Notas para las intervenciones en el Coloquio organizado por “zarautzOn” (Zarautz 13/12/16), y en el “Acto
Homenaje en el 20 aniversario de IC-LI de Gipuzkoa” (Donostia 14/12/16)
7.000 familias vascas renuncian a tener hijos por problemas
económicos, según la Encuesta de Hogares y Familias del Gobierno vasco (El
Correo, 12/12/16)
En la actualidad la media de hijos por pareja en la CAV es
del orden de 1,4 hijos. Hace cincuenta años, era normal encontrar familias con
cuatro, cinco y más hijos. ¿Tenían más recursos económicos que ahora?. No,
luego hay que buscar la explicación en otro lado.
Centrándome en la CAV, hay multitud de datos y complejidad
de resumirlos. Todo depende de lo que se quiera medir (pobreza, bienestar,
desigualdades sociales…) de los indicadores que se utilicen (renta, patrimonio,
dificultades para cubrir según qué necesidades), los universos a los que se
apliquen (personas en general, según edad, sexo etc., personas que viven en
unidades familiares, familias etc.) y, en la evolución, entre que años hacemos
la comparación (2014 – 1986, 2014-2008, etc.). He trabajado con tres Informes.
Son estos.
Encuesta de necesidades sociales 2014. Módulo EPDS-Pobreza
(Gobierno Vasco); Informe sobre exclusión y desarrollo social en el País Vasco
Informe FOESSA 2014; El estado de la pobreza seguimiento del
indicador de riesgo de pobreza y exclusión social en España 2009-2015. VI
Informe AROPE 2016 (País Vasco).
Sigue los criterios del EAPN (European Anti Poverty Network).
RESUMEN personal de
los tres Informes para la CAV
. Los grandes titulares que leemos en la prensa dependen de
los indicadores utilizados para obtener la información y de la lectura que se
haga de los resultados finales. Sabiendo cual es la lógica de lo noticiable, es
evidente que esos titulares, aunque veraces, destacan lo más negativo de la
realidad.
. Tanto los epítetos de “pobreza”, “exclusión social”,
“riesgo de pobreza”, “riesgo de exclusión social”, “riesgo de pobreza y/o
exclusión social”, etc., etc., son tributarios de los indicadores utilizados y
de cómo se lean los resultados finales. Todo ello en la hipótesis de que el
trabajo de campo ha sido correctamente realizado, tanto en su veracidad como en
su fiabilidad, cuestión, esta última, prácticamente imposible de verificar.
. Con los datos que tenemos diría:
-
A media distancia (30 últimos años), en la CAV,
la pobreza en general ha disminuido pero la desigualdad ha aumentado. Hay menos
pobres, hay más ricos, pero la distancia entre unos y otros ha aumentado
-
Durante la crisis de 2008, la pobreza ha
aumentado, ligeramente en porcentajes pero suman unas 38.000 personas pobres
más.
-
Durante la crisis, ha aumentado claramente el %
de los que más tienen (integración plena), en detrimento, en gran parte, de los
que han descendido en la escala social. Estadísticamente, desde una perspectiva
de justicia social, no es el dato más relevante. Pero quizás sí,
sociológicamente, desde los nuevos movimientos socio políticos actuales.
-
Algunas personas habrán alcanzado el “pleno
bienestar” pero otras han descendido al “bienestar con riesgo” o a la “ausencia
de bienestar” y a la “pobreza”. Difícil de precisar. Diría que ha aumentado quienes
tienen “pleno bienestar” (147.000 personas), en detrimento, en gran parte, de
los que han descendido en la escala social (221.000 personas). Dato muy relevante
y que, explica, en otros lugares, el surgimiento de una nueva derecha.
-
Si al final, yo hubiera de dar una sola cifra,
un solo titular de los datos analizados seria este: El año 2015, en la CAV,
habría del orden de 100.000 vascos que vivían en una situación de “Privación
Material Severa”. Son casi el 5% de la población total de la CAV.
. Creo que hay que obtener un dato que, yo al menos, no he
encontrado y que considero capital. En cada momento histórico, y en cada
enclave geográfico concreto, hay que determinar, con fuentes fidedignas, el
tiempo necesario de trabajo (en las diferentes capas sociales, y sus salarios)
para obtener determinados productos básicos. Por ej.: cuantas horas necesita
trabajar un empleado medio, con un salario bruto de 20.000€ al año, para
comprarse una lavadora de 400 €. Con
ejemplos como el anterior habría que construir índices de capacidad de compra,
teniendo en cuenta si estamos ante un soltero, un casado/a con o sin hijos,
etc., etc.
