jueves, 25 de julio de 2019

Justos y resistentes ante el terrorismo







Texto de mi intervención en el Curso de Verano, UPV/EHU: 
Justos y resistentes ante el terrorismo
Mesa redonda: “Disidencias políticas” (Donostia, 1 de julio 2019)

El desmarque de la sociedad vasca (sin olvidar del todo a la española) de los postulados y acciones de ETA en particular y del MLNV en general, realmente no comenzó hasta pasada la transición democrática. Tal y como yo lo veo, obviamente. Dicho telegráficamente señalaría estos hitos:

. Finales del franquismo: ETA es uno de los referentes de la lucha antifranquista. “La percepción de ETA, como alguien que no está trabajando para la defensa de los intereses que dice defender, es decir que no trabaja para defender a los vascos ni a nadie, creo que empieza a partir de 1975…En aquellos tiempos era muy habitual ver a compañeros de trabajo que cuando mataban a alguien…te contestaban “algo habrá hecho…”. Lo dice José Luis Corcuera en de Maria Antonia Iglesias, “Memoria de Euskadi” (2009)

. ETA no acepta le reforma autonómica y, pese a la amnistía de 1977, reanuda la lucha armada. Solamente los años 1978-1980 hay 321 asesinados. Durante muchos años, prácticamente nadie habla de los asesinados por ETA. Muchos tendrán que hacer examen de conciencia. Dos hechos paralelos, entre otros, ayudaran a cambiar las cosas: el nacimiento en 1986 de Gesto por la Paz y el Acuerdo de Ajuria Enea en 1988.

. La creación del Pacto de Ajuria Enea por iniciativa del gobierno de Ardanza y con el acuerdo de todo el arco parlamentario excepto Batasuna, en enero de 1988, propició dar luz a un primer cambio radical respecto de lo que ETA significaba: se pasó del “algo habrán hecho” a ser, al fin, considerados como lo que eran: terroristas. Antes del Pacto, ETA había asesinado a unas 600 personas y con el Pacto, nunca ETA estuvo tan acorralada.

. La historia de Gesto, coincide en sus momentos álgidos, como escribe Ana Rosa Gómez Moral en su excelente libro “Un gesto que hizo sonar el silencio”, en el “alegro” durante la vigencia de Pacto de Ajuria Enea y sus momentos de “adagio” y “largo desolato” tras su final. Entonces la fractura del País Vasco se desplaza del de “demócratas frente a violentos” al de “nacionalistas vascos frente a no nacionalistas o nacionalistas españoles”. Así sucede con el advenimiento del Pacto de Lizarra (propugnando una solución dejando a un lado a los no nacionalistas, como señalé en un artículo crítico a los tres o cuatro días de presentado el Pacto) y con los movimientos Basta Ya, Foro de la libertad, El Foro de Ermua etc., alguno de los cuales pretendieron mi adhesión a lo que me negué arguyendo que no aceptaba, en absoluto, que nacionalismo equivalía a terrorismo, aunque siempre estuve en contra del terrorismo. Siempre. Ya desde el franquismo.

. ¡Cómo olvidar aquellas concentraciones, las de Gesto en silencio, y en frente, con una Ertzaintza meramente notarial, como definió su actuación en aquellas concentraciones un familiar mío nacionalista, cuando nos gritaban a voz en grito, a un palmo de nuestra narices, aquello de ‘los asesinos llevan lazo azul’, ‘hoy, tú de negro; mañana, tu familia’, ‘zuek ere txakurrak zarete’  y sobre todo el terrorífico ‘ETA, mátalos’ sin que todavía se hayan desdicho y no hayan pedido perdón a la ciudadanía vasca por haber ensuciado de este modo la historia y, lo que es más grave, la convivencia de este pueblo. Además, con más de 800 asesinatos a su espalda. Sí, como he escrito en varios sitios, ETA y su mundo han escrito la página más negra en la historia del Pueblo Vasco.

. Pero, rememorando aquellos años, ¡cómo no recordar, también, algunas asociaciones judiciales que ponían pegas para grabar a los energúmenos que las tardes de los viernes – o ¿eran sábados? - desfilaban por el Boulevard donostiarra, ufanos, orgullosos de gritar ¡gora ETA militarra!, y demás eslóganes  Aquello sí que era apología del terrorismo y con cuantos tiquismiquis se movía entonces la fiscalía y la judicatura, mientras después, ya ETA militarmente derrotada, ponen la lupa en cualquier frase de un chaval, al fin acojonado. Y no quiero comparar aquella violencia con la que se dice hubo en torno al “proces”. 

. El 23 de agosto de 1995, ETA asesina a Gregorio Ordóñez. Es el punto axial en la consideración social a las víctimas. Hay un antes y un después del asesinato de Gregorio Ordoñez. Aunque duela decirlo, hay que decir que se levantó muy, muy tarde, el velo de las víctimas de ETA. Muchos las tuvieron olvidadas en los años de plomo y se enterraba a las víctimas con sordina. Porque esas víctimas eran, básicamente, guardias civiles, policías nacionales, miembros del Ejército, ertzainas y empresarios.

. Asesinato de Miguel Angel Blanco el 13 de julio de 1997 que dio lugar, salvo error por mi parte, a la mayor concentración contra ETA de todos los tiempos. Además, unitaria, bajo el esquema demócratas frente a violentos, frente a terroristas. Pero fue la última convocatoria del Pacto de Ajuria Enea. Es el punto de inflexión entre dos fracturas en la sociedad vasca: de demócratas frente a violentos, la fractura se traslada a nacionalistas versus constitucionalistas. Y ahí seguimos.

. Las consecuencias inmediatas de la ruptura del Pacto de Ajuria Enea, se pueden sintetizar en dos expresiones: el pacto de Lizarra y el abrazo del Kursaal.

