miércoles, 22 de octubre de 2003

Valores, Islam y Cristianismo. Coloquio en Paris


 

La globalización, ¿oportunidad o excusa para la confrontación entre vecinos?: la importancia del análisis de los valores más allá de la fractura religiosa


(Texto para el Coloquio “Islam y Occident: Images et Influences mutuelles” organizado por el Centre d’études andalouses et du dialogue entre les civilisations (Rabat) et l´Institut du Monde Arabe (Paris) los días 20-23 de octubre de 2003)


Indice:

Introducción

1. Actitudes hacia determinados grupos minoritarios en Europa y en España

1.1.    Actitudes jóvenes escolares españoles, portugueses y latinoamericanos hacia determinados colectivos

1.2.    Actitudes de los ciudadanos europeos mayores de 18 años, según las tres oleadas de encuestas de las encuestas europeas de valores (EVS)

1.3.    Actitudes hacia los grupos minoritarios en la Unión Europea” por los ciudadanos europeos mayores de 18 años según un  análisis especial de la encuesta Eurobarómetro 2000 en nombre del “Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia”

1.4.    Niveles de simpatía manifestados por los ciudadanos españoles mayores de 18 años hacia diferentes colectivos geográficos, según  tres encuestas recientes del Centro de Investigaciones Científicas (CIS)

1.5    Dos investigaciones científicas en España

  2. La importancia de un análisis global de los sistemas de valores y de la                        dificultad de aislar determinados factores explicativos habitualmente      considerados.


2.1. Los valores finalistas. Una investigación inédita de ámbito hispano marroquí

            2.2. La mujer en la familia y en la sociedad.

            2.3. El peso de la dimensión religiosa: los matrimonios mixtos, factores de             riesgo o de tolerancia. Una encuestra francesa.

  

         3. Reflexiones conclusivas: mas allá de la fractura religiosa
 

Introducción

 

Queremos, en primer lugar, agradecer al Center for Andalusian Studies and the Dialogue Between Civililizations, “Al Andalus” de Rabat y a su Presidente Abdeluahed Akmir, así como al Institut du Monde Arabe la oportunidad de participar en este Coloquio sobre “Islam et Occident: images et Influences mutuelles”. Hoy más que nunca estamos convencidos de la absoluta necesidad de estos encuestros, como lo mostraremos en las páginas que siguen.


Nuestro texto, de carácter netamente sociológico, intentará situar la percepcion de las relaciones entre el mundo occidental y el islámico y su evolución reciente en el contexto más general de la globalización actual. En un primer momento, en base a encuestas sociológicas realizadas en España por el Centro de Investigaciones Sociológicas y en Francia y otros paises, en diferentes fuentes, especialmente en las investigaciones del European Values Study y del Woldwide Values Study y de los efectuados por la la Unión Europea, estudiaremos la percepción, aceptación y actitudes de los ciudadanos occidentales hacia el mundo islamico. De forma particular observaremos cómo ha evolucionado esta situación en la sociedad española hacia la marroquí.




En la segunda parte, en base a dos encuestas recientes, inéditas ambas, sobre los sistemas de valores de los españoles y marroquíes, analizaremos sus semejanzas y sus diferencias. Comprobaremos, en estas últimas, el peso de la dimensión religiosa a la que consagraremos un apartado en el texto, en base a una encuesta francesa, esta vez. También mostraremos el diferente papel que se concede a la mujer en ambas sociedades. Terminaremos nuestra aportación a este Coloquio, referenciando algunos trabajos recientes desde el ámbito islámico, con unas reflexiones personales que pretenden, a modo de hipótesis, resituar el papel de la fractura religiosa entre occidente el islam en el ámbito más general, y básico, del estudio de los valores en ambas sociedades, estudio que consideramos crucial llevar a cabo en un espíritu de análisis científico, abierto al diferente.

 

 

 

  1. Actitudes hacia determinados grupos minoritarios en Europa y en España

 

 

En este primer punto vamos a presentar una serie de datos provenientes de diferentes investigaciones para mostrar las actitudes que los ciudadanos europeos y españoles manifiestan hacia determinados colectivos minoritarios. Vamos a servirnos de diferentes fuentes de reconocida solvencia para mostrar, más allá de divergencias propias a la dinámica interna a cada equipo de investigación (redacción de las preguntas, colocación en el cuestionario, contextualización etc.) la visión global de las actitudes de los ciudadanos europeos en general y españoles, en algún caso en particular, hacia determinadas minorías aunque prestaremos mas atención a las marroquíes o musulmanas, según el tenor de la pregunta. Nos parece que presentar los datos de diferentes comunidades minoritarias permite, en su contraste, situar mas convenientemente la posición hacia aquellas que mas nos pueda interesar en un momento determinado.

 

1.1. Actitudes jóvenes escolares españoles, portugueses y latinoamericanos hacia determinados colectivos

 

 

El profesor Calvo Buezas [1]llevó a cabo hace ya unos años una ambiciosa investigación en la que se analizan, entre otros, los temas de racismo y solidaridad en España, Portugal y los países latinoamericanos. No es una investigación que se centre en la cuantificación de actos violentos, cuestión extremadamente difícil pues no hay un modelo unánimemente aceptado para medir la violencia juvenil en los diferentes países, sino que controla la opinión que tienen los jóvenes sobre aspectos sociales  que en algún caso pueden desencadenar o justificar actuaciones violentas.

 

Para ello se basa en un análisis cuantitativo desarrollado en 21 diferentes países y que abarca una muestra de 43.816 individuos, escolares de enseñanza primaria y de secundaria todos ellos. (Trabajo de campo realizado en 1993 y 1994 por medio de la Encuesta Escolar Iberoamericana)  Este total de individuos se corresponden mayoritariamente con jóvenes de 14 a 16 años (48,5%) y de 17 a 19 años (26,4%) siendo más reducida la muestra de los menores de 14 años (19,8%) y de los mayores de 19 años (4,5%).

 

En la investigación se tratan diferentes temas relacionados con el racismo y la solidaridad entre pueblos, las actitudes frente a  diferentes nacionalidades y categorías religiosas, cuestiones como los vínculos existentes, prejuicios matrimoniales, culturales, de convivencia, el racismo militante, sentimiento de la superioridad de unos sobre otros …). La tabla 1 que presentamos resume bien algunos aspectos diferenciales entre escolares de América latina, España y Portugal. Pensamos que es suficientemente ilustrativa y que, en su detalle, el propio lector puede consultarla según sus propios intereses.

Tabla 1. Reconocimiento de los jóvenes de la existencia de prejuicios en el propio país y en sí mismo

(En porcentajes).

(Comparación entre latinoamericanos, españoles y portugueses)

 

 
TOTAL DE AMERICA LATINA
(N = 36.516)
ESPAÑA
(N = 5.168)
PORTUGAL
(N = 2.132)
GRUPOS OBJETO DE PREJUICIO
Hay prejuicios en el país
Yo mismo los tengo
Hay prejuicios en el país
Yo mismo los tengo
Hay prejuicios en el país
Yo mismo los tengo
Gitanos
27 %
26 %
82 %
45 %
59 %
46 %
Negros
29
15
64
10
48
25
Protestantes
29
27
24
14
31
21
Árabes/Moros
19
20
72
29
39
24
Norteamérica.
30
19
14
5
19
10
Indios
25
13
31
8
25
14
Judíos
23
21
32
29
28
17
Extranjeros
19
11
22
5
18
7
Españoles
18
17
4
11
30
19
Portugueses
11
9
20
13
4
4
Latinoamérica.
10
6
25
5
15
8
Europeos
12
8
5
3
8
4

 

Fuente: Calvo Buezas, Tomás Racismo y solidaridad de españoles, portugueses y latinoamericanos. Los jóvenes ante otros pueblos y culturas. Pág. 261

 

Señalemos, solamente estas tres cosas:

-        En primer lugar que siempre, con dos excepciones que confirman la regla, los encuestados escolares asignan un mayor rechazo social en sus compatriotas que en sí mismos. “Los demás son o pueden ser racistas pero yo no lo soy” parece ser la tónica dominante de muchos escolares. La explicación es obvia: es muy difícil reconocerse xenófobo o racista. Parece obligado añadir que el dato mas fiable es el referido al prejuicio existente en el propio país.

-        En segundo lugar este prejuicio hacia el otro hay que enmarcarlo en las relaciones que han mantenido ambos entre sí a lo largo de la historia. Así, por ejemplo, el prejuicio hacia Norteamérica es mayor entre los latinoamericanos que entre los ibéricos (españoles y portugueses). Lo contrario sucede con los gitanos.

-        En fin, en este contexto cabe también leer el mayor rechazo hacia los árabes (en un mismo ítem con, a nuestro juicio, la denominación muy desafortunada, cuando no insultante, de “moros”) por parte de los escolares españoles. Solamente los gitanos reciben un mayor rechazo social, tanto en la atribución de prejuicios contra ellos al conjunto de españoles como en la respuesta individualizada y personal de cada escolar.

 

          1.2. Actitudes de los ciudadanos europeos mayores de 18 años, según las tres oleadas de encuestas de las encuestas europeas de valores (EVS)

           

En este segundo apartado presentamos los resultados de las sucesivas oleadas de las investigaciones del estudio europeo de valores (EVS) en los años 1981, 1990 y 1999-2000 así los de algunos países que participaron en el estudio mundial de valores (WVS) del año 1995. Presentamos tres tablas que han sido confeccionadas en el “Equipo Deusto de Estudio de los Valores” de la Universidad de Deusto para esta ocasión siendo en consecuencia absolutamente inéditas. Todas corresponden a la misma cuestión. Se presenta a los entrevistados una larga serie de colectivos y se les pregunta si les molestaría (“no desearían”, exactamente) tenerlos como vecinos. Hemos retenido tres categorías: “personas de otra raza”, “musulmanes” (pero, ¡cuidado!, en el “survey” de 1981 se preguntó por “minoría religiosa”) y, por último, inmigrantes o trabajadores extranjeros”. Se pueden consultar en las tablas 2, 3 y 4 de cómoda lectura por lo que no las vamos a comentar en detalle dejando de nuevo al lector que subraye lo que más le interese. Nos limitamos a unas pocas notas.

 

Tabla 2. No quiere tener como vecinos a personas de otra raza. (Porcentajes mencionados)

 

País
1980/1
1990
1995
1999/2000
ESPAÑA
9 %
9 %
8 %
10 %
FRANCIA
5
9
*
9
REINO UNIDO
11
9
*
9
ALEMANIA OCC.
11
10
2
5
ALEMANIA OR.
*
*
4
7
AUSTRIA
*
8
*
8
ITALIA
7
13
*
16
PORTUGAL
*
15
*
7
HOLANDA
10
8
*
5
BÉLGICA
12
17
*
14
DINAMARCA
4
7
*
7
SUECIA
6
7
3
3
FINLANDIA
*
25
12
12
IRLANDA NORTE
9
7
*
11
REP. IRLANDA
7
6
*
12
GRECIA
*
*
*
14
LUXEMBURGO
*
*
*
7

*: No hay datos

Fuentes: Para 1981, 1990 y 1999, EVS. Para 1995 WVS. Banco de datos del Equipo Deusto de Estudio de los Valores. Universidad de Deusto. Elaboración propia.

