jueves, 20 de septiembre de 2001

Para una sociología de la violencia juvenil


Para una sociología de la violencia juvenil

 
(Materiales para la Ponencia de Javier Elzo en el VII Congreso Español de Sociología, en el Grupo de Trabajo de Sociología de la Juventud, en Salamanca los días 20-22 de septiembre de 2.001[1])  

 

Desde hace tiempo se viene debatiendo en los medios de comunicación social el fenómeno de la violencia juvenil. Pero a pesar de esta reiterada dedicación al tema, no es fácil encontrar estudios empíricos en el ámbito español que tengan, como objeto prioritario, el fenómeno de la violencia juvenil[2]. Sí existen Jornadas, Coloquios, Congresos y literatura sobre el tema desde las diferentes disciplinas que abordan el asunto con definiciones precisas para cada una de las manifestaciones de violencia interpretadas por los jóvenes. Recuérdense los trabajos de Cohen sobre las bandas juveniles[3], por ejemplo, ya en los años 50 También existen trabajos empíricos donde se trata de medir la actitud y grado de justificación ante determinados actos violentos, pero no parece existir nada sobre el grado de implicación en este tipo de comportamientos, las circunstancias que motivan el comportamiento violento, ni las características sociológicas de los agresores y las víctimas.
 

Hace ya tres años presenté un texto en Plasencia en el que me detuve en estas y similares consideraciones que despues he repetido en diferentes foros en España. Releo y transcribo mi texto de Plasencia, creo que no publicado, que pienso tiene plena vigencia hoy en día, en Septiembre de 2.001, para este Congreso de Salamanca.

 

-        " En muchos momentos tengo la impresión de que la preocupación por la violencia juvenil, excepción hecha de fenómenos muy puntuales como la violencia terrorista que tiene lugar en el País Vasco, así como las agresiones y violencias que se producen en no pocos centros docentes, es más un fenómeno en el que la dimensión mediática tiene tanta o más importancia que la propia realidad.

-        En todo caso, y sería la hipótesis que someto a la consideración de los participantes a estas Jornadas, estamos construyendo un discurso sobre la violencia juvenil en España y, lo que puede ser peor, pretendemos trabajar sobre un fenómeno del que sabemos, de forma científica, esto es de forma controlada y controlable, muy poco. Estamos construyendo sin cimientos, sin base sólida y, si me permiten el juego de palabras, en base a pre-juicios, a supuestos, a intuiciones, cuando no a lugares comunes".[4]

 

Señalemos antes de avanzar en el tema que hay discusiones a la hora de decir si el nivel de violencia juvenil es mayor hoy al  de hace, por ejemplo, 30 años en los países del llamado mundo civilizado. Me inclino más bien a pensar en lo contrario, aunque otros estudiosos piensan lo contrario. Al menos mi propia experiencia vital así me lo dicta: hoy hay menos "violencia ordinaria" entre los chavales del País Vasco, durante el uso del tiempo libre, de la que ejercíamos nosotros mismos en nuestra adolescencia. Mi hipotesis, en esta dimensión diacrónica señalaría, por un lado, que hoy la sensibilidad social ante la violencia es mayor que la existente hace 30 años, lo que hace también, que los adolescentes, como víctimas o agredidos, soporten más dificilmente toda burla, menosprecio y maltrato psicológico, mientras que hoy los actos violentos, aunque en menor número que antaño, lo repito, pueden sin embargo ser más graves en su dimensión física, el límite siendo menos claro entre la violencia tolerable y la intolerable, la violencia "correcta y la incorrecta", la permisible y la rechazable para el agresor o victimario.

 

No olvidemos tampoco, y volveremos a ello de que se habla mucho de jóvenes violentos pero poco de jóvenes violentados o si se quiere de jóvenes objetos de violencia. En muchos casos los agresores son también otros jóvenes, pero en no pocos casos son personas adultas. Tan importante como lo anterior es señalar que la correlación "jovenes-violencia" no deja de ser un constructo social, inexacto e injusto. No solamente porque todos, ni la mayoría de los jóvenes sean violentos, sinomporque está lejos de haberse demostrado que los jóvenes son más violentos que los adultos. Otra cosa es que sus manifestaciones violentas sean más ruidosas, manifiestas y mediatizadas que las de los adultos.

 

En fín, recordemos también que más que de juventud hay que hablar de jóvenes. Así mismo, la violencia juvenil es un concepto demasiado amplio que exige distinguir diferentes modalidades de la misma. En un primer momento me detendré en este último punto para, más adelante, abordar la cuestion de la violencia con jóvenes escolarizados que estoy trabjando últimamente.

1.1     

1.2    1. Algunas modalidades de la violencia juvenil

1.3     

1.4     

1.5    En efecto, bajo la denominación de la violencia juvenil se incluyen diversas modalidades de la violencia que exigen una clarificación conceptual pues responden a realidades muy diversas. Sin pretensión de exhaustividad y atendiendo a las circunstancias que pueden ser más cercanas, por presentes, en la sociedad occidental señalaría las siguientes:


 

1. la violencia de signo claramente racista en la que cabe incluir los movimientos neonazis, skinheads,  muchas veces cercanos a la derecha extrema que los justifica, ampara, encubre cuando no aúpa.

2. la violencia de carácter xenófobo que sin ser puramente racista se le aparenta, si no en la ideología sí en la práctica. Es la que ve al extranjero como un peligro para su propia comodidad, su nivel de vida. Es una modalidad de violencia que, me temo, está, desgraciadamente, más extendida de lo que parece.

 

En diferentes momentos he tenido ocasión de hablar sobre estos fenónemos de las violencias de signo racista y xenófobo. Hay diferentes causas para ello.Citemos sin más, el miedo y la inseguridad ante una sociedad día a día más abierta, más competitiva, la percepción de fracaso vital, ya desde la escuela, cuando no se es capaz de seguir el ritmo impuesto siendo mayor el riesgo el chicos, como indicaré más abajo; la búsqueda de la identidad por diferenciación sea étnica, sea nacional (o nacionalista), sea meramente grupal; el retorno de los clanes, sea de los más débiles (en lo físico, en lo psicológico...) sea de los más radicales, defensores de la verdad única, del proyecto único; el aumento de las diferencias en los niveles de vida entre los países con la consecuencia de las fuertes corrientes migratorias, grandes desplazamientos y enormes diferencias en las tasas de natalidad de los diferentes países o colectivos.De hecho mucha gente de los paises del primer mundo acaba temiendo al de fuera, al otro. De ahí a aborrecerlo hay un paso que muchos han franqueado ya. Consecuencia: las expresiones como "los franceses primero" de Le Pen reciben excelente acogida, con todo lo que ello conlleva. 

 

En efecto no hay que olvidar nunca que debajo de muchas actitudes racistas y xenófobas está el temor de perder los niveles de vida, los estándares de vida de las sociedades ricas, opulentas y saciadas. Y España ocupa el 7º u 8º lugar en el ranking mundial.[5]

3. la violencia nacionalista con carga fundamentalmente étnica en la que cabe incluir los casos irlandés y toda la problemática de la ex-Yugoeslavia.

     4 la violencia de signo revolucionario-nacionalista que padecemos en el País Vasco con el autodenominado Movimiento de Liberación Nacional Vasco que comprende, entre otros, a ETA, Haika (ahora Segi), y los diversos comandos que protagonizan desde el año 1.994 la llamada “Kale Borroka” (Violencia callejera), por centrarme en la violencia juvenil. [6]

5. la violencia antisocial que se puede aparentar a una violencia de revuelta social protagonizada por jóvenes desarraigados que frustrados por su imposibilidad, o gran dificultad,  de adquirir los bienes que les ofrece la sociedad del bienestar (sociedad de la opulencia dirán otros) sencillamente “se revuelven” a las primeras de cambio. Es en este tipo de violencia en el que se piensa cuando se habla de “potencial de violencia” en ciertas capas de juventud, o de factores sociales que pueden engendrar situaciones “explosivas” por marginación de un número importante de jóvenes. Pienso que, en este registro cabe incluir no pocas de las manifestaciones de violencia juvenil que se pueden encontrar en las capas más desfavorecidas de la sociedad, así como en los países donde las diferencias entre las clases sociales son escandalosamente grandes.

6. la violencia gratuita, término que, cual comodín, estamos utilizando quizás sin demasiada precisión. Decimos gratuita pues no parece responder ni a objetivos estratégicos (como las violencias racistas, revolucionarias o nacionalistas), ni corresponderse a situaciones de marginalidad o desarraigo social. Es la violencia que se manifiesta, a veces en la rotura de los faros de un coche, en quemar una bolsa de basura, pero que también puede tener una mayor gravedad como la quema de un anciano desvalido, sin que, aparentemente, seamos capaces de denotar una motivación a esos actos. Pero no hay violencia que no responda a una insatisfacción, necesidad o falta. Distinguiría, sucintamente, varias causalidades o motivaciones.

6.1. En unos casos se puede tratar de un mero juego (trágico juego ciertamente, pero juego al fin). De ahí que se hable también de violencia lúdica [7]. Muchas veces esta manifestación de violencia no es sino la consecuencia del aburrimiento, hastío y falta de alicientes en la  vida cotidiana de no pocos adolescentes y jóvenes. Puede ser indicador de la necesidad de llenar un vacío vital, más profundo de lo que pensamos los adultos.