. Respecto del primero, además del artículo ya mentado, transcribo aquí unas líneas de un texto que publiqué en la prensa vasca en diciembre del año 2.000. “Todo el entramado de Lizarra-Garazi debe romperse. Debía estar roto hace tiempo y no seguir en esta especie de invernadero que nos hiela el corazón de rabia, impotencia y vergüenza. Se ha probado hasta la saciedad que no solo los métodos sino también los objetivos separan al nacionalismo democrático de ETA y de Herri Batasuna”.
. Por otra parte, recuérdese también que en aquellos años se hablaba del nazi-nacionalismo vasco, que hubo manifestaciones frente a la sede del Gobierno vasco, con ciudadanos antinacionalistas con pegatinas rememorando la extorsión y aniquilación de los judíos en tiempos de Hitler, y que terminó con la mayor victoria en las urnas del nacionalismo en toda su historia en las elecciones autonómicas del año 2001, en la que llegó a recibir votos, también de no nacionalistas. Podría poner nombres. Patxi López, en el ya mentado libro de Maria Antonia Iglesias, tras el fiasco de las elecciones de 2001 dice: “la famosa foto del abrazo en el Kursaal con Savater de maestro de ceremonias, entre Nicolas (Redondo) y Mayor Oreja; ahí estaban todos esos gestos que lo único que hacían era engordar a los nacionalistas por un lado y alejar a los votantes socialistas por el otro… Aquella foto del Kursaal fue la imagen de nuestra esquela”.
. En fin, me piden que hable hoy, aquí, de resistentes nacionalistas al terrorismo. Pero no lo hicimos para ponernos medallas. No lo hicieron (limitándome a unos pocos durante los años de plomo) Garaikoetxea, Ardanza, Arzalluz, Atutxa (que vivía con escolta hasta en su despacho del Gobierno Vasco), Cuerda, Imanol Murua, Román Sodupe, permítaseme mentar a mi suegro Xabier Aizarna, resistente discreto, firme y constante ante ETA, de quien aprendí tanto, intelectuales como mi amigo Pako Garmendia, con planteamientos entendidos por tan pocos, y tantos otros, a menudo bajo la incomprensión cuando no la sospecha de connivencia con ETA, por ser nacionalistas. Todavía estos días leo en no pocos medios, algunos en la pluma de amigos, la correlación nacionalismo y terrorismo, como si todo nacionalista hubiera de ser terrorista, o como si el terrorismo etarra se limitara al nacionalismo, que también lo era, sin duda alguna, pero no solamente nacionalista. ¿Qué significa, todavía hoy, “Izquierda Abertzale”? ¿De qué izquierda hablamos?
. Permítaseme concluir con una vivencia personal. En mi comparecencia en la Ponencia de Víctimas del Terrorismo del Parlamento Vasco, el 27 de noviembre de 2003, tras referir lo que supuso a mi familia, aún más que a mí mismo, los diez años, dos meses y dos días de protección de los que cuatro años y medio con escolta personal, ya al final leí que “de las cosas que más me han herido ha sido la lectura del Manifiesto “Aunque” de 8 de mayo del presente año (2003), firmado por varios intelectuales europeos de gran prestigio. Concretamente, los dos puntos donde se dice textualmente lo siguiente:

“Aunque parezca mentira, hoy los candidatos de los ciudadanos libres del País Vasco están condenados a muerte por los mercenarios de ETA y condenados a la humillación por sus cómplices nacionalistas”.

“Aunque ciudadanos del País Vasco sean asesinados por sus ideas, y miles hayan sido mutilados o trastornados, los atentados se realizan y celebran en una penosa atmósfera de impunidad moral propiciada por las instituciones nacionalistas y por la jerarquía católica vasca”.

Y añadí que “de un plumazo he dejado de ser víctima del terrorismo para convertirme en victimario, simplemente por ser nacionalista y amigo de algunos miembros de la jerarquía católica”

Al mentar la iglesia católica, concluyo ya, quiero añadir lo que tantas veces he escrito. La actitud de los cristianos, los de la base y los obispos (particularmente Setién, Uriarte, Asurmedi y Blázquez), en su actitud y comportamientos con ETA, tiene luces y sombras. Unos subrayan las luces y otros las sombras. El juicio actual está, en gran medida, ideológicamente mediatizado. Aquí también, necesitamos a la Historia por venir.

Muchas gracias por la atención.

Javier Elzo

P.D. Una redacción algo reducida de este texto, bajo el título de “Nacionalismo y Terrorismo” se publicó en la prensa del Grupo Noticias: el 3 de Julio en “Diario de Noticias” de Navarra, el día 12 en “Noticias de Gipuzkoa” el día 24 en DEIA y Noticias de Álava. Contestaría con gusto a algún comentario que he leído en DEIA, pero me mantengo en mi idea de no mantener relación con textos no firmados.