 

Los datos referidos al rechazo hacia miembros de otra raza, Tabla 2, muestran escasas variaciones a lo largo de los años. Nótese, así y todo, que el aumento de rechazo en Irlanda, tanto en Irlanda del Norte como en la República de Irlanda. También en Italia, sobretodo en la década de los 80, así como en Dinamarca, a diferencia de lo que sucede en la vecina Suecia, que presenta el menor rechazo vecinal a los miembros de otras razas. En este ranking se llevan la palma, si nos referimos a la última encuesta del año 1999-2000 Italia, seguida por Bélgica y Grecia y, a continuación, las dos Irlanda y Finlandia. Los más tolerantes, además de Suecia, Alemania Occidental, Holanda, Portugal, Luxemburgo, Dinamarca, Austria, citados en orden de más a menos tolerantes. 

 

Tabla 3. No quiere tener como vecino a los musulmanes. (Porcentajes mencionados)

 

País
1981 **
1990
1995
1999
ESPAÑA
14 %
11 %
12 %
11 %
FRANCIA
13
18
*
16
REINO UNIDO
22
17
*
14
ALEMANIA OCC.
31
20
*
11
ALEMANIA OR.
*
*
*
14
AUSTRIA
*
14
*
15
ITALIA
16
15
*
17
PORTUGAL
*
18
*
8
HOLANDA
*
15
*
12
BÉLGICA
12
26
*
20
DINAMARCA
15
15
*
16
SUECIA
9
17
13
9
FINLANDIA
*
10
40
19
IRLANDA NORTE.
15
15
*
16
REP. IRLANDA
13
13
*
14
GRECIA
*
*
*
21
LUXEMBURGO
*
*
*
15

*: No hay datos

**: En el caso de la oleada del EVS 1981, se preguntaba no directamente por musulmanes, sino por minoría religiosa

***: En el caso de Turquía, se pregunta por tener a un cristiano como vecino, por el hecho de ser un país musulmán.

Fuentes: Para 1981, 1990 y 1999, EVS. Para 1995 WVS. Banco de datos del Equipo Deusto de Estudio de los Valores. Universidad de Deusto. Elaboración propia.

 

En la tabla 3 lo primero y fundamental a decir es que las cifras de personas que mencionan su hostilidad tener a los musulmanes por vecinos es superior en la última oleada de los años 1999 y 2000, y ello en todos los países, a las que habíamos encontrado en la tabla 2 cuando se les preguntaba por su intolerancia vecinal hacia las personas de otra raza. En algunos países las diferencias son muy importantes. Así en Francia con 16 % de personas que mencionan intolerancia vecinal hacia los musulmanes el año 1999 frente al 9 % hacia los miembros de otra raza. Dinamarca sube del 7% al 16 % y Suecia el adalid de la tolerancia hacia los miembros de otra raza con el 3% de menciones sube, cuando de musulmanes se trata hasta el 9%. De entrada, y más allá de explicaciones particularizadas para cada país donde no podemos entrar, cabe aportar dos ordenes de reflexiones no necesariamente excluyentes. En primer lugar que es mas fácil manifestar “rechazo vecinal” hacia algún colectivo determinado que aceptar y asumir el apelativo de racista que conlleva decir que no se acepta a gente de otra raza, sin mas especificaciones. En segundo lugar que, realmente, el rechazo sea específicamente a los musulmanes como tales. Nótese, también que en algunos países, España entre ellos, apenas hay diferencias porcentuales en el rechazo a los dos colectivos considerados.

 

Al analizar la evolución en el tiempo de la tolerancia vecinal hacia el mundo musulmán, tampoco hay saltos espectaculares, con la excepción de Alemania occidental que aumenta de forma espectacular la tolerancia hacia los musulmanes. Claro que en la encuesta del año 1981 el 31% de sus habitantes no los querían como vecinos, cifra llamativamente elevada que después se ha reducido a la tercera parte situándose en cifras similares a las de los holandeses y españoles. Al igual que en el caso de los miembros de otra raza, observamos un ligero aumento en la intolerancia hacia los musulmanes en Italia y Dinamarca, países a los que cabe añadir Francia. En España hay ligeras fluctuaciones como veremos también mas adelante en base a otra fuente de datos.

 

Tabla 4. No quiere tener como vecinos a los “inmigrantes o trabajadores extranjeros”. (Porcentajes mencionados)

 

 

País
1981.
1990.
1995
1999
ESPAÑA
2 %
8 %
7 %
9 %
FRANCIA
6
13
*
21
REINO UNIDO
13
12
11
15
ALEMANIA OCC.
21
16
4
8
ALEMANIA OR.
*
*
10
14
AUSTRIA
*
20
*
12
ITALIA
4
15
*
17
PORTUGAL
*
10
*
3
HOLANDA
17
10
*
5
BÉLGICA
15
21
*
16
DINAMARCA
9
12
*
11
SUECIA
4
9
5
3
FINLANDIA
*
5
13
13
IRLANDA NORTE
9
7
*
19
REP. IRLANDA
6
5
*
13
GRECIA
*
*
*
14
LUXEMBURGO
*
*
*
9

 

*: No hay datos

Fuentes: Para 1981, 1990 y 1999, EVS. Para 1995 WVS. Banco de datos del Equipo Deusto de Estudio de los Valores. Universidad de Deusto. Elaboración propia.

 

La lectura de la tabla 4, a diferencia de las anteriores, nos muestra un aumento bastante generalizado en los diferentes países europeos de intolerancia vecinal hacia los inmigrantes o trabajadores extranjeros muy probablemente ligado al aumento de los mismos en Europa en los 20 años que separan las encuestas que comentamos así como, y nos atrevemos a decir que primordialmente, como consecuencia de la imagen mayoritaria que asocia inmigración con problema, cuando no violencia e inseguridad. Los datos en todo caso reflejan claramente este aumento de la intolerancia hacia los inmigrantes en Francia, Italia, España, Irlanda del Norte así como en la República de Irlanda y en el  Reino Unido. Las excepciones son Portugal y Suecia y en Alemania Occidental pero, de nuevo hay que señalar, que Alemania tenía cifras muy elevadas de intolerancia vecinal hacia los inmigrantes y trabajadores extranjeros en la primera oleada del año 1981. Obsérvese también las diferencias entre Alemania occidental y oriental.

 

Notemos por último que las cifras de intolerancia vecinal hacia los inmigrantes y trabajadores extranjeros, para el año 1999, son tan elevadas como en el caso de la intolerancia hacia los musulmanes, replicándose en la mayoría de los países, las cifras hacia ambos colectivos. La excepción, ya lo hemos apuntado es Suecia: 9% de sus miembros no toleran musulmanes como vecinos pero solamente el 3% a los trabajadores extranjeros e inmigrantes.

 

 

1.3. “Actitudes hacia los grupos minoritarios en la Unión Europea” por los ciudadanos europeos mayores de 18 años según un  análisis especial de la encuesta Eurobarómetro 2000 en nombre del “Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia”

 

 

El objetivo de este estudio fue informar sobre las actitudes hacia las minorías, incluso nacionales con un largo historial de haber vivido ya en determinadas regiones durante decenios, y hacia los inmigrantes y refugiados en los Estados Miembros de la UE, actitudes controladas a través de una encuesta emprendida en la primavera de 2000 en todos los estados miembros de la Unión Europea en aquel momento. En este informe, los autores presentan los resultados de una encuesta especial sobre racismo y xenofobia que se incluyó en la encuesta estándar Eurobarómetro (EB53) en la primavera de 2000 con el objetivo de “medir las actitudes de la población mayoritaria hacia las poblaciones minoritarias como expresión del clima político actual”. En las líneas que siguen resumimos, a veces de forma literal, lo esencial del estudio para los objetivos de nuestro texto[2].

 

Los autores del Informe nos señalan antes de presentar los resultados que hay que tener presente que no sólo reflejan la opinión pública hacia los grupos minoritarios, sino también el debate político en diferentes países en el momento de efectuarse la encuesta. Así mismo insisten, poco después, en el hecho de que “nuestro análisis de la ‘omisión de datos’ revela una tendencia a enmascarar actitudes negativas (y que) la imagen de los europeos dibujada en este informe podría ser demasiado optimista debido, precisamente, a este problema”.

 

Así presentan, de forma esquemática, lo que ellos denominan los “hallazgos empíricos” que transcribimos literalmente:

 

“A lo largo del período comprendido entre 1997 y 2000, las actitudes de los ciudadanos de la Unión Europea hacia los grupos minoritarios han variado de manera contradictoria.

·       Por una parte, muchos ciudadanos de la UE favorecen políticas encaminadas a mejorar la coexistencia de mayorías y minorías. El apoyo a estas políticas se ha incrementado en los tres últimos años.

·       Por otra parte, una mayoría de europeos ha manifestado preocupación en relación con las minorías, porque teme que éstas amenacen la paz social y el bienestar social; este porcentaje aumentó a lo largo del período que va de 1997 al 2000. La gente está inquieta sobre el desempleo, la pérdida de bienestar social y la caída de la calidad de la enseñanza. Una minoría de europeos pequeña, pero importante, se siente perturbada personalmente por la existencia de minorías.”

 

Esto es, avanza el principio genérico de la no discriminación, al par que recula la práctica concreta de ese mismo principio. Añaden los autores del Informe líneas abajo que “los factores que mejor explican las actitudes hacia las minorías son el comportamiento en el voto, la educación, las relaciones familiares con personas de diferentes raza, religión, nacionalidad y cultura, así como la experiencia del desempleo”, aunque matizan a continuación, lo que es muy importante señalar en el marco de nuestro texto, que “es bastante interesante que estos factores no logran proporcionar una explicación sólida de las actitudes señaladas hacia las minorías en los países del Sur de Europa”.

 

En el cuerpo del estudio ofrecen una más que interesante tipología de los ciudadanos europeos en relación con sus actitudes hacia los grupos minoritarios que juzgamos de gran interés trasladar a estas páginas, de forma prácticamente literal. Dividen a la población europea, en base a seis dimensiones de sus actitudes hacia los grupos minoritarios, en cuatro grupos que denominan individuos tolerantes activos, intolerantes, ambivalentes, y tolerantes pasivos, que los presentan así:.

 

Tolerantes activos

 

Los individuos clasificados como ‘tolerantes’, el 21 % de la población total de la UE, no se sienten perturbados por los individuos de los diferentes grupos minoritarios. Están de acuerdo en que los grupos minoritarios enriquecen la sociedad. Además, no exigen la asimilación. Los tolerantes no apoyan la repatriación de los inmigrantes ni la aceptación restrictiva de ellos. Muestran el apoyo más firme a las políticas antirracistas. Los individuos tolerantes activos tienden a poseer mayor formación y a ser más optimistas (estar conformes con su situación personal) que la media.

 

Intolerantes

 

Los individuos clasificados como ‘intolerantes’, el 14 % de la población total de la UE, presenta fuertes actitudes negativas hacia los grupos minoritarios. Se sienten perturbados por los individuos de los diferentes grupos minoritarios y consideran que las minorías no ejercen ningún efecto positivo sobre el enriquecimiento de la sociedad. Tienen un intenso deseo de asimilación. Además, los intolerantes apoyan la repatriación de los inmigrantes y la aceptación muy restrictiva de ellos. Los individuos intolerantes tienden a contar con menos formación y a ser menos optimistas (respecto de su situación personal) que la media.

 

Ambivalentes

 

Los individuos clasificados como ‘ambivalentes’, el 25 % de la población total de la UE, tienen actitudes ambivalentes hacia los grupos minoritarios. Por una parte, no consideran que los grupos minoritarios hagan aportaciones positivas a la sociedad. Lo que más desean es la asimilación de los grupos minoritarios. Por otra parte, no se sienten perturbados por los grupos minoritarios. Además, se posicionan en punto centrales en las dimensiones ‘aceptación restrictiva’ y ‘repatriación’. Esta ambivalencia no conduce a ninguna consecuencia. Los ambivalentes no apoyan las políticas antirracistas.

