Arte, hostias consagradas, y “la hostia”
El artista Abel Azcona, en la exposición "Desenterrados" que se exhibe en Pamplona,
incluye hostias consagradas. Según se lee en un tuit del propio Azcona del 2 de
agosto de 2015 (leído en “El Mundo Digital el 26/11/15) “Asistí a 242
eucaristías y con las hostias consagradas guardadas formé la palabra #Pederastia.
#PerformanceArt”.
Envié un breve a “Cartas al Director” de
“Noticias de Gipuzkoa” que lo publicaron al día siguiente (26/11/15). Escribí
esto: “Me gustaría entender que plus
aporta, artísticamente hablando, que las hostias estuvieran consagradas, en la
obra de Abel Azcona. Una hostia consagrada es idéntica, físicamente, a otra no
consagrada. Siendo esto así, ¿por qué usar las consagradas, máxime cuando leo
en Noticias de Giouzkoa (25/11/15) que al artista “no le gusta cruzar la línea
de lo que puede resultar ofensivo a determinadas sensibilidades”. Como le
supongo inteligente debía saber que con su decisión iba a ofender a más de uno.
Luego no le vale el latiguillo de la “libertad de expresión”. ¿Qué buscaba
colocando, precisamente, las hostias consagradas?”.
Algunos, por otra parte,
se centran, con expresiones insultantes, en la respuesta que dieron algunos
cristianos de Pamplona. Está en el mismo diario, el mismo día 26, justo encima
de mi texto. Su autor Javier Vizcaíno. Termina así su habitual columna: “En mi
innegable condición de zote, y me da que no voy a ser el único, me declaro
incapaz de comprender que componer la palabra pederastia con 262 obleas de
comulgar pueda considerarse una expresión artística de la releche. De hecho si
tengo que elegir una performance literalmente del copón y digna de las salas
más chic, me quedo sin dudarlo con la misa, casi exorcismo, que ofició en el
lugar de autos un cura preconciliar para una feligresía que parecía sacada de
un casting de Alex de la Iglesia. Eso
sí que fue la hostia”.
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