Gavin Hewitt “Europa a la deriva” (Alianza Ensayo,
2013)
Este libro me parece ser una excelente divulgación de lo que esta suponiendo la crisis del Euro en Europa. Es actual, de lectura fácil y, en muchos momentos, cautivante. El autor es el responsable para Europa de
En las diez páginas que
siguen me limito a trasladar algunos extractos que, personalmente he subrayado
en la lectura del libro. Lo he leído en ebook- kindle luego no puedo aportar la
página exacta donde se encuentran los textos subrayados. No eé si es posible
hacerlo y, en todo caso, yo no sé cómo se haría.
Al final he recogido,
bajo el titular de “El Futuro de Europa” aquellas frases de Hewitt que mirando
al futuro me parecen más relevantes. Antes de dejarles con sus frases, de forma
telegráfica quiero decir aquí lo que, a mi juicio obviamente, considero más
relevante tras la lectura del libro de Hewwitt.
-
El principal problema y principal responsable de la crisis actual está en
la desregulación financiera. Es un retroceso en la democracia, (al menos en
Europa) que hayamos trasferido el poder a lo que eufemísticamente, se denominan
los mercados.
-
En la primera década del siglo actual, la ciudadanía del sur de Europa
(alentada por una banca ávida de dinero) ha vivido por encima de sus
posibilidades en desresponsabilización colectiva innegable. De la que aún
estamos lejos de haber salido. Pero no es la principal responsable de situación
actual.
-
Los que hemos leído a Max Weber de estudiantes, no podemos no reconocer las
diferencias reales existentes, en los comportamientos ciudadanos del norte y
del sur de Europa. Pero lo que lo que los adinerados del Norte (en cuyas manos
está gran parte de la dirección de los mercados) han hecho de los pobres del
Sur (en particular de los griegos) es sencillamente indecente y se merece la
reprobación de toda persona que tenga un mínimo sentido ético.
-
En resumen: desregulación financiera, culturas diferentes en el norte y en
el sur de Europa y la codicia son los grandes responsables de la actual
situación en Europa.
Sobre España
"La construcción arrasó la
economía española. Suponía un 17 por ciento del PIB. En tan sólo diez años el
precio de la vivienda se duplicó. En 2006 España empezó a construir más casas
que Gran Bretaña, Alemania, Francia e Italia juntas. En diez años los salarios
subieron en España un 20 por ciento más deprisa que los de Alemania. Durante un
tiempo no importó. El boom de la construcción generaba más ingresos de los que
había previsto el gobierno y entre los años 2005 y 2009, el incremento del
gasto fue del 7,5 por ciento. En Alemania, en ese mismo periodo, el gasto del
gobierno aumentó tan solo en un 0,8 por ciento". (Capitulo 2º. Pos. 701-5)
“España estaba
demostrando lo que la mayoría de los economistas ya sabían: que la deflación es
la enemiga del deudor. España era especialmente vulnerable por culpa de sus
bancos. Estos acumulaban alrededor de 200.000 millones de euros en créditos
morosos producidos por el colapso de la construcción. Era el equivalente al 18
por ciento del PIB del país. Muchas de estas deudas estaban ocultas en las
cajas de ahorros controladas por los gobiernos autonómicos. Algunas cajas
habían empezado como obras de caridad dirigidas por la Iglesia católica. Con el
tiempo, muchas de estas instituciones de ahorro establecieron vínculos con
políticos locales que participaban en sociedades inmobiliarias y constructoras.
Fueron estas cajas de ahorro locales las que proporcionaron los fondos para
aeropuertos sin aviones, puertos sin barcos y proyectos de autobombo sin
sentido. Doce de las cuarenta y cinco cajas que existían cuando comenzó la
crisis estaban siendo investigadas por corrupción. Los miembros de los consejos
de administración de algunas de estas cajas de ahorros recibían préstamos de la
misma entidad que tenían que supervisar”. Cap 16. (Pos. 4902-10)
“Todo indicaba que España
se acercaba irremisiblemente al momento en que necesitaría un plan de rescate
general que podría sumir a Europa en una crisis aún más profunda. Y entonces
ocurrió algo inesperado, una frase enterrada en medio de un discurso. El 26 de
julio (de 2012), Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, estaba en
Londres pronunciando una conferencia en Lancaster House sobre las inversiones.
