miércoles, 15 de junio de 2016

Autoritarismos de derechas y populismos de izquierdas


Autoritarismos de derechas y populismos de izquierdas

Muchos estudiosos parecen ponerse de acuerdo en señalar que vivimos un periodo de alta polarización política, con el surgimiento de partidos extremistas que 300 investigadores en Ciencias Sociales del planeta que preparan un “Manifiesto para el Progreso Social” (del que escribiré en futuros artículos), denominan autoritaristas (de derechas, así en el centro y norte de Europa) y populistas (de izquierdas, en el sur de Europa). El texto en francés en http://abonnes.lemonde.fr/idees/article/2016/05/31/trois-cents-chercheurs-vont-rediger-un-manifeste-pour-le-progres-social_4929834_3232.html

Como motivaciones para esta situación política se destacan estas tres: 1ª, la larga crisis financiera; 2ª, una globalización que, dicen, iría demasiado rápido y demasiado lejos (también en Europa donde muchos reivindican la identidad de sus estados miembros y critican la, a su juicio, excesiva transferencia de soberanía a la Unión Europea, véase el Brexit) y, 3ª, las condiciones de la  llegada de refugiados de Oriente Medio que todos los ciudadanos lamentan, así como casi todos critican la respuesta dada por los 28 líderes de la UE (ni uno solo se opuso lo que, a mí al menos, me impide hacer un juicio perentorio), aunque la gran mayoría de esos mismos ciudadanos (con muy honrosas excepciones), no los quieren como vecinos. Mucho cabría decir de estos tres puntos a los que añadiría, como poco, estos dos: por un lado, el peso del anonimato en las redes sociales, y en los comentarios en la prensa escrita, en demasiados casos vomitorio de resentimientos y, por el otro, la lógica de lo noticiable que dictaría que solamente la mala noticia es noticia, ambos caldo de cultivo de autoritarismos y populismos. Estos cinco motivos explicarían no poco del auge de los extremismos en la rica Europa. Quiero hoy mostrar y apuntar porqué en el centro y norte de Europa son, básicamente, de derechas, y de izquierdas en el sur.     

Extrema derecha en el Centro y Norte de Europa. Muchos relacionan la extrema derecha con una fuerte reivindicación de la propia nación. De ahí que correlacionen extrema derecha y nacionalismo en su versión etnicista, o xenófoba, si no racista. Algo de esto hay, por ejemplo, en Francia con la formación de Marine Le Pen, en Austria con Norbert Hofer, candidato del denominado Partido Liberal Austriaco (FPÖ). Añádanse los casos de Dinamarca (Partido Popular danés), Alemania (AfD, Alternativa para Alemania, sin olvidar al partido anti islámico Pegida), Gran Bretaña (UKIP, Partido de la independencia del Reino Unido), Italia (Liga del Norte), Holanda (Partido por la Libertad), Flandes (Vlaams Belang, ahora de capa caída por el auge del centro derecha independentista), Suiza (SVP, Partido del pueblo suizo), Suecia (Demócratas suecos), Noruega (Partido del progreso noruego), Finlandia (Verdaderos finlandeses) y no digamos en tantos países de la ex - Unión Soviética, como Hungría (con Viktor Orban), Polonia  (partido del Derecho y la Justicia), por citar solamente estos dos etc., etc. Obsérvese cómo en la mayoría, además de una apelación al estado o nación de pertenencia, aparecen los términos de libertad, liberal, progreso, democracia etc., como si sus estados los estuvieran perdiendo por una amenaza exterior. Señalemos también el más que inquietante papel de Trump en EEUU. En fin, hay analistas que comparan la situación actual con la de Europa entre las dos guerras del siglo XX con los ejemplos del nazismo alemán, del fascismo italiano y la dictadura franquista, por la derecha, y la revolución rusa, por la izquierda, aunque la historia nunca se repite.

Extremismos de prosperidad y de necesidad. La correlación inmigración populismo, extremismo, xenofobia etc., etc., es muy clara en Europa y, en muchos casos, va unida a lo que cabe denominar como populismo o autoritarismo de la prosperidad, propio de gentes adineradas que temen perder su situación de privilegio en un momento de crisis financiera y más que financiera. En el sur de Europa es distinto. Además de la historia (fascismo en Italia, franquismo en España, coroneles en Grecia) la crisis la ha empobrecido y a diferencia del centro y norte de Europa, en el sur no se teme perder los privilegios sino el trabajo.

