Dictadura financiera
Hace pocos días Draghi, presidente del Banco Central Europeo pronunció unas palabras mágicas (debieron ser diez y seis) y las bolsas subieron como la espuma. Mas del 10 % en dos o tres días. Riadas de comentarios de ignorantes sabiondos de las finanzas. El día de hoy, pronuncia otras palabras (no he contado cuantas, me da igual) y en un santiamén la bolsa cae más del 5%.
Hay algo profundamente
perverso cuando la hacienda y, en muchos casos, más que la hacienda, de millones
de personas, dependen de las palabras de un solo señor. Una sociedad que funcione
así, donde la opinión de una sola persona pueda tener graves consecuencias en
la vida de los ciudadanos equivale a una dictadura financiera. Por muy santo y puro
que sea el Dictador (en el sentido etimológico del término dictador: el que dicta
las normas de obligado cumplimiento para los súbditos).
Manifiestamente, o cambiamos
de sistema o nos hundimos. Si no es ahora será en la próxima. Pues todo esto no
tiene ningún sentido. Por menos cayó el Imperio Romano.
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