 

Tolerantes pasivos

 

En general, los individuos clasificados como ‘tolerantes pasivos’’, el 39 % de la población total de la UE, tienen actitudes positivas hacia los grupos minoritarios, pero no apoyan las políticas en favor de las minorías. No se sienten perturbados por las minorías; piensan que ellas pueden enriquecer la sociedad y, por lo tanto, no desean que abandonen su propia cultura y acepten la cultura de la mayoría. La tolerancia pasiva está asociada a calificaciones medianas en la aceptación restrictiva y no tiene consecuencias. Los individuos ‘tolerantes pasivos’ no apoyan las políticas antirracistas, ni favorecen la repatriación de los inmigrantes.

 

La distribución de los cuatro tipos según los diferentes países se puede consultar en la Tabla 5.

 

TABLA 5. Tipología por país. (En porcentajes. Las diferencias del 6 % y más son significativas estadísticamente).

 

País
Intolerantes
ambivalentes
tolerantes pasivos
tolerantes activos
Bélgica
25
28
26
22
Dinamarca
20
17
31
33
Alemania
18
29
29
24
Grecia
27
43
22
7
Italia
11
21
54
15
España
4
18
61
16
Francia
19
26
31
25
Irlanda
13
21
50
15
Luxemburgo
8
32
33
28
Países Bajos
11
25
34
31
Portugal
9
34
44
13
Reino Unido
15
27
36
22
Finlandia
8
21
39
32
Suecia
9
15
43
33
Austria
12
30
37
20
UE 15
14
25
39
21

 

Ahorramos al lector comentarios sobre el conjunto de la tabla. Nos limitamos a señalar el alto porcentaje de españoles en el capítulo de los “tolerantes pasivos”, al par que el muy bajo, el más bajo de todos, en la categoría de los “intolerantes”. También anotemos que, tras Grecia y con el mismo peso que Irlanda, España da el menor porcentaje entre los “tolerantes activos”. Es un ejemplo, llevado al máximo de la doble actitud contradictoria que los autores del informe europeo han constatado para el conjunto poblacional y que en nuestras encuestas de valores en España hemos encontrado reiteradamente en la sociedad española. Pero ya es hora de detenernos, más concretamente, en la propia sociedad española.

 

 

1.4. Niveles de simpatía manifestados por los ciudadanos españoles mayores de 18 años hacia diferentes colectivos geográficos, según  tres encuestas recientes del Centro de Investigaciones Científicas (CIS)

 

 

El Centro de Investigaciones Científicas es un organismo oficial del Estado Español que tiene como finalidad, según ellos mismos señalan, “en estudiar la sociedad española, principalmente a través de la investigación mediante encuestas”. (En WWW, CIS.es. octubre de 2003). Trasladamos aquí algunos resultados de encuestas recientes que, como las europeas, denominan Barómetros.

 

En primer lugar, en la tabla 6, resultados de tres Barómetros que van de Febrero de 2000 hasta Mayo de 2003 sobre la simpatía que suscita  en los españoles las personas de diferentes partes del mundo.

 

Tabla 6. Niveles de simpatía hacia personas de varios países o regiones del mundo. Resultados en una escala donde 0 significa "ninguna simpatía" y 10 "mucha simpatía".

 

 
Febrero2000
Junio 2002
Mayo 2003
Media 3
 
 
 
 
Encuestas
Norteafricanos (marroquíes, etc.) 
6,0
4,9
5,3
5,4
Africanos (resto del continente)
6,4
5,5
5,9
5,9
Norteamericanos
6,3
5,5
5,5
5,8
Europeos del Este (polacos, húngaros, etc.) 
6,6
5,7
5,8
6,0
Portugueses
6,7
6,2
6,5
6,5
Europeos occidentales y de la Unión Europea
7,2
6,7
7,1
7,0
Latinoamericanos
7,1
6,5
6,6
6,7

 

Fuente: Barómetros del CIS de Febrero de 2000, Junio de 2002 y de Mayo de 2003. Elaboración propia.

 

En las tres encuestas retenidas (únicas en las que se formula esta cuestión en los estudios del CIS) el colectivo de “norteafricanos (marroquíes, etc.)” como dice exactamente el ítem propuesto es el que menor simpatía suscita. Justo un “aprobado raspado” que decimos los profesores en nuestro argot a la hora de valorar los exámenes de los alumnos. Incluso los otros africanos quienes, de toda evidencia, tienen una cultura y una historia más lejana de la española que la de los marroquíes, sin hablar de la cercanía geográfica con estos últimos, suscitan más simpatía. No vamos entrar ahora a valorar este dato que, además pondremos en paralelo con bastantes otros en la segunda parte del presente texto. Limitémonos en primer lugar a registrarlo y añadamos un par de reflexiones más.

 

En primer lugar, y de forma general, con la parcial excepción de los europeos occidentales y de la Unión Europea, hay que resaltar que, en apenas tres años, la población española se ha enrocado un tanto en si misma: su nivel de simpatía hacia los todos los colectivos considerados ha descendido. Como es más que improbable que todos los demás se hayan hecho antipáticos al mismo tiempo hay que pensar que es en la población española o, más precisamente, en las relaciones que la sociedad española entretiene o desea entretener con las demás sociedades, donde podemos encontrar la explicación a estos datos.

 

En segundo lugar y limitándonos a los datos de norteafricanos (marroquíes etc.) llama la atención el brusco descenso que se produce en los niveles de simpatía entre febrero de 2000 y junio de 2002: de 6,0 a 4,9, aunque después, en el Barómetro de mayo de 2003, subió a 5,3. Nos atrevemos a aventurar la hipótesis de la falla en las relaciones diplomáticas entre Marruecos y España de aquellos momentos, así como su repercusión en los medios de comunicación españoles como explicación de este fenómeno, lo que corroboraría la apreciación de los expertos europeos, arriba anotada, sobre la incidencia de los debates en el momento de la administración de las encuestas.

 

En efecto, la repercusión de acontecimientos puntuales no hace sino acentuar actitudes problemáticas e indeseables entre vecinos. Veámoslo con un ejemplo que se nos antoja evidente. Trasladamos aquí los resultados de otro Barómetro del CIS, de Septiembre de 2002. Se pregunta a los ciudadanos españoles de los posibles focos de conflicto internacional por “cuál o cuáles cree que podrían afectar más a la seguridad de España”. Trasladamos las respuestas en la tabla 7.

 

Tabla 7. Cuando Ud. piensa en posibles focos de conflicto internacional, ¿cuál o cuáles de los siguientes cree que podrían afectar más a la seguridad de España?
(Multirrespuesta: máximo dos respuestas)

Inestabilidad política en los países del Norte de África
51.5
Conflictos de los EE.UU. con otras zonas del mundo
48.9
El conflicto árabe-israelí
22.6
Conflictos en o entre los países de la antigua URSS
1.1
Otras respuestas
2.5
Ninguno
7.4
(N)
(2051)

Fuente. Barómetro del CIS, Septiembre de 2002

La mayoría de los ciudadanos españoles sitúan en primer lugar la inestabilidad política en el norte de África, incluso por encima de los conflictos de Estados Unidos en Afganistán y, ya en los discursos políticos y en los medios de comunicación, también en Irak. La explicación probablemente haya que verla, aún dentro de un fondo de conflicto hispano-marroquí, en la crisis denominada del islote de Perejil-Leila en España que, recuérdese, tuvo lugar en Julio de ese mismo año. Pensamos que la prueba la tenemos en la continuación del Barómetro del CIS que estamos comentando. En efecto, la siguiente pregunta dice literalmente así: “¿Y mas en concreto: cree Usted que actualmente existe algún país que amenace seriamente la paz en España?”. Mientras el 55% responden negativamente y el 12% no se pronuncian encontramos un 33% que responde afirmativamente, esto es un tercio de la población española estima que hay algún país que amenaza seriamente, en el momento actual, a la paz de España. Obviamente se ha preguntado a este tercio de la muestra representativa de la sociedad adulta española por el país que suscita sus mayores temores. Las respuestas están recogidas en la tabla 7. El CIS presenta los resultados por orden alfabético de países mencionados, en respuesta espontánea, no sobre una lista previamente elaborado y presentada por el CIS. Nosotros los reordenamos por la frecuencia de respuestas comenzando por el país mayormente mencionado.

 Tabla 8. Solo a quienes creen que actualmente existe algún país que amenace seriamente la paz en España, ¿cuál o cuáles?. (Respuesta espontánea)
(Multirrespuesta: máximo dos respuestas

PAÍS
PORCENTAJES
Marruecos
67,0  %
Estados Unidos
19,0
Irak
8, 2
Países árabes e islámicos
7,7
Israel
2,6
Afganistán
0,7
Los pueblos que quieren la independencia
0,4
El Magreb
0,4
Argelia
0,3
Otros países
0,3
Ninguno
0,1
Otras respuestas
0,9
 N =
789

La tabla 8 no exige mayores comentarios. Marruecos es, y por gran diferencia, el primer país percibido por la mayoría de ciudadanos españoles (de los que creen que hay alguna amenaza externa a la paz) como causante de tal riesgo. Además de la rotundidad de las cifras 67 % mencionando a Marruecos frente al 19% que señalan a EEUU, el hecho de que hubiera la posibilidad de dar dos respuestas apenas modifica estas cifras. La inmensa mayoría solamente han dado una respuesta. La suma de los porcentajes de la tabla 7 sumando 107,3 %, no hay duda posible: el problema es Marruecos y en primer lugar Marruecos. No habría que echar en saco roto este grave dato que, nos tememos que va más allá de la crisis del islote de Perejil-Leila, crisis que, muy probablemente, dio lugar a la formulación de esta pregunta.

1.5. Dos investigaciones universitarias en España

De forma muy esquemática, para no alargar aún más este primera parte del texto, trasladamos aquí algunas conclusiones relevantes de dos investigaciones universitarias que han visto la luz durante el año 2003 en España. Una de signo psicosocial, mediante una gran batería de test psicológicos pretende medir las nuevas expresiones de prejuicio racial en las sociedades modernas, aplicadas al caso español y más concretamente en Almeria hacia los inmigrantes[3]. El otro en base a entrevistas etnográficas semiestructuras quiere estudiar la integración social de los marroquíes en España[4].

