jueves, 20 de diciembre de 2018

Chalecos amarillos y la yihad en Estrasburgo



Chalecos amarillos y la yihad en Estrasburgo


. A tenor del perfil sociológico medio (según trabajos de campo publicados en “Le Monde” el 11/12/18), la mayoría de los Chalecos Amarillos (CH.AM) son hombres y mujeres de unos 45 años de media, que trabajan, pertenecen a las clases bajas (populares llaman los franceses) o clase media baja. Están sobrerrepresentados los empleados medios, artesanos, comerciantes, pequeños empresarios en detrimento de cuadros, clase media alta y alta, así como la clase obrera. Son básicamente gente de las provincias, de localidades pequeñas o rurales, con ingresos modestos, con poca o nula visibilidad mediática, pocos dados a manifestaciones públicas y que se han hecho fuertes encontrándose los sábados, por ejemplo, en las rotondas de las carreteras.

. Descubren que las rotondas son nuevos espacios de sociabilidad real, directa, sin intermediarios, encontrándose entre iguales, sin nadie por encima, como en Facebook y en las redes sociales. La iglesia de Francia acaba de ofrecer sus espacios, a creyentes y no creyentes, para un dialogo franco, libre, sobre estas cuestiones.

. Además, en las Rotondas tienen la capacidad de llamar poderosamente la atención, perturbando la vida normal: simplemente interrumpiendo el tráfico. En la vida moderna un gran numero de huelgas se concretizan interrumpiendo o dificultando seriamente la movilidad. Y no es casual, sino causal, que muchas huelgas (de trenes, aviones, taxis, buses, metros etc.), se convoquen cuando se prevé una mayor afluencia de gente.

. El grave error de Macron es no haber tenido en cuenta la dimensión emocional y de cercanía con la gente. Se ha considerado por encima de la media. Y lo está, intelectualmente hablando. Pero en ningún lugar está escrito que un intelectual sea un buen gobernante. Y el caso de Macron lo confirma, si falta hacía.
    
. Pero hay que añadir que los franceses quieren un presidente que les de prestigio, de quien enorgullecerse, aunque sea jupiterino, como Macron (y en su día Mitterrand y De Gaulle, pero eran otros tiempos), y, al mismo tiempo, que sea como ellos, un presidente normal, como Hollande. Misión imposible. Macron y Hollande han salido esquilmados.
 
. El movimiento de los CH. AM no tiene representantes. Más aún, tiene a gala no tenerlos. Quiere ser un movimiento horizontal y no uno vertical. Idea que está en el aire del tiempo actual y que es propiciado, en gran medida, por la dinámica de las redes sociales, con el beneplácito de algunos intelectuales. Tiene sus ventajas: sale de la base, es espontaneo y difícilmente manipulable. Pero también tiene sus inconvenientes. Uno, que ahora se subraya mucho, es la dificultad de la negociación y del diálogo. ¿Con quién dialogar o negociar, si no hay quien represente al movimiento? Y, también, ¿cómo pararlo?, ¿quién decide pararlo?, ¿quién decide que ya se han logrado los objetivos?  Añádase a ello que es un movimiento muy diverso y muy extendido en gran parte de
la geografía de Francia.

. El movimiento de los CH.AM es, y pretende, ser pacifico. Y lo es en la inmensa mayoría de sus participantes. Pero en los sábados que han protagonizado se ha constatado un doble fenómeno: un descenso en el número de manifestantes y un incremento, sea en los actos violentos al termino de las manifestaciones, sea en la gravedad de mismos, o ambos a la vez, pese a un aumento espectacular de las fuerzas del orden. Dos cosas que decir en este aspecto:
            A). La ausencia de representatividad dificulta enormemente, dicen los expertos, la previsibilidad de los actos de violencia
            B). Algunos analistas señalan que, aunque el movimiento de los CH. AM es de manera clara no violento, precisamente dada su horizontalidad y permeabilidad, ha permitido que se infiltren entre ellos los denominados “casseurs” (literalmente rompedores, los que rompen cosas, inmuebles, vitrinas, establecimientos, coches, etc.) que aquí algunos llamarían “radicales” y yo los etiqueto de “violentos” haciendo de un epíteto un sustantivo.  

Y ahora, tras el atentado en Estrasburgo

. Hay chalecos amarillos que aceptan la tesis del complot en el caso de los muertos en Estrasburgo, como si fuera algo del gobierno para acabar con su movimiento. Pero la mayoría de entre ellos no están de acuerdo con esta visión de las cosas y lo ven como algo diferente. Tesis que comparto plenamente. Aunque al suceder al mismo tiempo, ambos eventos tienen relaciones, aun espurias. Por ejemplo, cómo garantizar el derecho pacifico a la manifestación de los CH. AM, cuando gran parte de los efectivos policiales están particularmente cansados. De hecho, se han suspendido partidos de futbol. Los CH.AM se enfrentan a un difícil dilema:  No admiten ponerse en el mismo plano que la yihad de Estrasburgo, pero tampoco admiten que hayan de parar sus protestas por lo allí sucedido, incluso sabiendo la extrema dificultad de controlar las gravísimas violencias en sus manifestaciones.

. Según las fuerzas de seguridad calculan que en Francia habría unos 25.000 radicalizados yihadistas. Estrasburgo siendo uno de los feudos, algo así como Mollenbeck en Bélgica. Un criminólogo defendía que el asesino de Estrasburgo pudo tener la ayuda de alguna célula, pero, tras ser abatido el jueves, la hipótesis es que actuó solo.

. Anótese, en este contexto que la mayoría de los 6 muertos en los cuatro primeros sábados se habían originado en las rotondas. Más que en el tiroteo de Estrasburgo. Aunque, con significación diferente, para pensar.

. No hay que olvidar el poder de la violencia. Los vascos sabemos algo de ello cuando gritábamos, refiriéndonos a ETA, “sin las pistolas no son nada”. Hay un acuerdo bastante generalizado en los analistas franceses en pensar: 1) que sin las violencias en los sábados de las manifestaciones de los CH. AM, posiblemente (algunos dicen probablemente) el movimiento ya se habría desinflado; 2) Sin los actos violentos, Macron no hubiera decretado las medidas que adoptó (en favor de la capacidad de compra, uno de los dos grandes argumentos para las manifestaciones) y que ahora tendrá que detraer de otras partidas de los presupuestos del Estado. La tarta no se estira. Se corta diferentemente. Y, 3) es muy peligroso que se extiende la idea en la población de que para obtener resultados hay que manifestarse con violencia. 

. En fin, otra diferencia de calado. Los miembros de ETA, IRA y Brigadas Rojas se caracterizaron por un fuerte componente ideológico que podía provenir, (limitándonos a ETA) básica y generalmente de la propia familia o de la captación por amigos en acampadas, algunos Gaztetxes, Herriko Tabernas etc. Con un fondo de reivindicación nacionalista-revolucionaria. En el caso del yihadismo tradicional, eran algunos imames quienes hacían la labor de proselitismo. Con un fondo religioso que, en la laicista Francia, y más en su izquierda, les está costando entender. Pero, en la actualidad, no pocos de los miembros del Yihad, así el terrorista de Estrasburgo del martes 11 de diciembre, provienen de la delincuencia común y se han radicalizado en las cárceles, siendo, quizá, la dimensión religiosa un añadido frente a una radicalidad antisistema, con una banalización de la violencia, en la que algunos parecen encontrar un sentido a sus vidas.

Donostia 14 de diciembre de 2018
Javier Elzo

(Texto publicado el domingo 16 de diciembre en Noticias de Gipuzkoa y en DEIA el lunes 17.)

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