hecho falta
que una niña de 12 años muera en un botellón para que los medios nos bombardeen
con una borrachera de lágrimas de cocodrilo.
Más de treinta y cinco años
trabajando estos temas, no aceptan ya el engaño ante comas etílicos de menores
y ciudadanos sin recursos, desesperados. Seamos claros: la sociedad adulta ha
privilegiado el ocio nocturno ruidoso sobre el trabajo y su necesario descanso.
Se ha aceptado el ruido nocturno, cuando no propulsado, sea prolongando los
horarios de cierre de bares y similares, (el GV el 22 de marzo de 2012) sea
festejando continuamente tal desmadre en los medios (¡qué ambientazo ayer
noche!).
He citado, con pesar, al
Gobierno Vasco. He aquí, en resumen, cómo se modificó la legislación en marzo
de 2012.
Horario del ocio nocturno en la CAPV, desde 22 marzo 2012
(1)
•
De lunes a jueves y domingos:
•
Los bares podrán cerrar a las 1.00 horas
•
Los pubs, a las 2.30
•
Las discotecas a las 4.30.
•
Viernes, sábados y vísperas de fiesta: Los horarios se amplían
•
a las 2.30 horas para los bares,
•
a las 4.00 para los pubs
•
a las 6.00 para las discotecas.
•
Estos horarios se incrementan en media hora más entre el 1 de junio y
el 30 de septiembre, coincidiendo con el periodo estival.
•
En fiestas patronales, Carnaval, Navidades y Semana Santa se podrán
ampliar los horarios en dos horas más
¿Qué se puede
hacer? Muchas cosas. Baste decir aquí que mientras entendamos que el derecho a
la juerga (cada vez se cierran más tarde, bares, pubs y discotecas) sea
prioritario al derecho al descanso y al trabajo, no hay nada que hacer. Así
hasta el próximo drama.
Pero ya antes,
el año 2010, el Parlamento Vasco con los votos del PNV, PSE y PP, instó al
Gobierno a elaborar un estudio para que analice la posible ampliación de cierre
en los horarios nocturnos del sector hostelero. Es un tema que lleva muchos
años debatiéndose. Entonces escribí un artículo en Diario Vasco (ahora ya no me
publican desde que lo hago en el Grupo Noticias, siendo el DV el único lugar en
mi vida del que he sido expulsado) del que reproduzco estas frases.
“Los hosteleros arguyen, de siempre, que cuanto más tarde
cierren más negocio harán. En los momentos actuales, añaden, por boca del
Secretario General de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa,
que “la crisis nos está haciendo daño. Somos un sector que representa a muchos
trabajadores y que pide trabajar más en tiempos de crisis”. Además señalan que “en Gipuzkoa se necesita
hacer una seria reflexión sobre qué está pasado con el ocio nocturno, sobre si
queremos que sea un elemento más de la oferta turística, como ya lo es en otras
ciudades”. El parlamentario que presentó la propuesta fue más lejos y habló de
que “se potencie el ocio nocturno dentro de la oferta turística de las
ciudades”. Y razón tiene. (?)
Obviamente los vecinos
afectados protestan. Sencillamente quieren dormir sin tapones en los oídos y,
si hace calor, con la ventana abierta. De ahí que el presidente de la
Asociación de Municipios Vascos, Eudel, Jokin Bildarratz, saliera a la palestra
para decir que “este asunto se ha tratado varias veces (desde 1997 precisa) y
en todas, por unanimidad, hemos considerado que no procede”.
Creo que los vecinos y
Eudel tienen toda la razón del mundo. De entrada, el derecho al descanso
nocturno de los vecinos es prioritario al del ocio de otras personas. Las
razones económicas de los hosteleros las podrían aducir, entre otros, los
propios vecinos que necesitan descansar para trabajar los días laborables. Pero
hay más.
El año 1993 publicamos un
libro donde tratamos esta cuestión bajo una perspectiva que reflejamos en el
titulo: “El alcoholismo juvenil”. Parece que esto ya no importa, salvo cuando
alguna investigación muestra lo que beben nuestros adolescentes. Ya veo a los
hosteleros decir que ese no es su problema, sino de los padres. Ya lo escuché
el año 93 y no les falta razón. Pero, ahora que se habla tanto de salud
pública, no me entra en la cabeza que en el debate del horario de cierre
nocturno de bares, pubs, discotecas etc. se soslaye el tema del alcoholismo
juvenil. La Administración, antes de pedir más estudios, podría revisar los que
ya existen, la mayoría encargados y financiados por ella misma, y actuar en
consecuencia.
Además, ahora que, en razón
precisamente de la salud, van a prohibir fumar en los locales públicos en
general, y en la hostelería en particular ¿se ha pensado en la que les espera a
los vecinos que tengan en los aledaños un pub abierto a las tantas de la
madrugada, cuando los fumadores salgan a la calle a echarse un cigarrillo?.
Ciertamente los hosteleros no son responsables de que la gente fume. Pero los
vecinos, menos. Y, si los hosteleros pueden hacer caja, los vecinos harán mala
leche y tomarán calmantes. Para su salud” (Javier Elzo en DV 12 de mayo de 2010
en artículo titulado “De horarios y prohibiciones”).
Hasta que surge una
desgracia llamativa y se apela a “otros”, para que hagan algo. Se recoge lo que
se siembra.
Desde
el punto de vista colectivo, la sociedad debe abandonar la doble moral. Por un
lado lloriquear cuando, consecuencia del beber adolescente, se derivan
consecuencia indeseadas como embarazos no deseados, comas etílicos o violencias
diversas. Por el otro limitarse, y cuando lo hace, a expulsar a los adolescentes
del espacio habitado para que no molesten en sus juergas nocturnas: “que beban
pero que no molesten” y, después, que Dios reparta suerte.
Donostia San Sebastián 4 de diciembre de 2016
Javier Elzo
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