6.2. Pero en otros casos se puede tratar de una violencia “identitaria”, esto es una violencia que no es sino la manifestación de una búsqueda de identidad. Así la violencia adquiere carta de naturaleza como modelo de identificación. Más aún, la repetición de actos violentos se corresponde con una forma ( “la” forma en no pocos casos) de identidad en determinados adolescentes y jóvenes.

6.3. Un ejemplo de lo anterior lo tenemos en ciertas manifestaciones de la violencia en los chicos que se sienten relegados, en la escuela por ejemplo, por el empuje y protagonismo de las chicas. En una especie de “revival” del machismo pero con otras connotaciones a las tradicionales. De hecho la violencia de carácter sexual exigiría un tratamiento propio.

6.4. En este heteróclito colchón de la denominada violencia gratuita por   último, pero no por ello menos importante ni muchos menos en la actual generación juvenil, la violencia como consecuencia de la dificultad de asumir cualquier frustración y diferir en el tiempo lo deseado en el presente, la no aceptación del límite, sea el que sea, así como todo lo que connote autoridad exterior a la del grupo de pares. Esta modalidad de violencia que tiene su origen, en última instancia, en los sistemas de valores dominantes en la educación ( familiar, escolar, societal etc.) en las últimas décadas explica no pocas de las específicas manifestaciones de violencia imputadas a los adolescentes y jóvenes de hoy del mundo llamado desarrollado.

7. Quizás haya que hacer una mención especial al vandalismo en el fútbol, a los hooligans, como forma de identificación de jóvenes en búsqueda de algún asidero en sus vidas, sin olvidar la utilización político partidista que cabe hacerse de determinadas manifestaciones de las peñas futbolistas.[8]

 

2. La violencia de Haika 

 

Hace años que las imágenes de las gentes de EH (hoy Batasuna) en los plenos de los ayuntamientos, tras una asesinato me impresionan. ¿Como es posible aguantar marmóreamente, sin pestañear, que le increpen sus conciudadanos, leer un texto, redactado por otros pero aceptado como propio, en el fondo auto-exculpatorio del asesinato de quien ayer era su compañero de corporación, o su amigo en la infancia y en la juventud...?.¿Porqué matan?. ¿Qué persiguen?. ¿Cómo es posible ser tan insensible al dolor ajeno, aún siendo tan cercano?. La respuesta tiene dos componentes principales: uno de carácter ideológico y otro de signo social. No olvido el factor psicológico, pero lo considero, como mucho, sobrevenido a los dos anteriores.

 

Componente ideológico: lo comunitario, lo global, es anterior y prioritario a lo particular, a lo individual. La nueva sociedad, la nación, la revolución, el anticapitalismo, la lengua, etc., etc., son antecedentes a la persona humana concreta, con nombre y apellido. Puestos a elegir entre la consecución de un objetivo político y la vida de las personas no hay duda posible: en tanto puedan ser obstáculo para construir la sociedad vasca, que ETA ya definió, de una vez por todas cómo debía ser, esto es, la Euskadi independiente, unificada, euskaldun y socialista, las personas concretas que se opongan a sus objetivos políticos deben desaparecer. Su muerte no es sino la consecuencia, lamentable dirán, de un conflicto no resuelto en el que ellos con su comportamiento o con sus ideas son un obstáculo para la consecución del objetivo supremo. Quienes sean esas personas depende de cada momento aunque, unos tendrán siempre más boletos que otros.  Hoy mismo un alumno mio de sociología, Santiago Abascal, Presidente de las Nuevas Generaciones del PP en el País Vasco, amenazado de muerte por ETA. Un alumno que ha convivido con otros detenidos por parcipar en Haika. Así de simple y así de trágico.

 

Componente social. Esta primacía de lo general sobre lo particular hasta el punto que la vida de las personas valga lo que vale su grado de obstrucción al objetivo general no es tarea fácil de sobrellevar. Sobretodo cuando no se tiene el poder. Todas las dictaduras, todos los totalitarismos han primado lo general sobre lo particular pero las cosas cambian según se tenga o no el poder. De ahí que las comparaciones de ETA con los nazis (pero, ¿porqué no con los estalinistas, maoístas o castristas?) resulten impropias. Hay más elementos diferenciales que semejantes entre ETA y el nazismo hitleriano. ETA forma parte del Movimiento de Liberación Nacional Vasco y sus acciones a lo que más se asemejan es a una guerrilla popular de corte anarco-marxista-leninista con base nacionalista excluyente. Si se prefiere se le puede denominar totalitarismo antisistema y anticapitalista, que también. Pero todo eso se hubiera esfumado (como las Brigadas Rojas, los Tupamaros, la Banda Baader etc.) si no hubiera logrado cuajar su Movimiento en un segmento social importante conformando una sociedad dentro de la sociedad vasca. En esta sociedad dentro de la sociedad vasca, de frontera no  totalmente impermeabilizada, lo esencial es el nucleo duro (ETA, los que les apoyan logísticamente y los que tienen alguna incidencia en sus decisiones) así como las capas que le son próximas y que asistirán a todas las manifestaciones que les convoquen y que aguantarán todo lo que sea. Para ello se alimentan, no tanto de sus medios de comunicación social (aunque también) sino de un sentimiento vivo de pertenencia al grupo puro, radical, concienciado, dispuesto a morir por la causa, activos resistentes al enemigo (español, capitalista o francés y por este orden) o al traidor (al capitalista aunque sea vasco, o al vasco español,  por este orden esta vez). Este sentimiento es alimentado en encuentros continuos, espacios de diversion propios, conversaciones con y entre los suyos hasta conformar un estilo de vida y unos valores distintos a los de la mayoría poblacional.

 

Que despues su avanzadilla asesine a sangre fría y que no se les inmute la cara cuando el vecino o el amigo con el que jugó al futbol de crio le recrimine su actitud no es un rasgo de carácter psicológico originario (no son psicópatas violentos) sino consecuencia, básicamente, de un fenómeno endogámico en lo político, en lo social y en lo cultural que los hace impermeables a todo discurso ético que choque con sus objetivos y su visión de la realidad. Más aún, todo insulto personal tiene como consecuencia reafirmarle en sus planteamientos haciéndolos aún más vitales, emocionalmente propios y hasta signos de identificación. Por ejemplo, no les disgusta, bien al contrario, que se les denomine radicales vascos. Nada de ambiguos o timoratos. Radicales. Ellos se sienten los únicos, los puros, la parte más concienciada de la juventud vasca. Hoy forman parte de “Segi”, ayer de “Haika”, antes de ayer de Jarrai. Segi y Haika son la misma cosa. El cambio de denominación obedece a tácticas para dificultar la acción de la justicia. Veamos rápidamente algunas características ideológicas de Haika.

 

Les lleva a la militancia, porque militancia es, un doble planteamiento de signo político: la independencia de Euskadi de los estados español y francés y lo que lo que ellos denominan el socialismo. Haika nace hace durante el triduo de la semana santa del año 2.000 en Kambo, en el País Vasco francés. Cerca de 20.000 adolescentes y jóvenes, según sus cuentas, se reúnen durante tres días y reciben el espaldarazo del gran hermano, ETA, en un mensaje grabado en el que animaba a "los jóvenes abertzales a continuar la lucha por la independencia de Euskal Herria" ("Gara" 23/04/00). Haika, que significa levantarse en euskera, surge de la fusión de Jarrai y Gazteriak, siendo estos últimos los equivalentes de Jarrai en el País Vasco francés.

 

Haika se presenta como una organización "joven, vasca, de toda Euskal Herria, plural, independentista, revolucionaria e internacionalista". Todos los términos son importantes y todos sirven bien para definirlos. Entre los opinadores y comentaristas, luego en los medios de comunicación y, en consecuencia en el imaginario colectivo de los ciudadanos, se quedan exclusivamente con lo de "joven, vasco e independentista" y pasan en silencio lo de revolucionario e internacionalista, cuestión esta que alguna vez habrá que abordar con rigor. También el término "plural" pasa en silencio y se entiende, al menos en parte, pues solamente son plurales a la hora de abordar los "plurales problemas" de los jóvenes vascos al objeto de atraerlos para, una vez en su seno, todo pluralismo enterrado, marcarles el paso con sus planteamientos.

 

Según uno de sus portavoces, Igor Ortega, en el momento de la creación de Haika, contabilizan mil militantes de Jarrai y cien de Gazteriak, (Gara 01/10/00) a no confundir con el número de simpatizantes que es mucho más numeroso. Según la última encuesta del Gobierno Vasco, con trabajo de campo de junio y julio de 2.000, manifestaban su preferencia por EH el 11,6% de los jóvenes vascos en edades comprendidas entre los 15 y los 29 años, pero esa cifra era del 16,7 % el año 1986 que incluso subió al 18,6 % el año 1.990. Es claro el descenso en número, aunque, es mi hipótesis, aumento en aguerrimiento, ausencia de límites, menor capacidad de análisis de las consecuencias de sus actos, manifestando en ello, entre otras cosas, algunas características de la violencia juvenil en nuestros tiempos.

