Resoluciones judiciales
(Una versión bastante reducida de este texto fue
publicada en El Diario Vasco en mi columna de los sábados, el día 1 de
Septiembre de 2012)
El miércoles 29 de Agosto, la exesposa y
cómplice del pederasta y asesino belga Marc Dutroux, Michelle Martin, fue
puesta en libertad una vez cumplidos 16 años en prisión de los treinta a los
que fue condenada. A su salida fue acogida, a su demanda, por una Comunidad de
Clarisas no sin levantar más de un revuelo. Los crímenes de Marc Dutroux fueron
particularmente crueles y conmovieron fuertemente a los belgas. Seis chicas de
corta edad fueron secuestradas, violadas y asesinadas por Dutroux entre junio de
1995 y agosto de 1996, quien tras un largo juicio, fue condenado, en 2004, a cadena perpetua. Su
exesposa, Micheline Martín, que se divorció de Dutroux en la cárcel, fue
condenada por participar en el secuestro de varias de las víctimas del
pederasta y por haber dejado morir de hambre a dos de ellas. Se comprende que
los padres de estas dos chicas hayan exclamado que “es difícil de aceptar la
decisión de la justicia belga”.
También fue difícil para las Clarisas acoger
a la mujer más detestada de Bélgica. Una manifestación y una nube de
periodistas, la esperaba en la puerta del convento a las 11 de la noche cuando
ingresó. Los manifestantes lanzaron insultos y gritos contra Martin a su paso.
El dispositivo policial había sido reforzado en las inmediaciones del convento
a lo largo del día, a medida que crecía la expectación ante la inminente llegada
de la reclusa. Ya el viernes anterior, 24 de agosto, alrededor de un millar de
personas se manifestaron en la localidad de Malonne, donde está localizado el
Convento de las Clarisas, para mostrar su rechazo contra su nueva
"vecina" y recalcaron el hecho de que el convento se encuentre
próximo a tres colegios.
La propia jerarquía católica tuvo sus
debates. Así el arzobispo de
Malinas-Bruselas Cardenal André-Joseph Leonard, muy conservador, se desentendió
del tema diciendo que "depende de la voluntad de las monjas”. Por el contrario, el Obispo de
Lieja, Aloys Jousten declaró que “un ser humano sigue siendo un ser
humano “y que, habiendo decidido la justicia su liberación, apoya la
decisión de las monjas de acogerla, “como testimonio de misericordia”
Unos días antes, el
23 de agosto, me enteré en la prensa que Mark David Chapman, el hombre que
asesinó al ex Beatle John Lennon en 1980 en Nueva York, seguirá en prisión pues
las autoridades penitenciarias estadounidenses han rechazado su séptima demanda
de libertad. Argumentan que "su puesta en libertad en este momento
socavaría de manera importante el respeto por la ley". Mark Chapman fue
condenado en 1981 a
una pena que podía ir desde los 20 años a cadena perpetua por el asesinato a
balazos de Lennon el 8 de octubre de 1980. Lleva pues encarcelado más de
treinta años. En una entrevista concedida en 1992 a la periodista Barbara
Walters, explicó que decidió matar al célebre músico porque pensó que de ese
modo "adquiriría su fama". Mas adelante manifestó estar arrepentido
por lo que hizo. La viuda del cantante británico, Yoko Ono, ha dicho en
reiteradas ocasiones que se opone a la liberación de Chapman y que considera
que su vida o la de los dos hijos de Lennon estarían en peligro.
Dos episodios
distintos aunque con elementos similares: asesinatos de inocentes,
particularmente crueles en el caso belga; con fuerte connotación simbólica en
el de John Lennon. La justicia en Bélgica, tras 16 años de detención pese al
horror de su conducta, decide excarcelar a Micheline Martin. La justicia en
EEUU, tras 30 años de detención rechaza por séptima vez la puesta en libertad
del asesino de Lennon.
El jueves 30, tras el concierto de la Quincena Musical ,
me enteré que el juez Castro había concedido la
libertad condicional a Josu Uribetxebarria. En su Auto el juez Castro argumenta legalmente
su decisión. Siendo lego en la materia paso y me concentro en su parte
dispositiva. Ahí escribe, que “los principios de humanidad y derecho a la
dignidad de las personas tienen que predominar sobre cualquier otra
consideración legal (…), que “la dignidad humana reclama el derecho a una
muerte digna” (…) y que “el último periodo de la vida de un ser humano es el
más difícil de afrontar física y psíquicamente. Ello exige unas condiciones
emocionales, materiales y personales que son incompatibles con la situación de
reclusión”
Entiendo el dolor de las víctimas del terrorismo de ETA pero,
personalmente, suscribo, sin reservas, la decisión del juez Castro. Por razones
humanitarias. Aún sin olvidar las que no tuvo Josu Uribetxebarria con Ortega
Lara. Pues, más allá de la ley del talión, está la justicia basada en los
derechos humanos. De todas las personas. Por muy criminales que hayan sido sus
actos. También por eso prefiero la justicia belga a la americana.
Donostia 31 de Agosto de 2012
No hay comentarios:
Publicar un comentario