lunes, 11 de marzo de 2013

El valor de los medios de comunicación


El valor de los medios de comunicación

(publicado en ZoomNews el domingo 10 de marzo de 2013)

El periodismo que hoy precisamos supone "comprender correctamente" lo que pasa en el mundo y "hacerlo comprender" a través de un medio

Y eso, aunque no sea el medio más leído, ni el primero en dar una gran noticia

Javier Elzo


En el Barómetro del CIS del mes de febrero pasado constatamos que la corrupción y el fraude se erigen como el segundo problema de España, tras el paro. La corrupción pasó de ser señalada por casi un 18% de consultados en el barómetro de enero, al 40%, un mes después. Obviamente esto no significa, en absoluto, que, de pronto, la corrupción haya aumentado fuertemente en España. Tampoco que, para los ciudadanos españoles, la corrupción y el fraude hayan irrumpido en su vida cotidiana pues solamente es señalaba por el 11 % de los españoles en febrero (aunque en el Barómetro de enero lo hacía el 5%). La sociedad no cambia tan deprisa.

Quienes hemos dedicado gran parte de nuestra vida profesional a la investigación empírica, sabemos que muchas encuestas sociológicas no nos muestran lo que opinan las personas sino que, aun sin ser conscientes de ello, reflejan la opinión de cierta mayoría social que se les impone como evidente. Es lo que llamamos un "constructo social", desde que Berger y Luckman, allá por los años 60 escribieran su, ya clásico estudio, titulado, justamente, La construcción social de la realidad. Es esta construcción social la que explica el salto que los españoles hayan dado en un mes sobre la gravedad de corrupción. Parten de unos hechos concretos, verídicos, la corrupción de algunos políticos, de los que el 'caso Bárcenas' aparece en primera fila, y los medios de comunicación, día sí, día también, hablando de ello, han hecho el resto. Cuando, lo han hecho, afortunadamente de forma indignada y unánime (aunque por motivos diferentes), la indignación se ha trasladado a la población que lo refleja en las encuestas. De ahí también el salto a la "alarma social", argumento utilizado, por ejemplo, por la Justicia en Barcelona para decretar la prisión por corrupciones acaecidas hace quince años, que merecería comentario propio.

Muchas encuestas sociológicas no nos muestran lo que opinan las personas sino que reflejan la opinión de cierta mayoría social que se les impone como evidente


He aquí pues un ejemplo del poder (puntual) de los medios cuando, de forma unánime y de forma reiterada durante un mes, se asoman, con el mismo mensaje condenatorio, a una cuestión concreta. Pero en el Barómetro del CIS de febrero de 2013 la profesión periodística no sale precisamente bien parada: junto con los jueces, son las profesiones peor valoradas por los españoles.

Pero, aquí también hemos de andar con tiento. Son las peor valoradas, sí, pero de entre las profesiones propuestas para su valoración por el CIS en febrero pasado, donde no se les preguntaba por la valoración que les merecen, por ejemplo, los políticos, los artistas y los religiosos. Y señalo estas tres profesiones pues, salvo error por mi parte, la última vez que el CIS formuló una pregunta similar, el 1º de septiembre de 2006 (estudio 2652), las profesiones arriba mentadas quedaban bien por debajo que los periodistas en la valoración de los españoles.

La siguiente cuestión es la saber si en 2013 los periodistas están mejor, igual o peor valorados que en 2006. Me inclino a responder que prácticamente igual, algo peor quizás en 2013. En 2006 en una escala de 1 (nada valorado) a 5 (mucho) los periodistas se situaban en la cifra de 3,11. Un aprobado claro al ser la media 2,5. En 2013, en una escala de "0" (muy mal) a "100" (muy bien) la valoración de los periodistas se sitúa en 59,09, también un aprobado claro, siendo el valor medio 50,00. (No insisto en datos estadísticos comparativos pues, aunque se pregunta, una a una, por la valoración de las profesiones no se pregunta por las mismas en los dos estudios de 2006 y 2003. Perdonen las precisiones del profesor de Técnicas de Investigación Social durante 35 años).

En todo caso, la valoración de la labor de los periodistas en 2013 es claramente mejorable si la comparamos con la de los médicos, profesores, arquitectos así como con la de los oficios manuales (albañiles, camareros, barrenderos, fontaneros) aunque los españoles recomendarían a sus hijos y amigos que se hicieran periodistas antes que barrenderos, camareros o albañiles como muestra el mismo Barómetro del CIS de 2013.

El mayor defecto de la prensa española, especialmente de la de Madrid, es su falta de ecuanimidad. Son de piñón fijo. Entiéndaseme bien.


Personalmente me separo del aprobado de la encuesta pues, mi valoración media de los periodistas españoles, sería un claro suspenso. Aunque aprobaría, y con nota alta, a algunos, suspendería rotundamente a otros. Me refiero a medios de comunicación y a periodistas. El mayor defecto de la prensa española, especialmente de la de Madrid (prensa escrita, radio, TV y digitales), y el inciso de Madrid no se me ha escapado, es su falta de ecuanimidad. Son de piñón fijo. Entiéndaseme bien.

La objetividad y la neutralidad pura no existen. Siempre he sostenido, en mis clases y fuera de ellas, que en ciencias sociales debemos aspirar a "objetivar la subjetividad" del investigador, o profesor, o periodista. Todos, personas y medios de comunicación, tenemos unas opciones filosóficas, políticas, religiosas etc., concretas. Unos valores, en suma, entendidos como prioridades vitales. Y, desde ellos opinamos. Sin ocultarlos, pero no debiéramos pretender imponerlos. Como los de piñón, quienes, siempre y en toda circunstancia, sacaran la cara, por ejemplo, a la opción política que concuerde con sus preferencias vitales, con sus valores. Así, si alguien le menta la corrupción de algún miembro de su cuerda política responderá señalando con la corrupción de otro miembro, pero de la cuerda política del interpelante. Esta es la vergonzosa y preocupante realidad de gran parte de los medios de comunicación españoles y de sus periodistas, que está llevando a España a una desafección de la clase política y a un populismo social, con signos perfectamente visibles.

Esto se hace muy patente, por ejemplo, en los "debates" televisivos, incluso en los más ecuánimes, como 24 Horas de TVE, aunque entre ellos también hay tertulianos, extremadamente ideologizados, junto a otros que, no es difícil comprobarlo, van más allá, en sus intervenciones, de sus lógicas preferencias ideológicas. Podría poner nombres pero requeriría más espacio.

Quiero terminar traduciendo una parte del editorial-presentacion del jueves 8 de febrero, de la nueva directora de Le Monde, Natalie Nougayrède, cuando escribía, entre otras cosas, esto: "Debemos esforzarnos por comprender correctamente, y hacer comprender, la mundialización que inquieta a tantos franceses. En estos tiempos en los que emergen nuevos populismos en Europa, cuando revoluciones inéditas interpelan el mundo, nos enfrentamos no solamente a una necesidad periodística sino a un imperativo de vigilancia democrática". ¡Chapeau ! Ese es el periodismo que hoy precisamos y con el que me identifico plenamente. Sí, "comprender correctamente" lo que pasa en el mundo y "hacerlo comprender" a través de su medio. Aunque -salvada su independencia financiera, sin la cual no hay ningún tipo de independencia- no sea el medio más leído, ni el primero en dar una gran noticia.



*Javier Elzo es Catedrático Emérito de Sociología de la Universidad de Deusto e investigador social. Más artículos en su blog: http://javierelzo.blogspot.com.es/

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