Tras la muerte de Carrillo
(18 de Septiembre de
2012)
Transcribo hoy, el día que ha fallecido Santiago Carrillo,
un texto que leí en Herrri Irratia / Radio Popular el 21 de Mayo de 2006. No
tengo nada que retocar respecto de Fraga y Carrillo. Respecto de los partidos
centrados que nombro, algunos han dejado de serlo. Pero esa es otra historia que “hoy no
toca”
En Diciembre de 2005 me
invitó el Centro de Estudios Jordi Pujol a Barcelona a una conferencia sobre la
sociedad responsable, tema que ocupa y preocupa a Pujol. Tuve el honor y el placer de conversar un
buen rato, de esto y de aquello, con el ex – President de la Generalitat. Salio
el tema de la transición española, tras la muerte de Franco y Pujol insistió en
el gran papel que jugaron en aquel momento dos personas que no suelen ser
señaladas cuando se habla de los agentes que propiciaron la transición. Se
refería a Manuel Fraga y a Santiago Carrillo.
Fraga y Carrillo fueron
fundamentales, en efecto, porque supieron contener a los radicales, a los
maximalistas, a las personas, colectivos e incluso partidos, que solo aceptaban
la victoria total de sus ideas y sus proyectos y la derrota de los contrarios.
Fraga fue un dique para las maximalistas de derechas, para el bunker franquista
y Carrillo lo fue para los maximalistas de izquierdas los antifranquistas.
Ambos comprendieron que la historia entraba en una nueva era, tras la muerte de
Franco.
En efecto Carrillo fue capaz
de contener la rabia de tantos y tantos que dejaron España y que no vivían más
que para reconquistar políticamente lo que habían perdido con las armas. Fraga
fue capaz, a su vez, de mantener a raya al bunker franquista e incluso, en un
gesto de reconciliación, presentar en la sociedad de entonces en una
conferencia a Carrillo.
Este último hecho lo he
comentado recientemente en dos conferencias pensando en la reconciliación en
nuestra sociedad de hoy. Una en Iruña y una persona se levantó, en el turno de
preguntas y se llevó la ovación de la noche al decir que ella no debía nada a
Fraga Iribarne y recordó los dramáticos sucesos del 3 de marzo de Vitoria. La
segunda conferencia fue en Salamanca y otra persona, ya fuera de la sala, me
espetó que nada podía limpiar a Carrillo de lo que hizo en Paracuellos del
Jarama. Como ven, la cosa no está nada fácil.
Salvando todas las distancias
que ustedes quieran, pienso que hoy en Euskadi como en la transición española
de 1975 (algunos reivindican una segunda
transición para Euskadi) necesitamos figuras como Fraga y como Carrillo. Los
colectivos más centrados, PNV, EA, PSOE, IU, Aralar, Nafarroa bai, aun con
muchísimos problemas internos, parecen haber entendido que estamos en la fase
pos-ETA. El problema está, como en la transición posfranquista, en los
extremos. Creo que tenemos al Carrillo de la era pos-ETA aunque todavía no acaben
de controlar a la kale borroka. Pienso también que, aunque la increíble
justicia española meta en la cárcel a los líderes de HB que quiera, saldrán
otros líderes. Y bien sabe Dios que nada, absolutamente nada debo, bien al
contrario, a los responsables de HB.
Pero, hoy, no veo un Fraga,
como el de la transición, en el Partido Popular. No veo a nadie en ese partido,
con autoridad y poder suficientes, que sepa mirar adelante, más allá de las
próximas elecciones. Alguien que se de cuenta, y acepte de buen grado, que ya
estamos en la era pos ETA. Y, falta que hace.
(Leido en la radio, Herri Irratia, el 26 de mayo de 2006)
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