. Además, no hay que olvidar que los resultados son válidos
para un lugar y un tiempo determinados. Un vasco, a tenor de sus datos, puede
situarse claramente en la “pobreza” el año 2015 y, con los mismos datos, se
situaría en “riesgo de pobreza” hace treinta años. Las diferencias aun serían
mayores si le comparamos con un subsahariano de 2015.
El resumen del resumen sería que la sociedad vasca no se ha
empobrecido en los últimos 30 años, pero la distancia entre los más ricos y los
menos ha aumentado. Durante la crisis, la pobreza ha aumentado un tanto, pero
en mayor medida los que han salido mejor parados asi como los que han
descendido en su escala social.
Un profesor de Hacienda Pública de la Pompeu Fabra, Guillem
López-Casanovas, escribía en La Vanguardia el 29/11/16, que “pese a los que se
afirma, la desigualdad no ha aumentado con la crisis”. Pero todo depende de qué
y cómo se mida.
El Informe STIGLITZ
Mirando más allá de Euskadi, creo importante decir que, en
efecto, la economía (las finanzas), lo que creo que se denomina “captura del
legislador”, son más fuertes que la política. Incluso cuando algún político
decide hacerlo. Aunque no sea mi político de mesilla, señalaría el Informe
Stiglitz, Sen, Fitoussi, de 2008, encargado por Sarkozy, con muy buenas
medidas, alabadas por el propio Sarkozy, quedaron en un cajón. Vale la pena
recordar lo que se proponía.
Informe de la
Comisión sobre la Medición del Desarrollo Económico y del Progreso Social
(Joseph E. STIGLITZ, Amartya SEN, Jean-Paul FITOUSSI):
-
Recomendación
nº 1: En el marco de la evaluación de bienestar material, referirse a los
ingresos y al consumo, más que a la producción.
-
Recomendación
nº 2: Hacer hincapié en la perspectiva de los hogares.
-
Recomendación
nº 3. Tomar en cuenta el patrimonio al mismo tiempo que los ingresos y el consumo.
-
Recomendación
n° 4: Otorgar más importancia a la distribución de los ingresos, del consumo y
de las riquezas.
-
Recomendación
nº 5: Ampliar los indicadores de ingresos a las actividades no mercantiles.
-
Recomendación
nº 6: La calidad de vida depende de las condiciones objetivas en las cuales se
encuentran las personas y de sus capacidades dinámicas. Sería conveniente
mejorar las medidas estadísticas de salud, de educación, de actividades
personales y de condiciones ambientales. Además, un esfuerzo particular deberá
otorgarse a la concepción y a la aplicación de herramientas sólidas y fiables
de medida de las relaciones sociales, de la participación en la vida política y
de la inseguridad, conjunto de elementos del que puede mostrarse que constituye
un buen elemento para predecir la satisfacción que la gente obtiene de su vida.
-
Recomendación
nº 7: Los indicadores de la calidad de vida deberían, en todas las dimensiones
que cubren, proporcionar una evaluación exhaustiva y global de las desigualdades.
-
Recomendación
nº 8: Se deberán concebir encuestas para evaluar los lazos entre los diferentes
aspectos de la calidad de vida de cada uno, y las informaciones obtenidas se
deberán utilizar cuando se definen políticas en los diferentes ámbitos.
-
Recomendación
nº 9: Los institutos de estadísticas deberían proporcionar las informaciones
necesarias para asociar las diferentes dimensiones de la calidad de vida y
permitir de esta manera la construcción de diferentes índices.
-
Recomendación
nº 10: Las mediciones del bienestar, tanto objetivo como subjetivo,
proporcionan informaciones esenciales sobre la calidad de vida. Los institutos
estadísticos deberían integrar en sus encuestas preguntas cuyo objetivo sea
conocer la evaluación que cada uno hace de su vida, de sus experiencias y de
sus prioridades.
-
Recomendación
nº 11: La evaluación de la sustentabilidad necesita un conjunto de indicadores
bien definido. Los componentes de este tablero de mandos deberán tener como
rasgo distintivo, el poder ser interpretados como variaciones de ciertos
“stocks” subyacentes. Un índice monetario de sustentabilidad tiene su lugar en
un tablero de mandos de esta
naturaleza; sin embargo,
en el estado
actual de los conocimientos debería permanecer
principalmente centrado en los aspectos económicos de sustentabilidad.
