El Demiurgo y el
Jardinero
Al límite, hay
dos formas básicas de estar y actuar en la vida. También en la vida política.
Son las que responden a la figura del Demiurgo y a la del Jardinero, atendiendo
a la filósofa Chantal Delsol en su último libro, “La haine du monde (El odio
del mundo). Totalitarismes et postmodernité” (Cerf, Paris, 2016, 238 paginas).
Este texto es deudor de ese libro.
El Demiurgo representa el mundo prometeico, el
mundo producido sin anclajes en el
ayer, ayer que es visto negativamente, como el mundo viejo, arcaico, desfasado
y nefasto, que debe ser transformado radicalmente (desde la raíz que será
extirpada), para dar lugar a la sociedad sin clases, a la sociedad sin pobres,
sin opresores ni oprimidos. En el siglo XX, y limitándome al mundo occidental,
hubo dos grandes intentos, dos grandes proyectos demiúrgicos: la revolución
comunista en Rusia y la experiencia del nazismo en Alemania. Ambas tienen su
antecedente intelectual en la (mala lectura de la) revolución de las Luces, y
su antecedente sociopolítico en la Revolución Francesa de 1791, particularmente
el año 1793 con la implantación del terror y la ejecución de millares de
personas. Estos proyectos se realizaron en medio de la sangre, con violencia
estructural ejercida desde el poder eliminando a los reales o supuestos
disidentes, en pro del hombre nuevo, de la nueva sociedad, haciendo tabla rasa
de la existente. Tanto la Revolución Francesa, como la comunista y la nazi
provocaron, directa y voluntariamente, auténticos baños de sangre.
En el siglo
XXI los demiurgos han dejado atrás el terror físico, la violencia sangrienta
pero no han renunciado a la creación del hombre nuevo, de una nueva sociedad perfecta,
sin injusticias. En el plano filosófico, biotecnológico, político, cultural
etc., con base conceptual y con repercusiones en la vida cotidiana. Así la
revolución transhumanista. Es no solamente indolora sino que promete un hombre
aumentado, un hombre sin enfermedades que, incluso los más atrevidos no dudan
en calificar de hombre inmortal.
En el ámbito
societario y, más en concreto, en el político de partidos y movimientos, este
planteamiento lo vemos claramente en los movimientos extremistas que se
presentan radicalmente pacifistas y radicalmente prometeicos: hay que acabar
con el mundo antiguo, hay que conquistar el cielo de la felicidad completa,
haciendo tabla rasa de lo existente, un mundo corrompido por el gran capital y
la casta de los mandamases de izquierda y derecha que nos han expoliado las
últimas décadas. Este planteamiento de una sociedad sin injusticias, con el
principio absoluto de la libre determinación de opciones políticas (sin
exclusión de la secesión si así lo pide una mayoría de la población
considerada) y logrado sin derramamiento de sangre, me parece uno de los
factores más potentes que explican la pérdida en votos de Herri Batasuna (con
su histórica legitimación de ETA) y el actual auge de Podemos en Euskadi. No es
el único factor, pero sí uno importante, y que explicaría la caída y el
ascenso, estos últimos dos años, de Batasuna y Podemos respectivamente, en
Euskadi… y en Navarra.
El Jardinero no produce, cultiva. Esto es, ayuda a crecer lo que ya existe y le precede. El
jardinero no crea, a lo sumo recrea partiendo de lo ya existente. Lo hace
apoyándose en mil saberes que ha heredado o adquirido con su propio esfuerzo.
Puede dar a luz híbridos, nuevas plantas, nuevas frutas, nuevos modelos
sociales, nuevas organizaciones políticas, pero desde el respeto de lo ya
existente. Tratando de mejorarlo. El jardinero no es el amo, el dueño, en el
sentido de que decide de todo soberanamente. Es el guardián y el co-creador
pues contribuye día a día a mejorar el mundo, a su infinita y nunca completada
realización. El jardinero es un artesano que no duda en utilizar las técnicas
más sofisticadas y avanzadas a condición de que sea él (con sus congéneres)
quien decida su finalidad. Con humildad pues se sabe pequeño ante la inmensidad
del mundo que le rodea: no solamente no es capaz de controlar si mañana ha de
llover o lucirá el sol, es que tampoco es capaz de prever los movimientos
sociales, las mareas que, a lo largo de la historia que le ha precedido, ha
llevado a los hombres tanto a las Reducciones de Paraguay como al campo de
exterminio de Auschwitz. El jardinero mira para atrás y se topa, en Rusia con
Stalin y con Tolstoi, en Alemania con Hitler y con Beethoven, en Oriente con
Pol Pot y con Gandhi…Constata que la humanidad es capaz de lo mejor y de lo
peor. De ahí que rechace toda radicalidad.
