Texto de mi intervención en el Curso de Verano, UPV/EHU:
Justos y resistentes ante
el terrorismo
Mesa redonda: “Disidencias políticas” (Donostia, 1 de julio 2019)
El desmarque de la sociedad vasca
(sin olvidar del todo a la española) de los postulados y acciones de ETA en
particular y del MLNV en general, realmente no comenzó hasta pasada la
transición democrática. Tal y como yo lo veo, obviamente. Dicho
telegráficamente señalaría estos hitos:
. Finales del franquismo: ETA es
uno de los referentes de la lucha antifranquista. “La percepción de ETA, como
alguien que no está trabajando para la defensa de los intereses que dice
defender, es decir que no trabaja para defender a los vascos ni a nadie, creo
que empieza a partir de 1975…En aquellos tiempos era muy habitual ver a
compañeros de trabajo que cuando mataban a alguien…te contestaban “algo habrá
hecho…”. Lo dice José Luis Corcuera en de Maria Antonia Iglesias, “Memoria de
Euskadi” (2009)
. ETA no acepta le reforma autonómica
y, pese a la amnistía de 1977, reanuda la lucha armada. Solamente los años
1978-1980 hay 321 asesinados. Durante muchos años, prácticamente nadie habla de
los asesinados por ETA. Muchos tendrán que hacer examen de conciencia. Dos
hechos paralelos, entre otros, ayudaran a cambiar las cosas: el nacimiento en
1986 de Gesto por la Paz y el Acuerdo de Ajuria Enea en 1988.
. La creación del Pacto de Ajuria
Enea por iniciativa del gobierno de Ardanza y con el acuerdo de todo el arco
parlamentario excepto Batasuna, en enero de 1988, propició dar luz a un primer
cambio radical respecto de lo que ETA significaba: se pasó del “algo habrán
hecho” a ser, al fin, considerados como lo que eran: terroristas. Antes del
Pacto, ETA había asesinado a unas 600 personas y con el Pacto, nunca ETA estuvo
tan acorralada.
. La historia de Gesto, coincide en sus momentos álgidos, como
escribe Ana Rosa Gómez Moral en su excelente libro “Un gesto que hizo sonar
el silencio”, en el “alegro” durante la vigencia de Pacto de Ajuria
Enea y sus momentos de “adagio” y “largo desolato” tras su final. Entonces la
fractura del País Vasco se desplaza del de “demócratas frente a violentos” al
de “nacionalistas vascos frente a no nacionalistas o nacionalistas españoles”.
Así sucede con el advenimiento del Pacto de Lizarra (propugnando una solución
dejando a un lado a los no nacionalistas, como señalé en un artículo crítico a
los tres o cuatro días de presentado el Pacto) y con los movimientos Basta Ya,
Foro de la libertad, El Foro de Ermua etc., alguno de los cuales pretendieron
mi adhesión a lo que me negué arguyendo que no aceptaba, en absoluto, que
nacionalismo equivalía a terrorismo, aunque siempre estuve en contra del
terrorismo. Siempre. Ya desde el franquismo.
. ¡Cómo olvidar aquellas concentraciones, las de Gesto en
silencio, y en frente, con una Ertzaintza meramente notarial, como definió su
actuación en aquellas concentraciones un familiar mío nacionalista, cuando nos
gritaban a voz en grito, a un palmo de nuestra narices, aquello de ‘los
asesinos llevan lazo azul’, ‘hoy, tú de negro; mañana, tu familia’, ‘zuek ere
txakurrak zarete’ y sobre todo el
terrorífico ‘ETA, mátalos’ sin que todavía se hayan desdicho y no hayan pedido perdón
a la ciudadanía vasca por haber ensuciado de este modo la historia y, lo que es
más grave, la convivencia de este pueblo. Además, con más de 800 asesinatos a
su espalda. Sí, como he escrito en varios sitios, ETA y su mundo han escrito la
página más negra en la historia del Pueblo Vasco.
. Pero, rememorando aquellos años, ¡cómo no recordar, también,
algunas asociaciones judiciales que ponían pegas para grabar a los energúmenos
que las tardes de los viernes – o ¿eran sábados? - desfilaban por el Boulevard
donostiarra, ufanos, orgullosos de gritar ¡gora ETA militarra!, y demás
eslóganes Aquello sí que era apología
del terrorismo y con cuantos tiquismiquis se movía entonces la fiscalía y la
judicatura, mientras después, ya ETA militarmente derrotada, ponen la lupa en
cualquier frase de un chaval, al fin acojonado. Y no quiero comparar aquella
violencia con la que se dice hubo en torno al “proces”.
. El 23 de agosto de 1995, ETA
asesina a Gregorio Ordóñez. Es el punto axial en la consideración social a las
víctimas. Hay un antes y un después del asesinato de Gregorio Ordoñez. Aunque
duela decirlo, hay que decir que se levantó muy, muy tarde, el velo de las
víctimas de ETA. Muchos las tuvieron olvidadas en los años de plomo y se
enterraba a las víctimas con sordina. Porque esas víctimas eran, básicamente,
guardias civiles, policías nacionales, miembros del Ejército, ertzainas y
empresarios.
. Asesinato de Miguel Angel Blanco
el 13 de julio de 1997 que dio lugar, salvo error por mi parte, a la mayor
concentración contra ETA de todos los tiempos. Además, unitaria, bajo el
esquema demócratas frente a violentos, frente a terroristas. Pero fue la última
convocatoria del Pacto de Ajuria Enea. Es el punto de inflexión entre dos
fracturas en la sociedad vasca: de demócratas frente a violentos, la fractura
se traslada a nacionalistas versus constitucionalistas. Y ahí seguimos.