-
Recomendación
nº 12: Los aspectos ambientales de la sustentabilidad merecen un seguimiento
separado que radique en una batería de indicadores físicos seleccionados con
cuidado. Es necesario, en particular, que uno de ellos indique claramente en
qué medida nos acercamos a niveles peligrosos de amenaza al ambiente (de hecho,
por ejemplo, el cambio climático o el desgaste de los recursos pesqueros).
El
bienestar es pluridimensional
2. Para delimitar la noción de bienestar,
es necesario recurrir a una definición pluridimensional. A partir de trabajos
de investigación existentes y del estudio de numerosas iniciativas concretas
tomadas en el mundo, la Comisión hizo el repertorio de las principales
dimensiones que conviene tomar en consideración. En principio, por lo menos,
estas dimensiones deberían aprehenderse de manera simultánea:
i. las condiciones de vida materiales
(ingreso, consumo y riqueza)
ii. la
salud
iii. la educación
iv. las actividades personales, y dentro
de ellas el trabajo
v. la participación en la vida política y
la gobernanza
vi. los lazos y relaciones sociales
vii. el medio ambiente (estado presente y porvenir)
viii. la inseguridad, tanto económica como
física
El VII Informe FOESSA sobre exclusión y
desarrollo social en el País Vasco (2013) además de medir la pobreza, siguiendo
la misma idea del Informe Stiglitz (lo que no quiere decir en absoluto que lo
hayan copiado) mide la exclusión social en base a 35 indicadores de ocho ámbitos
diferentes: empleo, consumo, política, educación, vivienda, salud, conflicto
social y aislamiento social. No pasa del 38 % la proporción de vascos que no
están implicados en ninguno de los 35 indicadores de la exclusión social, lo
que indica la extensión de problemáticas que abordan. Al 3,9 % le afectan tres
indicadores, al 2,0 % cuatro y al 0,7 % cinco. ¿Son muchos? ¿Pocos? Demasiados,
seguro, claro que en la comparación con otros lugares los epítetos se agotan.
Foessa
distingue (paginas 95-96) cuatro niveles de integración/exclusión social a
tenor de 35 indicadores retenidos:
-
Integración plena. No les afecta ninguno de los
35 indicadores. En la CAV, en 2013, el 34,3 de personas.
-
Integración plenaria. Afectados “por uno o más
indicadores de exclusión, sin que estos supongan un alejamiento significativo
de un espacio de socialización integrado”. El 40,6 % de la población
-
Exclusión moderada: “fuera del espacio social de
la integración y estar afectado por indicadores de exclusión con más poder
exclusógeno, aunque coexistan elementos compensadores en alguna de ls
dimensiones de la exclusión”. 14,2 % de la población.
-
Exclusión severa, “vivir en el espacio más
alejado de una experiencia integradora, supone estar afectado por un gran
número de indicadores de exclusión que separan a las personas de cualquier
dimensión integradora” (10,9% de la
población)
Personalmente
creo que hay que mirar con lupa los indicadores y decir, de entrada, que no
todos los indicadores tienen el mismo valor o capacidad de exclusión social.
Habría que ponderar la importancia y gravedad de las diferentes carencias. A
título de ejemplo: no es lo mismo el indicador 6 “todos los activos del hogar
en paro”, que el sub-indicador 10, “no participar en elecciones por falta de
interés”. Se pueden multiplicar los ejemplos. FOESSA ya es consciente de esa
realidad, pero no nos dice, en concreto, cuales son los indicadores que
considera exclusógenos, ni su peso relativo en el cómputo global, ni el número
de ellos par ese computo. En estudios anteriores se limitaba a decir cuantos
indicadores se precisaban para incluir a una persona en una u otra categoría.
Pero no parece que hiciera distinciones entre uno u otro indicador. Esto hace
problemático analizar la evolución de los niveles de integración/exclusión como
se expone en la página 96.
¿Una nueva derecha?
