Algunas
conclusiones no tan evidentes de la religiosidad, hoy.
(Según la encuesta de
valores europea en 2018).
Las encuestas europeas de valores (EVS) se llevan realizando
desde 1977 por oleadas, más o menos cada diez años. La última, la quinta, en
2018. Ya tengo en mis manos la publicación francesa. En España, ya se ha
efectuado el trabajo de campo. Por la Universidad de Deusto. Su Equipo de
estudio de los valores está analizando los datos, luego habrá que esperar a que
presenten su Informe. Las líneas que siguen, son unos datos significativos a
partir del Informe de Francia y, a continuación, me permito unas reflexiones
sobre la comparabilidad entre la religiosidad en Francia y en España.
Tras lectura del Informe francés.
Es este: Pierre
Bréchon, F. Gonthier, S. Astor (dir) “La France des valeurs. Quarante
ans d´évolutions“. Presses Universitaires de Grenoble, abril 2019,
382 páginas. Las Notas que siguen se basan en el inicio de la Sexta parte del
Informe “La Religión en movimiento”
. Entre los jóvenes de 18-30 años, los fieles del islam están a punto de ser tan numerosos como los católicos, más del 13% de los musulmanes (de estos grupos de edad) y menos del 15% de católicos.
. Manteniendo la edad constante, quienes han salido más
tarde del sistema educativo son quienes en mayor proporción son católicos
practicantes, El redactor de este capítulo del libro comenta así este dato:
“Las relaciones entre el progreso del nivel de conocimientos y la religión son,
por lo tanto, menos sistemáticas que lo que postulan enfoques corrientes del
proceso de secularización” que apuntan que más nivel de conocimientos se
correlaciona con menos religiosidad.
. Respecto de la relación de la práctica religiosa con la
urbanización, la tesis de que la ciudad ha sido durante mucho tiempo equiparada
con el abandono de la religión por los migrantes internos que provienen de las
campañas, supuestamente católicas, ya no se aplica a la Francia del siglo XXI.
Las ciudades grandes, aquellas con más de 500,000 habitantes, son más
religiosas que el resto de Francia: “los católicos practicantes pesan más en
las grandes aglomeraciones que en las zonas rurales: 15% frente al 13%.
(Entienden por “católicos practicantes” aquellos que declaran asistir a un
oficio religioso, al menos en algunas fiestas religiosas, y “católicos no
practicantes” quienes no asisten más que una vez al año, o menos)
. Este fenómeno está probablemente relacionado con las
diferencias sociales. Los dos grupos profesionales católicos que practican con
mayor frecuencia son los directores, cuadros directivos y gerentes (18% de
practicantes), y las profesiones intelectuales y científicas (16%), mientras
que la tasa de práctica religiosa no es sino del 9 % entre los obreros de la
industria y de los transportes, sean no cualificados. La encuesta revela, también,
que los primeros habitan en gran medida en las grandes ciudades, mientras que
los obreros están, hoy, sobrerrepresentados en la Francia rural.
. El análisis de las creencias revela que la creencia en
Dios va mucho más allá de la identificación con una religión establecida. Más
que un retroceso de la religión en Francia, deberíamos hablar de
desinstitucionalización de la religión, y aumento de los cultos minoritarios
que llegan, por primera vez, al 10 % de la población francesa.
“Las teorías del fin de la religión no están confirmadas por
esta nueva versión de la encuesta sobre los valores de los europeos, y de los
franceses en particular. Sin embargo, las iglesias históricas parecen sufrir un
creciente desprestigio”. El progreso del islam y el del protestantismo
evangélico no es suficiente para compensar el declive del catolicismo, así como
el del judaísmo (menos 0, 5 % de la población), del protestantismo histórico
lutero-calvinista (1%) frente al 1,6 % de la suma de los evangélicos y los
Testigos de Jehová, el cristianismo ortodoxo (menos del 0,5 %), cifra similar a
las de otras religiones orientales, budismo e hinduismo. En definitiva, aunque
lo religioso no está, en absoluto, en declive, en la Francia del siglo XXI,
parece estar claramente en proceso de desinstitucionalización.
Abordamos esta cuestión de la desinstitucionalización de lo
religioso y la contrapusimos a la subjetivación de la fe, en nuestro trabajo sobre
la Iglesia, comentando la última publicación de Peter Berger[1].