 

El entonces portavoz de Haika señalaba en octubre de 2000 que había 4000 jóvenes trabajando en reuniones periódicas en un proceso, denominado Amaiur, que califican como constituyente de Haika" en su culminación el mes de febrero del año 2001. Tres son las conclusiones principales que retira Amaia Rekarte, la nueva portavoz de Haika a lo que parece (el anterior está detenido) al finalizar los nueve meses que ha durado el proceso Amaiur. (Recojo la información de "Gara" 18/02/01.) La primera, llevar a la práctica la  reivindicación de la territorialidad de Euskal Herria. "Haika es la vacuna para la partición que sufre nuestro pueblo, ya que en esta organización participan de igual a igual jóvenes de todos los territorios que forman nuestro pueblo". La segunda conclusión es que Haika debe trabajar para mejorar las condiciones de vida que sufren los jóvenes. Pone como ejemplo que son numerosos los jóvenes que mueren en accidentes laborales. El tercer pilar de Haika será la reivindicación de la independencia y el socialismo para Euskal Herria, "ya que esta es la única opción de futuro que nos queda a los jóvenes".

 

Termina la portavoz señalando que los miembros de Haika "estamos dispuestos a luchar por estos objetivos sin rendirnos" y pone como ejemplo la concentración y manifestación que realizaron, meses antes, en la Universidad de Leioa "donde mostramos nuestra oposición a los fascistas que se reunieron allí". Se refería a la reunión de rectores de las universidades españolas y politicos vascos en solidaridad con los profesores amenazados.

 

3. Aproximaciones para clasificar las diversas manifestaciones de la violencia en la escuela.

 

Hay muchas y muy variadas formas y manifestaciones de la violencia en relación a la escuela. Ya hemos indicado más arriba, la dificultad de llegar a una definición de violencia escolar. Vamos a continuar nuestra reflexión, al modo taxonómico de las ciencias experimentales, proponiendo tres formas de abordar las diferentes manifestaciones de violencia entre jóvenes escolarizados atendiendo a tres ordenes de factores o a tres ángulos diferentes del problema.[9]

 

 1. atendiendo al sujeto activo y pasivo de la violencia no hay que olvidar que el alumno puede ejercer actos violentos pero también ser objeto de violencias, y me refiero tanto a las violencias de orden físico, como psíquico. En este orden de cosas no habría que olvidar que, al hablar de violencia en la escuela, no hay que reducirla al alumno como sujeto activo o pasivo de la violencia. Los padres, por ejemplo, pueden ser agentes activos de la violencia  (y pienso aquí no solamente en la violencia física) y ello por circunstancias tan diversas como las que van desde problemas imputables a diversas modalidades de desestructuración familiar hasta la demanda desmedida de “buenas calificaciones”, a veces inalcanzables para el alumno, su hijo o hija. Además los que somos profesores sabemos que no solamente somos agentes pasivos de la violencia.

 

Sin embargo, en muchos casos son los propios adolescentes agentes activos y pasivos de la violencia. Esperamos poder mostrar, con rigor, este aserto en breve. Presentamos, a continuación, unos datos que recogemos de nuestro estudio "Jóvenes españoles 99" para ilustrar esta realidad de escolares víctimas y agresores de la violencia.

 

 

Tabla nº 1. Ocasiones en las que ha sido víctima de la violencia, según ocupación.

 

 
Todos
Trabaja
Parado

1.6    Estudiante

Resto
Recibir insultos con amenazas graves
17.3
18.2
19.3
16.5
21.6
Mis padres me han pegado
15.5
16.4
19.3
14.5
17.9
Agresión física por desconocidos
11.4
11.4
18.3
10.2
16.5
Agresión física por amigos
9.3
10.2
11.0
8.7
9.1
Algún profesor me ha pegado
8.9
13.1
11.1
6.6
12.7
Maltrato en la escuela o trabajo
5.7
7.5
6.8
4.8
5.1
Policía me ha pegado
2.6
3.3
4.5
2.0
2.5
Mi pareja me ha pegado
2.0
2.2
4.4
1.5
3.9
Obligar a práctica sexual
1.3
2.0
1.2
1.1
0
Agente privado me ha pegado
1.3
1.4
2.9
1.0
1.3

2.    N

3.853
1.095
331
2.341
82

 

Fuente: J. Elzo (dir) "Jóvenes españoles 99". Fundación Santa María.Tabla inédita.

 

Tabla nº 2: Ocasiones en las que ha sido agente activo (agresor) de violencia, según ocupación.

 

 
Todos
Trabaja
Parado

2.1    Estudiante

Resto
Peleas con amigos, ...
16.8
16.6
21.7
16.1
18.4
Peleas con padres
14.4
15.9
15.8
13.3
17.6
Enfrentamiento entre pandillas
11.0
12.8
15.5
9.6
8.6
Peleas con desconocidos
9.8
10.5
13.8
8.6
15.8
Peleas con pareja
8.0
10.0
9.1
6.8
12.5
Causar destrozos (rayar coches, ...)
7.7
8.1
9.2
7.4
8.6
Agredir a profesor
2.2
2.7
3.5
1.6
5.1
Asaltos o atracos para robar
1.3
1.3
1.1
1.4
0
Agredir a la policía
1.2
1.4
3.2
1.0
0
Forzar a práctica sexual
0.2
0.4
0
0.1
1.3

3.    N

3.853
1.095
331
2.341
82

 

Fuente: J. Elzo (dir) "Jóvenes españoles 99". Fundación Santa María. Tabla inédita.

 

Retengamos simplemente de estas dos primeras tablas que, en contra de una idea muy extendida, no es necesariamente la población estudiantil la que se caracteriza por dar mayores niveles de violencia, tanto como agente pasivo como por agente activo, por agredido como por agresor.

 

Cabría pensar, para explicar los datos anteriores, que la edad es variable antecedente pero el detalle de los niveles de violencia que presentamos en las tablas 3 y 4 nos señala que no son precisamente los universitarios, luego los de más edad los que en mayor grado son agentes activos de la violencia. En líneas generales no hay grandes diferencias según el nivel de estudios. Mirando con lupa avanzaríamos otra lógica subyacente. Cuando nos enfrentamos a violencia con próximos (amigos, pandilla, incluso padres o pareja) parece haber una mayor presencia de chavales de ESO y Bachiller. Los estudiantes de FP se destacan al alza, claramente, en la agresión a los profesores y los universitarios en la de carácter sexual.

 

Tabla nº 3: Escolares que han sido agentes pasivos (víctimas) de violencia, según estudios que están realizando.

 

 

 
Total escolares
Prim.+ESO
Bachiller
FP
Univ. 1er. ciclo
Univ. 2º o 3er.  Ciclo
Recibir insultos con amenazas graves
16.5
13.3
17.0
16.3
20.6
19.6
Mis padres me han pegado
14.5
12.8
16.0
15.9
15.4
16.0
Agresión física por desconocidos
10.2
7.1
11.9
10.3
11.6
13.5
Agresión física por amigos
8.7
10.6
10.3
8.8
6.5
5.4
Algún profesor me ha pegado
6.6
6.1
5.2
7.3
9.2
11.8
Maltrato en la escuela
4.8
3.2
4.3
5.9
5.9
6.7
Policía me ha pegado
2.0
1.5
1.3
3.2
2.4
4.0
Mi pareja me ha pegado
1.5
1.0
1.8
2.9
1.4
0.9
Obligar a práctica sexual
1.1
1.8
0.9
2.3
1.4
0,0
Agente privado me ha pegado
1.0
0.8
0.8
1.4
1.2
1.3

4.    N

2.341
578
693
367
633
249

 

Fuente: J. Elzo (dir) "Jóvenes españoles 99". Fundación Santa María. Tabla inédita.

 

 

Tabla nº 4: Escolares que han sido agentes activos (agresores) de violencia, según estudios que están realizando.

 

 

 
Total escolares
Prim.+ESO
Bachiller
FP
Univ. 1er. ciclo
Univ. 2º o 3er.  Ciclo
Peleas con amigos, ...
16.1
18.9
16.7
16.0
14.9
11.8
Peleas con padres
13.3
12.2
16.5
13.4
12.3
13.5
Enfrentamiento entre pandillas
9.6
10.8
12.1
10.1
8.1
5.3
Peleas con desconocidos
8.6
8.9
9.3
9.9
9.1
6.1
Causar destrozos (rayar coches, ...)
7.4
6.5
8.0
8.5
7.8
7.0
Peleas con pareja
6.8
4.1
9.9
7.9
6.1
7.6
Agredir a profesor
1.6
2.6
1.6
3.6
0.5
1.1
Asaltos o atracos para robar
1.4
1.1
1.3
0.9
2.0
0.8
Agredir a la policía
1.0
0.9
0.5
1.4
1.5
0.4
Forzar a práctica sexual
0.1
0
0
0
0.7
0

5.    N

2.341
578
693
367
633
249

 

Fuente: J. Elzo (dir) "Jóvenes españoles 99". Fundación Santa María. Tabla inédita.