Hacia el final de su discurso dijo: «Hay otro mensaje que quiero lanzar.
Durante nuestro mandato el BCE estará dispuesto a hacer lo que sea necesario
para preservar el euro». En ese momento hizo una pausa para lograr un mayor
efecto dramático y continuó: «Y créanme, será suficiente». El presidente nunca
antes había hablado en esos términos. Uno de los presentes dijo que aquel
comentario parecía ser «fruto de casualidad». Un alto cargo del banco se
preguntó si Draghi había ido más lejos de lo que pretendía. Ciertamente se
mostraba nervioso con la tormenta que había desatado. Los mercados, sin embargo,
se mantuvieron a flote, habían interpretado que las palabras de Draghi sólo
podían significar que el Banco Central Europeo intervendría para comprar bonos
de los países con problemas como España e Italia. Eso bajaría sus costes de
endeudamiento”. (Capitulo 16 Pos. 4995-5004)
“A raíz de las
declaraciones de Draghi, la presión de los mercados disminuyó. Los inversores
no estaban dispuestos a apostar contra el BCE. Creían que el Banco Central
Europeo respaldaría a España e Italia”. (Capitulo 16. Posición 5033-35)
“Desde que comenzó la
crisis, 300.000 titulados universitarios abandonaron España, una generación
perdida para el país” Capitulo 16. Pos. 5114-15). (Nota de JE. ¿Algún lector
de este blog puede darme la fuente científica, esto es contrastable
empíricamente, de esta afirmación?. Gracias)
Sobre Grecia
“La política se basaba en
los favores. Un partido hacía campaña con la promesa de que, una vez en el
poder, recompensaría a sus partidarios con un ansiado puesto de trabajo en el
sector público. Todos los partidos lo hacían. El Partido Socialista repartía
trabajos entre los sindicatos y otros grupos de interés. «A gran escala, los
militantes de los partidos se beneficiaban de los nombramientos políticos en el
sector público», contaba Jason Manolopoulos, autor de Greece’s Odious Debt. El
resultado fue que el sector público llegó a tener casi un millón de empleados:
aproximadamente el 20 por ciento de la población activa. Eran trabajos seguros
con un sueldo mucho más alto que en el sector privado. Incluso cuando Grecia
empezó a hacer frente a sus deudas, se siguió contratando: 29.000 empleados
públicos entre 2009 y 2010” .
(Capítulo 3. Pos. 992-98)
“Para muchos países era
como si la pertenencia a una moneda única les hubiera dado acceso a la máquina
de hacer dinero; en realidad dejó al descubierto la cultura política de una
gran parte del sur de Europa”. (Capítulo
3. Pos. 1030-31)
“Las agencias calificadoras de crédito, que
más tarde resultarían duros jueces para muchos países de la eurozona, durante
mucho tiempo trataron a Grecia como si tuviera el mismo riesgo que Alemania”
(Capítulo 3. Pos. 1057-59)
“Los jóvenes (de Grecia) se
marchaban. Roula suspiró: «Este será un país de viejos». Amigos de Barbara
soñaban con Canadá y, en particular, con Australia, donde, en su momento, se
había refugiado de la guerra civil griega una generación anterior. La eurozona
había demostrado ser una terrible trampa para muchos países. Los bajos tipos de
interés, el dinero fácil, habían dado lugar a burbujas inmobiliarias,
especulación y montañas de deudas. La reducción de la deuda ya estaba cobrando
un precio terrible a la nueva generación. En el aire se sentía la
desesperación, el orgullo nacional herido y la premonición de que les
aguardaban diez años más de austeridad”. (Cap.9 “Desobediencia” Pos. 2723-27)
“Este acuerdo de segundo
rescate significaba que el país recibiría otros 130.000 millones de euros. Esa
política ya había fallado una vez, pero eso no detuvo a los líderes de Europa.
Habían puesto su fe en la austeridad. No explicaban cómo Grecia, sumida en la
recesión, podría reducir su carga de la deuda, que no hacía más que aumentar.
