martes, 8 de marzo de 2016

Internet y Redes Sociales: la urgencia de la educación, hoy más que nunca.


Internet y Redes Sociales: la urgencia de la educación, hoy más que nunca.


Un amigo argentino, Juan Alberto Yaría, psiquiatra, muy preocupado, personal y profesionalmente por el tema de las adicciones, me escribe comentando su temor por la capacidad de determinadas informaciones en la Red cuando se refieren a las bondades del cannabis terapéutico. Le contesto que, en efecto, es evidente el enorme influjo que las nuevas formas de comunicación y las redes sociales están teniendo en nuestras vidas. Y no siempre para bien. Es una cuestión que la llevo bordeando estos últimos años sin acabar de dedicarle el tiempo que requiere, tiempo que cada día me falta más.

Mi convicción profunda es que Internet- la inmediatez, el anonimato, opinar sobre lo que no se sabe, descalificar sin argumentar, proliferación de insultos y un largo etcétera- nos está cambiando la vida. No creo que estemos más informados por estar más, y más rápidamente inter-comunicados. Creo más bien que, en muchos, en demasiados casos, personas sin criterio, ávidas de notoriedad fugaz, resentidos contra esto y aquello, encuentran en el anonimato de las redes sociales, un vehículo para desahogarse sin aportar nada positivo. Ciertamente, en Internet encontramos una gran información, muy válida, rápidamente. De ahí que haya apostado en los temas de alcoholismo y drogodependencia por utilizar las redes sociales en la prevención e información veraz, como he indicado en varias publicaciones mías. Pero no es menos cierto que, otros colectivos, con otros fines bien distintos, utilizan también las redes sociales. Así en el culto al cannabis terapéutico dejado de la mano de Dios, en manos de adolescentes ávidos de sensaciones nuevas.

Añado en el correo que envío a mi amigo argentino que es particularmente impresionante y preocupante el uso de las redes sociales a efectos de adoctrinamiento terrorista, En el cotidiano francés “Le Monde”, que recibo, de pago, en mi computadora todos los días, he podido leer, en dos páginas centrales en cinco columnas cada página, el drama de cinco chicas, de familias acomodadas francesas, en edades comprendidas entre los 14 y los 19 años, adoctrinadas por las redes sociales terroristas de ámbito islámico radical, la Yihad islámica. Traslado aquí, traducido, algunos titulares de la información. “Yihad suicidas: el terrorismo a los 14 años” es el título de todo el trabajo. Este el subtítulo: “Ellas se han encontrado en Facebook y se han radicalizado en Internet. De estas cinco adolescentes en edades comprendidas entre los 14 y los 19 años, dos ya han marchado a Siria. Las otras tres querían cometer un atentado en Francia”. He aquí dos titulares más: “He visto el video del periodista americano degollado, pero para mí se parecía mucho a un dibujo animado” (lo dice una chica Juliette de 14 años). El otro titular dice que “algunos magistrados antiterroristas se inquietan del hecho de que las mujeres a veces son más radicales que los hombres”. Todas estas informaciones están recogidas de las páginas 14 y 15 de “Le Monde” del 4 de marzo de 2016: http://www.lemonde.fr/journalelectronique/donnees/protege/20160304/html/1232823.html. Añado esta reflexión de Ayman ­Al-Zawahiri, figura tutelar de Al-Qaeda et del yihadismo contemporáneo que decía que “la yihad mediática es la mitad del combate”.

En determinado ámbitos y familias, las redes sociales son el primer agente de socialización. No se trata de pretender controlarlas. Es, como se dice, pretender poner barreras al campo. Pero es evidente que ahora más que nunca la educación es fundamental. Lo educación no lo puede todo, pero sin la educación no se consigue nada.

1 comentario:

  1. El enlace que usted proporciona a Le Monde, no es visionable por otra persona. Sale una pantalla del periódico que te pide tu correo electrónico y tu clave de abonado ("abonné"). Por otra parte; Le Monde se puede leer aún, en parte, gratis por Internet, al igual que El País; que yo leo así porque soy pobre "malgré moi"; pero recomiendo que los que puedan, y además se sientan bien informados, paguen la cuota, el abono, a los periódicos que creen que les informan bien.

    Hay, en Internet, una buena información; relativamente. Pero si se quiere profundizar en algún tema, en seguida las buenas cosas escasean de una manera no lineal, sino exponencial, salvo muy muy contadas excepciones. Existe además el Internet 2.0, el de la segunda generación, el de Twitter y el de Facebook, el de los teléfonos móviles; que esclaviza a sus usuarios, mucho más que los libera -y que no hay ningún intelectual, en el sentido francófono del término, que critique este nuevo paradigma del hombre ¡supuestamente! informado y *siempre comunicado*; además de los múltiples peligros, como los que usted cita.

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