¿Excepción española? En efecto, no habría extrema derecha en España por el (mal) recuerdo del franquismo. Así en diciembre de 2015 la Falange solamente obtuvo 7600 votos y el joven partido “Vox” 58.000. La historia del PP desde la transición es la de un tránsito desde la extrema derecha a la derecha y, en algunos de sus militantes y dirigentes, centro derecha, pero, y es su mérito (rechaza la violencia) y su debilidad (no acepta la plurinacionalidad del Estado y se escora mucho a una derecha rancia), acogiendo en su seno a la mayor parte de la derecha extrema española.

En la actualidad, algunos parecen echar en falta una implicación emocional de la ciudadanía hacia la marca España. De ahí la rabieta que les genera toda manifestación independentista o la exhibición de banderas que la reivindiquen, como la estelada. De hecho, es cierto que la fuerte reivindicación de España como nación y, más aún, como la única nación en el Estado, la defienda básicamente la derecha (tanto la “vieja”, PP, como la “nueva”, C´s): en las mesetas, Murcia, Andalucía y Extremadura (aunque gobierne el PSOE en ambas) y, también en Cantabria y Asturias. Mientras en Euskadi, Catalunya y, en menor medida Galicia, muchos de sus ciudadanos las reivindican como naciones.

A ello cabe añadir la distancia cultural y, también religiosa en determinados supuestos, que hace difícil la integración social de los inmigrantes. Cabe hablar, también en este caso, de la excepción española, particularmente en los inmigrantes latinoamericanos, por su cercanía cultural, religiosa (incluso en mayor porcentaje que los miembros del Estado, especialmente vascos y catalanes), y hablando el mismo idioma.

Extremismo vasco. Pero no siempre el extremismo está, o ha estado, en la derecha. No tenemos que mirar muy lejos pues lo tenemos en casa. Herri Batasuna, en todas sus marcas, es un partido que se ha dicho nacionalista y de izquierdas. La “izquierda abertzale”. Y de ahí no se han movido en 50 años, con un ala, mayoritaria, a la que calificaré de “posibilista” en Sortu, y otra, minoritaria, a la que calificaré de “nostálgica”, y que nos recuerda a los panfletos de los años 70, cual bunker del nacionalismo revolucionario. (Les sugiero que lean su Manifiesto en https://www.boltxe.eus/2016/05/21/askatasunaren-bidean/#ASKATASUNAREN-BIDEAN, que, al menos, tiene la virtualidad de existir, pues aún estoy por leer el Manifiesto Fundacional de Sortu). Hablando de la izquierda, ¿cómo olvidar los 72 años de totalitarismo comunista en la extinta URSS, y la increíble ceguera, silencio cómplice donde los haya, de gran parte de la intelectualidad? Sin olvidar el régimen de Mao y su influjo, también en Euskadi, en los finales de los 60 y comienzo de los 70 del siglo pasado.

En el sur de Europa, los extremismos son de signo izquierdista. Podemos en España (y con fuerte presencia en Euskadi, cuya última explicación todavía se me escapa, y a la que he de volver), la Grecia de Tsipras, la Italia de Beppe Grillo y en Portugal una coalición del Partido Socialista con varios partidos a su izquierda.

Ya escribiremos sobre Euskadi a medida que nos acerquemos a las autonómicas de otoño y tengamos encuestas frescas al respecto.

Este texto, algo recortado, se publicó en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa el sábado 11 de junio de 2016

4 comentarios:

  1. ¡ Qué malos son los Británicos que mayoritariamente se separan de Europa y qué buenos los vascos extremistas (más una parte, aún ahora, del pnv; una mayoría, en total) que apostaban por Europa mientras que, en mayoría, querían a la vez destruir a una de las naciones miembros de Europa; España; con absoluta; aún ahora; impunidad; con el permiso cómplice de los funcionarios quietos y a la vez inútiles de ese mismo Continente !


    ..¿ O es lo contrario ?..

