Alemania: dos guerras perdidas, una absorción
costosa, y líder mundial
Tras varias lecturas, particularmente el ensayo de
François Roche “Un voyage en Allemagne” (edit. Passeur 2014). Pese al título no
es un libro de viajes
Desde hace muchos años me
fascina la reunificada República Federal Alemana. Perdieron la primera guerra
mundial, con una humillante capitulación en Compiegne y una no menor
humillación de los Tratados de Versalles
con unas condiciones de reparación a los países vencedores de la contienda,
imposible de cumplir, condiciones que muchos sitúan en la base del triunfo nazi
en Enero de 1933. Dicho sea sin minusvalorar un ápice, menos aún justificar,
las practicas nazis, desde el primer día que obtuvieron el poder.
Una segunda derrota en le
segunda guerra mundial, con una país literalmente destruido (véase la película
Alemania 1945 de Rossellini) o el libro de Giles MacDonogh “Después del
Reich” (Galaxis Gutenberg, Barcelona 2010, un país políticamente dividido
en cuatro bajo la férula de los gobiernos americano británico, francés y ruso y
que relativamente pronto quedará dividido en dos, la Alemania del Oeste y la
del Este hasta que en un solo año, 1990, bajo la cancillería de Helmut Kohl el
Este quedara subsumido por el Oeste. Entre tanto no hay que olvidar que la
población alemana, el pueblo alemán debe digerir la inmensa vergüenza del
holocausto por un lado con un gigantesco desplazamiento de su población al
termino de la segunda guerra mundial, y estar divido en dos por un lacerante
Muro que a él solo, explica lo que valen el Oeste y el Este, pues el Muro tiene
como objeto que los del Este, cual cárcel gigantesca, no puedan escaparse al
Oeste, dejando al descubierto, salvo para los intelectuales con ceguera
profesional, la realidad de la experiencia comunista en su implantación real.
Necesita diez años para
absorber la parte Este de su territorio, donde se reconstruyen, con las
acomodaciones originadas por el gigantesco desplazamiento poblacional y los
cuarenta años de dominancia soviética, los originales cinco landers de
Brandeburgo, la Saxe ,
La Saxe- Anhalt ,
La Turingia
y el Meclebourg-Pomerania-Occidental)
Y ahora en 2014, con una
Canciller, hija de un pastor de la iglesia Evangélica, química de formación y
originaria del Este, Angela Merkel, horror de los modistos y modistas del
opulento Oeste europeo, y terror para muchas poblaciones del sur de Europa,
dirige Alemania y, a veces contra sus deseos, dicen, la Unión Europea , sin
que falten los que digan que Alemania es hoy la primera potencia mundial. En la
industria particularmente.
De hecho en 2014 la Republica Federal
Alemana es más fuerte, tiene una influencia superior en Europa y en el mundo
que un siglo antes, el año 1914, cuando la gobernaba el Kaiser Guillermo II,
según algunos historiadores causante de la
Gran Guerra (lo que otros como Christopher
Clark en su excelente trabajo “Los sonámbulos: verano 1914, como Europa
caminó hacia la guerra” matizan), guerra que dio al traste con tres
imperios, cambiando radicalmente el paisaje del mundo occidental: los imperios
ruso, otomano y austro-húngaro.
Entender esta situación
me ha llevado lecturas varias, de las que guardo con especial recuerdo el
magnifico “Postguerra” de Tony Judt (que como el libro de Clarck he
leído en su edición francesa) pero hasta que cayo en mis manos el libro de
François Roche “Un voyage en Allemagne” (edit. Passeur 2014), - luego
también en francés y no traducido, como sí lo han sido, los dos anteriores - no había abordado la cuestión con las
inquietudes e intereses que muestro en las líneas antecedentes. El titulo del
libro de Roche es equívoco y puede hacer pensar en un libro de viajes. Nada de
eso. Es un ensayo. Lo que pretende en autor, - un periodista especializado y
que ha ejercido como jefe de reacción en la prensa económica y financiera en
lengua francesa y autor de varios libros sobre las empresas y los mercados
financieros (tiene un blog wwwunvoyageenallemagne.com)- lo que pretende con su
libro, digo, es mostrar “como vive, piensa y trabaja la Alemania de hoy”. Es un
libro breve, de apenas 200 páginas, bien escrito, muy documentado y muy actual.