Mirando al futuro, referencia aqui mi artículo sobre la
nueva clase social (publicado el 12 de Noviembre en el Grupo Noticias) que hoy,
tras reflexión y después del triunfo de Fillon en Francia, titularía “nueva
derecha”. Creo que estamos viviendo (en Gran Bretaña, en EEUU, en España, ahora
en Francia, en Italia, el mundo occidental al menos….) el resurgimiento de una
nueva derecha (con el declinar de una cierta izquierda socialdemócrata, ayuna
de ideas) que, al menos en un primer momento, puede poner en duda, luego en
serios aprietos, el esfuerzo de organismo como Oxfam y similares. Y con el
apoyo de gran parte de la ciudadanía. No pasa de ser esto una intuición, aunque
la veo por aquí y allá expresada con otras palabras.
Más que una anécdota y
una encuesta
Un amigo que trabaja desde
que terminó la carrera, gana 2.000 E al mes, no es emigrante, ni handicapado,
ni homo, tampoco en paro, sin enfermedad rara ni gran dependiente, casado, su
mujer gana algo menos que él, ambos en empresas privadas, con dos hijos, tienen
una ayuda externa que les cuesta 800 E al mes, ahorran, cada uno, 100 E al mes
para la jubilación, tienen diez o doce días al año de vacaciones, etc., etc.,
Se quejan de conocer personas que reciben prestaciones, ayudas que no les
corresponden y que no trabajan y que no hacen nada por trabajar. No estoy en
condiciones de,
o
Ni precisar la veracidad de estos datos, aunque
me parece verosímiles
o
Menos aún, caso de ser ciertos en algunos casos,
que es más que posible, determinar el volumen de estos casos y de esos fraudes,
si los hubiera
o
Pero sea lo que sea está en la calle. Ver datos
de la encuesta de Ikerfel tras el tema Maroto.
Creo importante decir algo (poco, pues no he dado con mucha
información) sobre la opinión de la población acerca de las ayudas
sociales. No podemos llevar más de un
revolcón.
Un sondeo
encargado por “El Correo” a Ikerfel y publicado el 26 de Enero de 2016 deja
constancia de cómo han calado en la ciudadanía
vasca dos tesis: una, que existe fraude en
la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).
El 18% mucho fraude, el 28% bastante, el 35% algo, el 11%, poco y solamente un
3% ciudadanos piensa que no hay fraude. Además, el 86% piensan que es preciso
que las instituciones
aumenten el control
sobre ésta y otras ayudas.
Se trata de dos consideraciones extendidas que encuentran eco en simpatizantes de todo el arco partidario, con diferencias apenas relevantes.
MI amigo se puede equivocar, incluso exagerar. No se me
escapa que la abrumadora opinión de la ciudadanía vasca tenga más de un punto
de exageración. Pero sería, intelectualmente suicida, no tenerla en cuenta.
El profesor de Humanidades de la Universidad Columbia de
Nueva York, Mark Lilla, en un largo artículo a cinco columnas (Le Monde 9 de
diciembre de 2016, titulado “La izquierda americana presa en la trampa de la
diversidad” (http://abonnes.lemonde.fr/idees/article/2016/12/08/la-gauche-doit-depasser-l-ideologie-de-la
diversite_5045285_3232.html?xtmc=mark_lilla&xtcr=1) sostiene la tesis
de que “la derrota de Hillary Clinton se explica por la focalización de la élite
progresista en los derechos de las minorías más que en lo que conjunta al
pueblo americano”. Escribe en el artículo que “puestos a mencionar los
colectivos existentes en los EEUU, más vale mencionarlos a todos. De no hacerlo
así, los no mencionados, olvidados, lo constatan y se sienten excluidos. Es
exactamente lo que ha sucedido con los blancos de las clases populares y con
las personas de fuertes convicciones religiosas. No menos de dos tercios de los
lectores blancos sin diploma de estudios superiores han votado por Donald
Trump, así como más del 80 % de los evangélicos blancos”.
El gran filósofo, Luc Ferry, escribe en Le Fígaro 8.dec.16
en un artículo titulado “El desafío de Fillon”, que en la actualidad la
preocupación por lo civil, lo privado y lo personal es más importante que los
grandes valores universales, nacionales o públicos: la educación de los hijos
la jubilación, la protección ante la pobreza sobrevenida, la sanidad etc., etc.
Escribe que “la gente piensa más al modo Woody Allen que al de Fidel Castro.
Pero esto exige un Estado fuerte”, y justo, añado yo.