De hecho, los propios rescates se iban sumando a la deuda de Grecia. Lo
importante para los líderes de Francia y Alemania, en particular, era ganar
tiempo a fin de que los bancos de sus países mejorasen sus balances y redujesen
su exposición a Grecia. En cuanto al propio país, se había convertido en un
laboratorio, en un experimento de austeridad. Nadie sabía ni entendía qué más recortes
haría un país que se enfrentaba a su peor recesión en treinta y siete años. Más
tarde, una investigación concluiría que la UE y el FMI habían subestimado el impacto de la
austeridad sobre el crecimiento. Desde los años treinta ninguna economía occidental
se había contraído tan rápido. Yorgos Papandréu declaró: «Hemos vuelto
manejable nuestro problema de deuda», pero tenía sus dudas 162 . En cuestión de
semanas estaba reprendiendo a los líderes de Europa. «Ya es hora de que Europa
se despierte», dijo. Grecia como país había hecho un esfuerzo sin precedentes,
pero sin un «fuerte y visionario liderazgo europeo», el contagio de la duda
«podría hundir nuestra unión». El primer ministro entendía que Grecia sería
capaz de financiar sus necesidades básicas. Lo que no hacía el rescate era
responder a la pregunta fundamental de qué es lo que estaba respaldando el euro
en última instancia”. (Cap. 9. Desobediencia. Pos. 2776-89)
“Los bancos y fondos de
cobertura se enfrentaron a una dura elección: asumir las pérdidas o arriesgarse
a perderlo todo si Grecia abandonaba el euro. Fue la mayor reestructuración de
la deuda soberana de la historia —y sucedió en Europa. (Cap 14. Pos. 4242-44)
Cap. 4º La noche en
que casi perdieron el euro
“El viernes 7 de mayo (de
2010) un nuevo estado de ánimo, más peligroso y apocalíptico, se apoderó de los
mercados financieros. Los inversores observaron la desconfianza hacia al euro.
Los costes del endeudamiento para muchos países de la eurozona estaban
aumentando. La crisis que habían predicho los estadounidenses era inminente.
Angela Merkel estaba en la
Cancillería en Berlín preparando un acto de la campaña
electoral en Düsseldorf. Uno de sus consejeros, Jens Weidmann (que
posteriormente dirigiría el Bundesbank), recibió un aviso sobre el ambiente de
los mercados y envió una nota a Merkel. El presidente de la Comisión Europea ,
José Manuel Durão Barroso, la llamó. Sus asesores le habían dicho que grandes
fondos estaban a punto de salir de Europa. Era una crisis en toda regla que
podía acabar con la moneda única. A las dos de la tarde, los siete ministros de
Finanzas más poderosos del mundo mantuvieron una conferencia telefónica. La
sensación era de pesimismo. El secretario del Tesoro estadounidense, Tim
Geithner, habló del temor en los mercados. El comercio interbancario estaba
paralizado. Habló de pánico y de una crisis más grave que el colapso de Lehman
Brothers. Los inversores se daban cuenta de que no había un plan, no había una
red de seguridad si otros países de la eurozona tenían dificultades. En unos
días, la moneda única entraría en caída libre. El ministro alemán de Finanzas,
Wolfgang Schäuble, declaró: «Debemos defender la moneda única europea
íntegramente» 80. No obstante, las palabras habían perdido su poder para
influir en los mercados. Aquella noche, los líderes europeos se reunieron en
Bruselas. Algunos no sabían lo que se estaba preparando en los mercados. Se
corrió el rumor de que «las cosas están llegando a un punto crítico». Antes de
la cena, a base de espárragos y rodaballo, el presidente del Banco Central
Europeo, Jean-Claude Trichet, sacó algunos gráficos. Creía que estaba luchando
para salvar el euro. «Hablé sin ambages. Les dije que estábamos en una
situación muy grave de carácter sistémico. No se trataba de Grecia. No era un
país en concreto. 81 » Los líderes se quedaron lívidos cuando les dijo que «era
la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial». No salvó a ninguno de
los que estaban a la mesa. «Teníamos normas en Europa», les dijo, pero ni
siquiera los grandes países las han cumplido. Habían permitido que la deuda y
el déficit crecieran. Lo que había ocurrido en Grecia era absolutamente
dramático, pero «ustedes no controlaron lo que estaba ocurriendo»”. (Pos.
