miércoles, 13 de junio de 2012

Totalitarismo y Venganza. Lídice, 10 de junio de 1942






Estoy preparando mi articulito de los sábados en El Diario Vasco. (No pretendan leerlo en Internet pues desde marzo pasado solamente son accesibles los artículos de opinión previo pago). Será sobre la destrucción de Lídice y de todos sus habitantes, el 10 de junio de 1942, como represalia, ordenada personalmente por Hitler, tras el atentado contra Heydrich, el “verdugo” de Praga, el 27 de mayo de 1942. Moriría, por septicemia, el 4 de junio siguiente. Los detalles los encontrarán fácilmente en Internet pero recomiendo la lectura del libro de Laurent Binet “HHhH”, premio Goncourt de la primera novela en 2010.


Cuando, a las cinco de la mañana del 10 de junio de 1942, un destacamento de la Schutzpolizei (policía urbana) de la localidad natal de Heydrich, fue desplazado expresamente a Lídice para borrarlo del mapa, yo tenía poco más de cinco meses de vida. Aun sin llegar a la escalofriante venganza de Lídice he vivido más de treinta años bajo la bota de Franco y algunos más bajo la de ETA. Con todas las diferencias que se quiera, y las hay, setenta años después quiero recordar, hoy, aquí, Lídice como ejemplo de a donde conduce todo totalitarismo. Toda pretensión de imponer a los demás, por la fuerza, las propias ideas que se estiman las únicas válidas para la sociedad en la que uno vive, justificando el asesinato de quien se oponga, por activa, por pasiva o porque pasaba por allí, a la consecución de las mismas. También quiero recordar que la venganza se vuelve siempre, siempre, contra sus autores. Conviene que no olvidemos ambas cosas en nuestros días cuando ya Franco es historia y ETA ha dicho que no va a matar más. No sea que los resucitemos.


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