El Papa ante la guerra, el diálogo, la tortura, la oración…
Trascribo la
primera parte de la entrevista del Papa con los periodistas de vuelta de su
viaje a Corea del Sur. ¿Cómo reaccionar ante la agresión?. ¿Guerra justa?. Que
hable la ONU. No una
sola nación.
El horror de la
guerra
¿La tortura?. “es
un pecado en contra de la humanidad, un delito de lesa humanidad. Digo a los
católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero
es mucho más: es un pecado contra la humanidad. La crueldad y la tortura.
Me gustaría mucho que ustedes, en sus medios, hicieran una reflexión sobre cuál
es hoy el nivel de crueldad de la humanidad, y sobre lo que piensan sobre la
tortura. Creo que nos haría bien a todos nosotros reflexionar sobre esto”.
Vatican Insider
Papa Francisco sobre Irak: que decida la Onu cómo detener la agresión
En la
entrevista durante el vuelo, Francisco habló sobre la violencia del Isis: «Es
lícito detener al agresor injusto. Digo ‘detener’, no bombardear, hacer la
guerra…» Bergoglio quería ir a la zona del conflicto. Está listo para visitar
China. Confirma el viaje a los Estados Unidos con visita a las Naciones Unidas
Andrea Tornielli
Vuelo Seúl-Roma
Vuelo Seúl-Roma
La situación de las minorías religiosas obligadas a abandonar Irak, las violencias del Isis, los bombardeos estadounidenses. La guerra en Gaza después de la oración por la paz. Las relaciones con China, los próximos viajes. la nueva encíclica y las vacaciones «en casa» del Papa. Estos son los argumentos que Francisco expuso tras las 15 preguntas que le hicieron los periodistas durante el vuelo.
La agresión del Isis contra las minorías cristianas en Irak y las bombas estadounidenses
En estos casos, en los que hay una agresión injusta, solo puedo decir que es lícito «detener» a agresor injusto. Subrayo el verbo «detener», no digo bombardear, hacer la guerra, sino detenerlo. Los medios con los que se puede detener deberán ser evaluados. Detener al agresor injusto es lícito. Pero debemos tener memoria; cuántas veces bajo este pretexto de detener al agresor injusto las potencias se han adueñado de los pueblos y han hecho la guerra de conquista. Una sola nación no puede juzgar cómo se detiene a un agresor injusto. Después de
La posibilidad de una visita a Irak, en la zona de conflicto
Estoy dispuesto a ir a Irak y creo poder decirlo: cuando con mis colaboradores supimos la noticia de esta situación, de las minorías religiosas y también en aquel momento que Kurdistán no podía recibir a tanta gente, pensamos muchas cosas. Lo primero fue escribir el comunicado que hizo el padre Federico Lombardi. Después este comunicado fue enviado a todas las nunciaturas para que fuera transmitido a los gobiernos. Después escribimos al Secretario general de las Naciones Unidas y decidimos mandar un enviado personal, el cardenal Filoni. Al final, dijimos que, si era necesario después del viaje a Corea, podía ir allí; era una de las posibilidades. ¡Estoy dispuesto! En este momento no es lo mejor, pero estoy dispuesto a ello.
¿La oración por la paz con Mahmoud Abbas y Peres fue un fracaso?
La oración por la paz no fue absolutamente ningún fracaso. Estos dos hombres son hombres de paz, son hombres que creen en Dios y que han vivido muchas cosas feas, muchas cosas feas, y están convencidos de que la única vía para resolver los problemas es la de la negociación, del diálogo, de la paz. ¿Fue un fracaso? Yo creo que la puerta está abierta. La paz es un don de Dios, que se merece nuestro trabajo, pero es un don. Y hay que decir a toda la humanidad que la mesa de la negociación es importante, pero también lo es la de la oración. Pero esto es coyuntural. Ese encuentro no era una coyuntura; es un paso fundamental de la actitud humana, una oración. Ahora, el humo de las bombas y de las guerras no dejan ver esa puerta, pero la puerta permaneció allí, abierta, desde aquel momento. Creo en Dios, creo en el Señor, esa puerta está abierta, y pidamos que nos ayude.
Las víctimas de la guerra
Hoy nosotros vivimos en un mundo en guerra, ¡por todas partes! Alguien me decía: ‘Sabe usted, padre, que estamos en la tercera guerra mundial, pero en pedacitos. En capítulos’. Es un mundo en guerra en donde se hacen estas crueldades. Una vez se hablaba sobre la guerra convencional, ahora ya no cuenta. No digo que las guerras convencionales sean algo bueno, no. Pero hoy va la bomba y mata al inocente con el culpable, al niño con la mujer, con la madre, mata a todos. Pero, detengámonos a pensar un poco a nivel de crueldad, ¿a dónde hemos llegado? Esto debería espantarnos. No es para dar miedo. El nivel de crueldad de la humanidad en este momento espanta un poco.
La tortura
Hoy la tortura es uno de los medios casi ordinarios en los comportamientos de los servicios de inteligencia y en algunos procesos judiciales. Y la tortura es un pecado en contra de la humanidad, un delito de lesa humanidad. Digo a los católicos: torturar a una persona es pecado mortal, es pecado grave. Pero es mucho más: es un pecado contra la humanidad. La crueldad y la tortura. Me gustaría mucho que ustedes, en sus medios, hicieran una reflexión sobre cuál es hoy el nivel de crueldad de la humanidad, y sobre lo que piensan sobre la tortura. Creo que nos haría bien a todos nosotros reflexionar sobre esto.
Las relaciones entre
Cuando, a la ida, estábamos por volar a través del espacio aéreo chino, fui a la cabina y uno de los pilotos me mostró un registro y me explicó que solo faltaban diez minutos para entrar al espacio aéreo chino y que teníamos que pedir la autorización (una cosa normal que hay que hacer siempre con cada país) y sentí cómo pedían la autorización y cómo respondían; fui testigo de ese momento. El piloto dijo: ahora parte el telegrama, no sé cómo haya hecho, pero lo hizo. Después me despedí de los pilotos y volví a sentarme y recé tanto, por ese hermoso pueblo chino: un pueblo sabio. Pienso en todos los grandes sabios chinos, pienso en la historia de ciencia, de sabiduría… También nosotros los jesuitas tenemos nuestra historia allí, con Matteo Ricci… ¿Que si quiero ir a China? ¡Pero claro! ¡Mañana! Nosotros respetamos al pueblo chino.
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