Del final del Anillo de
Wagner a la Ofrenda Musical
de Bach
¡Too much!. Hace un rato
en la butaca de mi casa. ¿Cómo pasar de Brunilda a lomos de Grane lanzándose al
fuego que ella misma provoca para destruir el Walhala de los dioses, con esos
acordes finales, decididamente luminosos, de Wagner, tras sus 14 horas de música
maravillosa, cómo transitar casi sin solución de continuidad, digo, a la sofocante y serena belleza de la flauta
iniciando y dando entrada al clave de la Ofrenda Musical del Juan
Sebastian Bach?. Pues agarrándose al sillón mientras veo pasar, con el alma encogida, en el canal
Mezzo los créditos de tanta belleza. Un teólogo que ejerce de tal actualmente
en la Gregoriana
me dijo, mientras se despachaba su segunda Franziskaner en el sofá de mi casa,
que esa (o similar) música era una manifestación de la trascendencia. Quizás.
Dejémosla en minúscula para una Música que se merece la mayúscula.
Añado, el día de hoy, domingo 10 de mayo, que la versión del Anillo era la del MET de Nueva York, bajo la batuta (un tanto insípida a mi juicio, de Luisi, pero la música de Wagner, con una buena orquesta y Deborah Voigt en Brunilda lo aguanta todo), y la de la Ofrenda Musical de Jordi Savall en la recóndita Abadía de Fontfroide con Pierre Hantai al clave.
Añado, el día de hoy, domingo 10 de mayo, que la versión del Anillo era la del MET de Nueva York, bajo la batuta (un tanto insípida a mi juicio, de Luisi, pero la música de Wagner, con una buena orquesta y Deborah Voigt en Brunilda lo aguanta todo), y la de la Ofrenda Musical de Jordi Savall en la recóndita Abadía de Fontfroide con Pierre Hantai al clave.
Sr Elzo, hace poco lei una reseña suya en un disco de música de El Pais dedicado a Bruckner y me encantó. Se nota la pasión y el gran gusto por la música que usted tiene y lo bien que lo comunica en esas páginas. Un saludo
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