El trabajo de Almería, en su parte empírica, mide los niveles de prejuicio racial hacia los inmigrantes subsaharaianos y marroquíes en la zona de Almería, en trabajo de campo realizado antes de los desgraciados incidentes de El Ejido de febrero de 2002 a una muestra de 105 personas, 59 mujeres y 46 hombres, en edades comprendidas entre los 18  y los 62 años, de nivel de estudios medio-bajo pues el 56% de la muestra declaraba tener sólo estudios primarios. Concluyen su trabajo señalando que “en todas las variables del estudio el colectivo peor valorado es el de los magrebíes frente al de los subsaharianos: “despiertan más emociones negativas y menos positivas, se le atribuyen más rasgos negativos y menos positivos, se evita más el contacto con ellos, se le atribuyen las mayores diferencias con respecto al endogrupo y su presencia en la zona se percibe con peores consecuencias”, datos, añaden, que “están en consonancia con las investigaciones más recientes llevadas a cabo en la zona, tanto en la población adulta como adolescente (datos pendientes de publicar). Todo ello muestra, concluyen los autores, que en los últimos años las actitudes hacia los magrebíes, lejos de mejorar, se están haciendo mas negativas, por lo que cada vez se hace más urgente la intervención desde las Administraciones con el fin de que acontecimientos como los producidos en El Ejido no vuelvan a repetirse” (página 109)

El estudio dirigido por Gema Martín Muñoz presenta el interés añadido de que la mayor parte de los entrevistados son marroquíes inmigrantes en diferentes puntos de España: 35 en Madrid, 70 en Catalunya y 65 en Andalucía, a los que hay que añadir entrevistas a agentes sociales relacionados con la emigración, 6 en Madrid, 22 en Catalunya y 10 en Andalucia. De las diferentes conclusiones del trabajo retenemos, en su integridad, esta: “Es particularmente significativo que un número muy destacado de los entrevistados han manifestado que sienten el rechazo de la sociedad española por el hecho de ser marroquíes y musulmanes[5]. Su visibilidad musulmana genera reacciones negativas entre los españoles, particularmente esto es expresado por las mujeres que llevan la hiyad o pañuelo en la cabeza, que se ven obligadas a quitárselo por imposición de los que las contratan, o como estrategia para ser contratadas. Su condición de musulmanes es percibida negativamente como un “a priori” entre los españoles, quienes, sin embargo, afirman, desconocen la realidad del islam y su manera de vivirlo. Este rechazo generalizado, añaden los autores del estudio en sus conclusiones, les genera tanto un repliegue mayor hacia su identidad islámica como un alejamiento de la sociedad española. Es ésta una de las razones principales que bloquea sus relaciones con los españoles y les lleva a relacionarse destro de su comunidad con la mezquita como espacio social fundamental. En este sentido, para muchos, la mezquita no es simplemente un lugar donde ir a cumplir con la religión sino donde encontrar un medio social de relación que no encuentran en el espacio público español” (página 143). Esta importancia social y personal de la dimensión religiosa la trataremos en la segunda parte de este trabajo en la que inmediatamente nos introducimos, a continuación.

 

 

 

 2. La importancia de un análisis global de los sistemas de valores y de la dificultad de aislar determinados factores explicativos habitualmente considerados.

 

Muchas veces cuando se pregunta directamente a las personas por los valores que propugnan o defienden en realidad responden por lo que consideran que es lo correcto responder según la sociedad en la que viven. Jan Kerkhofs, Profesor Emérito de Universidad Católica de Leuven, en Flandes, Bélgica, con la claridad y pertinencia en él habituales, en su última conferencia en la Universidad de Deusto, refiriéndose a las Encuestas Europeas de Valores (EVS) de las que él es uno de los fundadores y promotores, allá a finales de la década de los 70, comienza su exposición con estas palabras: « tout d’abord, comme remarque préalable… les enquêtes nous enseignent sur les opinions des gens. Sans doute, les interviewés nous renseignent sur leurs opinions et ils essaient de répondre honnêtement. Mais, en fait, plutôt rares sont ceux et celles qui le font d’une façon authentiquement personnelle. Souvent sans le savoir, les gens ne reflètent que l’opinion d’une certaine majorité qui leur est imposée. Et cette majorité est composée d’un grand nombre de sous-groupes qui reflètent chacun une mentalité particulière, parfois relativement ouverte, souvent passablement fermée. Ainsi…les chrétiens pratiquants reflètent une opinion bien différente de celle des librepenseurs. En outre, le fait d’appartenir à telle ou telle région d’Europe apporte sûrement des déterminismes importants, chargés de traditions historiques diversifiées et de préjudices. Ainsi les populations catholiques, anglicanes, luthériennes et orthodoxes de l’Europe réagissent de façon différente, non seulement en matière religieuse, mais aussi dans d’autres domaines, comme l’éthique, le politique, ceux de la famille et du travail. Tous expriment presque nécessairement aussi une opinion subtilement close.[6]

 

Très souvent aussi les différences entre les régions d’un même nation sont plus grandes que celles entre les nations. Ce n’est pas seulement le cas pour la République Fédérale Allemande, mais aussi pour l’Italie, où la mentalité du Sud ne correspond aucunement à celle du Nord, avec les villes de Milan et de Turin. Même dans mon propre petit pays les différences entre la Wallonie et la Flandre sont certes plus petites qu’entre, d’une part, la Flandre et les Pays-Bas, et, d’autre part, la Wallonie et la France, comme je l’ai pu expliquer plusieurs fois à nos rois. Ce qui n’empêche qu’en deux domaines importants, celui de la famille et celui du travail, la mentalité flamande n’est pas du tout la même que celle des Wallons. Par exemple, les Flamands ne considèrent pas le fait d’avoir des enfants un facteur important pour la réussite d’un couple, contrairement à l’attitude des Wallons. Ce qui pourrait signifier qu’à terme les Wallons devraient payer les pensions des Flamands âgés. Cette différence régionale vaut aussi pour le Royaume-Uni et pour la Suisse »[7] Yo me permito añadir que algo similar sucede en el Pais Vasco como he mostrado en un texto publicado en Temps Nouvelles, texto que estoy actualmente completando y parcialmente modificando y que será publicado el año 2004[8].

 

Esta larga cita de Kerkhofs, nos sirve de introducción a la segunda parte de este trabajo en la que vamos a privilegiar, en primer lugar los diferentes valores de las sociedades marroquí y española, de forma general en un primer momento y más en concreto en el papel de la mujer mas adelante. En tercer lugar nos centraremos, a través de la problemática de los matrimonios interreligiosos a tenor de una encuesta francesa, en la cuestión religiosa. Así trabajando con la ayuda de encuestas próximas a los organizadores y anfitriones de este Coloquio, encuestas de ámbito hispano-marroquí y francés, espero concretizar los objetivos de mi trabajo, antes de cerrarlo con una breves reflexiones finales a modo de conclusiones.

 

2.1. Los valores finalistas. Una investigación inédita de ámbito hispano marroquí.

 

La reflexión de Kerkhofs, además de situarnos en la importancia y en las limitaciones de las encuestas de valores, nos induce a introducir en este trabajo una cuestión, de entre las muchas que podríamos extraer de estas encuestas y que, por su carácter indirecto, nos ilustra con mayor fiabilidad en el análisis completo de los valores. En concreto, me refiero a la cuestión de saber qué cualidades parecen ser prioritarias para los padres en la educación de sus hijos en casa. Decir qué cualidades priorizan es decir qué es lo que consideran esencial en la educación de sus hijos, qué aspectos quisieran ver resaltados en sus hijos, qué valores quisieran que adornaran en sus hijos. En la Tabla 9 reproducimos los resultados  obtenidos en el marco Worl Values Survey en sus aplicaciones en España, el año 2000 y en Marruecos el año 2001[9].

 

Tabla 9. Cualidades importantes a hacer desarrollar en los niños en casa. En % de menciones (Indicar hasta 5)

 

Cualidad
España 2000
Marruecos 2001
Más en España
Más en Marruecos
Independencia
45 %
34 %
11 %
 
Trabajar duro
69
73
 
4%
Sentido de la responsabilidad
80
64
16
 
Imaginación
25
7
18
 
Tolerancia y respeto por otros pueblos
77
74
3
 
Sentido de la economía y espíritu de ahorro
31
36
 
5
Determinación, perseverancia
31
16
15
 
Fe religiosa
20
89
 
69
Abnegación
20
9
11
 
Obediencia
49
57
 
8
N=
1209
1251
 
 

 Fuente: WWS Survey 2000-2001.

La primera y, a nuestro juicio fundamental, conclusión que cabe hacer de la lectura de la tabla es la coincidencia de valores entre Marruecos y España, ciertamente en el ranking de los mismos aunque también, en menor medida, en los valores absolutos porcentuales de unos y otros valores, siendo una importante excepción a la afirmación anterior la diferente valoración que los padres españoles y padres marroquíes conceden a la transmisión de la “fe religiosa” a sus propios hijos. Las dos conclusiones son importantes. Dejemos para más adelante la cuestión de la fe religiosa y comencemos por analizar los demás resultados.

Es importante resaltar, en efecto, que haya un acuerdo en el ranking de valores fundamentales a transmitir a los hijos: “la tolerancia y el respeto por otros pueblos”, 77 % de españoles y 74 % de marroquíes lo señalan, “trabajar duro”, 69 % de españoles y 73% de marroquíes y el “sentido de la responsabilidad”, avalado por las menciones del 80 % de ciudadanos españoles y el 64% de marroquíes. A continuación y ya con cifras menores en ambos países encontramos como cualidades a inculcar en sus hijos los valores de “obediencia” en el 49% de los españoles que asciende al 57% entre los marroquíes, la independencia con el 45% de menciones entre los españoles, descendiendo esta vez al 34% en la población adulta marroquí. Ya con el 31% de menciones en la población española y el 36 % en la marroquí, un valor económico, el “sentido de la economía y el espíritu de ahorro”. Nótese, por último, que los españoles valoran en mayor grado que los marroquíes la determinación, la perseverancia y la imaginación pero, tanto en Marruecos como en España estamos hablando en las cifras mas bajas del ranking de prioridades respecto de las cualidades a transmitir a los hijos.

Reflexiones similares podemos extraer del análisis de los resultados que reflejamos en la tabla 10. Nos detenemos un momento en ella, además, pues responde a la primera pregunta de la encuesta europea de valores (EVS), ya desde sus inicios el año 1980 y que después, también como pregunta de entrada al cuestionario, ha sido adoptada por la encuesta mundial de valores (WVS). Se pregunta a los entrevistados “que grado de importancia tienen en su vida” seis aspectos concretos: la familia, el trabajo, los amigos y conocidos, el tiempo libre y de ocio, la política y la religión. En la encuesta del WVS añaden un séptimo aspecto, “trabajar por los demás” que no hemos retenido en el presente texto.

Tabla 10. Hasta que punto son importantes en su vida los siguientes aspectos. En porcentajes verticales

 

Impor-
tante
Familia
Amigos
Tiempo libre
Política
Trabajo
Religión
 
Esp
Marr
Esp
Marr
Esp
Marr
Esp
Marr
Esp
Marr
Esp
Marr
Muy
86%
93%
47%
37%
38%
39%
7%
11%
56%
89%
22%
95%
Bastante
13
6
45
33
49
35
17
14
34
8
27
4
Poco
0,9
0,7
6
18
12
16
40
19
6
2
31
0,6
Nada
0,1
0,3
0,9
12
0,9
9
35
52
4
0,4
19
0,2
Total
1209
1251
1209
1251
1209
1251
1209
1251
1209
1251
1209
1251

 

Como en la tabla anterior, lo fundamental a retener, en la comparación de respuestas ofrecidas por los ciudadanos marroquíes y los españoles es la similitud de las mismas, tanto en el ranking de prioridades cuanto en los valores porcentuales, aunque en este segundo punto con algunas diferencias. De nuevo la excepción es la importancia concedida a la dimensión religiosa en sus vidas.

Si nos detenemos brevemente en las similitudes hay que resaltar que el ranking de prioridades es idéntico en ambos países: primero familia, después trabajo, le siguen amigos y tiempo libre y cierra la clasificación la dimensión política. Decíamos arriba que en las cifras de ciudadanos que mencionan uno u otro aspecto hay algunas diferencias que vamos a reseñar aunque, se verá, parece claro que las similitudes son aún mayores. En la importancia concedida a la familia, al tiempo libre y a la dimensión política las diferencias son mínimas y simplemente de acentuación. Por poner cifras en este texto, notemos que el 24% de los españoles estiman que la política es algo “muy” o “bastante” importante en sus vidas. Esta cifra es del 25% entre los marroquíes y tenemos que ir al 75 % restante para ver donde se sitúan las diferencias. Para el 40 % de españoles la política es poco importante y para el 35 % nada importante. Estas cifras para los marroquíes son, respectivamente, del 19% y del 52%, acentuándose el número de ciudadanos de Marruecos, en relación al de los españoles, para quienes la política no tiene interés alguno en su vida.