Por ejemplo cuando explica la razón de ser y, sobre todo, el modo de
constitución de la gran coalición, cuando en las elecciones de Octubre de 2013
Merckel quedó a un puñado de votos de la mayoría absoluta. Un grupo de trabajo
de setenta personas, compuesto por cristiano-demócratas (de Merckel) y social
demócratas elaboran en tres meses un plan de gobierno de 180 páginas donde se
comprometen, por ejemplo, a inyectar 23.000 millones de Euros para gastos
públicos suplementarios, no habrá aumento de impuestos en la legislatura,
salario mínimo de 8,50 € a la hora, introducción de la doble nacionalidad (dada
su baja natalidad autóctona), reforma de los retiros, confirmación del abandono
de lo nuclear civil para 2022 y continuación con la transición energética.
En España el único que se
atrevió a mencionar algo similar (un gobierno de coalición), con mil
condicionales, Felipe González, tuvo que recular anta la barahúnda de críticas
que cosechó dentro y fuera de su partido. Sí, España mira a Italia, no a
Alemania.
En el ADN de la Republica Federal
Alemana está el federalismo.
En el ADN de Alemania
están los Länder. Los Länder son países que anteriormente fueron soberanos, que
se han combatido entre ellos, que han construido mil y una uniones pasajeras,
hasta reunirse, por la primera vez, el año 1871 bajo la presión del ejercito
pruso y constituir el Imperio. Hay 16 länder en total y tres ciudades –
estados, Berlín, Hamburgo y Bremen. El carácter federal de Alemania esta
garantizado por la
Constitución , Constitución que debe ser ratificada por cada
uno de los Länder en mayoría absoluta. Alemania es un país muy descentralizado.
Pues además de los Länder no hay que olvidar el papel de ciudades, muchas muy
especializadas en uno u otro aspecto industrial no pocas veces en base a
determinadas generaciones de mismo origen familiar. Es el Mittelstand.
Made inl Mittelstand
Alemania siempre ha
privilegiado la industria, la empresa. Y se enorgullece de ello. Es su motor.
Una particularidad de sus empresas lo conforma lo que se denomina como
Mittelstand, término de difícil traducción. Designa a las empresas de tamaño
medio, en gran medida con origen familiar, implantadas en pequeñas localidades
que las apoyan, (lo que no siempre ha sucedido en Euskadi en situaciones
dramáticas en las que el patrón ha sido secuestrado por ETA entre la
indiferencia de la localidad que le vio nacer y crecer, a él y a la industria
que él forjó), empresas que han desarrollado un sistema de “management” basado
en la innovación constante, una especialización en nichos de alta gama, un
servicio con el cliente muy elaborado y una política de recursos humanos
próximo a los deseos de los asalariados y que privilegia, en la medida de lo
posible, el lugar de producción alemán. Lo que no significa que no estén
abiertos al mercado internacional, chino en gran medida. Se estima que sobre
las 1.500 empresas alemanas que figuran en la categoría de líderes mundiales,
1350 pertenecen al Mittelstand. El Autor del libro da una larga serie de
ejemplos en el tercer capitulo de su libro. Por cierto, en Alemania hay muchos
bancos locales así como cajas de ahorro de pequeño tamaño de gran ayuda para la Mittelstand. Algún
día sabremos porqué en Euskadi se han eliminados todos los bancos y cajas de
ahorros buscando el gigantismo, exactamente lo contrario de lo que hacen en
Alemania.
Los sindicatos también
comandan las empresas
Es un elemento clave. Los
dirigentes sindicales participan en las grades decisiones de las empresas pues
disponen de la información de las mismas, de la coyuntura económica tanto del
Lander, como de la rama especifica en la que se inserta la empresa. En Alemana
se mira menos al Estado a la hora de resolver problemas laborales y más allá de
algunas decisiones básicas adoptadas por Berlín, la autonomía de las empresas
es muy grande. En gran medida es una cogestión de las empresas donde la opinión
de los trabajadores es muy tenida en cuenta. Los sindicalistas pertenecen a la
misma élite intelectual que los empresarios. Muchas veces han ido a las mismas
universidades o centros superiores de estudio. Para el anterior patrón de Saint
Gobain entre las causas de la competitividad alemana, además de la cooperación
entre las empresas, los institutos técnicos y las universidades, resalta con
fuerza la cogestión que impone representantes de los asalariados en los
consejos de administración o de vigilancia para toda empresa con más de 50
asalariados.
