Una falsa información: los problemas de la gente,
y el Debate sobre el estado de la
Nación.
28/02/15
Esta semana pasada, el
miércoles 25 y el jueves 26, tuvo lugar en el Parlamento Español el Debate
sobre el estado de la Nación. Al
día siguiente el CIS (estudio 3055) ya nos daba unos resultados sobre la
opinión de los ciudadanos de determinados aspectos del Debate. Los medios de
comunicación social titularon, muy significativamente, sobre quien había ganado
el debate, como si de un pugilato se tratara. En realidad los resultados dicen
que no ganó nadie (37%) y que hubo prácticamente empate entre los dijeron que
ganó Sánchez (21,7%) y Rajoy (21%) pues las diferencias, entre ambos, están
dentro del margen de error admitido en la encuesta (+- 2,4%).
Los medios de
comunicación también subrayaron que, según los encuestados, en el debate
predominaron “las críticas, reproches y acusaciones de unos a otros”, el 89,3 %
de los encuestados, sobre “las propuestas para solucionar los problemas del
país” que solamente parecían defender el 4,2%. La pregunta se formuló,
exclusivamente “a quienes conocen que
se ha celebrado el debate del estado de la nación, han seguido el desarrollo
del debate por algún medio de comunicación, o han obtenido información por
televisión, radio, periódicos, internet u otros medios”. Luego algo sabían del
tema. Eran 1173 de los 1678 entrevistados, esto es el 70 %. De entrada
comentaré dos cosas.
En primer lugar que no
hay diferencias significativas en los resultados según las simpatías a uno u
otro partido político de los encuestados (Consulten la encuesta en la web del
CIS. Es la pregunta 9 del cuestionario cruzada con variables políticas). En
segundo lugar que las respuestas obtenidas, en gran parte, vienen inducidas por
la formulación de la pregunta, que presenta solamente dos posibilidades de
respuesta. Obviamente, habida cuenta que, además de que el debate fue
particularmente bronco, y la cultura de la descalificación del adversario, es dominante
en la sociedad española y en los medios de comunicación social, era más que
previsible que la inmensa mayoría de los ciudadanos, ante una pregunta cerrada
(con respuestas predeterminadas) y dicotómica (solamente dos posibilidades de
respuesta) respondieran lo que respondieron: el debate se caracterizó más por
las descalificaciones mutuas que por discutir de los problemas que atañen a los
ciudadanos. Pero, insisto, esta respuesta, en gran medida, es consecuencia de
la formulación de la pregunta, mas allá, lo repito, del hecho de que el debate
fue, en realidad, bronco, desabrido, faltón y de baja altura intelectual. Y me
baso para afirmarlo en las respuestas que dieron los encuestados a la pregunta
inmediatamente posterior, la pregunta 10.
Al mismo 70 % de entrevistados de la cuestión
anterior se le formuló esta pregunta: “por lo que Ud. sabe, ¿cual diría que ha
sido el tema principal que se ha tratado en este Debate sobre el estado de la Nación ”?. Con dos
posibilites de respuestas espontáneas: en primer lugar y en segundo
lugar. Pues, esta vez, el CIS no presentaba a los entrevistados unas respuestas
predeterminadas. Simplemente el entrevistador anotaba las respuestas que espontáneamente
le daban los encuestados. He aquí los resultados adicionando las respuestas
dadas en primer lugar y en segundo lugar: el 28,8 % dijeron que el principal
problema tratado en el Debate fue la economía, la situación económica; el 25 %
la corrupción; el 24,6 % el paro, el desempleo y en, cuarto lugar, con un 11,4%
de menciones, las criticas, acusaciones y reproches entre los intervinientes en
el debate. Luego es falso que para los entrevistados lo principal del debate
hayan sido los reproches mutuos y las descalificaciones. Han formato parte del
debate, sí, pero en cuarto lugar, después de la economía, el paro y la corrupción
que, por otra parte, resultan ser las principales preocupaciones de los
ciudadanos (Vean el barómetro del CIS de Enero del presente año, pregunta 7).
Dos preguntas. 1ª ¿Por qué los medios de
comunicación no se leyeron las respuestas a las preguntas 9 y 10 del
cuestionario y subrayaron las de la dicotómica pregunta 9, cuyas respuestas
eran previsibles, ofreciendo así una información que no se correspondía con lo
que verdaderamente piensa la ciudadanía?. 2ª: ¿Cómo pudieron cometer tal desliz
los redactores del cuestionario del CIS en la formulación de la pregunta 9?.
¿No se dieron cuenta de que estaban forzando la respuesta del encuestado en un
sentido perfectamente previsible?. No piense nadie en razones de oportunidad
política pues, como he señalado mas arriba, las diferencias por opciones
político-partidistas son muy pequeñas.
Una observación para cerrar. Me digo si todo lo anterior no será otro ejemplo más de una sociedad que se relame en lo negativo, que parece vivir en la queja, en la crítica desabrida, en que “todo va mal”, en el “y tu más”. Esta tarde he leído esta declaración del gran fichaje del PSOE para Madrid, Ángel Gabilondo: “No me voy a dedicar a esgrimir argumentos personales contra nadie" (“El País” 28/02/15). Nunca he votado al PSOE y ahora no lo voy a hacer porque Gabilondo acabe de decir algo que le honra y, si lo lleva a la práctica, que seguro que sí, honrará a la clase política. Ojala le escuchen y lo practiquen los políticos y los medios de comunicación. Para que no sintamos vergüenza ajena.
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