Alguna diferencia mayor obtenemos en la importancia que conceden, unos y otros, al trabajo y a los amigos. Para el 89% de los marroquíes el trabajo es algo muy importante en sus vidas, cifra que desciende al 56 % entre los españoles, aunque se equilibra algo el cómputo global con el 34 % que dice que es bastante importante. Respecto de los amigos notemos que para el 30 % de marroquíes esta importancia es escasa o nula en sus vidas, mientras que para los españoles la cifra desciende al 7%. En ambos casos, trabajo y amigos, muy probablemente la explicación venga del diferente desarrollo del estado de bienestar que hace que a partir de cierta edad se libere más o menos tiempo para los amigos. Dicho sea sin olvidar las diferencias en el rol social de la mujer que tienen su incidencia en los cómputos porcentuales globales. En todo caso, concluyamos, las similitudes en la escala de valores finalistas -a qué aspectos damos mas importancia en nuestras vidas-  entre las sociedades españolas y marroquíes son mucho mayores que las divergencias.

Pero las divergencias existen y es así mismo importante constatar que la divergencia más importante entre las poblaciones de ambos países tenga carácter religioso: para el 89% de marroquíes transmitir a sus hijos la fe religiosa es un valor importante. Esta cifra desciende al 20 % en la población española. Si volvemos la vista con detenimiento a la tabla 9, constataremos, además que la fe religiosa es la cualidad señalada por la mayor proporción de marroquíes al par que lo es por la menor proporción de españoles. La diferencia es brutal y no debe ocultarse. Algo similar encontramos en la tabla 10, especialmente entre la población marroquí. El 95% estiman que la religión es muy importante en sus vidas, cifra que desciende al 22% en la población española. Además solamente el 0,8% de la población marroquí señala que la religión es “poco” o “nada” importante en su vida, cifra que en la sociedad española sube al 50%. Y España es uno de los países en la Unión Europea, junto a Italia y Polonia, donde todavía la dimensión religiosa mantiene cierta relevancia social y personal.

Ahora bien, estas diferencias en la importancia concedida en sus vidas a la dimensión religiosa no parece que tengan consecuencias determinantes en la valoración de otros aspectos, y no de los menores, de la vida cotidiana. Por ejemplo, si analizamos la tabla 9 en su totalidad nos viene a decir que la gran diferencia que se observa entre las poblaciones marroquíes y españolas en la importancia que se concede a la transmisión dimensión religiosa a las nuevas generaciones no conlleva, ni mucho menos, a diferencias substanciales en la transmisión de otros valores que son, además extremadamente importantes en estos tiempo de globalización y búsqueda de identidades: tres puntos porcentuales nada más separan a los marroquíes y españoles en la importancia concedida por unos y otros a la transmisión de valores como la “tolerancia y el respeto por otros pueblos”, cuatro puntos en valorar la importancia de “trabajar duro” en la vida, cinco a la hora de transmitir el “sentido de la economía y espíritu de ahorro”. Ciertamente hay 16 puntos de diferencia a la hora de valorar la transmisión del valor del “sentido de la responsabilidad”, aunque siempre en cifras muy elevadas tanto en España, 80 % la señalan, como en Marruecos, donde así y todo la cifra llega al 64%. Pero, incluso en este último caso veo difícil sostener que esta diferencia sea imputable a la importancia acordada por unos y otros a la dimensión religiosa. Consideraciones análogas cabe hacer tras la lectura de la tabla 10.

Dicho lo anterior debemos avanzar algo más. En ningún momento pretendemos escatimar o minusvalorar la importancia de la variable religiosa o, si se prefiere, el “factor religioso” en el lenguaje del ya clásico trabajo de Lensky. Nosotros mismos, analizando los datos de la Encuesta de valores, tanto para el País Vasco como para España, hemos insistido en la importancia del dato religioso como factor discriminante en el interior de cada país o región concreta[10]. Hemos explicado también no pocos de los cambios habidos en la juventud española de los últimos años en razón de la falla existente en la transmisión de fe en las familias españolas [11]. Sí, el factor religioso es un factor mucho más discriminante que no pocos de los factores sociodemográficos como la clase social, habitat de residencia e incluso nivel educacional en muchas de las sociedades europeas. De ahí que vayamos a ocuparnos de ese punto más adelante pero, previamente, nos parece importante detenernos en otra cuestión que también divide las apreciaciones de españoles y marroquíes: el papel de la mujer en la familia, en el trabajo y en la sociedad.

Creo, en efcto, que hay un acuerdo generalizado en señalar el diferente papel que una y otra sociedades conceden a la mujer así como en la configuración del matrimonio, la familia y trabajo, por poner dos ejemplos. De ahí que vamos a detenernos, en complemento al apartado anterior, que consideramos básico, en esta cuestión, en punto siguiente.

 

 2.2. La mujer en la familia y en la sociedad.

Esta cuestión la vamos a ilustrar con algunos datos que provienen de la comparación de los resultados de la encuesta de valores en España y Marruecos que estamos comentando. Ver tablas 11, 12 y 13.

Tabla 11. Cuando los puestos de trabajo escasean los hombres deben tener más derecho a un trabajo que las mujeres

 

 
España 2000
Marruecos 2001
Acuerdo
17 %
87 %
Ni acuerdo ni desacuerdo
15
5
Desacuerdo
68
8
N=
1209
1251

 Fuente: WWS Survey 2000-2001.

La tabla 11 muestra de forma evidente la diferencia abrumadora que hay en las sociedades española y marroquí del diferente papel acordado al hombre y la mujer en su relación al trabajo. Parece claro que mientras en España hay un acuerdo muy generalizado (68%), al menos de forma verbal, en no primar en el trabajo al hombre sobre la mujer cuando los puestos de trabajo escasean, en Marruecos el acuerdo inverso es todavía mayor: el 87% de marroquíes afirman que, en caso de trabajo escaso, los hombres tiene más derechos que la mujer al trabajo existente. El dato es tanto mas llamativo cuanto constatamos en la lectura de la tabla 12 que el 68% de los marroquíes estiman que “tanto el marido como la mujer deben contribuir a los ingresos del hogar”.

Tabla 12. Opiniones sobre los papeles cambiantes del hombre y de la mujer hoy en día. Porcentajes de españoles y marroquíes que están “muy” o “bastante” de acuerdo con las siguientes afirmaciones

 
España 2000
Marruecos 2001
Una madre que trabaja puede tener una relación tan calida y segura con un hijo como una que no trabaja
79 %
56 %
Ser ama de casa llena tanto como trabajar por un salario
62
56
Tanto el marido como la mujer deben contribuir a los ingresos del hogar
88
68
En general los hombres son mejores líderes politicos que las mujeres
17
61
Una educación universitaria es más importante para un chico que para una chica
11
50
N=
1209
1251

Fuente: WWS Survey 2000-2001.

 

Por lo demás la tabla 12 ilustra muy bien las percepciones en las sociedades marroquí y española sobre diferentes aspectos del papel de la mujer en la familia y en la sociedad. Así en la sociedad marroquí hay mayoría (61%) en pensar que un hombre será mejor lider politico que una mujer lo que explicará también que para el 50% la educación universitaria sea más importante para un chico que para una chica. Esta cifras son respectivamente del 17% y del 11% para la sociedad española. Diferencias importantes que, sin embargo, son mucho menores en otras cuestiones más proxémicas y con menor relevancia pública. Así ante la afirmación de que “ser ama de casa llena tanto como trabajar por un salario” apenas hay diferencias entre España (62%) y Marruecos (56), aunque será interesante comprobar, cuando Diez Nicolás complete la investigación, cómo se diferencian los resultados según el género, en ambas sociedades. Pero las diferencias se hacen enormes al abordar la eventualidad de tener un hijo siendo madre soltera. Los resultados se pueden consultar en la tabla 13.

Tabla 13. Si una mujer desea tener un hijo como madre soltera, pero sin querer mantener una relación estable con un hombre, ¿lo aprueba o lo desaprueba?

 
España 2000
Marruecos 2001
Aprueba
77 %
2 %
Desaprueba
14
96
Depende
7
2
N=
1209
1251

 Fuente: WWS Survey 2000-2001.

En efecto, consultados los entrevistados marroquíes y españoles si aprueban o desaprueban la eventualidad de que una mujer desee tener un hijo como madre soltera, pero sin querer mantener una relación estable con un hombre (ni siquiera se plantea la cuestión del matrimonio, religioso o civil), el 77% de los españoles responden afirmativamente mientras que la casi la totalidad de los marroquíes, el 96 %, manifiestan su desaprobación. Dificil encontrar, en tan poca distancia geográfica, tamaña diferencia en algo tan vital cómo el ordenamiento legítimo de la reproducción humana[12]. Queda mucho trabajo por delante.

 

2. 3. El peso de la dimensión religiosa: los matrimonios mixtos: factores de riesgo o de tolerancia. Una encuestra francesa.

 

La revista francesa «Actualité des religions» publicó, en su edición de enero de 2001, una investigación sobre la lectura que hacían los franceses sobre los matrimonios mixtos en Francia que, en 1998, afectó a 15.000 nuevos matrimonios (sobre un total de 270.000). En dos tercios uno de los cónyuges era musulmán. El director de la revista Jean-Paul Guetny señala que «tanto si esto gusta como si no, es necesario prever que, con la mezcla de pueblos y culturas, los matrimonios interreligiosos serán cada vez más comunes. Más allá del fenómeno singular que representan, invitan a cada uno de nosotros a verificar el propio modo de situarse ante la alteridad religiosa. Relación de fusión, de separación absoluta o de unidad diferenciada...».

Es preciso decir, de entrada, que no se trata de un estudio sobre la situación de los matrimonios mixtos sino de la percepción que tienen los franceses sobre las ventajas e inconvenientes que plantean estos matrimonios[13]. El estudio aunque pone de manifiesto la actitud de las diversas religiones ante el matrimonio mixto, que va desde el rechazo a la apertura sin condiciones, nos limitaremos en este trabajo a presentar algunos resultados, privilegiando las respuestas de los católicos (según su nivel de práctica religiosa) y los musulmanes.

Cinco son las cuestiones que aborda el estudio, que resumiremos con brevedad aunque con suficiente información.

2.3.1 ¿Son las familias mixtas, factor de tolerancia?

 Es la primera cuestión. Trasladamos a continuación la formulación exacta y las respuestas que recibe.

Entrada general: “Se llama matrimonio interreligioso a la unión entre dos personas de religiones diferentes. Para cada una de las opiniones siguientes sobre los matrimonios inter-religiosos, usted está totalmente de acuerdo, más bien de acuerdo, más bien en desacuerdo o en desacuerdo total”

La primera pregunta se interroga si  los matrimonios entre personas de religiones diferentes, representan o no un factor de tolerancia en las sociedades modernas. Trasladamos las respuestas obtenidas en la tabla 14.

Tabla 14. ¿Las familias interreligiosas son un factor de tolerancia?

 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
SI
83
86
81
82
83
NO
16
14
18
16
17
NS/NC
1
-
1
2
-
 
100%
100%
100%
100%
100%

 

Las respuestas son apabullantemente positivas y sin práctica distinción de condición y práctica religiosas. Católicos y musulmanes, practicantes o no, todos valoran positivamente el matrimonio entre personas de religiones distintas como factor de tolerancia en nuestras sociedades. Pero nuestra experiencia investigadora nos dice que la palabra tolerancia es engañosa. Todo lo que suene a tolerancia es siempre valorado positivamente. También por los intolerantes. Además formulada la cuestión de forma positiva se introduce el sesgo de aquiescencia. Nos tememos que la formulación de la pregunta difícilmente podía tener otra respuesta que la realmente producida, lo que, sin embargo, no la invalida completamente dada la rotundidad de la misma.

