Jóvenes en llamas ¿Por
qué se rebelan los jóvenes?
Las violencias sacuden al Reino Unido desde el
jueves de la semana pasada. Ese día Mark Duggan, un hombre de 29 años de edad, padre
de cuatro hijos murió a consecuencia de los disparos de la policía en
Tottenham, un barrio pobre del Norte de Londres, en circunstancias todavía no
completamente aclaradas.
Después, con una violencia inusitada, y sin que
quepa hablar estrictamente de una relación causa-efecto, los desordenes se
extienden por gran parte de Londres, incluidas determinadas zonas muy
turistizadas como Oxford Circus y Notting Hill, así como en otras ciudades del
Reino Unido. Los jóvenes así como los menores de 18 años son, en gran medida,
los protagonistas de estos eventos. Todos hemos podido ver imágenes sobrecogedoras
a través de la televisión. David Cameron debe incrementar la presencia de
policías y convocar una sesión de urgencia en el Parlamento británico para el
jueves 11 pasado. Hay cinco muertos, cuando escribo estas líneas, en relación a
estos eventos.
Pero los desordenes y violencias que estamos
viendo esta semana en el Reino Unido, no son unos hechos aislados. Limitándonos
a Europa y el Próximo Oriente y, comenzando con las revueltas francesas de
otoño del año pasado, hemos sido testigos de los sucesos de Túnez y Egipto, sin
olvidar al Yemen y Jordania, la guerra abierta en Libia, las reiteradas
matanzas en Siria, el 15 M
en España y las manifestaciones de los tres últimos sábados en Israel, citando
solamente las de más calado. Todos con protagonistas jóvenes, aunque no con los
mismos niveles violentos.
¿Qué está pasando?. Dentro de la innegable
singularidad de cada acontecimiento pues manifiestamente no es lo mismo el 15 M que lo que estamos viendo
estos días en el Reino Unido y lo que sucedió en lo que algunos denominan la
“primavera árabe, ¿cabe hablar de algunos factores comunes, explicativos, si no
justificativos, de tantas revueltas juveniles en tan poco tiempo y en tantos
lugares distintos?. Pensamos que sí, y avanzaremos al final de este texto
algunos elementos explicativos, no necesariamente justificativos. Pero veamos
primero, aún de forma somera, los hechos de forma cronológica.
Francia y los “indignados” de Hessel
¿Cómo explicar que centenares de miles de
escolares adolescentes salieran a la calle con motivo de las prolongadas
protestas sociales que estaba viviendo Francia, en Octubre del año pasado, a
consecuencia del empeño de su gobierno de aumentar la edad legal de jubilación
de los 60 a
los 62 años?. ¿Estaban pensando ya los chavales (y las chavalas, muy presentes)
en su muy lejano retiro?. ¿Estaríamos, ante un conflicto de generaciones, bajo
la hipótesis, sostenida por no pocos, de que la prolongación de la edad de
jubilación conlleva un retraso en la entrada en el mercado de trabajo de los
jóvenes o, en todo caso, una penalización en su ascenso laboral?. Hipótesis,
por cierto, que no tiene refrendo en los datos. En fin, ¿Cómo explicar que las
violencias de los escolares hayan superado todas las habidas en mayo del 68,
aunque sin llegar afortunadamente a las de la “banlieue”· de 2005?
Un librillo escrito por Stéphane Hessel,
y publicado en diciembre pasado se ha venido como rosquillas y se ha traducido
a multitud de idiomas, entre otros los cuatro oficiales del Estado Español.
