La credulidad del
futuro papa.
(13 de marzo de 2013, a las 19,18 horas)
El título me viene dado por una lectura que tengo entre
manos. Es del sociólogo Gérald Bronner, de la universidad de Paris-Diderot, “La
démocratie des crédules”, editado en marzo de este año en PUF. Apenas lo he
ojeado, pero ya había leído un artículo suyo, en la “Revue des deux mondes”, de
febrero pasado, donde anunciaba algunas de las tesis del libro y que me
animaron a comprarlo. Estudia el autor, entre otras, la creencia en la
astrología y en la existencia del monstruo del lago Ness, analizando las
treinta entradas más visitadas en Internet a esos dos temas. Constata que hay 28 favorables a dar
credulidad a la astrología, una desfavorable y una neutra o no pertinente.
Respecto de la creencia en la existencia de un monstruo en el lago Ness las
cosas están más repartidas, aunque inclinándose a la credulidad. Así, 14 son entradas
crédulas, 4 desfavorables a la creencia y 12 indiferentes. Pero siendo ya esto
importante, pues muestra la credulidad de la ciudadanía en una población, como
la francesa, que se supone de cierto nivel cultural, en este tipo “fenómenos”, más importante aun es constatar la fuerza de
los crédulos en su argumentario. Entre los no creyentes en la astrología o en
el monstruo del lago Ness (y algunos ejemplos más que no doy, por razones de
espacio) apenas un 10 % lo razonan, mientras que entre los creyentes la cifra
sube al 36 % y ello en base a documentos, citaciones de “expertos” o argumentos
desarrollados. Los indiferentes se limitan a la ironía, cuando no la burla, sin
argumentación alguna. Cómo hemos llegado a esta situación es lo que desarrolla
Bronner en su libro pero ya me trevo a adelantar algo. Y va más allá de las
credulidades pues aborda la forma que está adquiriendo el conocimiento en la
era Internet.
El “boca a boca” que muchos tenemos como uno de los
métodos más fiables a la hora, por ejemplo, de comprar un libro, o de
decidirnos por esta o aquella película a la hora de ir al cine, se complemente,
actualmente con lo que encontramos en los foros, o sitios de Internet. Foros y
sitios que, con el tiempo, acaban teniendo nuestra aceptación pues concuerdan
con nuestra forma de pensar a la par que, con la reiteración de su consulta,
nos la confirman y conforman. Obviamente los más crédulos (o simplemente
interesados) en una temática concreta, son los que en mayor grado desarrollan
la bondad del tema que les interesa. Si el tema es de interés o notoriedad
pública, también será objeto de visitas, normalmente en otros foros, por
personas que, sea no son crédulos en el tema, sea indiferentes al mismo, aun
sin poder sustraerse del todo, precisamente porque está muy presente en la
realidad de los medios de comunicación social. ¿Quién puede sustraerse
totalmente de la astrología, por ejemplo?.
Pues eso es lo que sucede también con la elección del
nuevo papa. De entrada, en países tenidos por secularizados, como España o
Francia (y no digamos Euskadi donde el Sociómetro vasco de este mes de marzo da
un 36% de ateos en el conjunto poblacional), llevamos un mes leyendo temas
relacionados con la renuncia de Benedicto XVI y la elección de su sucesor. Han
aparecido hasta los 115 cardenales electores con mini-biografías de los más
“papabili”. (Me pregunto donde termina la postsecularización - pues la
secularización ya es historia- y la sociedad del espectáculo).
Obviamente hay más intensidad en el tema en los foros más
creyentes y, sobretodo, con argumentos más elaborados. Pero, y limitándome a los foros de creyentes
católicos, de nuevo por razones de espacio, las teorías de Bronner tendrán
plena aplicación cuando se sepa el nombre del elegido.
Loa católicos tenemos nuestros “favoritos”, los cardenales
que quisiéramos que salieran elegidos. Personalmente, por motivos que no vienen
al caso, Ravasi, desde hace tiempo, y Sean O´Malley, desde que leo cosas suyas,
ahora que está ya Roma. (No se me culpe de no conocerlo, si los propios
cardenales reconocen que no se conocen entre ellos). Otros apuestan por Scola o
Scherer (en cabeza según las encuestas del martes que entran en el Conclave),
Ouellet, Tagle, Erdo, Schönborn, etc., etc. Sobre quien saldrá, nadie sabe
nada. Dicen que lo sabe el Espíritu Santo, pero su forma de expresarse escapa a
mis competencias.
Lo que si seguro es que, cuando sepamos el nombre del
papa, será juzgado, inmediatamente, según el grado de credulidad que,
previamente, le hayamos concedido unos y otros. A título de ejemplo, razonaré
con los dos que he dado como mis favoritos.
Si sale Ravasi dirán, diremos, por ejemplo, que además de
una cabeza portentosa y políglota, es un hombre abierto al mundo de hoy,
propulsor del Atrio de los Gentiles, diálogo de creyentes y no creyentes, para
escucharse sin animo de convencerse, menos aún vencerse. Además conoce bien la Curia Romana y podría
reformarla, que falta hace. En contra se diría que es otro intelectual y que
con uno ya basta por un tiempo. Que es italiano, luego europeo, y que la
mayoría de los cristianos están en otras partes del mundo. Y que nunca ha
ejercido labores pastorales.
De O´Malley se dirá, diremos, que fue capaz de darle la
vuelta a la diócesis de Boston, destrozada por los casos de pederastia y con su
predecesor mirando a otro lado. Además tiene un hablar franco y es, también,
políglota. Ha dicho que, si es elegido, no aceptaría ser papa. Pero, ¡digo yo!,
que el Espíritu Santo intervendrá en estos casos.
Tiene en contra, obviamente, que es americano,
norteamericano. Y si sale elegido, al día siguiente, en un algún foro de los
“no crédulos” en él, seguro que encuentran alguna frase suya ambigua, alguna
actuación controvertida, o una foto suya dando la mano, con la sonrisa que
parece llevarla puesta de continuo, al expresidente Bush hijo, que seguro que
se vieron alguna vez. Daría la vuelta al planeta, con los comentarios que se
pueden adivinar.
Me da que no saldrá ninguno de los dos. Aunque dicen que
el Espíritu sopla donde quiere, habría que tener mucha fe en el Espíritu Santo,
para que saliera Ravasi u O´Malley.
Paris 12 de marzo de 2013
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