martes, 23 de julio de 2019

Lo que oculta el iceberg de las desigualdades sociales


Lo que oculta el iceberg de las desigualdades sociales
Es frecuente leer en la prensa, noticias como estas: “el 1% de la población más rica del planeta se reparte cerca del 50 % de la riqueza mundial”; más del 80 % de la riqueza mundial va a parar al 1 % de los más ricos”; “desigualdades: el 1% de la población mundial posee más que el 99% restante”; “las 26 personas más ricas del mundo tienen tanto como el 50% de los pobres juntos”, etc., etc. Añádase a ello que, de forma reiterada, leemos que los ricos son cada vez son más ricos y los pobres cada vez más pobres, que las desigualdades están aumentando y, como corolario, que esta situación está en la base de no pocos problemas graves de nuestra sociedad, la desafección de los ciudadanos de la política, el individualismo reinante, la queja permanente y un largo etcétera.
Si vuelven a leer las cifras de arriba verán que, rigurosamente hablando, no concuerdan, pero tanta reiteración similar, no rechazada por (casi) nadie, hace pensar en la verosimilitud de lo esencial: si nos fijamos en la punta del iceberg, en el 1 % de los más ricos, ciertamente controlan, o disponen (que no es lo mismo) la mayor parte de la tarta de la renta mundial. También parece que las diferencias entre ese 1% y el resto aumentan, al menos durante la crisis de 2008, y ya desde el momento que el capitalismo financiero se ha impuesto pues, se arguye, que la rentabilidad de las finanzas (por quienes viven o se afanan en ellas, no el pequeño ahorrador al que se la dan por todos los datos) es más rentable, que las rentas del trabajo, y ello en la inmensa mayoría de las personas, esto es, exceptuando a los grandes directores de las grandes empresas y de los grandes bancos que pueden ganar en un año lo que un trabajador medio no ganará en toda su vida laboral. Pero no cabe afirmar que, en dos o tres generaciones, salvo guerras y hecatombes financieras, en un país desarrollado, hasta los más pobres, en su mayoría, son menos pobres. Vivimos con más recursos que nuestros antecesores. La gran mayoría de los que somos de avanzada edad no tenemos duda alguna al respecto.
Pero el iceberg, ese 1% de los más ricos, no permite ver cómo se distribuye la renta del 99% restante. Lo enmascara incluso, pues ese 99% es no es uniforme en su renta. Presento aquí, una pequeña parte de un estudio de Olga Salido, profesora de Sociología en la Universidad Complutense de Madrid, publicado en el Observatorio Social de La Caixa, que aborda la magnitud de las diferencias entre los más ricos y los más pobres en España y su evolución en sus renta entre 2007 y 2013. Y lo hace, como hay que hacer: dividiendo las rentas del conjunto poblacional en diez decilas: la renta media del 10 % que tiene mayor renta, decila 10; el siguiente diez por ciento de mayor renta, decila 9, y así hasta la decila 1, el diez por ciento que tiene la menor renta media.

Para simplificar la exposición me limito a los datos de la renta media anual, por persona (pero obtenidas por hogares, en base a la Encuesta de Condiciones de Vida del INE 2005-2014) de las decilas 1, 5 y 10. Doy los datos, redondeados a centenas de euros, para los años 2007 y 2013, los que ofrece el estudio. La renta media del 10% más pobre, decila 1, era de 3.500 € anuales en 2007 y descendió a 2400 € en 2013, 1100 € menos. La renta media del 10% más rico, decila 10, era de 37.500 € anuales en 2007 y bajó a 32.800 € en 2013, 4.700 € menos. Claro que no es lo mismo perder 1000 € de 3.500, que perder casi 4.700 de 37.500. La renta media del 10 % que conforma el grupo 5º, decila 5, era de 13.400 € en 2007 y desciende a 10.600 € en 2013, 2.800 € menos.

Todos pierden, todos y cada uno de los grupos que conforman las diez decilas perdieron renta durante la crisis, pero, los porcentajes de perdidas (cuyo detalle les ahorro) son notoriamente más elevados en los grupos de rentas más bajas que en los grupos de rentas más altas. La renta media de los miembros más pobres, decila 1, descendió durante la crisis, un 33%: en 2013 era aún un 33% más pobre que en 2007; el de la decila 2, el segundo colectivo más pobre, pierde el 28% de su valor, el tercero más pobre, decila 3, el 23 %, mientras que el octavo colectivo más rico perdió un 16% de su renta, el noveno colectivo más rico, perdió un 14 % y la renta media del 10% más rico, un 13%. Por otra parte, la renta media de los hogares más ricos (decila 10) ha pasado de ser, antes de la crisis, 9,5 veces mayor que la del segmento más pobre (decila 1), a ser 13,7 mayor, debido principalmente a la caída de la renta de las clases bajas.

La conclusión es aplastante: todos perdieron con la crisis, pero quienes menos tenían perdieron, porcentualmente, más, mucho más, un hasta un tercio de su escasa renta, mientras que los que más tenían perdieron el 13 % de sus rentas, lo que significa que los más pobres padecieron muchísimo más la crisis que los más ricos. Por otra parte, se confirma que las diferencias entre los más ricos y los más pobres aumentaron, pero no así en las decilas intermedias, del 4º al 7º, que permanecieron estables, lo que no quiere decir que estemos ante las mismas personas en 2013 que en 2007. Pero ese es ya otro tema.

Javier Elzo
Catedrático Emérito de Sociología. Universidad de Deusto
Publicado en “El Correo” el 21 de julio de 2019

sábado, 13 de julio de 2019

Algunas conclusiones no tan evidentes de la religiosidad, hoy.


Algunas conclusiones no tan evidentes de la religiosidad, hoy.
(Según la encuesta de valores europea en 2018).

Las encuestas europeas de valores (EVS) se llevan realizando desde 1977 por oleadas, más o menos cada diez años. La última, la quinta, en 2018. Ya tengo en mis manos la publicación francesa. En España, ya se ha efectuado el trabajo de campo. Por la Universidad de Deusto. Su Equipo de estudio de los valores está analizando los datos, luego habrá que esperar a que presenten su Informe. Las líneas que siguen, son unos datos significativos a partir del Informe de Francia y, a continuación, me permito unas reflexiones sobre la comparabilidad entre la religiosidad en Francia y en España.

Tras lectura del Informe francés.

Es este: Pierre Bréchon, F. Gonthier, S. Astor (dir) “La France des valeurs. Quarante ans d´évolutions“. Presses Universitaires de Grenoble, abril 2019, 382 páginas. Las Notas que siguen se basan en el inicio de la Sexta parte del Informe “La Religión en movimiento”

. Entre los jóvenes de 18-30 años, los fieles del islam están a punto de ser tan numerosos como los católicos, más del 13% de los musulmanes (de estos grupos de edad) y menos del 15% de católicos.