Siempre con éxito de ventas. Hessel escribe sobre su paso por la Resistencia Francesa ,
la situación en Gaza, el deterioro de los Derechos Humanos en Francia y lo que
denomina la “actual dictadura internacional de los mercados financieros que
amenazan la paz y la democracia” (Pág. 12 de la edición francesa). Frases que
esta misma semana tienen una actualidad más que inquietante. Pero Hessel hace
un llamamiento, especialmente a los jóvenes, para “indignarse y comprometerse”,
(Pág. 14) ante tantas injusticias: el trato que se da a los emigrantes, a los
indocumentados, a los gitanos, los riesgos para el futuro de la seguridad
social, el aumento en las diferencias entre ricos y pobres, el control de los
medios de comunicación social por las grandes fortunas…
No es de extrañar que el término de
“Indignados”, cuya actualidad de él proviene, haya pasado de adjetivo a sustantivo.
Desgraciadamente también me resulta comprensible que no haya sucedido lo mismo
con el término “comprometidos” que, sin embargo, acabamos de verlo, le acompaña
si no en el título sí en el cuerpo del texto. Es más fácil indignarse que
comprometerse.
La primavera árabe
Es un término que ha hecha fortuna, mas
allá del de “revuelta árabe”, aunque obviamente no son necesariamente
contrapuestos. La primavera siempre es preludio de algo que va a nacer. Como
consecuencia de una revuelta, en este caso. Es al menos la tesis de fondo de
Tahar Ben Jelloun en un libro publicado el presente año (en Alianza Editorial
ya en castellano) titulado, precisamente, “La primavera árabe” donde detalla,
país a país, lo sucedido desde el estallido de Túnez en diciembre de 2010.
Seguimos, en parte al menos, su relato, pues no lo compartimos en su totalidad.
Según la prensa tunecina
de enero del presente año 2011 cerca de uno de cada dos licenciados estaba en
paro, más de un millón trescientos mil escolares abandonaron los estudios entre
2004 y 2009 y el 70 % de los jóvenes tunecinos quieren emigrar. Entre tanto la
familia de Ben Ali, el derrocado dictador tunecino, amasaba poder y dinero a
espuertas. Hizo falta una chispa para que todo saltara por los aires. Y esa
chispa fue el suicidio a lo bonzo de un joven tunecino a quien la policía del
Estado no le dejaba ganarse la vida con un chiringuito de verduras. Murió como
consecuencia de las quemaduras y los jóvenes tomaron la calle y derrocaron el
régimen. De ahí, cual efecto dominó, la revuelta árabe salta a Egipto, al
Yemen, a Libia, a Jordania…a Israel.
Nos limitamos a Egypto
donde centenares de miles de personas se manifiestan ininterrumpidamente en la
ya histórica plaza Tahrir. Las cifras de muertos en las tres semanas de
revueltas egipcias suma la cifra del orden de 300 muertos según observadores
independientes. Señala Tahar Ben Jelloun que “muchos perdieron sus vidas al inicio
de las revueltas, cuando la policía disparaba con balas reales. Luego fueron
los militantes del partido de Mubarak quienes atacaron a los manifestantes
pacíficos y mataron a muchos”. Refiere que, según The Guardian, la fortuna de
Mubarak se ha valorado por expertos en economía en 70.000 millones de dólares
en unos fondos colocados en bancos suizos y británicos y en bienes
inmobiliarios en Londres, Nueva York y Los Angeles. La fortuna de sus hijos
ascendería a 8.000 y 17.000 millones de dólares.
El 15 M
en España
El caldo de cultivo del movimiento 15-M es la situación de cabreo
generalizado ante la crisis, con un paro galopante, por un lado, y la sensación
de un funcionamiento democrático que se percibe como no representativo de las
demandas de la sociedad. De la juvenil en primer lugar (con altos porcentajes
de paro), de la gente inquieta y con poco trabajo (por jubilación o paro) en segundo lugar. Aunque tampoco hay que
olvidar a los que, se haga lo que se haga, nunca se sentirán representados porque
tampoco quieren aceptar los compromisos que conlleva la representación. Así
mismo conviene no olvidar que, a tenor del Informe Jóvenes Españoles 2010,
solamente el 0,1% de los jóvenes españoles señalaban estar asociados en
movimientos antiglobalización.
