Chalecos amarillos y la yihad en Estrasburgo
. A tenor del
perfil sociológico medio (según trabajos de campo publicados en “Le Monde” el
11/12/18), la mayoría de los Chalecos Amarillos (CH.AM) son hombres y mujeres
de unos 45 años de media, que trabajan, pertenecen a las clases bajas
(populares llaman los franceses) o clase media baja. Están sobrerrepresentados
los empleados medios, artesanos, comerciantes, pequeños empresarios en
detrimento de cuadros, clase media alta y alta, así como la clase obrera. Son
básicamente gente de las provincias, de localidades pequeñas o rurales, con
ingresos modestos, con poca o nula visibilidad mediática, pocos dados a
manifestaciones públicas y que se han hecho fuertes encontrándose los sábados,
por ejemplo, en las rotondas de las carreteras.
. Descubren que las rotondas son nuevos espacios de
sociabilidad real, directa, sin intermediarios, encontrándose entre iguales,
sin nadie por encima, como en Facebook y en las redes sociales. La iglesia de
Francia acaba de ofrecer sus espacios, a creyentes y no creyentes, para un
dialogo franco, libre, sobre estas cuestiones.
. Además, en las Rotondas tienen la capacidad de llamar
poderosamente la atención, perturbando la vida normal: simplemente
interrumpiendo el tráfico. En la vida moderna un gran numero de huelgas se
concretizan interrumpiendo o dificultando seriamente la movilidad. Y no es
casual, sino causal, que muchas huelgas (de trenes, aviones, taxis, buses,
metros etc.), se convoquen cuando se prevé una mayor afluencia de gente.
. El grave error de Macron es no haber tenido en cuenta la
dimensión emocional y de cercanía con la gente. Se ha considerado por encima de
la media. Y lo está, intelectualmente hablando. Pero en ningún lugar está
escrito que un intelectual sea un buen gobernante. Y el caso de Macron lo
confirma, si falta hacía.
. Pero hay que añadir que los franceses quieren un
presidente que les de prestigio, de quien enorgullecerse, aunque sea
jupiterino, como Macron (y en su día Mitterrand y De Gaulle, pero eran otros
tiempos), y, al mismo tiempo, que sea como ellos, un presidente normal, como
Hollande. Misión imposible. Macron y Hollande han salido esquilmados.
. El movimiento de los CH. AM no tiene representantes. Más
aún, tiene a gala no tenerlos. Quiere ser un movimiento horizontal y no uno
vertical. Idea que está en el aire del tiempo actual y que es propiciado, en
gran medida, por la dinámica de las redes sociales, con el beneplácito de
algunos intelectuales. Tiene sus ventajas: sale de la base, es espontaneo y
difícilmente manipulable. Pero también tiene sus inconvenientes. Uno, que ahora
se subraya mucho, es la dificultad de la negociación y del diálogo. ¿Con quién
dialogar o negociar, si no hay quien represente al movimiento? Y, también,
¿cómo pararlo?, ¿quién decide pararlo?, ¿quién decide que ya se han logrado los
objetivos? Añádase a ello que es un
movimiento muy diverso y muy extendido en gran parte de
la geografía de Francia.
. El movimiento de los CH.AM es, y pretende, ser pacifico. Y
lo es en la inmensa mayoría de sus participantes. Pero en los sábados que han
protagonizado se ha constatado un doble fenómeno: un descenso en el número de
manifestantes y un incremento, sea en los actos violentos al termino de las
manifestaciones, sea en la gravedad de mismos, o ambos a la vez, pese a un
aumento espectacular de las fuerzas del orden. Dos cosas que decir en este
aspecto:
A). La
ausencia de representatividad dificulta enormemente, dicen los expertos, la
previsibilidad de los actos de violencia
B). Algunos
analistas señalan que, aunque el movimiento de los CH. AM es de manera clara no
violento, precisamente dada su horizontalidad y permeabilidad, ha permitido que
se infiltren entre ellos los denominados “casseurs” (literalmente rompedores,
los que rompen cosas, inmuebles, vitrinas, establecimientos, coches, etc.) que
aquí algunos llamarían “radicales” y yo los etiqueto de “violentos” haciendo de
un epíteto un sustantivo.
