jueves, 8 de septiembre de 2016

Teresa de Calcuta: un mini “rifi-rafe” con Javier Vizcaíno

Un mini “rifi-rafe”, a propósito de Teresa de Calcula, con Javier Vizcaíno


(1)        Amiga de la pobreza

POR JAVIER. VIZCAÍNO - Martes, 6 de Septiembre de 2016

Vaya por delante, y creo haberlo demostrado sobradamente, que estoy muy lejos de ser uno de tantos comecuras acelerados que pastan por la retromodernidad sin caer en la cuenta de que su airada cristofobia es borreguismo con sifón. Me suele ocurrir, de hecho, que mi resistencia a incorporarme a los linchadores de cualquier menudencia sospechosa de tener relación con la Iglesia católica me caricaturiza como un meapilas al servicio de la carcunda episcopal. Sin embargo, hay actitudes de la gran transnacional de la fe con las que no solo no puedo contemporizar, sino que directamente me llevan la bilis al punto de ebullición. La más reciente, el descomunal show que se ha montado alrededor de la canonización de esa lunática con velo que se hacía llamar Madre Teresa de Calcuta.

Cierto: cada club pone sus normas y los no socios poco tienen que decir. La salvedad es que, con o sin carné de la cosa, ha resultado imposible huir de la torrencial lluvia de melaza y cieno a mayor gloria -literalmente- del extravagante icono pop ahora elevado a los altares. ¿Amiga de los pobres? De la pobreza más bien, como denotan sus incontables aleluyas al padecimiento de los infelices. “Hay algo muy bello en ver a los pobres aceptar su suerte, sufrirla como la pasión de Jesucristo. El mundo gana con su sufrimiento”, llegó a decir con un sadismo ególatra del tamaño de las macroleproserías en las que, como han apuntado decenas de testigos presenciales, en lugar de la sanación, se procuraba la muerte más o menos dulce y fotogénica de las víctimas propiciatorias. Si esa es la santidad, quizá resulte más estimulante el infierno.



(2)            Mucho más que una “lunática con velo”

JAVIER ELZO
(Publicado en Noticias de Gipuzkoa 07/09/16 y en DEIA 08/09/16)

Mi fe católica no me impide rechazar, bien al contrario, algunos de los planteamientos teológicos que parece que sostenía Teresa de Calcuta: el valor salvífico del sufrimiento por el sufrimiento, por ejemplo. Pero esa mujer dedicó su vida a los más pobres, a los más necesitados. Algunas personas, pocas a decir verdad, decidieron seguir su modelo de vida. Es muy exigente. Modelo en el que, estoy seguro cometió más de un error y negligencia. En el tratamiento de muchos enfermos a los que trató, enfermos a los que nadie quería como enfermos. Parece también que tenía muy mala leche y era autoritaria. Pero, lo repito cuantas veces haga falta, dedicó su vida a los más pobres, a los que nadie quiere tratar porque no tienen dinero, ni poder, ni influencia alguna. Y su simple imagen producía rechazo, asco, aversión. Pero ella, Teresa de Calcuta estaba allí. Con ellos.

Nada esto parece entender Javier Vizcaíno (DEIA, NG, 06/09/16) que solo sabe, puede o quiere ver lo que de negativo encuentra en esa mujer a quien, lo que etiqueta como “transnacional de la fe” ha canonizado, mujer a la que pretende insultar llamándola “lunática con velo”. Pero eso es como escupir tumbado boca arriba. Tengo que echar mano de Voltaire para escribir en el mismo medio que acoge tantos y continuados de sus distales contra “la transnacional de la fe” de la que intento ser digno. Y esté tranquilo Javier Vizcaíno: nadie le va a tachar de “meapilas al servicio de la carcunda episcopal”.


(3) Santa Teresa de Calcuta

POR JAVIER VIZCAÍNO
Publicado el jueves, 8 de Septiembre de 2016  en DEIA y en “Noticias de Gipuzkoa”.