Tras la aplastante victoria de
Francois Fillon en las primarias del centro-derecha francés del domingo 27 de
noviembre de 2016 (cerca del 70 % de votos, frente al 30 % del, a priori gran
favorito, Alain Juppé, y tras haber dejado en la cuneta al expresidente
Nicholas Sakhozy, de quien Fillon fue primer ministro durante cinco años), vale
la pena detenerse, aún demasiado brevemente en algunas de las razones que el
diario “Le Monde” (que no le sostiene) subrayó al día siguiente de su triunfo. Retengo estas ideas.
Et François Fillon devint tendance
LE
MONDE | 28.11.2016 (Subrayados JE)
François
Fillon no estaba en moda hace uno o dos años. "¿En qué ha cambiado? le
preguntan a su jefe de campaña Patrick Stefanini el día después de su gran
victoria en las primarias del centro-derecha en Francia, el domingo 27 de
noviembre. No, responde. Es el mundo el que se ha movido. El tiempo ha hecho
que FIllon devenga la tendencia.
"No
me convertí en una economía liberal por elección ideológica, se explica Fillon
en enero de 2016 en el Club de “Le Monde”, sino porque ahora veo que la
acumulación de las normas es insoportable. "
En 2006, Nicolas Sarkozy le encomienda el desarrollo de su
programa presidencial futuro. "La ruptura tranquila", será el lema
del candidato de la derecha en 2007. "La ruptura es Nicolas, tranquilidad,
Fillon," se decía entonces. En realidad, se propone una bajada de los
impuestos y de las cargas sociales, se pospone la edad de jubilación a los 63
años (en 2016 propone a los 65), la derogación de la ley sobre las 35 horas, la
idea de "trabajar más" impregna todo el programa, que se parece al del
ganador de 2016.
Sablé, ciudad en la que fue alcalde durante dieciocho años,
una mezquita y un lugar de oración turco habían surgido, y los malienses
trabajaban en los mataderos sin despertar controversia. Ahora, Francia se
indigna de forma indiscriminada contra los inmigrantes, las mujeres con velo,
los especuladores, los asistidos, los "políticos" y las elites que la
justicia siempre perdona mientras la gente paga sus multas. El país está
enojado. "Es increíble lo que se oye,", expresaba Fillon a su equipo,
un Fillon que se ha dedicado más de dos años a patear Francia, hablando con
todo el mundo.
Esta Francia ya no ama a los medios de comunicación. Es otra de las novedades. El candidato a las primarias, a su vez apoya el nuevo discurso "antiperiodistas" que se extiende en todo el país. Su asesora de prensa Myriam Levy, pone a prueba sus ataques más efectivos contra los medios de comunicación y "el espíritu de burla," que vive el "Bobo-Canal +" generación, como él dice, que se burla de la provincia, de las familias tradicionales, de los católicos reaccionarios, en definitiva, de una parte de su electorado. (Aunque hay opiniones diferentes sobre el peso real de los católicos en su electorado). Así, en cada debate de las primarias desafía a sus entrevistadores: "Hay que evitar la caricatura! ", " Basta ya de este pensamiento único! "...
Para apoyar su revolución liberal, Margaret Thatcher aseguró
a la sociedad inglesa, mostrando un nuevo patriotismo y un conservadurismo
cultural. François Fillon, no es otra cosa, dicen algunos. "Hay que
acabar con las teorías complejas y confusas que han deconstruido, en tantos
jóvenes, el gusto de estar juntos, el orgullo de ser francés", escribió en
Le Figaro.
"Usted no es el mejor, pero usted es el único" le
había susurrado Valéry Giscard d'Estaing durante las primarias, el único que ha
sabido complacer a la derecha en 2016.
Algunas características de la gente que apoyaría a
la nueva derecha
Lo sucedido con el Brexit, la elección de Trump y ahora con
el triunfo de Fillon en las primarias del centro derecha francés nos muestra, a
decir de algunos analistas, que muchas personas tenidas, por no pocos, como
ciudadanos de segunda clase, soterradamente humillados e internamente
ofendidos, se han manifestado, se han rebelado, a través de las urnas. En el
silencio del anónimo voto emitido. En muchos casos, personas bien lejos de
estar en el lumpen de la pobreza, en muchos casos personas cuyo nivel de vida y
estatus socio-económico no les permitía ser acreedores de las subvenciones del
estado de bienestar, personas que no formaban parte de minorías de todo tipo
(religión, raza, género, recursos vitales, origen social, emigrantes, etc.,
etc.) pero sí personas que se percibían decayendo en la escala social, personas
que se sentían bajando escalones en esa escala social, sin las ayudas de otros,
otros que quizás están en un peldaño más bajo que ellos, pero que, con el
rabillo del ojo, los veían, a los protegidos, a los recipiendarios del estado
de bienestar, asomarse a su escalón, a su peldaño social, gracias a sus
dineros, a sus impuestos.