Precisamente, pensamos que la principal virtud del movimiento 15-M
es lo que supone de aldabonazo a una sociedad que está dormida, resignada,
individualista, placentera y que pide a la Administración , ya
antes de la crisis, además de seguridad, que le proteja del paro, de la
enfermedad y le asegure buenas pensiones y mejores salarios.
Mirando al futuro el movimiento del 15-M (bienvenido a mi juicio
sin lugar a dudas) debe superar dos escollos, El primero, impedir, lo que en
gran medida han conseguido, que los antisistema violentos, copen la
movilización. El segundo fomentar la reflexión ciudadana en torno a muchas de
las buenas cuestiones que han salido en las marchas y en las acampadas. Cuestión
esta, mucho más ardua.
Un estudio propiciado por la Universidad de
Zaragoza sobre el movimiento 15-M analizó los 587.000 mensajes (en Twiter)
procedentes de 87.000 usuarios entre 25 Abril y 26 de mayo. Constata que el 52
% de los mensajes ha sido generado por el 10 % de nodos o usuarios, pero el
ultimo día de la investigación ese 52 % de mensajes lo generaba solamente un 1
% de nodos o usuarios. En medio se constatan algunos picos como los se
generaron tras la intervención de la policía en la Plaza Catalunya.
Que muchos movimientos tienen su chispa de origen, o de rebote, en una
actuación policial es cosa bien sabida, tanto por los policías como por los
alborotadores y, no lo olvidemos, por los profesionales de la guerrilla urbana.
Que haberlos haylos, como estamos viendo ahora en el Reino Unido.
Vale la pena reseñar, por ultimo,
cuales fueron perfiles de usuarios que destacan sobre manera además de los
acampados: políticos (en particular el lehendakari Patxi López) movimientos sociales, medios de comunicación,
periodistas, cine y TV y blogueros. Si se observa estamos en un universo
bastante autorreferencial.
Estos últimos días una parte de los
indignados del 15 M ,
con el apoyo de movimientos laicistas radicales, están organizando actos
coincidiendo con la próxima venida del Papa a los Jornadas Mundiales de la Juventud en Madrid.
Nadie, que no sea de extrema derecha, discute el derecho a expresarse
libremente y a manifestarlo públicamente. Pero hacerlo, precisamente el mismo
día y en los aledaños de lugar donde viene el líder religioso más importante
del mundo, es cualquier cosa menos una coincidencia. No es así como el
imprescindible estado laico se afianzará entre nosotros. Desgraciadamente
vivimos en la polarización y descalificación continuada. Así nos va.
Israel y su primavera: el movimiento
de las tiendas de campaña
Comienza el editorial de "Le Monde" del 8
de agosto pasado con estas palabras:"Ironía de la historia:
el eslogan faro del movimiento social que sacude Israel se
inspira del de las revueltas árabes. En El Cairo, les manifestantes gritaban: "El
pueblo quiere la caída del régimen ", mientras que en Tel-Aviv claman:
"El pueblo quiere justicia social".
Todo
comenzó hace cuatro semanas cuando dos jóvenes plantaron la primera
tienda de campaña en una importante avenida de Tel Aviv en protesta por el
elevado precio de la vivienda. Desde entonces, más de 300.000 manifestantes en
varias concentraciones. Es el comienzo de la primavera israelí escriben
algunos. Se han tocado dos puntos neurálgicos: el ejército y el sabbat. Se pide
menos dinero para el ejército pues, por el coste de un avión de guerra, 60 000
estudiantes universitarios tendrían sus estudios gratis durante un año y, por
el de un tanque, 10 000 de educación secundaria su escolaridad. El sabbat, pues
las concentraciones tienen lugar precisamente el día religioso para los judíos:
el sábado.
Cuatro ideas mayores para ir cerrando.