Por otra parte entre
empresarios y sindicatos no se dan los enfrentamientos ideológicos que
conocemos en nuestra tierra, particularmente en Euskadi. Es que los alemanes
han tenido en su casa (los del Este) o como vecinos (los del Oeste) el mantra
de la lucha de clases como para estar curados de espanto. Lo que no quiere
decir que no haya problemas entre ellos. Las diferencias salariales están en
aumento, así como la pobreza. Pero la pobreza en Alemania no es la misma que la
pobreza en África. O en el sur de Europa.
Viven solos y
necesitan inmigrantes, jóvenes.
Más de un alemán sobre
dos vive solo aunque hay fuertes disparidades regionales. La estructura
familiar es más fuerte y ligeramente mayoritaria en Baviera. Pero en los Lander
de la anterior Alemania del Este la proporción de personas que viven solas roza
el 60 %. Es además el caso de Berlín donde solamente el 40 % de la población
vive en estructuras familiares, que se explica, en parte, por la gigantesca
atracción que la ciudad ejerce al público joven desde los años 2.000. Y no tan
joven. Berlín es una ciudad maravillosa. Y más barata que Donosti. (Lo que
tampoco es tan difícil)
Merkel viene insistiendo que Alemania necesita más extranjeros. Ha
declarado en mayo de 2013 que “nuestro objetivo es bien acoger a los jóvenes
que vengan a Alemania, pues sabemos que en 2025, la población activa alemana
será, en 6.000 millones de personas, inferior que en la actualidad” (habida
cuenta la baja tasa de natalidad y la prolongación de la vida, añado yo). De
hecho el año 2012 cerca de un millón de inmigrantes llegaron a Alemania:
176.000 polacos, 116.000 rumanos, 58.000 búlgaros, 53.000 húngaros, 42.000
italianos, 34.000 griegos, 29.000 españoles, 20.000 franceses…Y parece que esta
tendencia se va a reforzar en los siguientes años.
Los “minijobs” y el
estatus femenino
Los “minijobs” fueron
creados por el canciller socialdemócrata Schröder. Son empleos a tiempo pleno o
parcial por los que se cobra 450 € al mes pero las cotizaciones sociales las
abona la empresa. Se calcula que hay 7.200.000 personas en Alemania en esas
condiciones, de las que para 4.800.000 es su único empleo, siendo las mujeres
las que en mayor número se encuentran en esta condición: 3.200.000 mujeres
alemanas solamente reciben ese sueldo. Los “minijobs” se piensan, como un
inicio en el trabajo de los jóvenes y como una ayuda económica al cabeza de
familia. Pero hay que añadir con fuerza que los “minijobs” no cuentan a la hora
del retiro y que resulta particularmente dramático para el futuro de muchas
mujeres divorciadas o separadas que solamente tendrían ese sueldo (que no
contabiliza para su retiro, lo reitero).
El modelo social alemán
privilegia la industria sobre los servicios y los hombres sobre las mujeres.
Hay pocos parados pero entre ellos, se calcula que el 70% pueden ser
considerados “pobres” con los estándares de vida alemanes.
Algunas notas breves:
-
“Trabajar, rezar y ahorrar” es el principio de “Los Buddenbrook” genial
novela de Thomas Mann que retrata bien la vida en Lubeck cerca de Hamburgo a
comienzos del siglo XX. Hoy diríamos, “trabajar, cuidarse físicamente y gastar”
-
Tras la decisión de dar carpetazo a la energía nuclear civil, la
electricidad es un producto de lujo. 300.000 hogares alemanes viven sin
electricidad por no poder pagar la cuenta de la luz. El problema de la energía,
tras la decisión de eliminar lo nuclear (mantenido por la actual coalición en
el poder desde finales de 2013) supone económicamente un esfuerzo todavía
superior al de la asimilación de la
Alemania del Este, desde 1990.
-
La diferencia entre Alemania del Oeste y del Este se explica, en parte,
porque mientras el Oeste aplicó el plan Marshall e incentivó la industria
alemana, en la zona Este, entre 1945 y 1948, fueron transferidas a la Unión Soviética ,
4.000 industrias alemanas.
-
Alemania necesita actualmente 80.000 ingenieros más. El Rector de la Universidad de
Aquisgran apunta además que en la enseñanza tecnológica superior el idioma
inglés suplantará al alemán, Prevé que el año 2017 la mayor parte de las
materias se implantan en ingles. Personalmente he asistido en Grenoble a dos
defensas de tesis doctoral en Física: ambas redactadas en inglés.
-
La formación está muy ligada a la empresa que dedica grandes sumas a la
constante formación de sus trabajadores, en particular, y del universo juvenil
más en general.
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