 

2 .Atendiendo a la gravedad de los actos violentos hay que distinguir diversos niveles en lo que entendemos como violencia en la escuela: desde faltas de cortesía hacia el personal docente y no docente hasta agresiones físicas, incluso asesinatos, afortunadamente no en nuestros lares. Nuestra hipótesis en este punto, y recuérdese que pienso desde el contexto español, es que la inmensa mayoría de lo que genéricamente entendemos como “violencia” son acciones “benignas” pero que en su repetición y su contextualización en un clima de permisividad y descrédito de la autoridad ( me refiero al clima interno y externo al centro docente) provocan incertidumbre y desasosiego en los profesores (cuando no miedo físico) e incomprensión en los padres. No habría que olvidar tampoco que todos los actos violentos no tienen necesariamente la misma lógica ni responder a los mismos “objetivos” o “supuestos”. Los trabajos recientemente publicados, de ámbito español, (INCE y DEFENSOR DEL PUEBLO) nos lo muestran claramente. No vamos a repetirlos aquí. [10]

 

Sin embargo trasladamos aquí algunas tablas, referidas exclusivamente al País Vasco, y que miden la justificación de una serie de comportamientos por parte de 5.527 escolares de 7º y 8º de EGB, BUP, COU y FP (el trabajo de campo es de 1996, de ahí la denominación), por un lado y la comparación de los escolares de la localidad de Irún[11] en esa misma encuesta con otra efectuada, a un colectivo similar de la misma localidad pero el presente año 2001, con un cuestionario muy parecido, siendo idéntica la pregunta que se comenta.

 

En primer lugar datos de 1996, exclusivamente. En la tabla nº 5 controlamos estos datos en razón del tipo de centro en el que están estudiando. Con algunas variantes de carácter excepcional, como puede comprobarse, no hay diferencias sustanciales según el tipo de centro en que estén estudiando los escolares. Señalaremos a título de ejemplo, la justificación del terrorismo que varía en un abanico que va del 13,9 de alumnos que los justifican "siempre o casi siempre" en ikastolas de signo privado al 9,6% en centros privados religiosos.

 

Tabla nº 5. Porcentajes de escolares que justifican "siempre" o "casi siempre" una serie de comportamientos en razón del tipo de centro en el que cursan sus estudios

 

 

 
TOTAL
CENTRO PÚBLICO
IKASTOLA PUBLICA
PRIVADO RELIGIOSO
IKASTOLA PRIVADA
PRIVADO LAICO
Edad media
(años)
  15,67
  15,90
 12,94
 15,20
  14,64
 17,07
% chicos
  50,1   
  50,6
  44,4 
  49,9          
  40,1        
  58,2
Aborto legal
  48,5
  51,5
  37,5
  39,1
  53,6
  53,0
Tirar objetos arbitro
  31,0
  32,0
  31,6
  28,7
  30,6
  33,5
Suicidio
 
  23,0
  25,2
  16,8
  19,3
  20,8
  25,1
Rayar coche profesor
  20,8
  22,4
  8,5
  20,0
  20,6
  18,6
Ruido las noches de fin de semana
  20,4
  21,4
  12,2
  19,8
  18,3
  21,1
Oponerse con violencia Policía
  14,7
  15,4
  11,6
  11,1
  18,7
  15,6
Terrorismo
  12,1
  12,9
  10,9
  9,6
  13,9
  12,3
Hacer pintadas
  12,0
  12,7
  10,6
  9,8
  14,5
  13,1
Total N=
  5.527
 2.592
  122
  1.415
  641
  757

 

Fuente: Javier Elzo. Escolares de la Comunidad Autónoma Vasca de 7º y 8º de EGB y equivalente en la ESO, BUP, COU y FP. Trabajo de campo Febrero 1996. Elaboración propia.

 

Durante los meses de Febrero y Marzo de este mismo año 2001, en la localidad de Irún hemos procedido a administrar, al mismo universo de escolares, un cuestionario similar al utilizado el año 1996. Presentamos en este Congreso un avance de los resultados obtenidos a esta misma pregunta, en comparación a los del año 1.996 así como, exclusivamente al año 2001 diferenciando, en este caso, las respuestas en razón del genero. Pueden leerse los resultados en las tablas 6 y 7.

 

Su análisis resulta muy instructivo. En los últimos cinco años, si estos resultados se confirman en poblaciones más amplias, habría que concluir diciendo que los adolescentes se han hecho más permisivos con los comportamientos relacionados con el ámbito lúdico y festivo (drogas, emborracharse a propósito, hacer pintadas y destrozos en la calle...) al par que más exigentes con la moral cívica, como tirar objetos al arbitro, oponerse con violencia a la policía e, incluso, ante el terrorismo aunque en este último punto las diferencias están dentro de los márgenes de error estadísticamente admitidos. La excepción, el aumento de la justificación en el comportamiento consistente en "rayar el coche a un profesor".

 

Los chicos, en todo, son más permisivos que las chicas. La única excepción está en el aborto legal, comportamiento ante el que las chicas tienen una actitud más permisiva. Pero ya que mentamos el aborto vale la pena reseñar que su justificación se sitúa, para todos, chicos y chicas, casi 14 puntos por debajo del año 1996. Es un dato que viene siendo corroborado en los estudios de juventud (ver Elzo 99,c) al par que aumenta la justificación de la eutanasia, se la denomine como se la denomine. La explicación es obvia.

 

Tabla nº 6. Evolución de los porcentajes de escolares de la localidad de Irún de Enseñanzas Secundarias que justifican "siempre" o "casi siempre" una serie de comportamientos en el año 2.001 y el año 1996

 

 

 
2001
1996
2001-1996
 
 
 
 
Tomar drogas (porro, marihuana..)
34,9  %
22,8  %
+ 12,1  %
Emborracharse  a propósito
32,4
23,1
+ 9,3
Hacer pintadas o causar destrozos en las calles
 12,0
           8,3
 + 3,7
Rayar coche del profesor  injusto con las notas
15,0
13,6
+ 1,6
Suicidio
20,0
19,5
+ 0,5
Ruido noches de fines de semana no dejando descansar a los vecinos
18,7
18,4
+ 0,3
Aborto legal
37,9
51,8
- 13,9
Tirar objetos  al arbitro cuando se equivoca gravemente
18,3
23,7
- 5,4
Oponerse con violencia a la Policía
7,9
10,9
- 3,0
Terrorismo
9,6
10,0
- 0,4
Total N=
614
427
 

 

 

Fuentes

Para 1996. Javier Elzo (dir) "Drogas y escuela V". Edit Gobierno Vasco. Escolares de la Comunidad Autónoma Vasca de 7º y 8º de EGB y equivalente en la ESO, BUP, COU y FP. Trabajo de campo Febrero 1996. Datos de la localidad de Irún. Elaboración propia.

Para 2001. Mismo universo circunscrito a la localidad de Irún. Campo Febrero-Marzo 2.001. Datos inéditos.

 

Tabla nº 7. Porcentajes de escolares de la localidad de Irún de Enseñanzas Secundarias que justifican "siempre" o "casi siempre" una serie de comportamientos en razón del género

 

 
Hombres 2001
Mujeres 2001
Hombres -Mujeres
Hacer pintadas o causar destrozos en las calles
14,0
9,3
+ 4,7
Tomar drogas (porro, marihuana..)
40,3
27,3
+ 13,0
Emborracharse  a propósito
37,5
25,3
+ 12,2
Ruido noches de fines de semana no dejando descansar a los vecinos
21,5
14,8
+ 6,7
Oponerse con violencia a la Policía
10,6
3,9
+ 6,7
Aborto legal
35,3
41,7
- 6,4
Terrorismo
11,8
6,6
+ 5,2
Suicidio
19,6
20,7
- 1.1
Tirar objetos  al arbitro cuando se equivoca gravemente
24,4
9,7
+ 15
Rayar coche del profesor  injusto con las notas
19,0
9,4
+ 9,6
Total N=
357
257
 

 

 

Fuente: Escolares en la localidad de Irún de  7º y 8º de EGB y equivalente en la ESO, BUP, COU y FP. Trabajo de campo Febrero-Marzo 2.001. Datos inéditos.

 

3. atendiendo a las modalidades de esta violencia, ya nos hicimos eco de una clasificación del sociólogo bordolés, experto en temas relacionados con jóvenes problematizados, Francois Dubet, en varios textos nuestros. Esta clasificación, retenida y prolongada, también, entre otros, por Debarbieux en su última publicación (DEBARBIEUX 1999, 42 y ss), nos servirá de apoyo en estas próximas líneas. Así trasladábamos hace cuatro años el planteamiento de Dubet. Decíamos que "atendiendo a las modalidades de la violencia escolar cabría distinguir entre violencias que, exteriores a la escuela, se manifiestan dentro de la escuela, violencias resultantes de inadecuaciones entre la oferta institucional y la demanda de los alumnos (ofertas y demandas no necesariamente explicitadas, mucho menos tematizadas); en fin la violencia “anti escuela” por parte de algunos alumnos. En estas tres modalidades de violencia estamos hablando de lógicas distintas que exigen planteamientos distintos en su abordaje y resolución" (VER ELZO 98, 376).