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  2. No es el momento de reivindicar Gibraltar, como he oído a algunos oportunistas del PP; muy, muy, muy mal aconsejados; sino de ayudar a Gran Bretaña en su nueva andadura contra la inutilidad funcionarial de la pésima unión europea con minúsculas. ¡ Ayudemos a la más que valiente Gran Bretaña y a la nueva Europa más dinámica que habrá de democratizarse y desfuncionarizarse; luchemos, sin embargo contra los locos extremistas y aún terroristas (no sabemos cuando volverán a empezar a matar a Españoles inocentes, bajo cualquier otra excusa que no sea la excusa marxista mentirosa y horrible *socialista* o la excusa de la diferencia; no estoy diciendo que la banda terrorista ETA volverá a empezar, sino que lo harán quizás otros, de otra forma, con otra excusa y con diferente nombre, si no garantizamos *desde ya* que el PNV se adhiere a Madrid y a España *sin ninguna ambigüedad*, pero sin perjuicio de la autonomía actual y del *buen hacer* actual del PNV) que quieren despedazar nuestra nación, con el *silencio cómplice* de la más que inútil unión europea ! Tampoco es el momento, por parte del Sinn Feinn irlandés, de reivindicar la unión de Irlanda del Norte con Irlanda. En todo caso los referendos son instrumentos binarios (de sólo malos y de sólo buenos, de sólo ceros y de sólo unos, sin más matices; ni mediciones ni colores intermedios, poco deseables, que no definen nunca su tiempo de aplicación ni la intensidad -y aún menos la calidad- de esa aplicación). Y por ello no son instrumentos plenamente válidos democráticamente. (Ni para separar a cataluña o a vasquia de España; ni para unificar a Irlanda y a irlanda del Norte (aunque yo soy partidario; en algún momento; de esa última unificación; pactada **pacíficamente** (he dicho unificación pacífica pactada y no separación unilateral terrorista)).
    La salida del Reino unido del UE es algo que nos enriquecerá y nos dinamizará, a corto y medio plazo a todos; luchemos contra la europa indolente y vaga de los funcionarios dictadores (que no se nota, no obstante que dictan y que mal dictan).
    PS : Siento utilizar su blog para esto, pero la desproporción escuchada en radio y televisión, leída en periódicos, de las opiniones en contra de la valentía creativa de la Gran Bretaña; me obliga ello. Si un día lo puedo; ayudaré con decisión a esos Británicos valientes y creativos. ¡ Pero es al primer ministro David Cameron, y no a un populista, (como lo son los populistas de "podemos"), a quien le corresponde no abandonar el gobierno y seguir con las riendas de la nación; llevar a cabo el proceso entero !

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  3. (Sigue de antes)

    En caso de dudas y a la hora de convocar un referendum; si es para partir en pedazos a una nación; es la nación entera, en cuestión, la que debe votar (Europa no es una nación). Así, España entera debiera de votar, si se quisiera un refrendo separador de vasquia o de cataluña; pero en el caso de una unificación (de las Irlandas; por ejemplo); es sólo el miembro separado, que se quiere reunificar, el que debe votar. Pero los refrendos son instrumentos pobres, que no definen, muy interesadamente, con alevosía clara, su tiempo de aplicación; además binarios, es decir reduccionistas; de una pobreza cualitativa enorme. Así; el pobre líder de los independentistas escoceses; que perdió su refrendo de independencia, aspira a repetirlo, dentro de sólo unos pocos meses, y aspira a que esta vez, si lo gana, dure para la eternidad. Si lo vuelve a perder; volverá a intentar convocar otro, que sea ese sí para siempre si lo gana; y a repetir alos pocos meses si lo pierde. Si no fuera trágico; con tantas muertes y locuras que hemos tenido que sufrir aquí en vasquia; sonreiríamos gentilmente. Lo dicho; el primer ministro perdedor Cameron debe de continuar en el gobierno británico y llevar a cabo la tarea de seaparción con esta Europa inútil, que habrá de reformarse. No es una tarea para populistas aprovechados; sino para gente equilibrada , que creen y aman a su país.

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  4. Con gran pesar no votaré en las elecciones de este domingo 26 de junio. El populismo hipócrita y aprovechado hasta niveles absolutamente insanos de "podemos" y de la otra secta nueva; han terminado con la poca resistencia que me quedaba ante los estafadores profesionales que dicen ser de uno u otro signo, que han invadido España, que destruirán con seguridad nuestros países. Me niego a cumplir la parodia de la votación; entre tanta mentira miserable mil veces repetida por las dos sectas repelentes nuevas.

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