Añadamos, que los hombres y las mujeres responden de forma similar, que solamente los que tienen 65 y más años destacan a la baja en su valoración positiva (77% frente al 83 % en el conjunto poblacional), que los agricultores son los que menos bien valoran estos matrimonios interreligiosos (69% lo señalan) y, en fin, que los que se posicionan a la izquierda destacan en su valoración positiva: 89% en la izquierda y 79% entre los de la derecha. Desglosando por partidos hay que señalar que mientras el 93% de los “verdes” lo valoran positivamente, la cifra baja al 60% entre los partidarios de Le Pen.

2.3.2 ¿Favorecen las familias interreligiosas el ecumenismo?

La siguiente cuestión está así formulada: los matrimonios entre personas de religiones diferentes, ¿favorecen el acercamiento entre las grandes religiones? Las respuestas las presentamos en la tabla 15

Tabla 15 Las familias interreligiosas, ¿favorecen el ecumenismo?

 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
SI
63
75
62
62
54
NO
34
25
34
36
43
NS/NC
3
-
4
2
3
 
100%
100%
100%
100%
100%

 

En este punto las casi unanimidades dejan paso a las mayorías y, aún estas, significativamente distintas según las confesiones religiosas y la practica entre los católicos. Tres de cada cuatro católicos practicantes entienden que los matrimonios mixtos favorecen el acercamiento entre las grandes religiones. Esta cifra desciende hasta el 54% entre los musulmanes situando en puntos intermedios a los católicos poco o nada practicantes quienes, de hecho, se acercan más a las cifras de los musulmanes que a las de los católicos de práctica regular. La interpretación más plausible es que los católicos practicantes son los que en mayor grado han internalizado las bondades del ecumenismo. Los de más edad son los que en menor grado están de acuerdo. Los hombres en mayor grado que las mujeres (el dato nos sorprende pero es muy probable que la edad y proporción de los católicos practicantes mujeres sea muy superior al de los hombres). Los agricultores y obreros son más reacios y los cuadros son los más favorables. Las diferencias deben ser señaladas: el 77%  de los cuadros entienden que el matrimonio interreligioso favorece el acercamiento entre religiones frente al 58% de los obreros y al 54% de los agricultores. La izquierda algo más favorable que la derecha (68% y 62%, respectivamente) siendo los polos, una vez más, los “verdes” y el Frente Nacional (74% y 50%).

Una nota más: entre los católicos, los practicantes regulares no son necesariamente los que en mayor grado se apuntan a los valores ecuménicos del matrimonio interreligioso. ¿Se explica solamente por el factor edad dado que son los mayores los que en mayor grado son católicos de práctica religiosa regular?  

2.3.3. Consecuencias en la identidad religiosa de los hijos

La tercera cuestión que se formuló se refiere a la identidad religiosa de sus hijos. La pregunta decía así: “los matrimonios entre personas de diferentes religiones, ¿ suponen un riesgo para la identidad religiosa de los hijos?”. Recogemos las respuestas en la tabla 16.

Tabla 16. Las familias interreligiosas, ¿suponen un riesgo para identidad religiosa de los hijos?

 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
SI
36
54
41
37
43
NO
62
46
57
61
57
NS/NC
2
-
2
2
-
 
100%
100%
100%
100%
100%

 

El 36 % de las familias francesas, una de cada tres en números redondos, ven riesgos para la identidad religiosa de sus hijos.[14] Lo interesante a observar es que son los católicos con práctica religiosa regular seguidos, a distancia, por los musulmanes, los que en mayor grado señalan esos riesgos. Así más de la mitad de los católicos practicantes regulares.

Las mujeres son bastante más numerosas que los hombres a la hora de señalar estos riesgos, así como las personas mayores, los agricultores y obreros y los votantes a partidos de derecha. Una lectura más detallada de estas segmentaciones nos indica que son la edad y auto adscripción religiosa los valores más discriminantes. En otras palabras, la personas de 65 y más años y católicos con práctica religiosa habitual (¿estamos ante las mismas personas?, cabe preguntarse de nuevo) presentan el perfil que en mayor grado ven riesgos para la identidad religiosa de los hijos en los matrimonios mixtos.

2.3.4. Consecuencias en la vida de la pareja

La cuarta  cuestión se refiere a las consecuencias que se estima que puede tener en la pareja el matrimonio mixto. Hay que anotar que la pregunta, como en el caso anterior, se formula de forma negativa. En este caso bajo el ángulo de los obstáculos posibles para la pareja, así como en la pregunta anterior se planteaba la pregunta  bajo la formula del riesgo. Técnicamente cabe decir que hay una cierta predisposición en la pregunta a considerar problemática la relación en los matrimonios mixtos lo que habrá de tener consecuencias en las respuestas de los que no tenían una opinión previamente tomada, antes de la formulación de la pregunta. Trasladamos las respuestas en la tabla 17.

Tabla 17. Las familias interreligiosas, ¿son un obstáculo al buen entendimiento en la pareja?

 
 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
SI 35 41 41 36 32
NO 63 56 57 63 62
NS/NC 2 3 2 1 6
 
100%
100%
100%
100%
100%

 

Similar porcentaje, el 35%, al que señalaba riesgos para la identidad religiosa de los hijos encontramos en la apreciación de las familias mixtas como obstáculo para el buen entendimiento de la pareja. Siendo la cifra anterior la de la media francesa la única desviación digna de mención nos la ofrecen los musulmanes, en relación con los datos de los católicos practicantes. En efecto los católicos practicantes ven más problemático el matrimonio mixto que los musulmanes. Nueve puntos porcentuales les separan. La explicación no es unívoca. Por un lado cabe razonar en el hecho de que la adaptación sea más costosa desde la cultura dominante. Pero habría que conocer, también, la distribución sociológica del género, en la submuestra musulmana. Lo que no sabemos.

En el conjunto poblacional, sin embargo no hay, en absoluto, diferenciación de valoraciones según el género y, como en las tablas anteriores, las personas de más edad, así como los votantes a partidos de derecha son los que más problemas ven en los matrimonios mixtos para la convivencia en la pareja.

2.3.5. Actitudes ante un posible matrimonio mixto de sus hijos

En este punto entramos en otro registro que, habitualmente, suele ser más sensible en este tipo de análisis. Así en los estudios sobre racismo y xenofobia cuando se quiere estudiar la distancia social respecto de otros colectivos sociales, se suele utilizar como indicador la aceptación o rechazo como cónyuges para sus hijos de esos colectivos sociales. La expresión “yo no soy racista pero no quisiera que mi hijo (menos aún mi hija) se casara con un....” refleja exactamente una posición extrema de este indicador. Así en las dos preguntas siguientes se solicita al encuestado, en primer lugar, si aprobaría el matrimonio de su hijo o su hija (sin distinción de género) con una persona de otra religión, sin especificar de qué religión para, inmediatamente después formularle la misma cuestión pero distinguiendo si el futuro cónyuge fuera de religión cristiana (católica, protestante u ortodoxa), judía, musulmana o budista, las confesiones religiosas tradicionales más extendidas en Francia. Las respuestas a ambas cuestiones las presentamos en las tablas 18 y 19.

Tabla 18. Si su hijo o su hija le anuncian que desea casarse con una persona de otra religión, ¿lo aprobaría?

 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
SI
82
76
76
83
61
NO
15
19
20
15
36
Depende de su religión (respuesta no sugerida)
2
3
4
2
-
NS/NC
1
2
-
-
3
 
100%
100%
100%
100%
100%

 

Aunque la gran mayoría de los franceses, cuatro de cada cinco, aprobarían el matrimonio mixto de sus hijos hay que anotar que los musulmanes lo hacen en una notable menor proporción que los católicos y entre estos son los practicantes, de nuevo, los que más dificultades ponen. La conclusión parece clara: la importancia concedida a la dimensión religiosa entre los católicos (medida aquí por la práctica religiosa) se correlaciona con mayores prevenciones hacia el matrimonio interreligioso de sus hijos. De todas formas hay que añadir que lo esencial sigue estando en la primera afirmación: la gran mayoría lo aprobaría.

Los hombres aprobarían en mayor grado que las mujeres estos matrimonios, siendo, por otra parte, los más reacios, como en las cuestiones anteriores, las personas de más edad (ya de cincuenta años para arriba se produce el corte), los agricultores de forma muy marcada así como los simpatizantes con la derecha, especialmente los del FN y MN (los partidos encabezados por Le Pen y su disidente Megret) entre los que solamente el 34 % aprobarían el matrimonio interreligioso de sus hijos.

La profundización de estos resultados según la confesión religión del cónyuge los recogemos en la tabla 19.

 

Tabla 19. Si su hijo/a le señala su intención de casarse con una persona de religión....,¿lo aprobaría?

(Datos en porcentajes)

 

 
Todos los franceses
Católico practicante regular
Católico practicante  irregular
Católico non practicante
Musulmán
Casarse con una persona cristiana (católica, protestante u ortodoxa)
SI(ciertamente+ probablemente)
94
95
97
95
56
Casarse con una persona judía
SI(ciertamente+ probablemente)
77
70
78
77
35
Casarse con una persona budista
SI(ciertamente+ probablemente)
73
63
75
69
49
Casarse con una persona musulmana
SI(ciertamente+ probablemente)
66
60
61
61
100

 

Resulta claro que los musulmanes siguen siendo los más recios a esta modalidad de matrimonio y entre los católicos, aunque sin demasiadas diferencias los católicos practicantes parecen ser los más renuentes. Por otra parte, en el mundo católico la distancia con los musulmanes es mayor que con los budistas y con los judíos, siendo estos últimos los que menos reticencias suscitan.

Entre los musulmanes, por el contrario, son los matrimonios de sus hijos con los judíos, los que más desaprobaciones reciben. En efecto, solamente el 35 % de musulmanes aprobarían que sus hijos se casaran con un judío. Pero incluso el matrimonio de sus hijos con un cristiano (católico, protestante u ortodoxo) es aprobado por un escaso 56 % mientras que el casamiento con un budista no llega al 50%.

Resumiendo los datos anteriores cae extraer dos grandes conclusiones. En primer lugar hay que señalar que en todos los supuestos los musulmanes son más renuentes ante los matrimonios mixtos que los católicos. Hay dos razones que cabe apuntar para este hecho. Por un lado la propia naturaleza del matrimonio en el Islam y de la diferente consideración del hombre y de la mujer en su cultura y, por ende, en su religión. Es sabido, por ejemplo, que el Islam tolera que un hombre musulmán se case con una mujer de otra religión pero a la inversa (matrimonio de una mujer musulmana con un hombre de otra religión) es considerado nulo. Así, por ejemplo, un hombre musulmán puede casarse con una no musulmana (a condición de que no sea atea o politeísta); ahora bien, se niega la posibilidad de que mujer islámica pueda casarse con un hombre de otra religión Al plantearse el tema de los hijos, «en nuestro derecho, se convierten automáticamente en musulmanes --explica Dalil Boubaker, rector de la Gran Mezquita de París (sunnita)--, porque es el padre el que transmite la religión»[15].


Pero, además en estos tiempos de globalización, en los que la religión en determinados momentos y lugares es vista y leída como signo de identificación, un matrimonio interreligioso puede ser interpretado negativamente por la comunidad natural, y será tanto más negativamente percibido cuanto el “partenaire”, socialmente considerado, aparezca como enemigo de la identidad propia. La prueba más clara la tenemos en la mayor distancia social del musulmán respecto del matrimonio de su hijo o hija con un judío que con miembros de otra confesión religiosa como hemos constatado en la tabla 19.