 

Mantenemos esta clasificación pero, basándonos en diferentes trabajos, añadimos una modalidad más, la violencia identitaria, que se manifiesta fuera y dentro del aula escolar. Veámoslo a continuación.

 

La violencia propia a la masificación, luego a la llegada de muchos y nuevos escolares a la escuela, máxime en un periodo de gran paro juvenil, puede ser una de las causas o factores de ciertas manifestaciones de violencia en la escuela. Es la incapacidad de la escuela para responder a sus propios objetivos de institución igualadora de oportunidades, de oposición a la exclusión social de los menos favorecidos, por la causa que sea. La masificación no implica necesariamente democratización, es bien sabido, e incluso puede ocultar, bajo el fracaso escolar, la desigualdad de origen que puede ser, social, cultural, o bien social y cultural a la vez. Los adolescentes y jóvenes que están en la escuela porque no saben dónde estar, pero que nada en su entorno les estimula al esfuerzo escolar, acaban más pronto que tarde desenganchados del ritmo escolar. Probablemente estos conforman la gran mayoría de los “drop out” de los que habla González Anleo citando un trabajo de José Luis Rodríguez Dieguez. “El Sistema Escolar debería pensar cuanto antes [en alguna fórmula] como salida a un colectivo, muy significado, de alumnos que, a juicio de los profesores constituyen la mayor asignatura pendiente de la Reforma, en relación con la diversidad. Son los alumnos que, con cierta gracia, en determinadas zonas de España, se identifican como los objetores escolares. Ya antes de los 16 años se manifiestan nada afines al mundo escolar y, en todo caso, su deseo sería abandonar el centro. Al no poder hacerlo, su actitud es de pasotismo, cuando no de agresividad y conductas asociales [....] El embalsamiento forzado de estos alumnos está consumiendo infructuosamente buena parte de las energías de los equipos directivos y de los profesores. Y la falta de salidas actúa en detrimento de la calidad del clima y del aprovechamiento del resto de los alumnos. La alarma social ha comenzado a aparecer en relación con este problema. El hartazgo del profesorado es patente. Ello explica la radicalidad de ciertas posturas sobre el particular [....] Si se diera una salida escolar correcta a estos alumnos, se clarificaría enormemente la conflictividad escolar actual.” (Rodríguez Dieguez, Informe INCE, Planes de estudio y métodos de enseñanza. Madrid. Ministerio de Educación, 1998 :121-22, citado por Juan González Anleo, en Elzo 99 c, pág166).

.

Hay un gran acuerdo en este punto en los estudiosos de la violencia escolar. La escuela, pese (o debido, dirán otros) a su afán igualitarista a ultranza en realidad produce un efecto perverso: introducir bajo la mascara de la igualdad la desigualdad entre los escolares trasladando la “responsabilidad” del fracaso, del origen socio-cultural del escolar sea a la dinámica de la escuela, incluso a la del propio y singular centro escolar, sea al alumno. 

 

Pero no se puede cerrar este punto sin mencionar dos nuevos hechos básicos cuya impronta empieza a verse ya, a saber, que la masificación de los escolares en la escuela no es lo que era y que el paro juvenil tampoco es el que era. Todas las primaveras asistimos a una “guerra” entre los centros escolares para conseguir alumnos, que son indicador evidente de que la masificación se corresponde a otros periodos, recientes ciertamente, pero que ya no se corresponden con la realidad actual. ¿Quién no recuerda los estudios de Coleman, Jenck y otros de la década de los 60 donde se abogaba por la cifra de 25 alumnos por aula como cifra ideal para obtener los mejores resultados académicos?. Esa cifra ya se ha cubierto en no pocos centros, especialmente en los públicos, sin que, salvo ignorancia por mi parte, manteniendo las demás variables constantes, se haya comprobado un cambio sustancial, particularmente en este ámbito de la violencia escolar que aquí nos ocupa. Añádase a lo anterior que en esta “caza y captura” de nuevos escolares para el centro escolar, los alumnos, por las anteriores u otras razones, a veces son asimilados a clientes, como ya he señalado más arriba, incluso con justificación ideológica, en una nefasta moda que esperamos sea superada lo antes posible.

 

Respecto del paro juvenil hay que recordar que en España, ciertamente, sigue siendo muy elevado, de los más elevados de Europa, si no el más, pero que estamos ya asistiendo a un fenómeno incipiente, pero ya real, de jóvenes que no quieren determinados puestos de trabajo, los estiman “indignos”, y que empiezan a ser cubiertos por jóvenes inmigrantes. La diferencia entre los jóvenes de finales de los 80 y los de ahora, de comienzos del nuevo siglo, en relación al paro es muy clara: los primeros eran muchos y luchaban por conseguir un puesto de trabajo. Los segundos son pocos y luchan más que por obtener un trabajo, por la calidad del mismo.

 

Todo esto para decir que la masificación de la escuela y el paro juvenil, reales (más el paro que la masificación) no son suficientes para explicar, allí donde empieza a haber datos fiables, en Francia por ejemplo, el aumento de la violencia escolar.

 

De ahí pasamos a la segunda dimensión de la violencia escolar, la violencia exógena a la escuela, la escuela receptora de manifestaciones de violencia que tienen su origen fuera de ella. La escuela reproduciría, entre sus muros, manifestaciones de violencia que ya se dan fuera de sus muros, luego exógenas a su labor y frente a las cuales o bien es impotente o bien solamente puede limitarse a paliar los efectos más graves. En el fondo, dentro de la escuela se prolongarían manifestaciones de violencia que preexisten fuera de ella. La escolarización obligatoria y no discriminada ( no relegar, “desviar”, encuadrar...a  los adolescentes ya conocidos como rebeldes o problemáticos en centros “ad hoc”), harían esta situación inevitable. En efecto,  como señala justamente Debarbieux, “la escuela se encuentra así desresponsabiliza, al haber enviado el origen de la violencia al barrio periférico o al propio joven”. Ahora bien, continúa, “este análisis puede tener varias consecuencias en la realidad concreta: el fatalismo que asocia automáticamente las periferias de las ciudades (banlieu) y violencia, en una relación de causa a efecto, el sentimiento de impotencia ante los mecanismos macrosociales que anulan toda iniciativa y el agravamiento de la fractura social entre los enseñantes “civilizadores” y los “salvajes”. Continúa Debardieux, señalando que “sin embargo, sería vano negar que ciertos comportamientos  de alumnos nacen en los barrios, y que en los centros escolares se prolongan, entre alumnos, conflictos (existentes) entre barrios, entre calles, entre pertenencias locales.”. Tras señalar algunos casos, concluye diciendo que no es cuestión de generalizar y afirma que “ si la escuela, a nivel local, no tuviera su parte de responsabilidad (en esta modalidad de violencia) sería absolutamente desesperante pues no cabría intentar nada y limitarse a padecer”. Debarbieux 99, pag 45-46.

 

Esto nos lleva a señalar la importancia de cada centro escolar, la dinámica de cada centro escolar. En efecto, la violencia escolar, en “cada centro escolar” no se explica, exclusivamente, ni por el origen de clase social de sus alumnos, ni por el emplazamiento geográfico en el que está la escuela (en el centro o en la periferia de las grandes ciudades, por ejemplo), ni por el solo hecho de su carácter de ser centro público o privado, sea religioso o laico. Esto es, sin olvidar la importancia de planes globales y generalistas pues la educación es algo que concierne a toda la sociedad, es preciso atender a la singularidad de cada zona geográfica, de cada localidad y de cada centro docente. Cito aquí las ultimas líneas de un articulo de Francois Dubet, que se afirma en este sentido:

 

“Si la violencia escolar se explica en gran medida por la naturaleza de las exigencias culturales y estructurales que pesan sobre los centros escolares y por las características de los barrios y poblaciones concernidos, hay que constatar que centros comparables, desde ese punto de vista, no conocen las mismas formas y los mismos grados de violencia. Además, algunos centros escolares de clases medias que deberían ser muy tranquilos, de hecho no lo son. Los centros escolares y las políticas educativas locales tienen capacidades específicas para hacer frente a los problemas que plantea la violencia. Colegios o liceos comparables tienen “climas” muy diferentes. Algunos se han “degradado”, otros, por el contrario, se han “restablecido”. La actualización de mecanismos globales no debe impedir que no se tome en cuenta la existencia de márgenes de acción, de capacidades de iniciativa y de respuesta, que son las que habría que estudiar más precisamente"[12]. También en este contexto hay que saludar como absolutamente necesarios los esfuerzos de los trabajos de Ortega, Fernández, Aguado, Orte, Etxeberria, Villa y un largo etcétera.

