Firmas en Internet, ¿formulas de participación
ciudadana?
En el digital de “El Diario Vasco” (DV) del miércoles 13
de febrero, leí, con satisfacción, que “los grupos parlamentarios del PSOE y el
PP han acordado solicitar la tramitación por la vía de urgencia de la
iniciativa legislativa popular (ILP) sobre la dación en pago y la paralización
de desahucios, admitida a trámite, el martes, por el Pleno del Congreso”. La
presión de la plataforma “Stop desahucios” y el suicidio de dos jubilados, que
habían recibido la comunicación de que iban a ser desahuciados el mismo día del
debate, propició la voltereta del voto PP en unas horas. Bien venida sea.
Escribí sobre este tema un artículo en mi columna de los
sábados en DV (solamente accesible mediante pago en Internet) donde me extendí
sobre los insultos de algunos promotores del ILP a determinados diputados. Lo
añado en anexo a esta entrada en mi blog.
Terminaba mi artículo
en DV diciendo que las ILP son formulas de participación social en la labor
legislativa de los diputados. Pero, solamente sobre el papel, pues las dos ILP
que se admitieron a trámite el miércoles pasado (la del desahucio y la de los
toros) suman el mismo número que se admitieron a trámite durante los 35 años de
democracia: solamente dos de las 66 ILP presentadas lo fueron. Y concluía con
este interrogante: ILP, ¿papel mojado?.
Hoy quisiera dar un paso
más. Conseguir gracias a Internet 500.000 firmas es algo relativamente fácil.
En la red hay colectivos que llevan ya años trabajando en este sentido.
Colectivos de signo ideológico diverso. Me vienen a la memoria las de “Change”,
“Avaaz” o “Hazte oir”. No estoy en contra, en absoluto, contra estos
movimientos. Unos me gustan, otros menos, en gran parte en razón de mis propias
afinidades ideológicas. Además, yo mismo he firmado a determinadas propuestas
de los innumerables que recibo. Por ejemplo personalmente llevo, desde que
Amnistía Internacional existe en España, firmando sus apelaciones en favor de
presos de conciencia que no sean terroristas.
Creo, también, que es una
forma de participación ciudadano aunque, hay que decirlo claramente, es una
participación de muy bajo perfil. Cuando uno está ya registrado en una de esas
entidades, firmar equivale a dar un click, acabándose ahí el compromiso.
Ahí me entra una duda y
es que, si esta practica de colaboración ciudadana de bajo perfil prolifera
desmesuradamente, todo
esto puede convertirse en una guerra de grupos de presión cuya fuerza residirá,
mucho mas en su capacidad de penetración en la red (y de persuasión y
movilización de los “suyos”) que en un instrumento de participación
deliberativa y razonada de los ciudadanos. Con lo que reproduciríamos en la
red, lo que ya sucede, por ejemplo, en las plataformas de contertulios en TV.
Pienso en “El gato al
agua”, “Cascabel del gato” y, aunque en menor medida, “TVE 24 horas” (no estoy
seguro de la literalidad de las denominaciones). Las dos primeras son pura
demagogia y la de TVE un pugilato aunque, es en ese canal donde, frente
tertulianos ideológicamente muy sesgados, (y que pasan de uno a otro canal, a
veces como “sparring”) encuentro algunos comentaristas ecuánimes dentro de sus
lógicas, y bienvenidas, preferencias políticas. Pero, por lo visto, el país no
da para más.
Anexo de lo que
publiqué en DV sobre los insultos en el Parlamento
Al término del debate,
algunos promotores de la ILP ,
desde la tribuna de invitados del Congreso, profirieran insultos como
"sinvergüenzas" o "ladrones" dirigidos a los
parlamentarios. Fueron expulsados, obviamente, por el Presidente del Congreso.
Entre los expulsados estaba la portavoz de la Plataforma de Afectados
por la Hipoteca ,
que la semana anterior en una comisión del Congreso calificó de
"cínico" y "criminal" a un responsable de la Banca , que había intervenido
antes que ella. Estos hechos no pasan de ser meras anécdotas (condenables) si
los comparamos con la terrible realidad de los desahucios. Claro que cuando, la
foto, puño en alto, profiriendo insultos a los diputados, es portada en varios
medios de comunicación, la anécdota deja de serlo para convertirse en la
noticia estrella del día para esos medios y sus lectores, oyentes o
televidentes. Y esto ya es mucho más grave. Muestra que lo estridente, lo
violento, lo populista, el insulto, etc., es lo relevante del día. Una sociedad
que, ante situaciones tan graves como el desahucio de la vivienda habitual, en
muchos casos por circunstancias sobrevenidas y en nada imputables a sus
moradores, pone en valor el insulto y la descalificación sobre la deliberación
resolutiva, es una sociedad que avanza en la senda del anarquismo, primero, y
del fascismo, después.
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