Internet y Redes Sociales: la urgencia de la
educación, hoy más que nunca.
Un amigo argentino, Juan Alberto Yaría, psiquiatra,
muy preocupado, personal y profesionalmente por el tema de las adicciones, me
escribe comentando su temor por la capacidad de determinadas informaciones en
la Red cuando se refieren a las bondades del cannabis terapéutico. Le contesto
que, en efecto, es evidente el enorme influjo que las nuevas formas de
comunicación y las redes sociales están teniendo en nuestras vidas. Y no
siempre para bien. Es una cuestión que la llevo bordeando estos últimos años
sin acabar de dedicarle el tiempo que requiere, tiempo que cada día me falta
más.
Mi convicción profunda es que Internet-
la inmediatez, el anonimato, opinar sobre lo que no se sabe, descalificar sin
argumentar, proliferación de insultos y un largo etcétera- nos está cambiando
la vida. No creo que estemos más informados por estar más, y más rápidamente
inter-comunicados. Creo más bien que, en muchos, en demasiados casos, personas
sin criterio, ávidas de notoriedad fugaz, resentidos contra esto y aquello,
encuentran en el anonimato de las redes sociales, un vehículo para desahogarse
sin aportar nada positivo. Ciertamente, en Internet encontramos una gran
información, muy válida, rápidamente. De ahí que haya apostado en los temas de
alcoholismo y drogodependencia por utilizar las redes sociales en la prevención
e información veraz, como he indicado en varias publicaciones mías. Pero no es
menos cierto que, otros colectivos, con otros fines bien distintos, utilizan
también las redes sociales. Así en el culto al cannabis terapéutico dejado de
la mano de Dios, en manos de adolescentes ávidos de sensaciones nuevas.
Añado en el correo que envío a mi amigo
argentino que es particularmente impresionante y preocupante el uso de las
redes sociales a efectos de adoctrinamiento terrorista, En el cotidiano francés
“Le Monde”, que recibo, de pago, en mi computadora todos los días, he podido
leer, en dos páginas centrales en cinco columnas cada página, el drama de cinco
chicas, de familias acomodadas francesas, en edades comprendidas entre los 14 y
los 19 años, adoctrinadas por las redes sociales terroristas de ámbito islámico
radical, la Yihad islámica. Traslado aquí, traducido, algunos titulares de la
información. “Yihad suicidas: el terrorismo a los 14 años” es el título de todo
el trabajo. Este el subtítulo: “Ellas se han encontrado en Facebook y se han
radicalizado en Internet. De estas cinco adolescentes en edades comprendidas
entre los 14 y los 19 años, dos ya han marchado a Siria. Las otras tres querían
cometer un atentado en Francia”. He aquí dos titulares más: “He visto el video
del periodista americano degollado, pero para mí se parecía mucho a un dibujo
animado” (lo dice una chica Juliette de 14 años). El otro titular dice que
“algunos magistrados antiterroristas se inquietan del hecho de que las mujeres
a veces son más radicales que los hombres”. Todas estas informaciones están
recogidas de las páginas 14 y 15 de “Le Monde” del 4 de marzo de 2016: http://www.lemonde.fr/journalelectronique/donnees/protege/20160304/html/1232823.html.
Añado esta reflexión de Ayman Al-Zawahiri, figura tutelar de Al-Qaeda et del yihadismo
contemporáneo que decía que “la yihad mediática es la mitad del combate”.
En
determinado ámbitos y familias, las redes sociales son el primer agente de
socialización. No se trata de pretender controlarlas. Es, como se dice, pretender
poner barreras al campo. Pero es evidente que ahora más que nunca la educación
es fundamental. Lo educación no lo puede todo, pero sin la educación no se consigue
nada.
El enlace que usted proporciona a Le Monde, no es visionable por otra persona. Sale una pantalla del periódico que te pide tu correo electrónico y tu clave de abonado ("abonné"). Por otra parte; Le Monde se puede leer aún, en parte, gratis por Internet, al igual que El País; que yo leo así porque soy pobre "malgré moi"; pero recomiendo que los que puedan, y además se sientan bien informados, paguen la cuota, el abono, a los periódicos que creen que les informan bien.
ResponderEliminarHay, en Internet, una buena información; relativamente. Pero si se quiere profundizar en algún tema, en seguida las buenas cosas escasean de una manera no lineal, sino exponencial, salvo muy muy contadas excepciones. Existe además el Internet 2.0, el de la segunda generación, el de Twitter y el de Facebook, el de los teléfonos móviles; que esclaviza a sus usuarios, mucho más que los libera -y que no hay ningún intelectual, en el sentido francófono del término, que critique este nuevo paradigma del hombre ¡supuestamente! informado y *siempre comunicado*; además de los múltiples peligros, como los que usted cita.