. Manteniendo la edad constante, quienes han salido más tarde del sistema educativo son quienes en mayor proporción son católicos practicantes, El redactor de este capítulo del libro comenta así este dato: “Las relaciones entre el progreso del nivel de conocimientos y la religión son, por lo tanto, menos sistemáticas que lo que postulan enfoques corrientes del proceso de secularización” que apuntan que más nivel de conocimientos se correlaciona con menos religiosidad.

. Respecto de la relación de la práctica religiosa con la urbanización, la tesis de que la ciudad ha sido durante mucho tiempo equiparada con el abandono de la religión por los migrantes internos que provienen de las campañas, supuestamente católicas, ya no se aplica a la Francia del siglo XXI. Las ciudades grandes, aquellas con más de 500,000 habitantes, son más religiosas que el resto de Francia: “los católicos practicantes pesan más en las grandes aglomeraciones que en las zonas rurales: 15% frente al 13%. (Entienden por “católicos practicantes” aquellos que declaran asistir a un oficio religioso, al menos en algunas fiestas religiosas, y “católicos no practicantes” quienes no asisten más que una vez al año, o menos)

. Este fenómeno está probablemente relacionado con las diferencias sociales. Los dos grupos profesionales católicos que practican con mayor frecuencia son los directores, cuadros directivos y gerentes (18% de practicantes), y las profesiones intelectuales y científicas (16%), mientras que la tasa de práctica religiosa no es sino del 9 % entre los obreros de la industria y de los transportes, sean no cualificados. La encuesta revela, también, que los primeros habitan en gran medida en las grandes ciudades, mientras que los obreros están, hoy, sobrerrepresentados en la Francia rural.

. El análisis de las creencias revela que la creencia en Dios va mucho más allá de la identificación con una religión establecida. Más que un retroceso de la religión en Francia, deberíamos hablar de desinstitucionalización de la religión, y aumento de los cultos minoritarios que llegan, por primera vez, al 10 % de la población francesa.

“Las teorías del fin de la religión no están confirmadas por esta nueva versión de la encuesta sobre los valores de los europeos, y de los franceses en particular. Sin embargo, las iglesias históricas parecen sufrir un creciente desprestigio”. El progreso del islam y el del protestantismo evangélico no es suficiente para compensar el declive del catolicismo, así como el del judaísmo (menos 0, 5 % de la población), del protestantismo histórico lutero-calvinista (1%) frente al 1,6 % de la suma de los evangélicos y los Testigos de Jehová, el cristianismo ortodoxo (menos del 0,5 %), cifra similar a las de otras religiones orientales, budismo e hinduismo. En definitiva, aunque lo religioso no está, en absoluto, en declive, en la Francia del siglo XXI, parece estar claramente en proceso de desinstitucionalización.

Abordamos esta cuestión de la desinstitucionalización de lo religioso y la contrapusimos a la subjetivación de la fe, en nuestro trabajo sobre la Iglesia, comentando la última publicación de Peter Berger[1].

Y, en España, ¿qué? Notas previas para comparar la religiosidad de los españoles con la de los franceses.

Hay que subrayar que la realidad socio-religiosa francesa no es, en absoluto, idéntica a la española, más allá de algunas notas comunes, particular, pero no únicamente, el desplome de la práctica religiosa regular y la ausencia de nuevas vocaciones religiones. Pero hay también diferencias. Brevemente anotaría estas.

La guerra civil española, con el clericidio de los primeros meses de la sublevación, por la parte republicana (indicador de un problema de años anteriores), y la declaración de cruzada por los obispos, excepto Vidal y Barraquer y Múgica, a los que siguieron los años de nacionalcatolicismo están lejos de haberse borrado de la mente de los españoles. Francia vivió conflictos similares, incluso mayores, pero hace más de cien años, básicamente en siglo XIX, sin olvidar la revolución de 1789, y han aprendido a convivir, aun con trifulcas puntuales como, en el mandato de Hollande, con las manifestaciones del “mariage pour tous”.

Avanzaría la hipotesis, admito que arriesgada y de complicada verificabilidad que, en Francia, su episcopado en general se posiciona (por decirlo simple) más a la izquierda que la gran masa de católicos practicantes, a diferencia del episcopado español, en general, de nuevo, que estaría más a la derecha que el practicante católico español en las edades inferiores a los 65 años. Es cierto que la mayoría de católicos en Francia y en España están escorados a la derecha, pero en Francia hay más católicos muy de derechas (con escasísimos claramente de izquierdas), mientras que en España, quedan núcleos, algunos importantes como “socialistas cristianos” (aunque últimamente los oigo poco) y otros grupos, portales digitales y entidades de centro izquierda y claramente de izquierdas, sin que falten los que se dicen muy de derechas, (así VOX), pero lo son mucho más en lo político que en lo religioso.

La belicosidad anti eclesial de parte de la gran prensa española y la de sus lectores, es prácticamente inexistente en Francia, salvo en reductos muy minoritarios. No que la gran prensa francesa (los pocos cotidianos que quedan que se pueden contar con los dedos de una mano) sea habitualmente complaciente con la Iglesia francesa, que no lo es, pero tampoco es monocolor contra ella. Lector habitual de “Le Monde” y “El País” lo compruebo constantemente. La inquina del segundo con la Iglesia (y no es el único, “infoLibre”, del que soy suscriptor, es obsesivo contra la iglesia), no tiene parangón con ningún gran medio francés, comenzando por “Le Monde” que puede publicar un editorial muy duro, incluso con el papa Francisco, pero abrir a cinco columnas valorando positivamente un documento del episcopado francés.

Por otra parte, en España, no se encuentra en sus quioscos y librerías generalistas revistas como el magnífico “Le Monde des religions”, “La Vie- Chrétiens en débat”, “Esprit”, “Etudes”, etc., etc. Las escasas revistas religiosas en España, se reciben por abonados, personales o colectivos, o están enfeudadas en las librerías religiosas, y no forman parte del paisaje intelectual español.

