domingo, 3 de febrero de 2013

¿Qué hacer ante la crisis y la corrupción?


¿Qué hacer ante la crisis y la corrupción?

 
(Llevo varios días mentalmente encerrado en la redacción de un libro (del que hablaré cuando se edite) y que acabo de entregar al editor. El blog se ha resentido, obviamente.)

Los apuntes de los dineros distribuidos por Bárcenas, aunque no me sorprendan, (era moneda corriente, sabida y aceptada por los políticos en Francia, hasta que llegó Chirac al poder), no dejan de escandalizarme y mas aún preocuparme. Es imposible que todo eso sea un montaje de un señor. Obviamente si se demuestra que, entre otros, Rajoy, cobró dinero en negro, debe dimitir inmediatamente. Rubalcaba tiene razón, si, insisto en el condicional, hay pruebas de que cobró en negro. La Justicia debe actuar, al menos por una vez, con celeridad.

El diario “El País” publica hoy (además de los “papeles de Bárcenas”) una encuesta de opinión en la que además de las expectativas de votos (de las que solamente quiero resaltar el aumento de los extremistas, IU y UPyD, que merecerían comentario aparte) dos opiniones de la ciudadanía.

Apenas aprueban la labor de los políticos cuya valoración se solicita: el 19% a Rajoy, el 15 % a Rubalcaba, el 19 % a Cayo Lara y el 29 % a Rosa Díez. Pero los datos más significativo, y sobre los que me permito llamar la atención son estos dos. Se pregunta a los encuestados si “están de acuerdo con las siguientes frases referidas a la corrupción en la vida pública española”. Retengo estas dos:

  1. “Pese a todo lo que se oye, la gran mayoría de los políticos y de quienes ocupan cargos públicos actúa con honradez”. Responde afirmativamente el 32 %.
  2. “La corrupción que hay ahora en España se debe a una crisis de los valores morales y cívicos de nuestra sociedad que hace que muchos admiren a quienes se enriquecen, sin importarles la forma en que lo han hecho”. Esta vez el 69 % de los encuestados responden afirmativamente.
Si siete de cada diez ciudadanos piensa que “los valores morales y cívicos de nuestra sociedad” están por los suelos y solamente uno de cada tres ciudadanos piensa que sus políticos no son corruptos, algo muy grave está sucediendo en España. Incluso peor que la propia corrupción. Me refiero a la banalización de la propia corrupción, al  desfondamiento moral de una sociedad, a la aceptación del actual estado de cosas ante lo que solamente se reacciona con manifestaciones, ex – abruptos (amparados en el anonimato), y con nula disposición a aportar cada cual su grano de arena. Una sociedad así se hunde…o cae, sea en la anarquía, sea en el totalitarismo.

Obviamente no estoy pidiendo nada (¿en nombre de qué, además) a los millones de parados, las personas que cobran ayudas de miseria etc. Estoy pensando en los ciudadanos (que, al menos en Euskadi son la mayoría) que deben cambiar el “chip”: menos queja y más solidaridad real (Además de mirar debajo de su alfombra). No se trata, en absoluto, de callar y ocultar la corrupción. Pero eso no basta en absoluto. No solamente no basta sino que, si se queda en eso, agrava aún más la crisis porque crea un “humus” derrotista, populista, desresponsabilizador y desincentivador.

Hace una semana un periodista de un medio importante me sometió a un tercer grado con estas ideas. No las he visto publicado. Quizás esté equivocado, y solamente veo fantasmas, más allá del hecho innegable de la crisis y la corrupción.

¡Ah!. El dato de Euskadi. Cito textualmente del resumen que hacen los autores del Euskobarómetro de 2012 recién publicado (está en su Web): Para el 57 % de los vascos “el año 2012 ha sido buen año en lo personal, mientras que el resto refieren una experiencia negativa (19%) o expresan escepticismo (24%)”.

 

Obviamente mis reflexiones de arriba se refieren al 57% de los vascos, no al 19%. Respecto del 24 % de los escépticos, no sé qué decir.    

 

Recuerden aquello de Kennedy: No preguntes a America qué puede hacer por ti, sino qué puedes hacer tu por América. 

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