1291-1321)
“Los países de la
eurozona avalaban hasta 440.000 millones de euros; el resto procedería del FMI.
Se pretendía demostrar, de una vez por todas, que los líderes europeos tenían
la voluntad y los recursos para apoyar a cualquier país de la eurozona con
problemas de financiación. Anders Borg, el ministro sueco de Finanzas, dijo que
el objetivo de la potencia de fuego era detener el «comportamiento depredador»
de los especuladores. La canciller alemana había demostrado su flexibilidad
como haría repetidamente ante la perspectiva de desintegración del euro”. (Pos.
1372-75)
Capitulo 5. “La ira
griega y el resentimiento alemán”
“Grecia había recibido la
orden de recortar gastos en medio de una recesión. Algunos, como el financiero
George Soros, creían que esta medida estaba totalmente equivocada. En su
opinión: «No comprendían el problema. Aplicaron el remedio incorrecto; no se
puede reducir la carga de la deuda contrayendo la economía, sino creciendo»” (Pos.
1531-34)
“Los periódicos alemanes
describían a los griegos como «vagos, despilfarradores e irresponsables». Los
alemanes se indignaban sobre todo por la cantidad de griegos que se jubilaban a
los cincuenta años: en Alemania trabajaban hasta los sesenta y siete. Los
comentaristas alemanes pusieron el grito en el cielo cuando se supo de qué
forma interpretaban los griegos sus leyes de jubilación. En Grecia era posible
jubilarse antes si había desempeñado un trabajo de alto riesgo. Llegó un
momento en que se consideraron muy peligrosos casi quinientos trabajos. Una
peluquera podía retirarse a los cincuenta porque había manipulado tintes para
el pelo, que se consideraban sustancias peligrosas. Los trombonistas también
podían jubilarse por el riesgo que conllevaba soplar. Incluso los locutores
tenían derecho a una larga jubilación, ya que en los micrófonos podían alojarse
bacterias nocivas. Los alemanes no daban crédito. Tampoco podían creer que
Grecia tuviera cuatro veces más maestros que Finlandia y que algunas islas
griegas tuvieran más maestros censados —con salario— que habitantes. Cada día
los alemanes se enteraban de nuevos detalles sobre un país con el que tenían
una unión monetaria”. (Pos. 1558-66).
“Los alemanes han reconstruido su país dos
veces: una después de la
Segunda Guerra Mundial, y otra después de la reunificación.
Han hecho sacrificios. Los alemanes tienen la idea de que ellos han asumido
duras reformas, mientras que los españoles, los irlandeses y los griegos
acumulaban deudas. El mercado de trabajo se liberó para impulsar el empleo. Los
sindicatos aceptaron cambios en la forma de trabajar y los costes se redujeron.
Las empresas invirtieron en investigación y desarrollo. Muchas de las reformas
las introdujo el canciller Gerhard Schröder, que les dijo a los alemanes:
«Reduciremos las prestaciones sociales, fomentaremos la responsabilidad
individual y pediremos más de todos y cada uno» 95 . Después de 2005 Alemania
era el único país europeo que había reducido efectivamente sus costes
laborales. El periodista estadounidense Thomas Friedman, ganador del premio
Pulitzer, dijo: «Los alemanes aunaron esfuerzos. Los trabajadores renunciaron a
las subidas salariales y permitieron que las empresas incrementaran la
competitividad y la flexibilidad de los trabajadores, mientras que el gobierno
subvencionaba a las empresas para que mantuvieran los puestos de trabajo
cualificados durante la recesión». De todo esto surgió una economía líder con
una manufactura de máxima calidad. Las exportaciones alemanas son alcanzan el
volumen de las de Francia, Reino Unido e Italia juntas. En todo el mundo los
consumidores buscan la etiqueta «Made in Germany». Ninguna otra empresa encarna
mejor el Wirtschaftswunder —el milagro económico— que Bayerische Motoren Werke:
BMW. (Posición 1604-16)
“La clave de su éxito es
la investigación y la innovación. Se ha convertido en el marchamo alemán, que
mantiene sus mercados gracias a la calidad. BWM tiene un centro de
investigación con un designhaus y un projecthaus. Aproximadamente siete mil
ingenieros, constructores de prototipos y diseñadores de software estudian
nuevos materiales, estructuras ligeras, nanomateriales, mecatrónica, resinas de
altas prestaciones, termoplásticos: toda la ciencia de la moderna fabricación
de motores. Pos. 1630-33”
Capítulo 7. Irlanda,
Portugal y más
“Los ministros irlandeses
hacían alarde de su dureza con la esperanza de que los mercados recompensaran
su determinación (Pos. 1955-56)”.