Todo esto hace que la cultura religiosa del francés medios esté unos codos por encima de la del español medio. Con su traslado, comprobable, en los grandes medios de comunicación franceses y españoles, prensa escrita y digital, radios y televisiones, estatales y autonómicas (al menos las que yo controlo, como EITB). Lo que explica, a mi juicio obviamente, no pocas diferencias, en la actualidad, en la religiosidad media de los españoles en relación a la de los franceses. Por ejemplo, ¿es mayor la religiosidad de las personas con mayor formación en España como se apunta en Francia?. Lo dudo. Sospecho que, en España, el fundamentalismo cientista prolifera en mayor medida en las personas con formación superior (especialmente en CC. SS y Humanas) que el fundamentalismo religioso. Pero no tengo datos para confirmarlo o infirmarlo. El desierto, en estudios socio- religiosos en España, es sahariano.

Donostia San Sebastián, 13 de julio de 2019
Javier Elzo


[1] Javier Elzo. “Morir para renacer. Otra Iglesia posible en la era global y plural”. Ed. Sn Pablo 2017 ver, p. 50 y ss.

domingo, 23 de junio de 2019

Un thriller socio-religioso del siglo XVIII y su inversión en el XXI


Un thriller socio-religioso del siglo XVIII y su inversión en el XXI

En el azar de mis actuales lecturas me he sumergido en un thriller socio-religioso de altos vuelos entre el jesuita aragonés Baltasar Gracián y el francés Jansenio, este último con su corte de seguidores como Port Royal, e incluso el Pascal de “Las Cartas Provinciales”, thriller que se mantiene en nuestros días solo que, con un giro, o inversión, que cabe etiquetar de copernicano. El autor del thriller es Marc Fumaroli, en su publicación “La extraordinaria difusión del arte de la prudencia en Europa. El ´Oráculo manual´ de Baltasar Gracián entre los siglos XVII y XX”, Acantilado 2019. 178 páginas.

La trama del thriller reside en saber si el cristiano, para serlo de verdad, debe componérselas con la realidad circundante, aun sin diluirse en ella y manteniendo su identidad, o, para no perderla, debe encerrarse en su mismidad, portadora de la única verdad, y situarse adoptar ante el mundo circundante con una actitud contracultural, dada la maldad reinante en el mundo.

La cuestión a dilucidad es esta: ¿cómo vivir en el siglo con honor y felicidad sin dejarse corromper y engañar por él? En el Oráculo manual Gracián apela al puñado de generosos que podrían dar testimonio a favor de la concordancia de la naturaleza y de la gracia, mientras que Pascal apelará al puñado de “libertinos” (“libertinos creyentes” los denominaría yo) convertidos al agustinismo de Port Royal, invitándoles a apostar por la gracia de Dios, la única capaz de decidirse por el bien y la salvación. Pascal hace un principio de conversión y de ruptura interior con el mundo civil y político, con Civitas Diaboli de San Agustín pues, tal ciudad, es obra de unos hombres pecadores, sea cual sea la forma institucional que ella adopte.

Gracián, por el contrario, (más allá de los jansenistas y de Maquiavelo, en otro registro) hace de este mundo civil, cuyas bajezas, e incluso ruindades, sondea, cuya perfidia desvela, la arena propiamente humana, entre tierra y cielo, dónde es puesto a prueba el temple de alma de los escasos mejores, la cuerda floja en que la virtud de los seres superiores, siempre en peligro de sucumbir, no avanza si no es con mucha prudencia, constancia, mérito y gracia hacia la gloria personal, e incluso la santidad.

En el Oráculo manual de 1647, que con la traducción al francés por Amelot con el título de L´Homme de Cour, en 1684, lo extendió por toda Europa, nos encontramos con “uno de los más atrevidos esfuerzos que se han intentado para enseñar a los laicos católicos cómo su ´tipo ideal´ puede atravesar en la práctica, singular e indemne, con estilo, el mundo civil, común y vil, de los modernos, y cómo, por medio del ejercicio ingenioso y victorioso de su libertad, puede hacerse digno burlando eventualmente al Demonio con sus propias armas”. (Fumaroli pp, 43-44)

En los tiempos de Gracián todavía era dominante la era de la cristiandad e incluso quienes, con la Ilustración y más (en Francia con Voltaire a la cabeza) ya trataban de superarla en pro de la autonomía humana, en nuestros días, ya a punto de concluir la segunda década del siglo XXI, las tornas han cambiado. Vivimos en los estertores de la era de la cristiandad, la era secular se ha extendido (particularmente por Europa) y, aunque ya apunta y emerge la era post-secular, la idea dominante es la del derrumbe de la cristiandad (en realidad de lo religioso y divino) y el apuntalamiento de la era secular como el pensamiento “políticamente correcto”. Basta asomarse a los medios de comunicación social, prensa, radio, TV y redes sociales, para constatarlo.

Roberto Calasso en su excepcional “La actualidad innombrable “, (Anagrama 2018), a quien sigo en estas líneas lo dice así: “La sociedad secular, sin necesidad de proclamas, se convirtió en el siglo XX, en el último cuadro de referencia para todo significado. La búsqueda de significados debiera limitarse al seno de la propia sociedad. Así nace y se postula el Homo saecularis que habla con muchas voces, con frecuencia divergentes. La que se hace oír principalmente es progresista y humanitaria. Aplica preceptos de herencia cristiana reblandecidos y edulcorados. Mezcla tibia y pálida, se combina, en sentido inverso, con el movimiento en curso en la propia Iglesia, que busca parecerse cada vez más a una entidad asistencial. El resultado es que los secularistas hablan con una contrición propia de eclesiásticos a la vez que los eclesiásticos quisieran hacerse pasar por profesores de sociología” (p. 21). Así pasamos de la secularidad como fenómeno sociológico al secularismo como principio fundante de la alta modernidad.

