“Lo de Alsasua”
POR MIGUEL SÁNCHEZ OSTIZ *
DEIA
- jueves, 14 de marzo de 2019
ME falta una elemental
serenidad para comentar “lo de Alsasua”, es decir, la reciente sentencia contra
los muchachos de la localidad, por parte de la Audiencia Nacional, y el
bochornoso episodio de Casado-Inda-Beltrán en el bar Koxka, la víspera de
hacerse pública la sentencia, cuando ya se había filtrado el fallo.
Nunca me ha quedado tan claro
lo que es una sentencia ideológica, por parte de quien la dicta, como en este
caso. Basta asomarse a los argumentos en los que se basa el fallo para
comprobarlo y sentir vértigo. Habla la sentencia de la “notabilísima gravedad”
de los hechos. Lo que a no pocos nos parece de “notabilísima gravedad”, es la
forma en que se llevó la instrucción, el juicio en primera instancia, la
construcción del relato encaminado a la condena, el linchamiento mediático, el
aprovechamiento político, las patrañas, la inadmisión de evidentes pruebas de
descargo... Lo que causa alarma es ver cómo, después de mucho pelear, se han
admitido pruebas contundentes de descargo -como el vídeo del guardia de la
camisa impoluta-, que no se han tenido en cuenta; cómo se tienen en cuenta
testimonios cuyo valor se pone en duda por quien los emplea; cómo se buscó una
condena ejemplar y plenamente ideológica con abrumador apoyo mediático y social
desde el primer momento, convirtiendo una pelea de bar en una trinchera
política que divide y enfrenta a la ciudadanía; cómo se emplean agravantes
delirantes, como es el de la discriminación ideológica; cómo se dan hechos
probados sin pruebas, por meras elucubraciones propias de una sobremesa...
Resultado: 13 años de cárcel
descartando el terrorismo. Barrionuevo y Vera, que sí fueron condenados por
terrorismo, apenas estuvieron 4 meses en la cárcel. Los muchachos de Alsasua
llevan casi dos años y medio en prisión. Los ejemplos para afirmar esa
desproporción sobran y no habría espacio para reseñarlos. Alsasua convertida en
una trinchera y en un símbolo de enfrentamiento ideológico por parte de un
tribunal de excepción, de unos políticos que sacan réditos de la sentencia y de
los medios de comunicación que la celebran y azuzan a sus seguidores. Y como no
participes del linchamiento o aplaudas la sentencia, eres un seguidor de ETA.
Me parece por completo
malicioso el buscar como escenario de un montaje publicitario, electoralista y
sectario, el bar Koxka de Alsasua porque eso es de buscarruidos y buscapleitos.
De eso se trataba sin duda, de que hubiera algún incidente al que sacarle
partido, con colaboración policial encima y un nutrido grupo de hombres de
mano. No hubo incidente alguno por mucha mentira que los interesados hagan
rodar de manera indecente.
Un bar no es un espacio
público, como puede serlo una plaza, sino un negocio particular dirigido al
público, que no es lo mismo. No puedes hacer en él lo que te dé la gana. Y
menos utilizarlo, como en este caso, para tus negocios particulares, porque del
pingüe negocio de la política y la desinformación maliciosa se trataba.
Lo que ha venido después es la
indecencia y la mentira que no cesa, la intoxicación del público, sobre todo de
los adeptos, ya muy intoxicados y encendidos, que aceptan lo que les conviene.
Malos tiempos estos para la duda.
¿Se pidió al dueño del bar que
se identificara para poder acceder a su negocio como se ha dicho? ¿Quién, con
qué autoridad? Me gustaría saberlo con certeza y que no se trate de una noticia
falsa de respuesta a la del bando de los provocadores que poco bien hace a
quien ha sido abusado. ¿Qué autoridad va a aclarar ese incidente? Como viene
sucediendo desde octubre de 2016, la realidad de lo sucedido queda dañada por
su relato mediático. ¿A quién creer? Pues está claro que cada cuál a los suyos,
aunque sería deseable una visión no sesgada de lo sucedido. ¿Es eso posible? Me
temo que no, Hay demasiado dolor y daño de por medio y el disentir tiene
precio. Se hace difícil convivir de manera apaciguada y cortés con quien
celebra alborozado el fallo de la Audiencia Nacional como si de un puntillazo
al enemigo se tratase.
* Escritor
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