“Los bajos tipos de interés habían dado a los
portugueses la ilusión de ser ricos y abandonaron la prudencia. Pedían
préstamos y gastaban, especialmente el gobierno. El sector público creció hasta
el punto de que una de cada cinco personas activas trabajaba para la Administración. Entre
los años 2000 y 2009, el salario medio subió un 37,9 por ciento. Sin embargo,
la productividad era tan solo del 5,9 por ciento, muy por debajo de la media de
la eurozona. Esto significaba que los costes laborales eran muy superiores a
los de países como Alemania. Portugal dejó de ser competitivo y se colocó fuera
del mercado (Pos. 2135-39)”.
“Serían los mercados los
que definirían los acontecimientos y darían forma a los argumentos. Lo que más
temían los líderes europeos era que España e Italia necesitaran un rescate. No
había fondos suficientes para salvarlas a las dos. E Italia era la pieza
fatídica (Pos. 2196-98)”.
Capítulo 9 y 19. Merkel
y Alemania
“Resultaba frustrante
para otros líderes. Veían a la canciller alemana tomar las decisiones a
trompicones a causa de su cautela instintiva y sus convicciones fundamentales.
Al principio creyó que Grecia sólo necesitaba un poco de enérgica limpieza.
Cuando se hizo evidente que estaba arruinada y que carecía de medios para
reunir el dinero, dijo «no» a un rescate. Se resistió hasta el último momento,
hasta que sus ayudantes le explicaron que si se permitía la quiebra de Grecia,
la crisis se propagaría por toda Europa: otros países se verían arrastrados, lo
que provocaría una crisis de todo el sistema financiero. Le mostraron las
cifras: los bancos alemanes y franceses habían prestado casi un billón de euros
a Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia” (Cap. 9, posición 2861 y ss).
“Los franceses no tienen
clara la meta que persiguen los alemanes. Sin embargo, esa es la manera europea
de construir «paso a paso». Muchos funcionarios creen que eso evita que los
votantes puedan dar su opinión sobre la continua transferencia del poder de los
parlamentos nacionales hacia Europa”. (Cap. 19 y último Pos. 5520-22)
“A Alemania se la acusa
de que sus políticas han conducido a una recesión prolongada en algunas partes
de Europa. Se corre el riesgo de una división permanente entre países
acreedores y deudores. La promesa es que esas dolorosas reformas harán que
lleguen tiempos mejores. Mientras tanto, el tejido social se debilita. Muchos
creen que Europa se enfrenta a una elección: una unión política en la que la
deuda sea compartida o el colapso definitivo de la moneda. (Capitulo 19 y
último. Pos. 5539-42)
(Alemania) “está ahí, en
la restauración y renovación de Unter den Linden, la avenida que fue diseñada
como una Vía Triumphalis después de la victoria de Prusia en las guerras
napoleónicas, y donde ahora ha arraigado un bosque de grúas y no sólo para la
construcción de una nueva estación del metro. Se va a reconstruir el
Stadtschloss de Berlín, el que fue el palacio de los reyes de Prusia. Es el
proyecto de construcción cultural más grande de Europa. La reputación del rey
prusiano Federico el Grande, cuya imponente estatua ecuestre se ubica muy cerca
de allí, ha sido rehabilitada. Alemania se siente más cómoda con su pasado”. Capítulo
19 y último. Pos. 5559-63)
“Angela Merkel señaló que
Europa, con un 7 por ciento de la población mundial y el 25 por ciento de su
PIB, gasta el 50 por ciento del presupuesto del mundo en el bienestar social.
El futuro de las democracias del bienestar de Europa es incierto; algunos
países ya no pueden sostener sus niveles de gasto social”. Capítulo 19 y
último. Pos. 5593-96)
Capítulo 15. Francia
“Hay noventa empleados
públicos por cada 1.000 habitantes en Francia, en Alemania la cifra es de cincuenta.