De nuevo Calasso: “El secularismo se define por vía negativa, ya que ignora y excluye de sí lo divino, lo sagrado, los dioses o el único dios. Una vez hecha esta recisión, todo puede ser excluido en el secularismo. Existe una forma eminente de este, que se distingue y quiere distinguirse claramente de todas las demás. Es el secularismo humanista, una modalidad del pensamiento que se ajusta a sus principios en grado no menor que las religiones precedentes. Responde de su fidelidad no ya a seres trascendentes, sino a un ente definido como humanidad. Por ello se siente en el deber, según Charles Taylor, que dedico a la Era secular cerca de un millar de páginas, de favorecer la “prosperidad”. Términos que, sin embargo, tienen un significado unívoco solo en relación con el producto interior bruto” (p. 45). Pues, añado yo, en todos los demás, el término “prosperidad” es polisémico.

En la actualidad, el desafío ya no reside en cómo ser moderno y autónomo como se planteaba en la era de la cristiandad, sino, bien al contrario, en cómo ser religioso en la era secular. Pues en la era secular se ha llegado al culmen de la razón y de autonomía humana. Lo dice el sociólogo catalán Salvador Giner, en un excelente libro, “El porvenir de la religión”. (Herder, Barcelona 2016), 160 páginas muy respetuosas con las creencias religiosas, donde tras señalar que “el avance del humanismo laico como parte esencial de la cultura y los valores de la modernidad es imperativo” (p. 100) sostiene esta afirmación: “Con toda sencillez, a quienes piensen que algo más grandioso, profundo y eficaz que el humanismo laico será la salvación les corresponde en puridad demostrarlo. No a quienes confían cautamente en él, así como en la ciencia, la racionalidad y la naturaleza como únicas soluciones para la superación común de nuestros males” (P. 104)

Como se ve, tanto en la era de la cristiandad, como en la actual, que yo etiqueto de secular y, ya, post secular, el dilema se mantiene como si dos entidades opuestas fueran: el mundo secular y el mundo religioso o trascendente. Tanto en siglo XVIII como en el XXI, el thriller se mantiene entre dos planteamientos opuestos, aunque en contextos muy diferentes. Por un lado, nos encontramos con los puristas, quienes defienden sea la sola trascendencia sea la sola laicidad o secularidad, convertida en secularismo. En siglo XVIII, limitándonos a los miembros de nuestro thriller, Jansenio o Pascal (sin olvidar a Maquiavelo en otro registro), frente a Gracián. En el siglo XXI, no le costara al lector poner nombre a personas, entidades, medios de comunicación etc., defensores de un cristianismo contracultural, falsamente salvador de nada, así como laicistas y secularistas que abogan por la exclusión sociocultural de lo religioso, cuando no su esperada (aunque resiliente) desaparición como residuo de un tiempo ya superado.

Por el otro lado, estamos los que pensamos que hay que vivir en la pluralidad de lo sagrado y lo profano, tanto en la vida personal como en la colectiva, en la vida cotidiana como en los proyectos vitales, reconociendo, con Schutz, la tesis de las realidades múltiples, tan bien expuesta y aplicada al ámbito religioso por Peter Berger. Lo explicito, en mi libro “Morir para renacer”, San Pablo, 2017, ver pp. 74 y ss. Además, si desterramos los purismos, hermanos de los fanatismos, tanto religiosos como seculares, y superamos las falacias y comodidades del pensamiento binario, el thriller puede concluir con un final feliz.

sábado, 15 de junio de 2019

Oriol Junqueras y el Supremo Vergüenza de esta Justicia


Vergüenza de esta Justicia

Leo en la prensa de hoy el artículo del Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla, Javier Perez Royo, contundente contra la decisión del Tribunal Supremo de impedir a Oriol Junqueras para que recoja su acta de Diputado electo al Parlamento Europeo, electo por decisión popular tras unas elecciones democráticas. MI acuerdo con el contenido del artículo es total.

Una vez más me confirma en mi idea de la gravedad de un sistema en el que la decisión de unos pocos, por muy magistrados del supremo que sean, se imponga a la voluntad libremente expresada de unos ciudadanos eligiendo a unas personas a las que se les permitió someterse al sufragio universal, a la voluntad popular, a la soberanía popular. Sufragio al que no se han sometido los magistrados, por lo que tienen menos legitimidad que un diputado electo, no condenado, pues ha podido presentarse, legalmente, al sufragio de sus pares.

El fallo a la democracia es clamoroso. Y el tenor de esta Justicia al descubierto, una vez más. Pues van ¿cuántas así? ¡Qué vergüenza!