COMO el ser imperfecto que soy, me resulta imposible vencer la tentación de recurrir al clásico, casi topicazo sobado, del Quijote. Con la Iglesia topamos, amigas y amigos lectores. Unas palabras -quizá un tanto desabridas, puedo admitirlo- sobre la ya oficialmente santa Teresa de Calcuta han hecho caer sobre mí la ira de los justos. También de media docena de injustos que me han dado hasta en el cielo de la boca y han llegado a bromear, jijí jajá, con mandarme un pistolero. Ahí les den a estos últimos. Me interesan los primeros, entre los que se cuentan personas a las que aprecio, admiro y, por encima de todo, respeto. Lamento sinceramente haberlos irritado con mi prosa de alto octanaje, y si hace falta, retiro los epítetos que les encorajinaron -lo de “lunática con velo”, singularmente-, pero me reafirmo en el mensaje de fondo.

Insisto en que entre mis muchos defectos no está el anticlericalismo trasnochado. No me cuesta nada reconocer que la solidaridad y la justicia más genuina las practican desde hace mucho y sin presumir religiosas y religiosos. No puedo incluir ahí a quien, como la madre Teresa, una y otra vez hablaba de la pobreza, no como algo que hay que combatir y erradicar, sino como una especie de don de Dios. Sus citas sobre la belleza y la alegría de la miseria son incontables. Y respecto al funcionamiento de sus centros, abundan los testimonios críticos de gentes fuera de toda sospecha. Algunos los he recogido de primera mano a lo largo de años y otros, perfectamente documentados, están al alcance de quien los busque en Internet. Tal cual lo pienso lo escribí y lo escribo.
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P.D. Los comentarios los dejo al amable lector a quien agradezco la lectura

2 comentarios:

  1. ----------------
    *El mal de la literatura (por la literatura, en el periodismo; un mal estanco y recurrente por nuestras latitudes)*.

    Dicen que Balzac quería escribir sin cesar, cuanto más pudiera. Teniendo en cuenta que las palabras obviamente se gastan; terminan por significar el "0" y el "1" binarios a la vez; algo y a la vez su contrario exacto; considerando que uno de los parámetros más importantes de las lenguas (de cualquier lengua; minoritaria o no) es la entropía; el desorden que poco a poco y por el mal uso excesivo, se va apoderando de ellas; yo termino encarecidamente recomendando, a la inversa del buen Balzac, que cuando se quiera decir algo que tenga que ver con el pensamiento o la filosofía; que no sea una descripción de los usos y costumbres; una sociología; una historia o una geografía; se economicen con cuidado las palabras; que se hable poco y mal diga más poco; que la salud de todo pensamiento; del conocimiento ligado al habla y a la comunicación humanas, a los sentimientos y a nuestra posición frente/con al/el mundo; se forja a duras penas en las oficinas de la boca, en las articulaciones de la mano.
    Uno de los grandes males de España; y los Vizcaínos; está visto; no se libran de ninguna forma de ello; es precisamente el uso inmoderado; para mal brillar; que los periodistas hacen de la literatura; que tranforman el relato de la Historia presente en mera historia chica, en cuento falso y además mal contado aunque pretenda aparentemente; por los excesos y la cantidad de las innecesarias guindas literarias; lo contrario. Disponemos de un exceso de "especialistas" expertos en todo; que lo saben todo de todo; que en las radios, televisiones y periódicos no hacen más que añadir más ruido al ruido; confusión a la Historia nuestra; impulsar fragilidad de tanto exceso.

    Cuando una mujer (o un hombre) es buena y se dedica a ello; los inútiles que no saben sentir, ni empatizarse con el múltiple dolor ajeno; ni tampoco actuar (agir (en galo)); soltarán a sus perros literarios; intentarán hacer creer que esa persona buena era como ellos, a-buena y a a la vez mediocre aunque con lentejuelas. Yo confío plenamente en Teresa de Calcutta o en cualquier mujer u hombre que se dedique a ayudar, en lo poco que pueda, a los demás necesitados, con libertad, por la vía y el camino que ella/él crean más conveniente. Et le reste n´ est que de la (mauvaise et inutile; dont l´entropie augmente; qui fait vieillir les langues) littérature.

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  2. Que la paz esté con nosotros; no he querido ofender, en el comentario anterior, a ningún vizcaíno. El PNV, no obstante; debiera de ir pensando, para un futuro próximo, armonioso, equilibrado, pero a la vez dinámico y próspero; en ir contribuyendo al equilibrio y a la economía y a la estabilidad de España; alejándose de sus vecinos extremistas. Nadie está solo ni aislado ni podrá estarlo. No a los cantos mentirosos; de engaño; horrendos de las sirenas extremas que fueron y aún son gratuitamente violentas.

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