jueves, 18 de octubre de 2012

La táctica de Sortu: política de alianzas


(Segundo texto resumen de Sortu segun el documento “Batalla de las ideas. Para el debate de Sortu”,fechado en la primavera de 2012)

2. La táctica de Sortu: política de alianzas

“….en el desarrollo táctico de la Revolución Democrática Nacional….apostamos por la creación de un bloque popular y antioligárquico de carácter hegemónico, resultante de la evolución de la política de alianzas y la acumulación de fuerzas que venimos desarrollando (y) nos permita constituir en el futuro una Alianza Nacional con los representantes de la burguesía vasca para la constitución de un Estado Vasco en Europa, basado en el ejercicio del derecho a la libre determinación obtenido en el acuerdo democrático que supera definitivamente el conflicto armado en Euskal Herria. Ese nuevo Estado Vasco no será todavía de carácter socialista, pero abrirá el camino que nos permita lograrlo”.

Esta es la hoja de ruta de fondo de Sortu:

1º Todas las alianzas necesarias. Parece que, además de las ya existentes en EH Bildu, aspirarían en primer lugar con la burguesía vasca, léase PNV, aunque personalmente no descarto en absoluto que en 2016- si no hay otro adelanto electoral, previsible a mi juicio- lo sea con PSE. El objetivo es lograr el poder.

2º Ya en el poder, hacerlo más socialista posible para, en la fase posterior

3ª Lograr el Estado vasco independiente, unificado, euskaldun, socialista, paritario (feminista), ecologista e internacionalista.

Claro que en el camino ellos también pueden haberse “aburguesado” como ETA político-militar, en su día. En realidad cabe formularse esta cuestión. ¿Cómo hay que proceder ante la Izquierda Abertzale?. ¿Adoptando la formula de EA y Aralar, con la esperanza  de arrastrarla a la mera contienda política dejando que la realidad se imponga a sus fantasmas revolucionarios o, más bien, oponiéndose frontalmente a la IA temiendo que su organización acabe fagocitando a quienes se presten a hacerles el juego?. En el momento actual me apunto a la segunda alternativa, aun sin desesperar que, pasado un tiempo, se deba optar por la primera. Pero todavía la IA no ha dado pruebas suficientes de que su apuesta democrática vaya en serio. Y la historia ha dado muestras suficientes de que los totalitarismos, una vez en el poder, cuesta mucho desbancarlos y que su democratización hay que llevarla a cabo mientras sigan en la oposición o estén muy debilitados. Lo que no es el caso al día de hoy.

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