En realidad,
el Jardinero rechaza radicalmente la pretensión de la radicalidad, de que la
verdad se encuentre en un cajón determinado, y menos aún que él detenga la
llave de ese cajón. Llámese el cajón como se llame: comunismo, socialismo,
liberalismo, nacionalismo, cristianismo, ateísmo, y todos los “ismos” que bañan
el planeta en el que vive. No que los “ismos” no tengan elementos positivos de
los que pueda aprender en pro de una sociedad, más humana, más justa, más
convivial. Pero sabe que todos estos “ismos” cuando se han pretendido
implantar, sea de forma militar y sangrienta (el nazismo, el comunismo, antaño
el cristianismo- la espada y la cruz-), y de forma más sibilina en la
actualidad, sea haciendo del dinero y la técnica sin ciencia, sus dioses, sea
olvidándose de modelos antiguos que generaron baños de sangre, sabe el
Jardinero que, entonces, entonces sí, la sociedad va al desastre, al totalitarismo,
“ismo” este que, el Jardinero estima que es el que hay que desterrar
radicalmente.
El jardinero
no cae en el relativismo, en la dictadura del todo vale. La dictadura de que
cada cual puede hacer lo que quiera a condición de no herir al “otro”, la dictadura
del principio de que la libertad de cada uno se limita en la de los demás, haciendo
así bueno, elevándolo a categoría de moral práctica, el principio sartriano de
que “el infierno son los otros”.
El jardinero
sabe que en su co-creación, en su búsqueda, no partimos de cero. Otras
generaciones de humanos, en nuestros lares y allende los mares y tierras, otros
humanos, con otras civilizaciones, otras culturas, otras creencias, otros
niveles de desarrollo, ya han trabajado en pro de la anhelada sociedad más
justa, más humano. No somos los primeros en este maravilloso quehacer, en esta
co-creación salvífica. Además, si sabemos mirar con rigor la historia,
constataremos que, ciertamente con altibajos, el género humano, los derechos
humanos y su universalidad ha mejorado a lo largo de los siglos y en todas las partes
del planeta.
De ahí que
no se pueda aceptar el modelo del Demiurgo (por fatuo, ignorante y, sobretodo,
peligroso) y debamos apostar, decidida y firmemente, con la inteligencia del
corazón y la humildad de la razón, por el modelo del Jardinero.
Donostia
01/07/16
javierelzo@telefonica.net
(Publicado en DEIA y Noticias de Gipuzkoa el sábado 2 de julio
de 2016)
Estoy de acuerdo con la parábola (¿ hipérbola..; elipse..; círculo.. ?; cónica en todo caso) del jardinero; hay que apostar por jardineros y no por salvadores -y esto incluye a las dos nuevas sectas políticas surgidas de la nada; que están dando un golpe de estado disfrazado de legalidad contra España ( y contra todas sus partes) con la ayuda del todopoderoso Ciudadano Kane y sus medios de ¿información?/comunicación omnipotentes. Sin Kane no hubiera pasado nada, no estaríamos sometidos al peligro insensato de un neocomunismo binarista, exclusivista, desfasado, equivocado y mentiroso; una neo-teología típica del comunismo-dictadura y de estas cruentas guerras civiles que aún ahora, cuando estamos saliendo de ese horrible engaño loco que fue el siglo del ¿"socialismo real"?, mal llaman revoluciones.
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo en absoluto, no obstante, en que si la gente lo quiere, mediante un referendum, se les satisfaga con la segunda locura de la independencia (la primera locura era y es aún el socialismo para muchos; y esas dos locuras falsas, mentirosas, eran las dos tetas que amamantaban a los amigos de ETA, que aún ahora pululan por doquier, han terminado reencarnándose en ¿"podemos"?; tanto aquí en vasquia como en cataluña. Un referendum no es nunca un instrumento válido democráticamente; lo explico en mi blog; porque no define nunca su tiempo de aplicación, porque reduce y binariza (los buenos son siempre los que ganan -salvo en el caso del Brexit- los malos los perdedores, sólo existen las dos opciones blanco o negro; no hay más colores ni sutilezas); porque no define si en el momento en que la tendencia ganadora se vuelva minoritaria, se tiene derecho o no a otro referendum. Nos podemos imaginar un refrendo aquí en vasquia ganado por los independentistas-equivocados-mentirosos (¿ quién es independiente hoy en día; quién es fuerte solo ? Gran Bretaña puede andar sola; es fuerte; pero España más débil y democrática, no puede partirse nunca) con el 50,1 % de los votos. Y ocho meses después, cuando la opinión mayoritaria haya cambiado (al darse cuenta la gente de la locura insensata en la que les han metido); otro refrendo para reincorporarse a España, ganado con el 55,3 %; por ejemplo. ¿Y vuelta a empezar y así eternamente; o pararíamos de convocar refrendos después de este segundo??..