Una: la importancia de las nuevas
tecnologías. Para bien y para mal. No hay duda de que gracias a Internet y las
redes sociales la primavera árabe ha sido posible. Tahar Ben Jelloun al final
de su libro arriba citado lo dice con estas palabras: “Los jóvenes
(protagonistas de la primavera árabe) han visto que tienen la posibilidad de
vivir mejor, de acabar con las dictaduras, de recuperar algo de dignidad?.
¿Cómo?. ¿Con qué instrumentos?. Mediante el simple hecho de comunicarse, de
intercambiar ideas, proyectos. El mundo es inmenso pero ahora está al alcance
de la mano, de un simple clic.”. Pero también sabemos, y los últimos sucesos
del Reino Unido, nos lo confirman con creces, que las nuevas tecnologías pueden
servir a fines bien distintos. Valga como contrapeso a la cita deTahar Ben
Jelloun esta otra de Marine Le Pen en junio pasado: “Los blogs, los forum, son
espacios de intercambio, las ágoras de los tiempos modernos. Yo quiero
preservar la Red
de las tentativas de control por parte de los enemigos del debate. (…). Hay que
restaurar, preservar y ´santuarizar´ la libertad en Internet”
Dos: el auge de la extrema derecha en el
mundo. Además de su incremento presencial en países de gran tradición liberal
como Holanda y algunos países nórdicos, sin olvidar el neoconservadurismo político-religioso
en los EEUU, vale la pena consultar (en “Le Monde” del 5 de Julio pasado) una
radiografía detallada de la fuerza y evolución de las diferentes corrientes
políticas en la red, en Francia, entre 2007 y 2011. Un dato: si el año 2007 la
presencia de la extrema derecha se cifraba en el 4,9 % de los nodos, subía el
año 2011 al 12,5%.
Tres: Las video vigilancias pueden ser
útiles para detener a personas pero no impiden que se cometan atentados. Londres tiene la mayor red de video vigilancia de
Europa. Pero los jóvenes
vándalos campan a sus anchas, aunque después los detengan. Aun no nos hemos
dado cuenta de que más control no supone más seguridad sino más anonimato, más repliegue
en lo personal, más delegación de responsabilidades en la ley y en las fuerzas
del orden. En el Reino Unido la
BlackBerry fue el medio, anónimo, preferido por los
insurgentes para comunicarse y organizar la protesta. Con mensajes como este:
"¡Vamos a saquear las tiendas, venid a por cosas gratis!". Sí, “cosas
gratis”.
Cuatro y definitivo.
Desde finales de los años setenta “algo va mal” en nuestra sociedad como tan
acertadamente diagnóstico Tony Judt. Lo que tienen en común las revueltas de Londres,
Paris, Madrid, Tel Aviv, Tunez, El Cairo etc., etc., aun sin olvidar sus
particularidades, insisto, es que hay mucha gente joven que está harta,
excluida y sin horizonte. Son presa fácil para los violentos antisistema. (Por cierto,
¿donde están y cómo viven los 900.000 jóvenes españoles, con escasa formación,
que se han quedado sin trabajo por la crisis del ladrillo?). Además las
diferencias entre ricos y pobres están aumentando (en el caso del Reino Unido
conviviendo en la acera de enfrente), y es insoportable por más tiempo que los
anónimos (¿anónimos?) amos del mundo nos gobiernen a golpe de ratón hasta el
punto que, por su codicia, haya gente que se vaya literalmente a la calle
incapaz de pagar sus prestamos hipotecarios. En definitiva, es intolerable que
el capital financiero esté al mando del mundo porque hemos convertido al Dinero
en nuestro dios, las Bolsas, particularmente Wall Street, en sus iglesias y las
Agencias de Rating en la nueva inquisición. Si esto sigue así, y todo apunta a
que seguirá así, quizás estemos en los estertores de una civilización.
San Sebastián 11 de
agosto de 2011
Javier Elzo
Catedrático Emérito
en Deusto
(Para “El Periódico
de Catalunya”
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