Y, en España, ¿qué? Notas previas para comparar la
religiosidad de los españoles con la de los franceses.
Hay que subrayar que la realidad socio-religiosa francesa no
es, en absoluto, idéntica a la española, más allá de algunas notas comunes,
particular, pero no únicamente, el desplome de la práctica religiosa regular y
la ausencia de nuevas vocaciones religiones. Pero hay también diferencias.
Brevemente anotaría estas.
La guerra civil española, con el clericidio de los primeros
meses de la sublevación, por la parte republicana (indicador de un problema de
años anteriores), y la declaración de cruzada por los obispos, excepto Vidal y
Barraquer y Múgica, a los que siguieron los años de nacionalcatolicismo están
lejos de haberse borrado de la mente de los españoles. Francia vivió conflictos
similares, incluso mayores, pero hace más de cien años, básicamente en siglo
XIX, sin olvidar la revolución de 1789, y han aprendido a convivir, aun con
trifulcas puntuales como, en el mandato de Hollande, con las manifestaciones
del “mariage pour tous”.
Avanzaría la hipotesis, admito que arriesgada y de
complicada verificabilidad que, en Francia, su episcopado en general se
posiciona (por decirlo simple) más a la izquierda que la gran masa de católicos
practicantes, a diferencia del episcopado español, en general, de nuevo, que
estaría más a la derecha que el practicante católico español en las edades
inferiores a los 65 años. Es cierto que la mayoría de católicos en Francia y en
España están escorados a la derecha, pero en Francia hay más católicos muy de derechas
(con escasísimos claramente de izquierdas), mientras que en España, quedan núcleos,
algunos importantes como “socialistas cristianos” (aunque últimamente los oigo
poco) y otros grupos, portales digitales y entidades de centro izquierda y
claramente de izquierdas, sin que falten los que se dicen muy de derechas, (así
VOX), pero lo son mucho más en lo político que en lo religioso.
La belicosidad anti eclesial de parte de la gran prensa
española y la de sus lectores, es prácticamente inexistente en Francia, salvo
en reductos muy minoritarios. No que la gran prensa francesa (los pocos
cotidianos que quedan que se pueden contar con los dedos de una mano) sea
habitualmente complaciente con la Iglesia francesa, que no lo es, pero tampoco
es monocolor contra ella. Lector habitual de “Le Monde” y “El País” lo
compruebo constantemente. La inquina del segundo con la Iglesia (y no es el
único, “infoLibre”, del que soy suscriptor, es obsesivo contra la iglesia), no
tiene parangón con ningún gran medio francés, comenzando por “Le Monde” que
puede publicar un editorial muy duro, incluso con el papa Francisco, pero abrir
a cinco columnas valorando positivamente un documento del episcopado francés.
Por otra parte, en España, no se encuentra en sus quioscos y
librerías generalistas revistas como el magnífico “Le Monde des religions”, “La
Vie- Chrétiens en débat”, “Esprit”, “Etudes”, etc., etc. Las escasas revistas
religiosas en España, se reciben por abonados, personales o colectivos, o están
enfeudadas en las librerías religiosas, y no forman parte del paisaje
intelectual español.
Todo esto hace que la cultura religiosa del francés medios
esté unos codos por encima de la del español medio. Con su traslado,
comprobable, en los grandes medios de comunicación franceses y españoles,
prensa escrita y digital, radios y televisiones, estatales y autonómicas (al
menos las que yo controlo, como EITB). Lo que explica, a mi juicio obviamente,
no pocas diferencias, en la actualidad, en la religiosidad media de los
españoles en relación a la de los franceses. Por ejemplo, ¿es mayor la
religiosidad de las personas con mayor formación en España como se apunta en
Francia?. Lo dudo. Sospecho que, en España, el fundamentalismo cientista
prolifera en mayor medida en las personas con formación superior (especialmente
en CC. SS y Humanas) que el fundamentalismo religioso. Pero no tengo datos para
confirmarlo o infirmarlo. El desierto, en estudios socio- religiosos en España,
es sahariano.
Donostia San Sebastián, 13 de julio de 2019
Javier Elzo
[1] Javier
Elzo. “Morir para renacer. Otra Iglesia posible en la era global y plural”.
Ed. Sn Pablo 2017 ver, p. 50 y ss.
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