Entrevista de Évole a Rekarte, Silvia Gómez, y una
experiencia de relato compartido
Apenas visioné unos pocos
minutos la entrevista de Évole a Rekarte el domingo 10 de mayo. Creo que estas
entrevistas son necesarias pero a mí se me revuelven las tripas y se me achica
el alma. Son cuarenta años de mi vida bajo la losa de ETA. Lo que tenía que
decir, mejor o peor, ya lo he dicho y ahora debo escuchar a otros. Pero la
carta de Silvia y la respuesta de Évole, así como una reciente experiencia
apenas conocida, me animan a escribir estas líneas.
Entiendo la reacción de
Silvia, comparto su dolor y agradezco el tono de su carta, particularmente el
más que encomiable final. Gracias, Silvia. Como comparto la razón de ser de la
entrevista de Évole así como su respuesta a Silvia. Creo que son un ejemplo de
la realidad tras el alto el fuego de ETA y que hay que asumir de cara. En
Euskadi tenemos dos caminos: que cada cual siga su camino rememorando “su”
historia personal de estos últimos cuarenta años, o que estemos dispuestos a
escuchar el relato del “otro”.
Sostengo una reconciliación (o
convivencia, o concordia) basada en los
valores básicos del respeto a los derechos humanos de todas las personas y al
reconocimiento del daño injusto e injustificable causado por todos los
victimarios a sus víctimas (porque hay daños justos: los ocasionados por la Fuerzas de Seguridad en el
cumplimiento de su misión, obviamente respetando los DDHH, lo que no siempre ha
sido el caso). Solamente así podemos mirar el futuro de Euskadi en la
pluralidad de relatos, una Euskadi que no se desangre simbólicamente en la
acumulación usurera de los solos relatos de los “míos”.
Hay diferentes etapas y
niveles en el “vivir con”, tras la losa de ETA: la coexistencia pacifica
(“buenos días”, “buenas tardes”, y cada cual sigue su camino entre los
“suyos”); la convivencia incompleta con zonas de sombra (no se habla del pasado
en el tema de la violencia) y la convivencia plena (asumiendo cada uno su
historia personal y escuchando la del otro). No otra cosa es el ejercicio o la
apuesta de la reconciliación, poniendo en común diferentes historias y relatos
del pasado, para compartir el dolor de los otros, sin recrearse ni retenerse en
ese dolor (el proceso de reconciliación debe ser relativamente breve), y así
dar paso a la convivencia plena y auténtica.
Hay una memoria
individual, como tal intransferible, una memoria colectiva que muchas veces
corresponde a la memoria de una parte de la población y, por último, la memoria
histórica, la que construyen con el tiempo los historiadores, aunque rara vez
llegan a un mismo relato. Piensen en la guerra civil y la experiencia de la
“memoria historia” que abrió Zapatero. Por eso, también en Euskadi es imposible
pensar en un único relato, pero sí en un relato compartido, en el sentido de
que hemos sido capaces de escuchar el relato de los que piensan de forma
diferente a la mía, a la de los “míos”. Por eso defiendo, con fuerza, que se
escuchen y recojan todos los relatos.
Pero el horizonte debe
ser el de la memoria justa, el deber de memoria por la deuda contraída con los
que más han sufrido, particularmente las víctimas de violencias injustas. Para
ello hay que superar la “memoria impedida”, la memoria que nos impide ver lo
que hemos mal hecho o han mal hecho los “míos” tratando de ocultárnosla en la
recámara de nuestra memoria para que no salga a flote, así como la “memoria
manipulada”, la memoria con la que se pretende construir una identidad, por lo
que magnificaremos lo que los “nuestros” han hecho de positivo y ocultaremos lo
negativo.
Por eso me
alegré mucho leer en “Noticias de Gipuzkoa” (23/04/15) que tras un año de
reuniones discretas, once azpeitiarras, víctimas de distintos tipos de
violencia, logran un relato compartido. Aquí lo tienen. http://javierelzo.blogspot.com.es/2015/05/relato-compartido-del-proceso-vivido.html.
Y no es el único caso ni mucho menos, como mostré con algunos ejemplos en mi
último libro que lo concluyo con estas palabras: “todavía quedan muchas heridas
que sanar, muchos odios que desterrar, muchos encuentros que propiciar pero
creo que vamos avanzando. Aunque con lentitud, por el freno que oponen las
cúpulas de las sensibilidades extremas. Como siempre ha pasado en la historia.
Pero el cauce central del río es el que marca la corriente”. ("Tras la losa de ETA. Por una sociedad vasca justa y reconciliada", pagina 299. ED. PPC . Madrid, 2014)
Quiero terminar con un interrogante. ¿Por
qué la entrevista de Évole a Rekarte ha tenido una repercusión infinitamente
superior a la de la experiencia del “relato compartido” de los once ciudadanos
de Azpeitia, y la carta de Silvia Gómez?
P.D. Cerrando esta nota leo que el
Congreso da marcha atrás y suspende el acto conjunto de víctimas de ETA y los
GAL que se iba a celebrar en una de sus salas. Un paso atrás en el camino de la
concordia y reconciliación.
Enviado el día de hoy al email de
amigos de Gesto: AmigosGesto@googlegroups.com<amigosgesto@googlegroups.com>;
Donostia- San Sebastián 19 de mayo de
2015
Javier Elzo
P.D. Enlaces:
Entrevista de Évole Rekarte:
Carta de Silvia Gómez, hija de víctima de Rekarte comentando la
entrevista.
Respuesta de
Jordi Évole a Silvia Gómez
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