Si este planteamiento es básicamente correcto (lo que exige
mucho trabajo empírico, tampoco demasiado complicado pues en gran parte bastaría
con escudriñar, con detalle y rigor científico, el perfil sociológico – en el
sentido amplio del término - de los
votantes en Colombia, Gran Bretaña y EEUU, y podríamos continuar con Francia,
Alemania, Austria, Suecia y, claro está,
también entre nosotros, aunque aquí creo que el registro es algo diferente), si
mi intuición es básicamente correcta, repito, querría decir que estamos ante un
fenómeno relativamente novedoso. En todo caso emergente en el estado actual de
la civilización occidental y que quizás aún no se haya visualizado, luego
analizado, suficientemente. ES la nueva derecha, no, a mí juicio, el retorno de
la derecha como a veces se lee. Es una nueva derecha que responde, en gran
parte a una nueva capa social, no precisamente muy visible. Tendría, entre
otras, estas características:
Hablamos de la población autóctona de clase media- media y
media-baja, que ha sufrido, en carne propia, los hachazos de la crisis de 2007-
2008 de la que unos han salido mejor parados que otros. Unos porque estaban ya
más armados, otros porque han sido subsidiados, los terceros porque ya antes de
la crisis, viviendo ya en crisis, esta les ha sobrevenido y se han adaptado y
surfeado mejor, lo que no quiere decir que la hayan superado, materialmente
hablando. Pero la percepción es diferente de la de los que han bajado de
escalón.
Avanzaría, también, que estaríamos ante un segmento
poblacional que ha dejado en segundo plano la novedad de Internet. En algunos
casos, viven la era digital con inquietud, desasosiego, y cabreo pues cada día,
por ejemplo, más le envían información (vía tuits, por ejemplo) que referencia
enlaces electrónicos que no alcanzan a controlar. Así se enrabietan, se sienten
desplazados, arrinconados y se refugian en lo de siempre, en lo de otros tiempos
que, para ellos, indubitablemente, eran mejores. Además, detestan a los medios
de comunicación que hablan de los “otros”: sea la gente guapa, las y los
famosos, en las revistas del corazón y en los suplementos dominicales de la
prensa, sea de toda suerte de personas y grupos sociales con problemas de todo
tipo, que copan las radios y televisiones, convertidos en pulpitos laicos.
No viven necesariamente en las grandes ciudades, salvo en
las zonas de clase media baja. Pues en las zonas bien de esas ciudades vive la
gente guapa, la que está en la cresta de la ola. En las grandes ciudades, en
todo caso, residen los grandes medios de comunicación, los “gurus”
intelectuales, las Bolsas y, no se olvide, las grandes empresas de sondeos de
opinión, que se miran unas a otras para no equivocarse, o equivocarse todas al
mismo tiempo.
Tampoco son ellos, ciertamente, los “urbanitas” que han
salido a la calle en las grandes ciudades americanas para protestar y
manifestar su desaliento, desazón y disconformidad, al día siguiente de la
elección de Trump. La prensa internacional habla de miles de personas
que salen a la calle en Nueva York, Filadelfia, Seattle, Chicago, Oakland,
Washington y Boston y en la costa Oeste de los EEUU. En las fotos vemos,
básicamente a gente joven de clase media, con aspecto de estudiantes
universitarios. Ahí no están los blancos, trabajadores manuales. Tampoco los
negros, ni los hispanos, afroasiáticos, inmigrantes etc., a los que la
arrogante Hillary obviamente no ha conquistado, es lo menos que cabe decir.
Leen prensa local. Ven TV local. Se interesan por lo local,
lo próximo y lo inmediato. No se hacen grandes elucubraciones sobre el futuro
del planeta. Tampoco sobre las grandes confrontaciones electorales. Salvo que
les incomoden en su run-run cotidiano, semanal, anual, sin respeto a sus
fiestas y acontecimientos “de siempre”. No se les aplique la categoría de
conservadores frente a la de los progresistas. Lo sentirán como una ofensa más.