 

En la clasificación de Dubet, mantenida por Dubarbieux, se sitúa en tercer lugar lo que ellos denominan la violencia antiescolar. La definen como la violencia de resentimiento, como resistencia a una imagen desvalorizadora que reciben determinados alumnos de la escuela, una especie de lógica secuencial como la serie cronológica que comienza con la frustración del alumno que responde con una agresión que puede tener como objeto el profesor, no necesariamente el “causante” de esa percepción desvalorizadora del escolar, sino un “profesor débil”, incluso alguien que no sea habitual del centro y que esté en prácticas, o en substitución por enfermedad del titular, significando en ello, el rechazo a la institución escolar en general y al cuerpo profesoral en particular. Es la necesidad de “plantar cara” ante la dificultad, o imposibilidad, de asumir la relegación (repetir curso, hacer cursos suplementarios para no perder comba situado, entonces, entre escolares de más bajo nivel escolar...), el dictamen negativo de un profesor o la agresión simbólica, por utilizar la vieja terminología de Bourdieu, cuando no, aquí damos un paso más y de la primera importancia, el mundo cultural (no utilizo esta vez, y a conciencia, el término de arbitrario cultural del propio Bourdieu) de los profesores que no se corresponde con el universo propio de determinados alumnos.

 

Ahora bien, antes de introducir esta fractura de universos culturales (valores, normas y sistemas de legitimación) entre el orden escolar, personificado en gran medida por los profesores pero también por otros alumnos que lo adoptan y, consecuentemente se adaptan, y el orden de valores de determinados alumnos, hay que señalar que hasta aquí la tercera dimensión de la violencia escolar según Dubet y Debarbieux, a la postre no sería sino una magnificación de la primera dimensión, (consecuencia de la masificación y del paro juvenil, recuérdese, haciendo imposible cumplir con los fines de la escuela), aunque fuertemente focalizada en los profesores así como en determinados símbolos del sistema escolar, sean cosas (el mobiliario escolar por ejemplo, las pintadas...), sean personas, los profesores generalmente.

 

Pero creo que hay que introducir una variante de esta violencia antiescolar y que parte de una situación coyuntural contraria. Sería la del alumno forzado a seguir contra su voluntad en el centro escolar, alumno que prefiere salir del circuito escolar para empezar a trabajar. Sucede con alguna frecuencia en zonas en las que el trabajo juvenil es solicitado y relativamente bien renumerado en jóvenes que llevan el presentismo de la generación actual al límite y no están dispuestos a continuar en un sistema de enseñanza en el que no se sienten cómodos. Así, por ejemplo en determinadas zonas turísticas como Baleares, donde este fenómeno, me señalan, debe ser bastante habitual. Estos alumnos ven que fuera del centro escolar pueden encontrar rápidamente un trabajo y dinero en mano. Ante la exigencia de sus padres de seguir en los estudios no ven otra estrategia que la revuelta contra el centro escolar al que ven como la instancia que les impide, junto a sus padres, alcanzar sus objetivos inmediatos de emancipación escolar e inserción laboral. Rebelarse contra los padres, además de más costoso afectivamente, no les resuelve el problema. Lograr el enfrentamiento con el centro escolar, incluso ser expulsado, resuelve, por el contrario, todos sus problemas inmediatos.

 

La fractura de sistemas de valores y de proyectos de vida entre el mundo escolar y el mundo de determinados escolares, puede ser consecuencial al fracaso escolar (se mida como se mida este fracaso) y a la búsqueda de una identidad que plante cara a la agresión y relegación, real o ficticia, pero sentida como real por el escolar. Ciertamente. Pero también puede ser antecedente o concomitante a la propia realidad escolar y encontrar su origen fuera del recinto escolar. Por ejemplo en la ausencia de valores compartidos por todos, docentes y escolares, como la importancia reconocida al saber en tanto que saber o al saber en tanto que mecanismo para superar las etapas del escalafón social. Cuando este valor ( la importancia del saber) no es compartido o admitido por el alumno que entiende que el éxito o reconocimiento social está en la adquisición de otra serie de habilidades, no impartidas  en la escuela, la ruptura entre ambos, escuela y alumno está servida.

 

También la dificultad para determinados jóvenes de diferir en un futuro el gozo de determinados bienes materiales que otros compañeros se pueden permitir en el presente, adoptando entonces de forma preeminente una característica bastante común en la generación actual, como es el presentismo, puede ser también un desencadenante de la ruptura de la relación entre el alumno y la escuela.

 

Ahora bien esta situación de ruptura de la relación o contrato social entre la escuela y los alumnos puede ir todavía más lejos cuando los valores dominantes de una sociedad y los de determinados alumnos no coinciden en absoluto. No se trata solamente de que haya anomía, tanto en el sentido mertoniano del término (inadecuación entre fines socialmente establecidos y propugnados y medios legítimamente admitidos para adquirirlos) cuanto en el sentido durkheimiano (ausencia de normas comúnmente admitidas y compartidas) sino de valores antinómicos de los valores  dominantes en una sociedad determinada. Cuando, por ejemplo, no se acepta la sociedad del mercado, la democracia representativa, la igualdad de derechos de todos, la resolución de conflictos mediante métodos no violentos etc., etc. Valores que la escuela, como agente socializador oficialmente establecido por esa sociedad, debe inculcar en los alumnos. Los franceses llamarán el ideal republicano. Nosotros la educación en valores. ¿Qué pasa cuando el alumno por una u otra razón no solamente no acepta esos valores sino que quiere manifestar y defender los propios, antinómicos de los propugnados por el sistema a través de la educación?. Sencillamente que ve a la escuela como un nefasto agente de socialización en un sistema de valores antagónico, total o parcialmente, del suyo. La escuela es su enemiga o al menos determinados miembros de la escuela en tanto portadores de esquemas valorativos diferentes a los suyos, e incluso contrapuestos.

 

Esta dimensión de violencia, alía las dos últimas de tal suerte que cabría hablar de una violencia escolar identitaria, escolar pues normalmente se produce entre escolares que “han fracasado” en la escuela, por decisión propia, incluso, e identitaria porque, ya antes o al mismo tiempo de su estancia en la escuela, su sistema de valores, les impide integrarse en el sistema escolar y en lo que supone la escuela como subsistema transmisor de los valores dominantes de la sociedad. La violencia entonces se corresponde con un plus de identidad, hacer visible y manifiesto su “no” al sistema en general, el de dentro y el de fuera de la escuela.

 

Un ejemplo claro de traslado de una situación conflictiva exógena al centro, al corazón mismo de la labor pedagógica, lo tenemos en la escuela francesa en la más que difícil integración de algunos escolares de ascendencia no francesa, cuya razón de ser puede estar en la búsqueda de identidad propia y que entienden que no es suficientemente reconocida por la escuela. Pero, "mutatis mutandis", algo de este estilo podemos tener también en el País Vasco. Así, por ejemplo, con el rechazo al modelo A (escolarización en castellano con euskera como idioma) incluso de forma violenta por jóvenes de Haika. Como los intentos de secundar todos los paros que decrete el MLNV en cualquiera de sus organismos. También en todo lo que el sistema escolar suponga de orden, disciplina, integración (aún critica) en la sociedad, incluso euskaldun. Con el hostigamiento a profesores o directores que estiman “mas españolistas”. De forma general cabe decir que en el País Vasco, la juventud de Haika hoy, como Jarrai antes, en el ámbito escolar, tendría como misión fundamental hacer presente su propia visión de las cosas, con la violencia si es preciso, pues la violencia para ellos no es tal sino respuesta a la violencia institucional de la que la escuela no es sino un agente más.

 

Pero mejor dejar la palabra directamente a los interesados. La cita es larga pero vale la pena. " El sistema educativo es el instrumento más importante para que aguante el sistema. Al ser el sistema educativo paso obligado para toda persona, tiene vital importancia a la hora de trasmitir los valores y normas que interesan al poder(...) Un punto importante de los sistemas educativos es el de funcionar como instrumento para negar la identidad de los pueblos, dar como normal la situación de imposición que sufren ciertos pueblos y que todo esto lo asuma el alumn@ . En Euskal Herria el sistema educativo es usado por Francia y España para negar la conciencia que tenemos como pueblo y el asimilamiento (sic) de normas "democráticas".(....). Los planes de estudio son otro problema que se vive en Euskal Herria. Está prohibido por ley introducir contenidos que tengan relación con nuestro pueblo. Madrid y París apenas dejan oportunidad para esto, y lo que es más grave, lo poco que dejan en este sentido no es aprovechado por los gobiernos autonómicos. Los jóvenes de Euskal Herria estamos obligados a estudiar contenidos que no tienen que ver con la identidad de nuestro pueblo, y nos quieren imponer el punto de vista general de Francia y España. En vez de estudiar nuestra literatura, nuestra economía e historia, …. nos hacen estudiar unos contenidos que niegan la territorialidad e identidad de nuestro pueblo. (...) Los dos objetivos del actual sistema educativo en Euskal Herria son asimilación de la colonización de nuestra cultura e identidad y la perpetuidad de la situación-sistema (que la situación actual aguante)" [13]. ¿Es necesario comentarlo?.