La segunda gran conclusión a extraer del análisis de las tablas anteriores se refiere, esta vez, a los distintos comportamientos de los católicos, segmentados según su práctica religiosa. Una distinción se impone. Cuando se trata de grandes principios, los matrimonios mixtos como factores de tolerancia o favorecedores del ecumenismo, los católicos prácticantes destacan al alza en su aceptación en comparación con los católicos no practicantes. Pero en la concreción de las consecuencias de tales matrimonios la correlación se invierte. En efecto, son los católicos practicantes los que más problemas ven en los matrimonios mixtos para la identidad religiosa de sus hijos y el buen entendimiento en la pareja. Así mismo son ellos, entre los católicos, los más renuentes a la hora de aprobar el matrimonio de su hijo o de su hija con una persona de otra religión. ¿Cómo explicar estos datos?.

El católico practicante es más sensible a los valores de tolerancia que el no practicante y que el indiferente. Las encuestas de valores así lo señalan. (Ver, por ejemplo, Andrés Orizo y Elzo, España 2000). Me atrevería a añadir que lo es todavía más cuando recibe el estímulo del término “tolerancia” en la formulación de la pregunta, pues forma parte del acerbo cultural de la prédica católica de los últimos tiempos. Evidentemente el mismo argumento, con mucha más fuerza incluso, cabe utilizar a la hora de explicar la favorable actitud hacia el ecumenismo en los matrimonios mixtos por parte de los católicos practicantes.

Las mayores dificultades que estos mismos católicos practicantes demuestran, sin embargo, en las consecuencias concretas del matrimonios mixtos son imputables, a nuestro juicio, al mismo ámbito de argumentación: la cultura religiosa dominante en la religión católica que, aún abierta al matrimonio mixto y aún argumentando su riqueza como apertura de ideas y como signo de los tiempos y de esperanza ecuménica, de facto, las ve con suma cautela y llena de toda suerte de precauciones, reflejo, a su vez, del planteamiento de la propia Iglesia Católica en este punto [16].

 

  1. Reflexiones conclusivas: mas allá de la fractura religiosa

 

 

Todos los análisis que hemos efectuado en estas páginas nos hablan de la importancia del autoposicionamiento religioso. En algunas cuestiones su incidencia es menor pero en otras, y no irrevelevantes pues afectan a la vida cotididana de los hombres, de las mujeres y de su relación recíproca, es muy importante. Pensamos que es imposible hacer como si las diferentes religiones y, sobre todo las enseñanzas que sus propios adeptos retiran de las mismas no existieran. Incluso si, exceptuando núcleos sumamente integristas, hay espacios de coexistencia e incluso de convivialidad básicos que atraviesan las diferentes religiones. Hay, en efecto, en las diferentes religiones o, más importante aún, en la lectura social que se hace de ellas y que acaba imponiéndose, diferencias extremadamente importantes en algunas cuestiones que por concretas no dejan de ser muy relevantes. La cuestión religiosa exige tratamiento propio.

 

Así cuando trabajé recientemente en la cuestión de los matrimonios mixtos, que acabo referenciar, tras constatar la ausencia de un estudio riguroso de la sociología de la experiencia matrimonial en parejas interreligiosas, al menos en España y Francia, entre en contacto con personas que, en su vida o en su profesión, han conocido estos matrimonios interreligiosos (canonistas, jueces eclesiásticos, pastoralistas, teólogos en contacto con ámbitos no católicos, monjes católicos en continuo contacto con homólogos budistas, sociólogos del fenómeno religioso etc.) y encontré opiniones diversas, generalmente muy matizadas aunque habitualmente inclinadas hacia la precaución. Ahora bien, si no en todos, sí en la mayoría, más allá de la doctrina formal de las iglesias me ha parecido encontrar, o lo han señalado así impulsados por el tenor de mis preguntas, la importancia y la necesidad de abordar el pluralismo, también en el interior de la propia teología. Es lo que he encontrado de forma magistral en el libro del profesor Jacques Dupuis S.J., “Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso”.

 

No voy a adentrarme en terrenos que no son de mi incumbencia pero no puedo sustraerme, por su pertinencia sociológica de citar dos párrafos de su trabajo. Así cuando señala, comentado las tesis de Hick, que “el dilema fundamental...es el que existe entre exclusivismo eclesiocéntrico y pluralismo teocéntrico, es decir entre una interpretación fundamentalista del axioma ”fuera de la Iglesia no hay salvación” y un radical liberalismo que concibe las diferentes manifestaciones divinas  dentro de las diversas culturas como caracterizadas todas ellas- incluida la que tuvo lugar en Jesucristo- por una igualdad fundamental en sus diferencias”. Líneas más adelante señala que “la única teología válida de las religiones será la del pluralismo teocéntrico, que explica todos los fenómenos, trasciende toda pretensión cristiana de un papel privilegiado y universal para Jesucristo y finalmente establece el diálogo interreligioso sobre un nivel de auténtica igualdad”[17].

 

Remacha sus tesis, al final del libro, refiriéndose al pluralismo religioso con estas palabras: “La cuestión es si simplemente hay que aceptar o tolerar el pluralismo religioso como una realidad de facto en nuestro mundo actual o si, por el contrario, puede ser visto teológicamente como realidad existente de iure. En el primer caso, la pluralidad de las religiones que caracteriza el panorama del mundo actual- y que, según todas las previsiones humanas, se mantendrá también en el futuro- es vista como un factor con el que es necesario contar, más que como un fenómeno grato....En cambio, en el segundo caso, la misma pluralidad será acogida como un factor positivo que atestigua al mismo tiempo la sobreabundante generosidad con que Dios se ha manifestado de muchos modos a la humanidad y la multiforme respuesta que los seres humanos han dado en las diversas culturas a la auto revelación divina”.

 

En el Seminario de Salamanca, al que me he referido en las páginas anteriores, me invitaron a participar con esta pregunta “Familia y religión: libertad religiosa o confrontación”. En este Coloquio de París lo hago bajo el título de “La globalización, ¿oportunidad o excusa para la confrontación entre vecinos?”. Hemos visto hasta que punto la dimensión religiosa, o mejor, la lectura que hagamos de la dimensióin religiosa es importante para resolver es cuestión. Creo que el futuro depende de la respuesta que se de al dilema que plantea Dupuis. Los creyentes pueden leer, y sostener, la expresión y manifestación religiosa de sus orígenes bajo el ángulo de la única verdad revelada, de la única experiencia religiosa válida y que como tal debe ser la que trasmitan, unívoca y excluyentemente a sus hijos, o más bien va a aceptar la historia de sus experiencias religiosas bajo el signo del enriquecimiento y, aunque no sin tiranteces ni incomprensiones y dificultades, intentarán vivir su experiencia religiosa en la sociedad civil en la que vivan, bajo la idea un Dios que se ha automanifestado en formas diversas (no necesariamente equiparables sin embargo) a lo largo y ancho de los pueblos que han habitado y habitan la tierra.

 

Ahora bien, la religión no lo explica todo y los diferentes comportantes de las personas no son reductibles a su personal y social autodefinición religiosa. Sostenemos que en no pocas cuestiones, y de gran calado, cuando se hacen comparaciones internacionales, el factor religioso puede ser más discriminante en el interior de cada país que en la comparación entre países. Así un integrismo religioso, en el interior de un país, condiciona sus sistemas de valores de forma distinta a como lo conformaría la religiosidad humanista y, en algunas cuestiones, también de forma distinta el ateismo y la no creencia. Formularía la hipótesis de que un análisis sincrónico y transversal a diferentes confesiones religiosas, en varios países, neutralizando, en cada una de ellas, la dimensión religiosa en las tres categorías que acabo de señalar, “integrismo religioso”, “religiosidad humanista” y “no creencia” arrojaría más similitudes, especialmente entre “integristas” o “fundamentalistas” de las diferentes denominaciones religiosas que la comparación de las personas de los diferentes países a tenor de la religión mayoritaria en cada país analizado. En todo caso cual sea la religión mayoritaria en cada país no es suficiente para explicar el resto de los comportamentos de las personas (aceptación de la democracia, educación de los hijos, por dar dos ejemplos) y debemos poner en liza otros argumentos y factores oara explicarlos. Así el tenor de las relaciones sociales entre los miembros de diferentes comunidades en un mismo país, además de la lectura que unos y otros hacen de sus creencias religiosas, tanto en el plano personal cuanto, sobretodo, social, nos parecen incuestionables. Como lo es el nivel de democracia en los diferentes países. Esta hipótesis no la formulo en el vacío. Algunos estudiosos del ámbito del Islam han emitido hipótesis, no idénticas pero sí similares. He aquí algunos ejemplos.

Hala Mustafa, Directora de investigación del Centro de Estudios Politicos y Estratégicos de la Fundación Al Ahram de El Cairo, concluye un interesante artículo sobre el islam y occidente en  el que tras afirmar que “los valores de la democracia y los derechos humanos deben fomentarse en todo el mundo” añade que “no hay que descartar de entrada que un amplio espectro de musulmanes sea capaz de aceptar el común denominador de esos valores”. Claro que la misma autora lineas arriba ha afirmado que “será más constructivo (pensando en perspectivas de coexistencia) dejar a un lado el conflicto religioso o cultural y pensar que al actual conflicto de intereses no es insoluble”, lo que no le impide afirmar, mas adelante que “el problema aquí es que la mayoría de las sociedades islámicas, al contrario que Europa, no ha vivido aún la transición al laicismo, lo que, a su vez, complica el proceso de democratización e impide la promoción de los derechos humanos”[18].

 

En el ámbito de trabajos recientes del Word Values Study encontramos varias conclusiones que van en el mismo sentido. Así el profesor Yilmaz Esmer, “Principal Investigator” del WWS de la Universidad de Bogazici en Estambul, termina su trabajo “Is there an islamic civilization?” afirmando que “if one wishes to define Islamic civilization in the contemporary world, religiosity, sexual tolerance, perseverance and determination, and support of gender equality are the key concepts to look for”. Sin embargo de ahí no cabe concluir, añade, que el Islam conduzca necesariamente a un conflicto entre pueblos[19]. Marc Tessler en otra investigación, trabajando con las encuestas de valores de Egipto, Jordania, Marruecos y Argelia concluye, literalemente, diciendo que “ there is little evidence, at least at the individual level of analysis, to support the claims of those who assert that Islam and democracy are incompatible[20]. Otra referencia, también muy reciente, Fares al-Braizat, investigador del WVS en la University of Jordan en Amman, concluye su discusión de las últimas tesis de Fukuyama diciendo que el Islam’ is largely irrelevant as an explanatory variable to authoritarianism/democracy” [21].

El profesor Said Bensaid Alaoui, a quien tuvimos el placer de recibir en el Forum Deusto, de la universidad del mismo nombre ya al final de su conferencia, tras un recorrido de las diferentes interpretaciones falsas que se dan, tanto del lado occidental como en el lado del Islam, se pregunta :   Existe-t-il donc une chance d’un dialogue Islam-Occident, après tant de conceptions erronées et de fausses idées de part et d’autre ? . Traslado aquí lo esencial de su respuesta no sin manifestar previamente mi total acuerdo con sus planteamientos.