En Francia los empresarios soportan el doble de cargas sociales que su dinámico
vecino. El gasto público supone el 57 por ciento de la producción nacional, el
más alto de Europa. En pocas palabras, Francia se ha visto superada por
Alemania”. (Pos. 4705-7)
“El punto de vista alemán
es que «Francia debe actuar con rapidez». Es el país que más preocupa al
círculo de asesores de Merkel. En Francia los críticos dicen que Hollande se
está comportando como lo hizo cuando era jefe del partido socialista: «Negocia
con todo el mundo, cada segundo del día. Como secretario general del partido
socialista no aprendes a decidir, sino a conseguir compromisos»”. (Pos. 4741-43)
“Muchas de las ciudades
del suroeste son santuarios del pasado. Lugares como Issegeac, un pueblo
medieval perfectamente conservado, con sus casas de madera y piedra, o
Montpazier, una película ambientada en la Edad Media ”. (Pos 4748-50)
Sobre Italia. Capitulo
17 (Hay otro sobre Berlusconi y sus andanzas antes)
“Las autoridades
calculaban que el gobierno italiano estaba perdiendo entre 120.000 y 240.000
millones de euros al año por evasión de impuestos. No era sólo una bonita suma;
podría dar la vuelta a la crisis económica de Italia, acabando con el déficit
anual del país de 45.000 millones de euros. También le pegaría un tajo a la
montaña de la deuda de Italia, que alcanzaba los 1,9 billones de euros”. (Pos.
5196-99)
“La evasión fiscal y la
corrupción están arraigadas en la sociedad italiana. La agencia tributaria
nacional calcula que 4,3 millones de hogares —aproximadamente el 20 por ciento
del total— llevan un tren de vida incompatible con los ingresos que declaran.
Agobiados por la austeridad, algunos italianos comienzan a mirar mal a los
presuntos evasores”. (Pos. 5216-19)
“El gobierno local (de Sicilia) estaba
cometiendo muchas extravagancias, los políticos se recompensaban generosamente
a sí mismos. Llegar a ser concejal era como tener unos ingresos garantizados
por el resto de tu vida. Palazzo dei Normanni, el Palacio de los Normandos, es
la sede de la asamblea regional de Sicilia. Se decía que sus miembros habían
acumulado tantos beneficios que cada uno costaba a los contribuyentes
sicilianos 500.000 euros al año. Los puestos de trabajo estatales se repartían
a cambio de votos, de forma que después de cada elección la nómina estatal
engordaba, creándose nuevos puestos de funcionarios. Así fue como la isla acabó
con 26.000 trabajadores forestales, todos ellos con buenos salarios” (Pos.
5261-67)
“El Parlamento italiano,
con sus ventajas y privilegios, cuesta más que los de Francia, Alemania y el
Reino Unido juntos. Un político organizó una fiesta en Roma para 2.000
invitados. Los asistentes llevaban togas y túnicas blancas e iban cubiertos con
coronas de laurel. Recordaba escenas de la película Satiricón”. (Pos. 5280-83)
Sobre Chipre. Capitulo
18
“Los depositantes con
saldos superiores a 100.000 euros en sus cuentas serían gravados con un 9,9 por
ciento. Los que tuvieran menos de 100.000 pagarían una tasa del 6,75 por
ciento. El presidente de Chipre aseguró que «era la opción menos dolorosa». Al
igual que otros líderes antes que él, advirtió que el rechazo del rescate
obligaría a una salida de la eurozona que daría lugar a la quiebra del país. La
población estaba atónita. Los bancos tendrían que permanecer cerrados durante
varios días”. Pos. 5359-63
A modo de conclusión personal. El futuro de Europa,
¿en manos de los mercados?. ¿Dónde queda la democracia?
“Cuando los dirigentes
europeos soñaban con la nueva moneda les advirtieron no sólo de las diferencias
entre economías, sino entre culturas. Hicieron caso omiso de las objeciones.