 

Cuatro modalidades de violencia en relación a la escuela. La violencia asociada a la masificación, a los problemas inherentes a la propia estructura escolar, a los conflictos entre los objetivos manifiestos y las estructuras latentes del sistema escolar. Violencia exógena a la escuela, violencia externa a la escuela, violencia en la sociedad, de la sociedad, y que tiene su traslado con las incidencias presumibles en la propia escuela. Violencia antiescolar, a veces como consecuencia de los problemas inherentes a la escuela y que el alumno revierte al centro escolar, en el personal, profesores principalmente, o contra el mobiliario. A veces el alumno ve en la institución escolar, en la obligatoriedad de la presencia en la escuela, el obstáculo a su emancipación o a sus objetivos inmediatos. En fin  violencia también exógena la escuela, también antiescolar pero con un fondo identitario, viendo a la escuela como institución que impide crecer y desarrollar su propia identidad colectiva, real o pretendida, poco importa, pero identidad que, evidentemente estiman pura y sin mezclas. La escuela se les aparece como el agente institucionalizado por el poder para impedir que su identidad se desarrolle.

 

En el País Vasco y en España, con una sociedad y, sobretodo una juventud, que han dado mil ejemplos de solidaridad y aceptación del diferente, como lo muestran paladinamente los datos comparados de las encuestas europeas,  no se dan los casos de violencia de carácter “étnico” que encontramos en otros lugares, en primer y principal lugar, porque apenas hay personas inmigrantes y, en segundo lugar, porque, ni en el País Vasco, ni en general en todo España hay zonas (barrios, periferias) tan depauperadas como en Francia y, no digamos EEUU, otro gran referente de los estudios. Pero empieza a haberlos....

 

Elementos de bibliografía.

Presentamos una selección bibliográfica, en la que se privilegia la violencia relacionada con el joven escolarizado, selacción que vamos actualizando constantemente. El lector interesado en conocer la bibliografía existente sobre la denominada violencia escolar elaborada en España, luego con amplia información sobre lo investigado en España aunque también con referencias a la investigación realizada en otros paises, particularmente en EEUU y en general en lengua inglesa, puede dirigirse directamente al trabajo de bibliografía presentada y comentada por Rocío Lleó Fernández que puede consultarse en esta dirección www.cip.fuhem.es/violencia/revbiblio.htlm. Son 23 páginas, ya convertidas en Word, de excelente información, fechada en Marzo de 1999.

 

La lista que presentamos más abajo completa la bibliografía anterior con algunas publicaciones españolas no referenciadas y, de forma particular, con la bibliografía francesa. Sostenemos, firmemente, que en el análisis de la violencia escolar de ámbito español la situación francesa especialmente, la italiana y, en menor medida, la portuguesa son las más próximas. En consecuencia, las comparaciones estadísticas (más allá de las aproximaciones teóricas  y aún estas contextualizadas) con las que provienen de los EEUU, particularmente, así como de los países nórdicos europeos y de mayoría protestante, exigen muchas, muchas cautelas.

 

En la bibliografía francesa las referencias al ámbito de la emigración empiezan a ser controladas conceptual y estadísticamente lo que hace su comparabilidad, nunca total, menos aún mecánica e inmediatista, más pertinente. La ausencia de bibliografía en lengua italiana y portuguesa refleja mi ignorancia de esos idiomas...pese a tener publicaciones en italiano y portugués. Traducciones, claro está, de textos mios en castellano.

 

Como ya hemos indicado presentamos también bibliografía española sobre violencia juvenil no especificamente sobre violencia escolar.

 

-        AGUIRRE Ángel, RODRÍGUEZ Marisol. “Skins, Punkis, Okupas y otras tribus urbanas”. Ediciones Bardenas. Barcelona. 1997

-        ARANZADI Juan. “El escudo de Arquíloco: sobre medías, mártires y terroristas. Vol 1: sangre vasca”. A Machado libros. Madrid 2001

-    BAUDRY Patrick, BLAYA Catherine, CHOQUET Marie, DEBARBIEUX Éric, POMMEREAU Xavier. “Souffrances el violences à l´adolescence”. ESF Editeur. Issy-les-Moulineaux 2000

-         BALLION Robert. “Les conduites deviantes des lycéens”. Hachette education. París 2000

-         BOUMARD Patrick (director). L´école, les jeunes, la deviance”. PUF. París 1999

-         BOUJ GIMENO Alvaro et. Alii. "Diagnóstico del Sistema Educativo. La escuela secundaria obligatoria. 4. Funcionamiento de los centros". INCE. Edit. Ministerio de Educación y Cultura. Instituto Nacional de Calidad y Evaluación. Madrid 1998

-         BOURDIEU P. y PASSERON J.C. "La reproducción". Ed. Laia. Barcelona. 1981

-    CHAILLOU Philippe. "Violence des jeunes". Ed. Gallimard. Paris 1995         

-    DEBARBIEUX Éric. "La violence en milieu scolaire 1. État des Lieux".     ESF editeur. París 1996

-        DEBARBIEUX Éric. "La violence en milieu scolaire 2. Le desordre des choses". ESF editeur. París 1999

-        DÍAZ - AGUADO Mª José,  "Programas de Educación para la tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes. Vol I Fundamentación psicopedagógica". Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Instituto de la Juventud. Madrid 1.999

-        DIEZ REPOLLES J.L et alii. "Delincuencia y Víctimas (Encuestas de victimización en Málaga)".  Instituto Andaluz Interuniversitario de criminología. Tirant lo Blanc. Valencia 1.996

-        DUPÂQUIER Jacques.“La violence en milieu scolaire” PUF. Paris 1999

-        DURÁN GONZÁLEZ  Javier. “EL vandalismo en el futbol”. Gymnos, Editorial Deportiva, Madrid 1996

-        (ELZO 97). Elzo Javier “ The Problem of violence in the Basque Country”  (pág 203- 210) en “ Violence: From Biology to Society” J.S. Grisolía et al., editors. Elseviers Science, B.V.Amsterdam 1.997, 287 páginas.

-         (ELZO 98) Elzo Javier "La  educación en valores como factor preventivo de la violencia juvenil" (páginas 369-390) en Libro de Ponencias del "V Encuentro Nacional sobre Drogodependencias y su Enfoque Comunitario" en Chiclana de la Frontera 11-13 de Marzo de  1.998. Edita Centro Provincial de Drogodependencias de Cadiz. Cadiz 1.998, 757 páginas.

-        (ELZO 99 a) Elzo Javier “Jóvenes en crisis. Aspectos de jóvenes violentos. Violencia y drogas”. en Cuadernos de Derecho Judicial. La criminología aplicada II, páginas 195-221. Edita Consejo General del Poder Judicial. Madrid 1999.

-        (ELZO 99 b) Elzo Javier “Prevención de la violencia por consumo de alcohol y drogas".  en Eguzkilore, Cuadernos del Instituto Vasco de Criminología, nº 12, 1998, páginas 23-37. Edita. Instituto Vasco de Criminología. Universidad del País Vasco. San Sebastián 1999.

-        (ELZO 99 c) Elzo Javier (dir), Andrés Orizo Fr., González-Anleo J., González Blasco P., Laespada M.T., Salazar L. "Jóvenes Españoles 99". Fundación Santa María. Ed. S.M. Madrid 1.999, 492 páginas

-        (ELZO 2000 a) Elzo J.Elzo (dir), Domingo Comas, Mª Teresa Laespada,  Leire Salazar, Isabel Vielva. "Las culturas de las drogas en los jóvenes: ritos y fiestas". Ed. Servicio Central de Publicaciones del Gobierno Vasco. Departamento de Justicia, Trabajo y Seguridad Social. Vitoria-Gasteiz, 2.000, 193 páginas.

-        (ELZO 2000 b). "El silencio de los adolescentes. Lo que no cuentan a sus padres" . Ediciones Temas de Hoy. Madrid 2.000

-         (ELZO 2001). Elzo Javier“Las violencias en los adolescentes: la  perspectiva sociológica”. Actas del 50 Congreso de la Asociación Española de Pediatría. Cadiz Junio de 2.001. En Anales Españoles de Pediatría, Volumen 54. Suplemento 4, páginas 266-269. Ediciones Doyma. Barcelona 2.001

-        FEIXA Carles. “De jóvenes, bandas y tribus”. Edit. Ariel. Barcelona 1.998.

-        FENECH Georges. "Tolerance zero. En finir avec la criminalité et les violences urbaines". Ed. Grasset. París 2001

-        FERNANDEZ Isabel. "Prevención de la violencia y resolución de conflictos". Ed Narcea. Madrid, 2ª ed. 1999.