Y ahora, tras el atentado
en Estrasburgo
. Hay chalecos amarillos que aceptan la tesis del complot en
el caso de los muertos en Estrasburgo, como si fuera algo del gobierno para
acabar con su movimiento. Pero la mayoría de entre ellos no están de acuerdo
con esta visión de las cosas y lo ven como algo diferente. Tesis que comparto
plenamente. Aunque al suceder al mismo tiempo, ambos eventos tienen relaciones,
aun espurias. Por ejemplo, cómo garantizar el derecho pacifico a la
manifestación de los CH. AM, cuando gran parte de los efectivos policiales
están particularmente cansados. De hecho, se han suspendido partidos de futbol.
Los CH.AM se enfrentan a un difícil dilema: No admiten ponerse en el mismo plano que la
yihad de Estrasburgo, pero tampoco admiten que hayan de parar sus protestas por
lo allí sucedido, incluso sabiendo la extrema dificultad de controlar las gravísimas
violencias en sus manifestaciones.
. Según las fuerzas de seguridad calculan que en Francia
habría unos 25.000 radicalizados yihadistas. Estrasburgo siendo uno de los
feudos, algo así como Mollenbeck en Bélgica. Un criminólogo defendía que el
asesino de Estrasburgo pudo tener la ayuda de alguna célula, pero, tras ser
abatido el jueves, la hipótesis es que actuó solo.
. Anótese, en este contexto que la mayoría de los 6 muertos en
los cuatro primeros sábados se habían originado en las rotondas. Más que en el
tiroteo de Estrasburgo. Aunque, con significación diferente, para pensar.
. No hay que olvidar el poder de la violencia. Los vascos
sabemos algo de ello cuando gritábamos, refiriéndonos a ETA, “sin las pistolas
no son nada”. Hay un acuerdo bastante generalizado en los analistas franceses
en pensar: 1) que sin las violencias en los sábados de las manifestaciones de
los CH. AM, posiblemente (algunos dicen probablemente) el movimiento ya se
habría desinflado; 2) Sin los actos violentos, Macron no hubiera decretado las
medidas que adoptó (en favor de la capacidad de compra, uno de los dos grandes
argumentos para las manifestaciones) y que ahora tendrá que detraer de otras
partidas de los presupuestos del Estado. La tarta no se estira. Se corta
diferentemente. Y, 3) es muy peligroso que se extiende la idea en la población
de que para obtener resultados hay que manifestarse con violencia.
. En fin, otra diferencia de calado. Los miembros de ETA,
IRA y Brigadas Rojas se caracterizaron por un fuerte componente ideológico que
podía provenir, (limitándonos a ETA) básica y generalmente de la propia familia
o de la captación por amigos en acampadas, algunos Gaztetxes, Herriko Tabernas
etc. Con un fondo de reivindicación nacionalista-revolucionaria. En el caso del
yihadismo tradicional, eran algunos imames quienes hacían la labor de
proselitismo. Con un fondo religioso que, en la laicista Francia, y más en su
izquierda, les está costando entender. Pero, en la actualidad, no pocos de los
miembros del Yihad, así el terrorista de Estrasburgo del martes 11 de
diciembre, provienen de la delincuencia común y se han radicalizado en las
cárceles, siendo, quizá, la dimensión religiosa un añadido frente a una
radicalidad antisistema, con una banalización de la violencia, en la que
algunos parecen encontrar un sentido a sus vidas.
Donostia 14 de diciembre de 2018
Javier Elzo
(Texto publicado el domingo 16 de diciembre en Noticias de Gipuzkoa y
en DEIA el lunes 17.)
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