Una parte de la convicción que impulsaba el proyecto era que una moneda única
fomentaría una cultura y una identidad europeas, una demos europea. Resultó muy
difícil de conseguir. La gente, como demostraba encuesta tras encuesta, se
aferraba obstinadamente a su identidad nacional. Los funcionarios europeos
temían que la crisis estuviera alejando aún más a los países. El comisario
europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dijo que le «preocupaba la
divergencia en el debate público entre los países del Norte y del Sur»”. (Cap.
8. 2470-75)
“En cuestión de semanas
brillaron los filos de los cuchillos largos y Berlusconi y Papandréu cayeron.
Había comenzado el gobierno de los tecnócratas. Los dirigentes electos fueron
sustituidos por un profesor de economía y un banquero imbuidos del mundo de
Europa y de sus instituciones. En algunos países europeos la democracia estaba
siendo desechada como ropa vieja. No había pasado desapercibido que un líder
elegido democráticamente hubiera sido llamado «loco» por pretender consultar a
su pueblo. Un profesor de economía francés, Jean Paul Fitoussi, opina que lo
que está en cuestión es la propia democracia. «En Grecia e incluso en Italia,
no se puede gobernar sin apoyo ni consentimiento del pueblo —sostiene—. No se
puede imponer un programa de austeridad durante una década a unos países e
incluso elegir por ellos las medidas de austeridad que deben adoptar» 220 . Las
decisiones que afectaban a las vidas de las personas se estaban tomando en
paseos por la playa, cumbres informales o a través de llamadas telefónicas.
Según un observador, «hubo un tiempo en el que las clases dirigentes europeas
tenían que reafirmar su poder diariamente a través de los equilibrios de la
política nacional». Ya no. Ahora resulta difícil saber quién es el responsable
de las decisiones que están remodelando Europa”. (Cap 12. Pos. 3596-3606)
“Nada de esto podía
ocultar el hecho de que, en el intento de salvar la moneda, «el consentimiento
de los gobernados» fue puesto en peligro de desaparecer. Ésa era la definición
de la democracia en la
Declaración de la Independencia americana de 1776: «Entre los
hombres se instituyen gobiernos cuyos justos poderes derivan del consentimiento
de los gobernados». En Europa estaba sucediendo lo contrario. Los dirigentes
habían cedido el control sobre los impuestos y el gasto a funcionarios no
elegidos de Bruselas que tendrían la última palabra en los presupuestos nacionales.
En el corazón del proyecto europeo hay desconfianza hacia el pueblo. La Unión Europea había
sido construida sigilosamente, con frecuencia sin el apoyo de los votantes. «No
me pregunten demasiado sobre el objetivo final. Estamos más acostumbrados a
trabajar de una manera gradual», dijo el presidente Van Rompuy (223). Los
países fueron comprometiéndose a una «unión cada vez más estrecha», pero pocos
estaban dispuestos a llamar el resultado los Estados Unidos de Europa. El
problema de ese enfoque paso a paso es que Europa estaba cambiando sin el
consentimiento expreso de los pueblos”. Cap. 12. Pos. 3618-27
“Según una encuesta del Eurobarómetro realizada a finales de 2012, sólo el 30 por ciento de los europeos ve a
“Una de las lecciones de la crisis a la élite europea se refiere al poder de los mercados financieros. Son libres y rápidos, no están limitados por el tiempo o el lugar. Tienen un alcance global y sólo los poderosos pueden hacerles frente. «Los mercados financieros se han convertido en un “supragobierno global”», opina Roger Altman, ex vicesecretario de Hacienda de Estados Unidos 316 . «Derrocan regímenes atrincherados donde no podrían hacerlo los procesos políticos normales. Obligan a rescates bancarios, a la austeridad y a otros cambios de políticas... Se han convertido en la fuerza más poderosa de la tierra»” (Capitulo 19 y último. Pos. 5498-5503)
“Mientras los líderes
luchan por apuntalar el euro a veces parecen descuidar la democracia. A menudo
es difícil saber a quién debe rendir cuentas por las decisiones tomadas. El
Banco Central Europeo se ha vuelto tan poderoso que puede determinar la
supervivencia de los líderes. Cada vez más los políticos electos delegan en
comisarios europeos no elegidos. Resulta desconcertante para los ciudadanos no
saber quién es el responsable”. Capitulo 19 y último. Pos. 5543-46
No hay comentarios:
Publicar un comentario