(Sigue del comentario anterior)
ResponderEliminarPor otra parte, hay gente que piensa que la irrupción de ¿"podemos"? va a servir para desactivar el independentismo de los excéntricos Españoles; a la vez que proporcionará una progresiva renormalización/reducción del binarismo socialista; tan propio, aún ahora; ***al psoe***; a los partidos ¿"comunistas"?; a la locura horrible y falsa por la que claman los grupúsculos ¿"revolucionarios"? Yo, sin embargo, pienso que no se puede luchar contra los amiguetes; aún ahora totalmente impunes; de ETA; extendiendo sus métodos (la "kale borroka", por ejemplo) y la ideología ¿"socialista"? de ETA, por toda España. Creo que estamos, con el semi-triunfo de ¿podemos?, peor que antes, con un neo-marxismo fuera de lugar, clamado por estos nuevos estafadores; instalado en todo nuestro territorio. El mal de vasquia; fruto de la utilización interesada de la locura de Sabino Arana antes (1); de la locura de Arnaldo Otegui ahora; (utilizan sistemáticamente a locos; no es una metáfora; utilizaron mi propia locura antes de que yo despertara, yo les votaba por culpa de la mentira "socialista"); se ha extendido invadiendo; ocupando ilegítimamente , porque Kane así lo quiso, tomando y parasitando a toda España.
(1): Pero he dicho y repito que hay que apoyar a un PNV no constantemente pedigüeño, si reconoce esa locura y se adhiere *sin ambigüedad* a Madrid y a España; en el marco del regimen de las autonomías actuales. De lo contrario, cualquier excusa en cualquier momento futuro serviría para reactivar el terrorismo independentista bajo otra siglas diferentes. Si los partidos amiguetes de ETA, también reconocen *sin ambigüedad* a Madrid y a España; la solución con los presos de ETA sería una solución generosa. De cualquier otra forma, la espada de Damocles del terrorismo, seguirá amenazándonos a los Españoles, y a los Franceses, y a los Italianos, y a los Británicos; y a los Alemanes , que recordemos que estos últimos se han reunificado sin que haya un solo muerto; cuando estos locos, siguen queriendo partir a España , a Europa y sus naciones en pedazos. Es el PNV el que más definitoriamente , decisivamente, tiene que moverse ahora; no se puede seguir fingiendo la inocencia total (y falsa), como hasta ahora.
La cuestión de las nacionalidades es un tema del que me he ocupado muchas veces. Hay bastantes entradas en este blog donde lo abordo. No así la cuestión de la oportunidad del referéndum. A priori me parece una práctica de lo más legitima para tomar decisiones. No se puede pretender, al mismo tiempo, que los ciudadanos participen lo más directamente posible de la “cosa pública” y denigrar sin más el referéndum. Es cierto, sin embargo, que es un procedimiento que exige cautelas y puede provocar graves rupturas en la ciudadanía. Por hoy ahí me quedo en este punto.
ResponderEliminarRespecto de las nacionalidades y de la desmembración de los estados me permito sugerir un texto (en francés) del que ofrezco la traducción de los dos primeros párrafos en castellano. Es este: Alain Dieckhoff y Christhophe Jaffrelot La résilience du nationalisme face aux régionalismes et à la mondialisation
“El nacionalismo, sin ningún lugar a dudas, ha sido uno de los acontecimientos más importantes de los últimos dos siglos. Una manifestación llamativa ha sido la proliferación de los Estados-nación: el planeta tenía una docena de estados, principalmente en Europa, a principios del siglo XIX; hay casi doscientos hoy. Este aumento refleja la fuerza del principio de autodeterminación que proclama el derecho de los pueblos a disponer de sí mismos.
Sin embargo, se podría preguntar si el nacionalismo no habría llegado a la cima de su curva teniendo en cuenta los múltiples cuestionamientos de los que ha sido objeto el Estado Nación. Es un hecho bien sabido que su papel en el sistema global está cada vez más cuestionado por la influencia de las fuerzas transnacionales y la regionalización. Pero si el fin del Estado-nación viniera a advenir, ¿implicaría ello el fin del nacionalismo? “Nada es menos seguro.”
La referencia del texto en francés para consulta es esta:
https://www.cairn.info/revue-critique-internationale-2004-2-page-125.htm