Au-delà d’une réalité assombrie par le doute et l’incompréhension, des voix s’élèvent, aussi bien en Occident, qu’en pays d’Islam, pour nous rappeler le devoir de chacun de nous de se fier à l’impératif de la sagesse et de la raison…. Il n’est nullement exagéré de dire que la paix et la stabilité dans le monde dépendent, en fin d’analyse, d’un rapport Islam-Occident basé sur l’échange, la coopération active et surtout, ayant pour but commun de chasser très loin les risques d’un affrontement éventuel entre l’Occident et l’Islam. Pour ce faire, il faut que les principes d’équité, de reconnaissance à autrui du droit de vivre en paix autant qu’on le réclame pour soi-même soient reconnus, puisqu’Islam et Occident n’ont et ´n’aurons d’autre choix que de continuer à coexister´ pour reprendre à notre compte les propos d’Hubert Védrine. Terminaba su conferencia en Bilbao el profesor Said Bensaid Alaoui con esta reflexión :  les chances d’une interaction culturelle, positive et agissante, sont là, il est de notre devoir, musulmans, occidentaux, occidentaux, musulmans, de les saisir. La responsabilité leur incombe à tous, chacun à son niveau, selon son aptitude et, surtout, selon le degré d’engagement qui le met en face d’un devoir envers les générations à venir : celui de prendre le monde dans son étendue, pour horizon de pensée[22].

 

En fin, el profesor honorario del Collège de France, Jean Delumeau quien el mismo mismo día que pronunciaba otra conferencia en el Forum Deusto (7 de Octubre de 2003) veia la luz, aquí en París, su última publicación, afirma el papel central del Dios de Jesús, sirviéndose – ¿quién lo hubiera dicho hace treinta años?- de la formula de Regís Debray de un Dios “desterritorializado”, “desenclavado”, de un Dios para toda la humanidad excluyendo la idea de un Dios étnico, de un Dios para un solo pueblo[23]. 

 

Hay que apostar por la integración y la interculturalidad en detrimento de la multiculturalización en guetos o semiguetos estancos. Pero no basta con afirmarlo y exhortarlo. Hay que actuar. Ad intra luchando intelectualmente contra los que se oponen a estos planteamientos antes de que sea demasiado tarde y, ad extra, generando otra política migratoria a escala, si no planetaria, si regional, en el area mediterranea, en nuestro caso, en vez de limitarse a pretender impermeabilizar las fronteras. Entre tanto buscando denodadamente encuentros interétnicos de carácter intelectual al mismo rango que el personal y afectivo.

 

Pero me temo que, tanto desde la perspectiva sociológica, desde la praxis de las migraciones, como, también desde la reflexión teológica, aún estamos más en el terreno de la confrontación que de la comunión y enriquecimiento mutuos. Un análisis en profundidad de los valores dominantes en los que convergemos, sin obviar los que divergemos, los que nos unen y los que nos separan, nos parece una tarea crucial para los próximos años. Los valores y la realidad social, política, económica, cultural y religiosa en la que se incarnan. Porque, seamos realistas, aún quedan muchas barreras que franquear, muchas prepotencias que derribar, muchos riesgos a asumir, muchos miedos a desterrar, muchas experiencias a compartir  y muchos encuentros a realizar. Ya dijo hace tiempo el poeta español Antonio Machado que no hay camino sino que se hace camino al andar. Hago votos para que este Coloquio de París sea un jalón más en este camino del entendimiento que, a la postre, será consecuencia de un mejor conocimiento mutuo en el respeto profundo a las diferencias.

 

 

 

Donostia-San Sebastián, octubre de 2003

Javier Elzo

Catedrático de Sociología

Universidad de Deusto

Bilbao, País Vasco, España

 

Tel: 00 34 944 139 306 (Universidad de Deusto)

Email: jelzo@jet.es

 

 

 

 



[1] Calvo Buezas, Tomás. Racismo y solidaridad de españoles, portugueses y latinoamericanos. Los jóvenes ante otros pueblos y culturas. Ediciones Libertarias. Consejería de Educación y Juventud. Junta de Extremadura. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.  1997
[2] . “Actitudes hacia los grupos minoritarios en la Unión Europea”. : Un análisis especial de la encuesta Eurobarómetro 2000 en nombre del “Observatorio Europeo del Racismo y la Xenofobia”. Autores: Eva Thalhammer, Vlasta Zucha, Edith Enzenhofer, Brigitte Salfinger, Günther Ogris. SORA, Vierna 2001. Texto completo en www.imsersomigracion.upco.es/documentos (consultado en octubre de 2003). En total, se entrevistó a 16.078 individuos en los 15 Estados Miembros de la UE a lo largo del período comprendido entre el 5 de abril y el 23 de mayo del 2000. En cada país se realizaron 1.000 entrevistas por término medio, excepto en Luxemburgo, 600 personas y 300 en Irlanda del Norte. Para analizar las tendencias y evoluciones posibles a lo largo del tiempo, los resultados de la encuesta de la primavera del 2000 se compararon con los de un estudio anterior, efectuado entre la primavera y el otoño de 1997.
[3] Fernando Molero, Isabel Cuadrado y Marisol Navas, “Las nuevas expresiones del prejuicio racial: aspectos teóricos y empíricos”, en Estudios de Psicología Social, Cuadernos de la UNED, José Francisco Morales y Carmen Huici, (directores). UNED Ediciones, Madrid 2003.
[4] Gema Martín Muñoz (directora), F.Javier García Castaño, Ana López Sala y Rafael Crespo, “Marroquíes en España: Estudio sobre su integración” Fundación REPSOL YPF, Madrid 2003.
[5] . Subrayado en el original.
[6] . El subrayado es mio.
[7] .  Jan Kerkofs en Tendances révélées par les enquêtes ‘European Values Study’ et perspectives d’avenir ( páginas 262-263). « Movimientos de personas e ideas y multiculturalidad. Vol. I ». Forum Deusto. Ed. Universidad de Deusto. Bilbao, 2003
[8] Javier Elzo.“Les basques sont-ils différents ?. Quelques donnés sociologiques sur le fait différentiel basque ».( pág 256-265). En Les Temps Modernes. ”La Questión Basque. Confins, violence, confinement”. Juin-Juillet-Août 2001. nº 614
 
[9].  El estudio español es del año 2000 y el Marruecos del año 2001. El estudio de Marruecos ha sido financiado por Fundación Telefónica en Marruecos. En ambos el director es Juan Diez Nicolás a quien agradezco sobremanera que me haya permitido acceder y utilizar los resultados de ambos “surrveys”, incluso antes de que los estudios hayan sido publicados, por lo que los datos que aquí presentamos son absolutamente inéditos y provienen del Banco de datos de ASEP en Madrid cuyo director es el propio Juan Díez Nicolás.  
[10] . Ver, por ejemplo en los últimos estudios publicados los capítulos socioreligiosos y los dedicados a las tipologías:  Andrés Orizo Fr. y Elzo J. (directores), Ayerbe M., Corral J., Díez Nicolás J., González-Anleo J., González Blasco P., Setién M. L., Sierra L., Silvestre M., Valdivia C. "España 2000, entre el localismo y la globalidad . La Encuesta Europea deValores en su tercera aplicación, 1981-1999". Universidad de Deusto. Ediciones SM. Madrid 2000,  397 páginas  y  J. Elzo (director), Arístegui I., Ayerbe M., Barandiaran X., Garmendia F., Laka J.P., Narvaiza J.L., Setién M.L., Silvestre M., “Los vascos y navarros ante el nuevo milenio. Tercera aplicación de la Encuesta Europea de valores (1990, 1995, 1999”. Ed. Universidad de Deusto. Bilbao 2002, 386 páginas + cuestionario.
 
[11] Así en J. Elzo (dir), Andrés Orizo Fr., González-Anleo J., González Blasco P., Laespada M.T., Salazar L. "Jóvenes Españoles 99". Fundación Santa María. Ed. S.M. Madrid 1.999, 492 páginas, ver el capítulo socioreligioso. Ver también “Cultures jeunes et religions en Europe”. Obra colectiva bajo la dirección de Roland  J. Campiche. Ed du Cerf, París 1.997, 386 páginas, el capítulo primero.
 
 
[12] . Corrigiendo ya mi texto leo, con agrado, en la prensa digital española del día de hoy (El País, 11 de octubre de 2003) que Su Majestad Mohamed VI dio ayer un paso de gigante hacia la equiparación en Marruecos de los derechos de la mujer y del hombre en el discurso que pronunció con motivo de la apertura de la sesión parlamentaria otoñal. “¿Cómo, se preguntó, "poder garantizar el progreso y la prosperidad de una sociedad cuando las mujeres, que suponen la mitad [de sus ciudadanos], ven que sus derechos son pisoteados y padecen injusticia, violencia y marginación pese al derecho a la dignidad y a un trato ecuánime que les confiere nuestra santa religión?".
 
[13]. El trabajo de campo lo realizó una empresa independiente de estudios, CSA TMO, con una muestra de 1003 personas de 18 y más años. Se realizó mediante encuesta telefónica los días 29 y 30 de noviembre de 2000, siguiendo el método de quotas (sexo, edad, profesión, región y habitat)
[14] Debe de haber un error en las cifras. El análisis submuestral arroja, en todos los casos, una cifra superior al 36%.  La única explicación posible es que falten en las tablas que presentan en la revista las respuestas de las personas que no manifiestan pertenencia religiosa alguna.
[15] . En la revista “Actualité des religions” a tenor de un resumen de la posición de las religiones más representadas en Francia en este tema.

[16] . Hemos trabajado este punto en “Familia y religión: ¿libertad religiosa o confrontación”. (páginas 401-431) en Dionisio Borobio (Coordinador), “Familia e interculturalidad”. Publicaciones de la Universidad Pontificia de Salamanca. 474 páginas. Salamanca 2003.
[17] DUPUIS Jacques. “Hacia una teología cristiana del pluralismo religioso”. Ed. Sal Terrae, Santander, 2000, , paginas 276-277.
[18] . Hala Mustafa, “El Islam y Occidente en tiempos de globalización: ¿coexistencia o choque de civilizaciones”, en Nezar AlSayyad y Manuel Castells (eds), ¿Europa musulmana o Euro-Islam?. Ed Alianza editorial, Madrid 2003, paginas 149-150..
[19] . “But why is it inevitable that this should lead to a clash? That question will have to be tackled elsewhere”, dice concretamente Esmer su trabajo. Ver www.worldvaluessurveys.org 12.09.2002.
[20] . En Do islamic orientations influence attitudes toward democracy in the arab world?.Evidence from Egypt, Jordan, Morocco, and Algeria. En www.worldvaluessurveys.org 13.11.2002.
[21] . En  Muslims and Democracy: An empirical critique of Fukuyama’s culturalist approach”. En www.worldvaluessurveys.org (13/11/2002)
 
[22] . Conferencia pronunciada en la Universidad de Deusto, Bilbao, Pais Vasco, España el día 8 de Abril de 2003, bajo el título “Islam-Occident : choc des civilisations ou interaction al des cultures?”. La conferencia será publicado a lo largo del año 2.004 con el conjunto de conferencias dictadas durante el año 2003 en el Forum Deustodentro del ciclo, “ Movimientos de ideas y personas y multiculturalidad”.
[23] . Jean Delumeau: “Guetter l´aurore. Un christianisme pour demain”. Ed. Grasset. París 2003, pag 266. La conferencia del profesor Delumeau en el Forum Deusto será publicada a lo largo del año 2004 en la misma publicación que la de la conferencia de Said Bensaid Alaoui, citada en la nota anterior. Las referencias a R. Debray estan extraídas de su libro “Dieu un intinenaire”, Paris 2001, Odile Jacob pp. 181, 186, 244-246. No me resisto a citar otra publicación con el siginificatico título de “Marx est mort, Jesús revient” de Pierre Deusy, Ed. Bourin. Paris 2003.

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