domingo, 15 de julio de 2012

El negro futuro de un millón de jóvenes y valores de los jóvenes ante el trabajo


El negro futuro de un millón de jóvenes y valores de los jóvenes ante el trabajo

 Texto ampliado del artículo que ayer sábado 14 publiqué en El Diario Vasco”

El lunes próximo, día 16, participo en un Curso de Verano de la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial,  organizado por el CES de España, sobre “La juventud: transición de la formación al empleo”, con una conferencia sobre el paro juvenil y los valores de los jóvenes ante el trabajo.

  1. Sobre el paro juvenil
Presento unos datos del Informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) de mayo pasado (“Global Employment Trends for Youth 2012) y los del ultimo estudio de IVIE de la Universidad de Valencia (lo mejor a mi juicio en España), del presente año, en relación al empleo juvenil. He aquí algunas conclusiones mayores.

Según el estudio de la OIT, en todos los países, y en todo tiempo, a mayor formación menos paro. Ahora bien, en España, el año 2000, esa correlación era relativamente reducida, aunque después se haya disparado. El año 2000 vivíamos en la burbuja del ladrillo. Muchos escolares abandonaron los estudios para ganar unos dineros. Es lo que, a veces, se engrosa en las estadísticas del fracaso escolar aunque el fracaso escolar es otra cosa.

Los datos de IVIE, espeluznantes, muestran cómo el paro de jóvenes activos, entre los 16 y los 30 años de edad, con solo estudios primarios casi se multiplica por tres entre 2005 y 2012. De poco más del 20 % el año 2005 a cerca del 60 % el año 2012. Mientras que los que tienen, sea estudios universitarios, sea formación profesional avanzada (FPII y CFGS), y que van a la par en las tasas de paro, pasan de algo más del 10% de parados en 2005 a poco más del 20 % en 2012. Como ven la diferencia es espectacular. Lo remacho: los jóvenes que tienen estudios avanzados, sea universitarios, sea de Formación Profesional, tienen en la actualidad unas tasas de paso tres veces inferiores a las de los que están sin estudios o con solamente la enseñanza primaria.

Del análisis de las dos informaciones que nos suministra la OIT e IVIE constataremos que la crisis ha pillado a todos los jóvenes pero especialmente a los que, hace cinco o diez años, en plena burbuja inmobiliaria, abandonaron los estudios con el espejismo momentáneo de encontrar un trabajo que no exigía formación y llevarse unos dinero al bolsillo. No pocos educadores, sociólogos, psicólogos sociales etc., levantamos entonces la voz, (sin sospechar en absoluto la gravedad de la crisis que ahora padecemos) del riesgo para el futuro de estos adolescentes. Desgraciadamente, aquellos adolescentes ahora, en julio de 2012, son jóvenes, del orden de 800.000 a un millón en España, sin trabajo, sin formación y con un futuro muy negro.

2. Sobre los valores de los jóvenes ante trabajo he aquí tres cuestiones diferentes

2.1. Sobre las condiciones que se piden al trabajo

A la hora de precisar cuales son las condiciones que exigen al trabajo, uno y otro según su edad hay que decir, de entrada, que no hay grandes diferencias entre los jóvenes y entre los mayores. No hay ruptura generacional en las condiciones al trabajo. Así y todo, cabe decir que:

        Los más exigentes son los trabajadores en edades comprendidas entre los de 35 y los 44 años, seguidos por los de 18 a 24. Los menos exigentes, los de 65 y más años.

        Los más jóvenes acentúan algo más que los demás

        Tener una buena jornada de trabajo

        Ser bien tratados en el trabajo

        Tener un trabajo interesante

        Poder lograr algo en el trabajo

        Los de más edad acentúan algo más

        Seguridad de empleo

        Los edades intermedias destacan en su demanda de

        Conciliar trabajo y familia

 2.2. Sobre cómo debe ser considerado el trabajo

En otros aspectos, sin embargo se observa que hay una correlación muy clara y siempre en el mismo sentido: al avanzar en edad se está más de acuerdo con estas ideas:

       El que no trabaja se hace perezoso

       El trabajo es un deber con la sociedad

       El trabajo es más importante que el tiempo libre

       Es humillante recibir dinero sin haber trabajado para ello.

2.3. Sobre cómo explicar que haya personas con serias dificultades económicas en la vida

En fin, a la hora de señalar porqué hay gente con dificultades en la vida en su situación económica, los jóvenes (menos de 44 años) destacan sobre los mayores (más de 55 años) en subrayar

       La injusticia de la sociedad

       Consecuencia del progreso humano

        La mala suerte la acentúan los de 65 y más años

        La pereza y falta de fuerza de voluntad por igual en todas las edades


Concluya el lector

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