-        FERNÁNDEZ VILLANUEVA Concepción. (ed.) “Jóvenes violentos: causas psicosociológicas de la violencia en grupo” Icaria editorial. Barcelona 1998

-        FLORO Michel. "Questions de violence à l´ecole" Editions Érès. Ramonville Saint-Agne 1996

-        FUNES RIVAS Mª José. “La salida del silencio. Movilizaciones por la paz en Euskadi 1986-1998”. Ed. Akal. Madrid. 1998

-        JOYEUX Yannick "L´education face à la violence" ESF Editeur, Paris 1996

-        KEANE John "Reflexiones sobre la violencia”. Alianza Editorial. Madrid 2000

-        LEBAILLY Philippe. "La violence des jeunes". Editions ASH. Paris 2001

-        MÉRIDA María “Víctimas o verdugos: la delincuencia infantil y juvenil”. (Con tablas oficiales). Ediciones Flor del viento. Barcelona 2.001

-        MIEDZIAN Myriam. "Chicos con, hombres serán: cómo romper los lazos entre masculinidad y violencia". Edición hora y HORAS. Madrid 1995

-        MORALES J. Francisco, YUBERO Santiago. “Del prejuicio al racismo: perspectivas psicosociales”. Ediciones de la Universidad Castilla-La Mancha. Cuenca 1.996

-        NAVARRETE Lorenzo. “La autopercepción de los jóvenes okupas en España”. Ed. Instituto de la Juventud. Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. Madrid 1999

-        REINARES Fernando. “Patriotas de la muerte: Quienes y porqué han militado en ETA”. Editorial Taurus. Madrid 2001

-        OLWEUS Dan. "Conductas de acoso y amenaza entre escolares" Ediciones Morata.  Madrid 1998

-        ORTEGA Rosario (Varios estudios. Ver en la bibliografía de Rocio Lléo)

-        PAIN Jacques. "Écoles: Violence ou Pédagogie". Editions Matrices. Vigneux 1.992

-        PANTOJA Luis (edición a cargo de). "Nuevos espacios de la educación social" ver cap 1º: Violencia y educación social". Universidad de Deusto, 1998

-        PAYET Jean-Paul. " Collèges de banlieue: Ethnographie d´un monde scolaire" Ed. Armand Colin. Paris 1997

-        RECHEA Cristina, BARBERET Rosemary, MONTAÑES Juan, ARROYO Luis. “La delincuencia juvenil en España. Autoinforme de los jóvenes”. Ed. Universidad de Castilla-La Mancha. Madrid 1995

-        REY Caroline (sous la direction de). "Les adolescents face à la violence". Éditions La Decouverte et Syros. París 1997

-        SANMARTIN José (editor). “Violencia contra niños” Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia en Valencia. Edit. Ariel. Barcelona 1999

-        SANMARTIN José, GRISOLÍA James S, GRISOLÍA S. (eds). “Violencia, televisión y cine”. Centro Reina Sofía para el estudio de la violencia en Valencia. Edit. Ariel. Barcelona 1998

-        VAN ZANTEN Agnès. "Le quartier ou l´école?. Deviance et sociabilité dans un collège de banlieue". En "Déviance et Societé", vol 24, nº 4. 2.000 pag 377-402. 

-        WACQUANT Loïc. “Las cárceles de la miseria”. Alianza Editorial. Madrid 2.000

 

REVISTAS

 

-        Plan nacional sobre drogas. “Encuestra sobre drogas a la población escolar. 1994.” Edita Ministerio de Justicia e Interior. Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Madrid 1995

-        Les Cahiers de la Sécurité Intérieure. "La violence à l´ecole". Nº 15. Primer Trimestre 1994.

-        Educadores: revista de renovación pedagógica. Nº monográfico sobre violencia escolar. Octubre-Diciembre 1996. Volumen 38. N1 180

-        Panoramiques. "Les jeunes en difficulté", nº26, Tercer Trimestre 1996

-        Panoramiques. “La violence à l´école, toute réflexion faite”. Nº 44, Primer Trimestre 2000.

-        Revista de estudios DE JUVENTUD. “Violencia y Juventud”. Nº 42. Octubre 1998

-        Revista de estudios DE JUVENTUD. “Minorias étnicas, migración e integración social”. Nº 49. Junio 2000

-        Gabinete de Prospección Sociológica. Gobierno Vasco. Mayo 2001. Victimación

-         

Informes en fotocopia, no publicados

 

-        Informe del Defensor del Pueblo sobre Violencia Escolar. Madrid noviembre de 1.999 (dos volúmenes). MARTINEZ Cristina del Barrio, MARTIN ORTEGA Elena codirectoras. OCHAITA Esperanza Coordinadora.

-        ELZO Javier (dir), Ayestarán Sabino, Bilbao Kepa, Echano Juan I., Pantoja Luis, Vicente Trinidad. “Planteamientos para unas actuaciones sobre la subcultura de la violencia y sus repercusiones en la juventud vasca.  Informe preliminar”. Universidad de Deusto, Septiembre de 1.995. 35 páginas + 4  Anexos (27 + 28 + 103 + 122 páginas). (Trabajo encargado por el Departamento de Interior del Gobierno Vasco).

-        Generalitat de Catalunya. Departament d´Interior. Enquesta de Seguretat Pública de Catalunya. 1999.

-        HERNÁNDEZ Teodoro y SARABIA Bernabé : "Prevención de la violencia y resolución de conflictos en el alumnado de ESO en Navarra", profesores del Departamento de Sociología de la Universidad Pública de Navarra. (¿2000?)

 

 

Donostia San Sebastián, Agosto de 2001

Javier Elzo

Catedrático de Sociología

Universidad de Deusto

 

Email: javierelzo@telefonica.net

 



[1] . Bastantes de estos  materiales han sido objeto de publicación, sea en papel sea en en la red. De todas formas han sido actualizados para el Congreso de Salamanca
[2] Nos hemos ocupado de recensar los trabajos realizados en diferentes publicaciones nuestras. Ver, por ejemplo, en "Alcohol, drogas y violencia juvenil" (páginas 519-535) en Libro de Ponencias del "V Encuentro Nacional sobre Drogodependencias y su Enfoque Comunitario" en Chiclana de la Frontera 11-13 de Marzo de  1.998. Edita Centro Provincial de Drogodependencias de Cadiz. Cadiz 1.998, 757 páginas,  Tambien en "Prevención de la violencia por consumo de alcohol y drogas". En Eguzkilore, Cuaderno del Instituto Vasco de Criminología. Universidad del País Vasco. Nº 12, Diciembre de 1998. Paginas 23-37. Despues hemos focalizado más nuestra reflexión sobre violencia escolar. Recientemente también en Congresos sobre este tema en Palma de Mallorca,Santiago de Compostela Y Vitoria-Gasteiz que todavía no han sido objeto de publicación en formato papel.
 
[3] . Cohen Albert K. “Delinquent Boys: The culture of the gang”. Free Press, Glencoe, Illinois 1.955.  En castellano de épocas algo más cercanas cabe citar de West D. J. “La delincuencia juvenil”. Edit. Labor. Barcelona 1.973. La Fundación Santa María, y ya en fechas más próximas a las actuales edita el trabajo de Eugenio González González “Delincuencia juvenil. Sus causas” Edit. S.M. Madrid 1987. Cito, también, el estudio de Pere-Oriol Costa, José Manuel Pérez Tornero y Fabio Tropea “Tribus Urbanas. El ansia de identidad juvenil: entre el culto a la imagen y la autoafirmación a través de la violencia”. Edic. Paidos, Barcelona 1.996, así como el trabajo de Carles Feixa, "De jóvenes, bandas y tribus", ed. Ariel 1.998.
 
[4]. En "Jornadas para comprender y superar la violencia", que organizadas por AIDEX tuvieron lugar en Plasencia los días 5 al 8 de diciembre de 1.997. En ese texto hacemos un detalle de las investigaciones realizadas a esa fecha sobre el tema que nos ocupa, en España.
 
[5] . Ver Mario Gaviria en La Séptima Potencia. España en el Mundo”. Ediciones B. Madrid 1.996
[6] . He tratado este tema en  "Problemática de la violencia en el País Vasco". En "La Factoría", Cornellá, Octubre de 1.997. Tomo I, nº 4, páginas 41-50.
 
[7]  Por extraño que parezca, la dimensión lúdica de la violencia está presente en no pocas de las manifestaciones violentas de los chavales que apoyan los incidentes (a no confundir con los sabotajes previamente organizados y ejecutados por comandos preparados para ello) de la violencia callejera en el País Vasco. Es como jugar “a guardias y ladrones” solo que de veras.
[8] . Véase a este respecto el libro de Javier Durán González, "El vandalismo en el fútbol", Gymnos, Madrid 1.996
[9] . Un primer esbozo de esta taxonomía ya lo hemos presentado en otros foros. Ver, por ejemplo, Elzo 98. Las páginas que siguen parten de aquellas pero muy remodeladas y ampliadas.
[10] . Ver también Felix Etxeberria. "Violencia escolar" en Revista de Educación 2.001. (Agradezco al autor me haya enviado su original antes de la publicación. De ahí también que no le cite textualmente).
[11] . Agradecemos muy sinceramente a los responsables de Departamento de Salud Publica del Ayuntamiento de Irún que nos hayan permitido presentar unos datos, aún inéditos, de un trabajo por ellos encargado al Instituto Deusto de Drogopendencias, aún no publicado cuando cerramos estas líneas.
[12]  “Les mutations du système scolaire et les violences à l´école” en un número especial de la revista “Les cahiers de la sécurité intérieure”, en su nº15, Trimestre 1º, 1.994, pág 26, titulado, justamente, “La violence à l´école”, con contribuciones de pedagogos, educadores, policías, estudiantes, responsables de centros docentes... La revista es una publicación del Institut des Hautes Etudes de la Sécurité Interieure, sito en París.
[13] . Firmado por Haika en Septiembre de 2000 en www.lahaine.f2s.com/Paisvasco/haika­­_vasca.htm, 
 

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