El Parsifal de la MET en cine
(3 de marzo de 2013)
Ayer a la tarde, en el
cine Trueba de Donosti asistí a la retransmisión en directo del Parsifal de la MET con J. Kaufmann, en
Parsifal, René Pape en Gurnemanz, K. Dalayman en Kundry, P. Mattei en Amfortas,
E. Nikitin en Klingsor, Gatti a la batuta y Francois Girard director de escena.
Lo mejor, como siempre, la música. Las voces superlativas, (aunque a mi el
coreano Kwangchul Younen Gurnemanz me llena más), la puesta en escena soberbia,
aunque a mi me sobró tanta gente en escena en el primer acto hasta el comienzo
del tema del Grial. Y me sigue persiguiendo el papel de Kundry en todo
esto.
Un buen amigo me
consiguió una entrada para la “première” de Parsifal en el Teatro Real el 29 de
enero del presente año, en versión concierto. Entre otros con Angela Denoke en
Kundry, el ya citado Kwangchul Youny en Gurnemanz y dirigía Thomas Hengelbrock.
Musicalmente hablando me quedo, sin dudar, con la versión del Real. Es la
segunda vez que escucho Parsifal dirigida por Gatti. Además de la ayer en el
MET, en versión concierto, en el Teatro de Campos Elíseos la temporada
2011-2012. Nunca llegó a llenarme. Disfruté mucho, muchísimo, tanto ayer como
el año pasado en Paris, pero la “musicalidad” que imprimió a la obra
Hengelbrock, me llegó más.
No soy musicólogo, menos
aún músico. Simplemente melómano. La música la veo, sobre todo, como emoción e
interpelación espiritual, anímica. Si además es bella, tanto mejor. Pero puedo
no ser bella (Wozzeck no lo es en absoluto) y dejarte pegado a la butaca,
porque interpela hasta tuétanos. Y en la ópera, la expresión artística total,
también quiero una historia bien contada. Con gusto, sin chabacanerías ni
provocaciones tan al gusto hoy en día.
Pero lo esencial está en
la música. Y el Parsifal de Wagner…. ¡qué música!
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