Porque no se sienten anquilosados en el pasado, pero tampoco quieren comulgar
con ruedas de molino de los que, en nombre de la progresía, quieren hacer tabla
rasa del pasado. Son modernos. No posmodernos. No rechazan al de fuera, a
condición de que les respeten en su cosmovisión y se acomoden a ella. Piden que
se integren, sin que todos hablen de asimilación en la sociedad (lo sí hace
Fillon), sociedad a la que, por una u otra razón (algunas con exigencia de
apoyo) han emigrado. A la sociedad en la que ellos llevan mucho tiempo. No
dirán necesariamente que “primero ellos” (primero los británicos, primero los
blancos americanos), pero tampoco detrás de los nuevos, menos aún menos que los
nuevos, sintiéndose discriminados por las ayudas a los nuevos.
¿Hay algo de esto en Euskadi? Yo
creo que sí. Son los desclasados de la crisis, pero no tienen candidato. El que
más se parecería sería Urkullu, pero personalmente le veo más próximo a Juppé
que a Fillón. Quiero añadir que también Juppé
me resultaba era el más cercano de los tres candidatos a mis propios
planteamientos. Pero sigo, con fruición, los de Fillon, unos me gustan más que
otros, pero creo que son ejemplo de una nueva derecha emergente, y sin
complejos.
Una mirada tangencial al Informe PISA
Preparando estas líneas (día 6 de diciembre, 11,05) me llegan estas dos
alertas. Alerta de El País: “Informe
PISA: La educación española se estanca en ciencias y matemáticas y mejora
levemente en lectura”. Alerta Le Monde: “Enquête PISA : l’école française reste championne des inégalités”. Al abrir Le Monde veo que ya está, en grandes titulares en la primera
página. Solamente el nombramiento del nuevo primer ministro le roba la
información mayúscula. En la comunicación, y no solamente en los Medios de
Comunicación, impera la lógica de lo negativo. Cuestión que merece una atención
que no se le presta. Pues, así, no se construye una sociedad.
Respecto de Euskadi leo que los resultados de la evaluación
internacional PISA (2016) muestran un retroceso de Euskadi en las tres materias
a examen, Matemáticas, Ciencias y Lectura respecto de la prueba
realizada en 2012 y, lo que es aún más grave, sitúan al País Vasco por debajo
de la media de la OCDE y de la media española en Ciencias y Lectura. Sin
embargo, según
el Índice de Desarrollo Juvenil Comparado 2016, elaborado por el Centro Reina
Sofía de estudio de la Adolescencia y la Juventud, a partir de datos relativos
a educación, empleo, emancipación, vida (mortalidad, fecundidad, accidentes y
suicidios) y uso de nuevas tecnologías, a nivel europeo y con datos del
Eurostat de la Europa de los 28, y que se presentó en Madrid el 6 de Octubre
del presente año 2016, podemos leer que “en educación, España ocupa un lugar
algo inferior a la media de la UE, aunque con varias comunidades que la superan
con creces, con el País Vasco a la cabeza seguida por Madrid, Navarra y
Asturias”. ¿A quién creer? Solamente un análisis muy, muy detallado, de los dos
estudios nos permitiría, quizás, sacar algo en claro.
Cerrando
Creo que estamos entrando en un nuevo ciclo. La
socialdemocracia nos ha dejado, en Europa, el Estado de Bienestar. Ese es su
mayor haber. Pero, bajo su paraguas creció una “intelligentsia” y una ideología
que abogando por lo nuevo era despreciativa de ciertas corrientes de
pensamiento y comportamiento ancladas en la historia de las que, no todas ni
mucho menos, se merecían tal menosprecio.
Tras Reagan y Thatcher, tras la caída del imperio soviético,
emerge en Occidente el imperio de las grandes finanzas, de los “big data” y del
buenismo. Gran parte de la gente pierde comba. Algunos se decantan por
populismos de diferente signo. Otros se refugian en un silencio doliente y
humillante. Al fin han explotado y han emergido. Así se explica
Claro que, como siempre, o casi siempre, los más pobres y
necesitados corren el riesgo de ser los más perjudicados. Razón de más para
seguir apoyando a las entidades como Oxfam-Intermon, Caritas etc., en su
encomiable e imprescindible labor.
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