.
Las consecuencias inmediatas de la ruptura del Pacto de Ajuria Enea, se pueden
sintetizar en dos expresiones: el pacto de Lizarra y el abrazo del Kursaal.
.
Respecto del primero, además del artículo ya mentado, transcribo aquí unas
líneas de un texto que publiqué en la prensa vasca en diciembre del año 2.000. “Todo el entramado de Lizarra-Garazi debe romperse.
Debía estar roto hace tiempo y no seguir en esta especie de invernadero que nos
hiela el corazón de rabia, impotencia y vergüenza. Se ha probado hasta la
saciedad que no solo los métodos sino también los objetivos separan al
nacionalismo democrático de ETA y de Herri Batasuna”.
. Por otra parte, recuérdese
también que en aquellos años se hablaba del nazi-nacionalismo vasco, que hubo manifestaciones
frente a la sede del Gobierno vasco, con ciudadanos antinacionalistas con
pegatinas rememorando la extorsión y aniquilación de los judíos en tiempos de
Hitler, y que terminó con la mayor victoria en las urnas del nacionalismo en
toda su historia en las elecciones autonómicas del año 2001, en la que llegó a
recibir votos, también de no nacionalistas. Podría poner nombres. Patxi
López, en el ya mentado libro de Maria Antonia Iglesias, tras el fiasco de las
elecciones de 2001 dice: “la famosa foto del abrazo en el Kursaal con Savater de maestro de
ceremonias, entre Nicolas (Redondo) y Mayor Oreja; ahí estaban todos esos
gestos que lo único que hacían era engordar a los nacionalistas por un lado y
alejar a los votantes socialistas por el otro… Aquella foto del Kursaal fue la
imagen de nuestra esquela”.
. En fin, me piden que hable hoy, aquí, de resistentes nacionalistas
al terrorismo. Pero no lo hicimos para ponernos medallas. No lo hicieron (limitándome
a unos pocos durante los años de plomo) Garaikoetxea, Ardanza, Arzalluz, Atutxa
(que vivía con escolta hasta en su despacho del Gobierno Vasco), Cuerda, Imanol
Murua, Román Sodupe, permítaseme mentar a mi suegro Xabier Aizarna, resistente
discreto, firme y constante ante ETA, de quien aprendí tanto, intelectuales
como mi amigo Pako Garmendia, con planteamientos entendidos por tan pocos, y
tantos otros, a menudo bajo la incomprensión cuando no la sospecha de
connivencia con ETA, por ser nacionalistas. Todavía estos días leo en no pocos
medios, algunos en la pluma de amigos, la correlación nacionalismo y
terrorismo, como si todo nacionalista hubiera de ser terrorista, o como si el
terrorismo etarra se limitara al nacionalismo, que también lo era, sin duda
alguna, pero no solamente nacionalista. ¿Qué significa, todavía hoy, “Izquierda
Abertzale”? ¿De qué izquierda hablamos?
. Permítaseme concluir con una
vivencia personal. En mi comparecencia en
la Ponencia de Víctimas del Terrorismo del Parlamento Vasco, el 27 de noviembre
de 2003, tras referir lo que supuso a mi familia, aún más que a mí mismo, los
diez años, dos meses y dos días de protección de los que cuatro años y medio
con escolta personal, ya al final leí que “de las cosas que más me han herido ha sido la lectura del
Manifiesto “Aunque” de 8 de mayo del presente año (2003), firmado por varios
intelectuales europeos de gran prestigio. Concretamente, los dos puntos donde
se dice textualmente lo siguiente:
“Aunque
parezca mentira, hoy los candidatos de los ciudadanos libres del País Vasco
están condenados a muerte por los mercenarios de ETA y condenados a la
humillación por sus cómplices nacionalistas”.
“Aunque ciudadanos del País Vasco sean asesinados por sus ideas, y miles
hayan sido mutilados o trastornados, los atentados se realizan y celebran en
una penosa atmósfera de impunidad moral propiciada por las instituciones
nacionalistas y por la jerarquía católica vasca”.
Y añadí que “de un plumazo he
dejado de ser víctima del terrorismo para convertirme en victimario,
simplemente por ser nacionalista y amigo de algunos miembros de la jerarquía
católica”
Al mentar la iglesia católica,
concluyo ya, quiero añadir lo que tantas veces he escrito. La actitud de los
cristianos, los de la base y los obispos (particularmente Setién, Uriarte,
Asurmedi y Blázquez), en su actitud y comportamientos con ETA, tiene luces y
sombras. Unos subrayan las luces y otros las sombras. El juicio actual está, en
gran medida, ideológicamente mediatizado. Aquí también, necesitamos a la
Historia por venir.
Muchas gracias por la atención.
Javier Elzo
P.D. Una redacción algo reducida
de este texto, bajo el título de “Nacionalismo y Terrorismo” se publicó en la prensa
del Grupo Noticias: el 3 de Julio en “Diario de Noticias” de Navarra, el día 12
en “Noticias de Gipuzkoa” el día 24 en DEIA y Noticias de Álava. Contestaría
con gusto a algún comentario que he leído en DEIA, pero me mantengo en mi idea
de no mantener relación con textos no firmados.
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