Aquí abajo el texto de Javier Perez Royo

Prevaricación consumada
Javier Perez Royo en “Eldiario.es” 14/06/19


Oriol Junqueras no está condenado por ninguna sentencia firme que le prive del ejercicio de sus derechos políticos, entre los que se cuenta, obviamente, el derecho de sufragio pasivo. De no ser así, no hubiera podido ser candidato a las elecciones al Congreso de los Diputados el 28A, ni a las elecciones al Parlamento Europeo el 26M. La Junta Electoral, que tiene que hacer la proclamación de la candidatura para que pueda concurrir a las elecciones, lo habría impedido. Con Carles Puigdemont lo intentó y su exclusión de la lista fue revocada mediante decisión judicial. En el caso de Oriol Junqueras ni siquiera lo intentó, dando por supuesto que Junqueras tenía derecho a concurrir a las elecciones y, en consecuencia, tenía derecho a poder ser elegido parlamentario europeo.
¿Se puede aceptar que a un ciudadano a quien no se puede impedir que concurra como candidato a unas elecciones se le pueda impedir que ocupe el escaño para el que ha sido elegido? La pregunta se responde por sí misma. Porque, además, desde el momento en que ha sido elegido, no permitirle ocupar el escaño no vulnera solamente el derecho de sufragio pasivo del parlamentario europeo, sino que vulnera también el derecho de sufragio activo de todos los ciudadanos que lo eligieron. La decisión del Tribunal Supremo supone una vulneración masiva de derechos fundamentales.
La decisión del Tribunal Supremo de no permitir que Oriol Junqueras acuda a la sede de la Junta Electoral Central para jurar o prometer la Constitución y tomar posesión de esta manera de “su” escaño en el Parlamento Europeo supone una vulneración manifiesta de la Constitución y de la Ley Electoral.
El Supremo no puede desconocer el contenido y alcance del derecho reconocido en el artículo 23 de la Constitución. No puede desconocer el contenido y alcance del derecho a la presunción de inocencia, que no ha sido destruida mediante una sentencia firme respecto de Oriol Junqueras. Su decisión de no permitirle acudir a la sede de la JEC a prometer o jurar la Constitución es una decisión injusta adoptada “a sabiendas”.
A partir del momento en el que la decisión del Supremo le sea notificada, Oriol Junqueras puede activar una querella por prevaricación contra los miembros del Alto Tribunal que le han impedido el ejercicio de un derecho fundamental, no pudiendo desconocer que no podían hacerlo.
En mi opinión, el Sindic de Greuges debería querellarse en nombre de los ciudadanos catalanes, cuyo derecho de sufragio activo también se ha visto vulnerado con la decisión del Tribunal Supremo.
Dicha querella debería ser registrada de manera inmediata ante el Parlamento Europeo, a fin de que se tenga conocimiento desde ya de la vulneración de derechos fundamentales de un parlamentario electo, que figura como tal en el listado publicado en el BOE y al que, mediante una triquiñuela anticonstitucional, se le intenta impedir que adquiera la condición de tal. Debería solicitarse que el asunto fuera abordado por el Parlamento Europeo inmediatamente después de su constitución. El Parlamento Europeo no puede no debatir sobre la agresión más flagrante que se puede perpetrar contra uno de sus miembros: el de no permitir que lo sea.
Hasta el momento, que yo sepa, en ningún Estado de la Unión Europea se ha impedido a un parlamentario electo no condenado mediante sentencia firme ocupar su escaño. En mi opinión, nos encontramos ante un incumplimiento por parte del Estado español del derecho de la Unión y, en este sentido, debería estudiarse la forma de denunciar dicho incumplimiento ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Nunca se ha planteado un recurso de esta naturaleza y no está clara la vía procesal para hacerlo, pero es que nos encontramos ante un supuesto tan insólito, que a nadie se le ha ocurrido siquiera que pudiera plantearse. Pero una vez planteado, es evidente que tiene que tener una respuesta en el Derecho Europeo y que tiene que poder exigirse que dicha respuesta sea efectiva.
La querella contra los Magistrados del Tribunal Supremo por prevaricación debe ser el punto de partida de una batalla jurídica de largo recorrido. En ningún caso puede aceptarse la decisión del Tribunal Supremo.

viernes, 14 de junio de 2019

Cuando la política se decide en los despachos




Cuando la política se decide en los despachos

Visionando recientemente en ETB un excelente programa sobre los ocho días de final de mayo de 2018 que cambiaron el poder en España, me vino a la mente la idea de los cambios que se pueden dar en la vida política en un breve periodo de tiempo.  El primero de junio del año 2018 el Congreso de Diputados aprobó una moción de censura presentada por Pedro Sánchez contra Mariano Rajoy. Fue una moción en la que prácticamente nadie pensaba que iba a triunfar tres o cuatro días antes, pero un error en los despachos del PP lo hizo posible, como quedó de manifiesto en el mencionado programa de ETB. Lo consiguió con los apoyos de su propio partido más el de Podemos, ERC, PNV, PDdeCAT, Compromis, Bildu y Nueva Canaria. Así, Pedro Sánchez, desahuciado por su propio partido el 1º de octubre de 2016, se convirtió en presidente del Gobierno, menos de tres años después, desbancando a un Mariano Rajoy que había logrado aprobar sus presupuestos apenas una semana antes con el apoyo del PP, Ciudadanos, el PNV, Unión del Pueblo Navarro, Foro Asturias, Coalición Canaria y Nueva Canaria. Si se detienen en la lista de los grupos políticos que aprobaron tanto los presupuestos de Rajoy como su derrocamiento, observarán que son dos: Nueva Canaria y el PNV. 

En aquella semana, publiqué un artículo en estas mismas páginas (El CORREO, 27/05/18) en el que escribí que “el PNV, si mantiene la línea que le llevó a votar a favor de los Presupuestos al argumentar que un ´probable adelanto electoral abriría escenarios de pronóstico muy preocupante que por responsabilidad deben evitarse, y así lo hacemos´, no apoyará a Sánchez”. Obviamente me equivoqué, como me sucede con frecuencia en mis análisis de política de partidos. Visionando el referenciado programa de ETB, entendí, de boca de Andoni Ortuzar la razón de su apoyo a la moción de mención, incluso afirmando, con franqueza que le honra, que le dolió mucho la decisión pues sabía que hacía daño a Mariano Rajoy con quien, confesó, mantenía una relación de amistad y, creo recordar que también de afecto. Pero la política tiene sus reglas y era imposible que el único partido que sostuviera a Rajoy, una vez que los independentistas catalanes habían optado por descabalgarlo, hubiera sido el PNV. Se le hubiera echado encima todo el mundo. Al menos el mundo nacionalista y el tenido por progresista. Me lo recordaban en una comida el día pasado un grupo de amigos. Razón de estado que se hubiera dicho antaño. O la primacía de la ética de la responsabilidad sobre la ética de la convicción, en términos weberianos.

