Decibelios y falta de respeto a los vecinos de “La Consti ” en Donostia
Sábado 26 de diciembre de
2015. Pasadas las doce del mediodía me acerco a la Plaza de la “Consti” en
Donosti con mi hija y nieto a tomar un aperitivo. Magnífico ambiente. De
pronto, un ruido ensordecedor me impide seguir conversando con mi hija y hacer
carantoñas al nieto. Una deliciosa melodía vasca, gratamente armonizada a los
ritmos actuales y muy bien interpretada, sale vomitada a altísimos decibelios
en unos altavoces. Sin terminar la consumición abandonamos la plaza. Alterado
me topo en la salida con un buen amigo a quien le espeto, - perdón Jesús- , que
para qué se hacen estudios, manifestaciones y protestas sobre los ruidos en la Parte Vieja. ¿Por qué los
vecinos de la “Consti” deben padecer esa violación continuada, noche y día, de
la intimidad de su hogar?. (Dicho sea entre paréntesis yo no resido en la Parte Vieja , aunque soñé en
hacerlo antaño y bien que agradezco ahora que no me decidiera). El Ayuntamiento
de la ciudad debiera poner coto a estos desmanes. Pero, ¡ya!. Basta multar
seriamente a quienes se pasen de decibelios. Los vecinos de “La Consti ” merecen otro
respeto.
Hasta aquí el texto,
ligeramente retocado, que envié el mismo día 26 a la redacción de “Noticias de
Gipuzkoa”, con acuse de recibo de que lo publicarían en Cartas. No lo he visto-
lo que no quiere decir que no lo hayan publicado- pero por si acaso lo subo a
mi blog. No es la primera vez que un texto mío sobre los ruidos en la ciudad no
es publicado en los medios de comunicación. Plenamente consciente de que este
tema de los ruidos en la Parte Vieja
donostiarra, como en otro sitios de la ciudad, exige un tratamiento más profuso
y detallado, valgan estas líneas como anécdota de lo que merece elevar a la
categoría de análisis de la mala convivencia en la ciudad y de la desidia, o
cosas peores, de sus gobernantes. De todo color político.
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