Ahora, tras los resultados electorales de las generales del 28 de abril, las autonómicas, provinciales, municipales y europeas del 26 de mayo toca conformar gobiernos. A veces, a tenor de los resultados electorales, luego a tenor de la voluntad popular, las cosas se presentan relativamente claras. No se puede poner en tela de juicio que en España debe gobernar el PSOE, en Euskadi, así como en Bilbao y Donostia, y quizá también en Vitoria, el PNV, aunque todos necesitarán algún tipo de apoyo, sea de gobiernos, sea de legislatura. En otros lugares las cosas no están tan claras. Piénsese en Madrid, capital y autonomía, en Barcelona capital, en Navarra, básicamente en el gobierno de la Comunidad Foral (donde, por cierto, como en 2.007, el PSOE se ha impuesto a las pretensiones del PSN, mostrando la enorme debilidad y escasa credibilidad del federalismo del PSOE cuando ni siquiera respeta a sus propias marcas autonómicas), en Aragón, Castilla y León etc., etc.  En estos casos, como contemplamos actualmente, los dirigentes de los partidos políticos juegan, en el mejor sentido del término, a una múltiple partida de ajedrez, para obtener las máximas cotas de poder, con alianzas que, a menudo, desafían toda lógica y, sobre todo, que no habían anunciado antes de las elecciones. Peor aún, en más de un caso ya las habían anunciado y después no cumplen lo anunciado. Necesitaría más de un artículo para ilustrarlo con ejemplos concretos. Los despachos sustituyen así a los electores, a la soberanía popular. La consecuencia mayor es el deterioro de la confianza de los ciudadanos en la política pues estiman, aunque no siempre con razón y justicia, que de nada vale su voto si, al final, los que deciden son los políticos en sus despachos.

No veo más que una salida a este embrollo: la doble vuelta en las votaciones a los cargos unipersonales: presidente del Consejo de la UE, de España, de las Comunidades autónomas, provincias y alcaldes de los ayuntamientos. El sistema está inventado y se aplica aquí al lado, en Francia. Cada ciudadano vota a la persona y partido político que prefiera. Si ninguno obtiene la mayoría absoluta (más del 50 % del voto emitido), los dos que alcancen el mayor apoyo, se disputan el apoyo popular, en una segunda vuelta. Así, el que presida el gobierno, la comunidad autónoma, la alcaldía etc., habrá sido elegido directamente por el pueblo, y no en una partida de ajedrez en los despachos, con unos parlamentarios, junteros, concejales etc., a sus órdenes. Creo que, en estos tiempos de desafección a la política representativa, valdría la pena darle una pensada a la práctica de la segunda vuelta.

Javier Elzo

Publicado en “El Correo” el Donostia 11 de junio de 2019
Javier Elzo

jueves, 6 de junio de 2019

Brevería: Gracián y Pascal, la prudencia y la sola gracia, según Marc Fumaroli


Gracián y Pascal, la prudencia y la sola gracia, según Marc Fumaroli

Estos párrafos son transcripción literal de un libro, en cuya lectura me estoy deleitando estos días, como descanso y aliento al interrumpir mi trabajo habitual. Lo recomiendo vivamente a quienes amen la lectura sosegada y reflexionada de un excelente libro. Es este:

Marc Fumaroli, “La extraordinaria difusión del arte de la prudencia en Europa. El ´Oráculo manual´ de Baltasar Gracián entre los siglos XVII y XX”, Acantilado 2019. 178 paginas.

Los párrafos que he transcrito están en el primer capitulo del libro, en las paginas 43-44. Ni qué decir tiene que tengo el apetito muy abierto para hacerme con el libro de Gracián, pero, casi tanto como con él, con el de su traductor Amelot, pues el francés de este último (en los párrafos que nos ofrece Fumaroli), se me hace de lectura más sencilla y grata que la original de Gracián.  

“¿Cómo vivir en el siglo con honor y felicidad sin dejarse corromper y engañar por él? En el Oráculo manual (…) Gracián apela al puñado de generosos que (…) podrían dar testimonio a favor de la concordancia de la naturaleza y de la gracia, mientras que Pascal, en sus Pensamientos, apelará al puñado de “libertinos” y de “esprits forts” que han mamado de Montaigne y de Charron, pero eventualmente convertidos por sus argumentos al agustinismo de Port Royal, invitándoles a apostar por la gracia de Dios, la única capaz de hacer decidirse invenciblemente por el bien y la salvación a la errática voluntad humana. De la paradoja cristiana por excelencia, grandeza y bajeza del hombre, Pascal hace un principio de conversión y de ruptura interior con el mundo civil y político, con esa Civitas Diaboli de San Agustín (….) pues es obra de unos hombres pecadores, sea cual sea la forma institucional que ella adopte.

Gracián, por el contrario, hace de este mundo civil, cuyas bajezas, e incluso ruindades, sondea, cuya perfidia desvela, la arena propiamente humana, entre tierra y cielo, dónde es puesto a prueba el temple de alma de los escasos mejores, la cuerda floja en que la virtud de los hombres superiores, siempre en peligro de sucumbir, no avanza si no es con mucha prudencia, constancia, mérito y gracia hacia la gloria personal, e incluso la santidad".

(.....)

(En el Oráculo manual de 1647 y su traducción al francés por Amelot con el título de L´Homme de Cour, en 1684,) "se trata de uno de los más atrevidos esfuerzos que se han intentado para enseñar a los laicos católicos cómo su “tipo ideal” puede atravesar en la práctica, singular indemne, con estilo, el mundo civil, común y vil, de los modernos, y cómo, por medio del ejercicio ingenioso y victorioso de su libertad, puede hacerse digno burlando eventualmente al Demonio con sus propias armas, de la gracia suficiente de la que su naturaleza, cultivada por las artes liberales, ha sido dotada por Dios su Creador y Salvador”

Marc Fumaroli, “La extraordinaria difusión…”, pp. 43-44